Parece que Jean Michel Jarre está viviendo una segunda juventud en la que vuelve a aparecer en la prensa con regularidad, sus discos aparecen en los informativos de televisión y sus conciertos y giras han recuperado cierta cobertura mediática. Todo esto no ocurría desde los tiempos en los que el músico pertenecía a la discográfica de quien fuera su mentor: Francis Dreyfus. La relación entre ambos personajes fue muy intensa y cordial durante mucho tiempo pero en un momento determinado se rompió con resultados demoledores para ambos: Dreyfus perdía a su buque insignia y Jarre iniciaba una travesía del desierto con cambios de discográfica, disputas y guerras encubiertas que tuvieron una repercusión muy grande en su música.
Parece ser que la razón principal del enfrentamiento fueron las malas ventas de “Metamorphoses” (2000). El trabajo, el primer disco de estudio de Jarre tras el “revival” que fue “Oxygene 7-13” (1997) tuvo una promoción fuerte por parte de Sony y el propio Dreyfus pero Jarre no apreció en Francis la implicación de antaño. El dueño de Disques Dreyfus había focalizado sus esfuerzos en la división de jazz de su compañía (su auténtico sueño desde que empezó en la música) y poco a poco se fue desvinculando de la producción de los conciertos y discos del músico. Ni siquiera asistió al concierto que Jarre dio en las Pirámides de Gizah en la nochevieja de 1999 y eso hizo que el Jarre perdiese la confianza en Dreyfus. Al respecto, comentaba la entonces Directora de Publicación de la discográfica, Danielle Feuillerat en una entrevista concedida a la web española Fairlight Jarre que en aquellos meses el músico había pedido la carta de libertad para continuar su carrera desvinculado de la compañía en la que había desarrollado toda su carrera.
Esa petición era inaceptable para la discográfica, especialmente cuando el músico debía entregar aún dos discos más para finalizar su contrato. Ante la falta de acuerdo, Jarre se presentó una mañana en las oficinas con dos discos terminados, con su correspondiente “artwork” y todo lo necesario para su publicación inmediata. Los trabajos llevaban por título “Sessions 2000” y “Experimental 2001”. Tras escucharlos, desde Disques Dreyfus decidieron que era inviable editar esas dos obras de modo simultaneo y optaron por lanzar sólo la primera de ellas y liberar a Jarre de sus compromisos con la compañía. La separación no fue cordial y en los años siguientes se produjo una desagradable guerra entre músico y discográfica que se prolongó durante casi una década y que quizá tratemos más adelante en el blog.
Nos centramos ahora en el disco que finalmente fue publicado y que recogía una serie de sesiones, presumiblemente a duo, entre Jarre y su colaborador más estrecho en aquellos tiempos, Francis Rimbert. Cada tema del disco lleva como título la fecha en la que supuestamente fue grabado.
Francis Dreyfus y Jean Michel Jarre en los buenos tiempos. |
“January 24” - El primer corte del disco comienza como una pieza “ambient” con “pads” asépticos y efectos sonoros marca de la casa. Es pasada esa introducción cuando se nos revela la auténtica naturaleza de la pieza que no es otra que la de un extraño trío de jazz compuesto por contrabajo, piano y percusión. Todos los sonidos son electrónicos pero los samples son muy aceptables, incluyendo los del contrabajo, quizá los que más complicado tenían el salir airosos de la comparación con el instrumento original. Nunca antes Jarre se había sumergido en el mundo del jazz salvo algunos retazos sueltos en trabajos promocionales. Pese a ello, esta primera incursión nos parece más que digna.
“March 23” - El segundo corte cambia de instrumentos principales siendo estos ahora la percusión, el bajo y la trompeta. El ritmo es mecánico pero está bien construido y el tema central, a base de frases cortas cuyo estilo nos recuerda algo al de Mark Isham, tiene cierto encanto. Mediada la pieza escuchamos una sección de cuerda sintética (violonchelos y algún violín, presumiblemente) que sirve de interludio hasta la repetición del tema central. El tramo final incorpora una guitarra, algunas voces sampleadas e incluso silbidos antes de cerrar la composición con una nueva vuelta al tema central.
“May 1” - El tema más breve del disco va acompañado de un giro claro hacia el ambient. Toda la pieza se organiza alrededor de un pulso rítmico continuo compuesto por samples que se ve acompañado de una serie de sonidos y efectos en la misma linea. Sobre esa base, escuchamos una especie de improvisación de piano. El tema sería una especie de cruce entre el Brian Eno de los años ochenta y el Vangelis de “The City” por tomar dos referencias más o menos próximas en cuanto a estilo.
“June 21” - De nuevo nos encontramos con un comienzo salpicado de efectos sonoros sin demasiada organización hasta que aparecen una serie de acordes atmosféricos que preceden a un “lead” electrónico que, quizá, quiera hacer las veces de una trompeta con sordina. La réplica la da en esta ocasión el inconfundible sonido del órgano Hammond entre samples de percusión y demás artificios de manual. Con la excepción de alguna frase suelta (hay incluso apuntes del “Eleanor Rigby” de los Beatles asomando por ahí), todo el tema es muy deslavazado aunque extrañamente no funciona del todo mal.
“September 14” - En numerosas entrevistas a lo largo de los años, Jarre proclamó su admiración por el cine de David Lynch. Incluso el cineasta estaba en la primera lista de colaboradores de su reciente proyecto “Electronica”. Sin duda, esta composición es la más cercana a los ambientes que el director de Twin Peaks suele escoger para acompañar sus imágenes: contrabajo, escobillas, vibráfono, piano y texturas inquietantes (numerosos samples vocales, por ejemplo) que conforman una atmósfera digna del mejor Angelo Badalamenti.
“December 17” - Cerrando el trabajo volvemos al “ambient” con otro corte lleno de texturas y “pads” que no parecen muy elaborados entre los que se intercalan algunas notas de contrabajo o de piano como queriendo volver a los instrumentos del primer tema del disco. Es una de las piezas más abstractas de Jean Michel Jarre que guardaría cierto parentesco lejano con algunos pasajes del “Music for Supermarkets” (1983) o “Ethnicolor II” del disco “Zoolook” (1984).
La promoción del disco fue prácticamente inexistente y las ventas no pasaron de sera anecdóticas. Sony no mostró mucho interés por su distribución internacional y esta tuvo que hacerse con los recursos limitados de Disques Dreyfus, quienes, recordemos, incluso en los años de mayor popularidad de Jean Michel Jarre contaron con la distribución de “majors” como Polydor o Sony. Además, durante mucho tiempo “Sessions 2000” ni siquiera era incluido por el propio Jarre entre su discografía oficial aunque más adelante sí fue tenido en cuenta e incluso alguna pieza pasó al repertorio de los conciertos. En todo caso, estamos ante un disco que, al margen de su calidad o de su valor musical, se sitúa en el comienzo de una travesía del desierto discográfica por parte del músico que iba a durar varios años llenos de lanzamientos casi clandestinos y con una distribución muy limitada e incluso con proyectos que, hoy en día permanecen inéditos como el anteriormente mencionado “Experimental 2001” del que lo único que sabemos es que Dreyfus no lo consideró publicable y que el propio Jarre tampoco ha mostrado ninguna intención de sacarlo a la luz.
Con la perspectiva del tiempo, creemos que “Sessions 2000” es un experimento interesante. Desde luego no es el tipo de disco que alguien espera de un artista como Jean Michel Jarre pero demuestra que el músico tenía ciertas inquietudes y no estaba dispuesto a tomar la vía fácil para finiquitar su contrato con Dreyfus (del disco anterior, “Metamorphoses”, había varias piezas descartadas que bien podrían haber sido reutilizadas sin esfuerzo alguno). Es también el primer paso (el segundo si consideramos “Metamorphoses” como una clara ruptura con el pasado) de Jarre hacia estilos radicalmente diferentes de los que había tocado en el pasado. Los frutos de esta etapa fueron una serie de discos “menores” que culminarían el el año 2007 con el punto más bajo de la carrera del francés con un trabajo del que, inevitablemente, acabaremos hablando aquí algún día.
Cerramos con "March 23", única pieza del disco que ha sido interpretada en directo rebautizada como "Space of Freedom":
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