El contrabajo es uno de los instrumentos menos agradecidos de todos los que conforman la orquesta clásica. Su papel queda en la mayoría de las ocasiones relegado a un segundo o tercer plano. Apenas hay obras escritas para él y su protagonismo (es un decir) queda reservado a formaciones de cámara y a otros estilos musicales como el rock'n'roll o el jazz. Tanto es así que en los conservatorios, los aspirantes a futuros intérpretes tienen que tomar prestado repertorio ajeno, fundamentalmente de violonchelo, para sus evaluaciones.
Eso no ha sido óbice para que un músico tan inquieto como Philip Glass haya sacado tiempo para escribir alguna que otra pieza para contrabajo y lo de sacar tiempo es algo literal puesto que fue en uno de tantos viajes entre conciertos y estrenos cuando escribió su “Partita” para contrabajo. Pese a su edad, Glass no ha reducido su actividad y sigue componiendo a un ritmo sorprendente, ofreciendo conciertos y recibiendo encargos de todo tipo: cine, televisión, teatro... En uno de esos desplazamientos fue cuando el músico compuso esa pieza para su amigo Robert Black, contrabajista de la formación Bang on a Can All Stars. Black es uno de los mayores virtuosos actuales del instrumento y ha encargado piezas a artistas de la talla de John Cage o Meredith Monk, además de a sus compañeros en Bang on a Can, Julia Wolfe, Michael Gordon o David Lang.
Uno de los mayores problemas que tiene Glass en sus viajes es la dificultad para conciliar el sueño. De ahí surgió la idea de dividir la “partita” en siete movimientos, cada uno de los cuales está dedicado a una de las cosas que no hace un insomne en sus vigilias involuntarias. Ese es el subtítulo de la obra: “The Not-Doings of an Insomniac”. Intercalados entre cada uno de los movimientos, escuchamos una serie de textos breves recitados por el propio Black. Se trata de poemas y fragmentos de canciones de artistas cercanos a Glass y que, en la mayoría de los casos, han colaborado con él en algún momento. En el disco, publicado el año pasado, aparece también la pieza “Prelude to Endgame”, para contrabajo y timbales, en la que participa el percusionista Jonathan Haas. Esta es también la primera grabación de esa obra que Glass escribió en 1984 para una representación de la obra teatral de Samuel Beckett, “Endgame”.
El contrabajista Robert Black |
“Small Town / Movement I: Not Dreaming” - El disco comienza con el recitado por parte de Black de un extracto de la letra de la canción “Small Town” del disco “Songs for Drella de Lou Reed y John Cale. Tras él llega el primer movimiento de la “partita”: una vivaz melodía plena de ritmo y muy en la linea del Glass camerístico más reciente, con un ligero aire barroco e incluso un toque de jazz.
“Telephone Song / Movement II (Not Tasting)”- El segundo texto pertenece a la obra “United States” de Laurie Anderson y precede a un lento y emocionante solo de contrabajo, intimista y profundo que se beneficia de la expresiva ejecución de Black. Se situaría en un plano muy cercano a otras obras del músico para violonchelo.
“Shine, Shine / Movement III (Not Smelling)” - Yoko Ono es la autora del siguiente texto perteneciente al disco “Take Me to the Land of Hell” de la Plastic Ono Band. La parte musical muestra como novedad respecto a las anteriores el uso del “pizzicato” en una pieza rítmica con cierta base de jazz pero con una clásica progresión melódica muy “glassiana”. En la segunda mitad Black vuelve a tomar el arco en una larga secuencia llena de personalidad.
“Neighborhood / Movement IV (Not Hearing)” - Del disco “Look Into the Eyeball” de David Byrne procede el siguiente texto del trabajo. La parte musical es como una especie de continuación del segmento final del anterior movimiento ligeramente ralentizado. Muy profundo y también con toques claramente barrocos.
“I Wonder How Many People in this City / Movement V (Not Seeing)” - Llega el turno para Leonard Cohen con un texto de su poemario “The Spice-Box of Earth”. Tras él, un lírico movimiento melódicamente emparentado con las secciones más lentas de obras de cámara como el cuarteto de cuerda que Glass escribió para “Dracula”. Una preciosidad.
“Babel / Movement VI (Not Touching)” - La siguiente autora es Patty Smith y es de su libro Babel del que Glass toma un fragmento de un poema como introducción de otro excelente movimiento que funciona bajo la fórmula de tema y variaciones. Tanto la pieza como la interpretación son de una gran factura en la linea de todo el disco.
“Nobody Wants a Lonely Heart / Movement VII (Not Ending) – El último recitado es de un texto de una canción de Arthur Russell. Cerrando la “partita”, su movimiento más largo que sirve como un buen resumen de todo lo anterior, si bien no en el sentido de recopilación temática sino como suma de estilos y formas.
“Prelude to Endgame” - Resulta interesante como contraste de estilos escuchar después de una obra reciente esta de 1984. La sorpresa es que, pese a la distancia temporal y a la cercanía musical de este preludio con otras obras de aquel momento como “Akhnaten”, la escritura de Glass para contrabajo no difiere en exceso entre ambas épocas, cosa que no deja de ser curiosa porque para muchos seguidores del músico norteamericano, el giro desde el minimalimo más o menos accesible de la segunda etapa de Glass hacia una especie de neoclasicismo lo marcaba su “Concierto para violín” de 1987.
No es la primera vez que Philip Glass compone piezas para instrumentos más o menos relegados dentro del repertorio más tradicional. A su “concierto para clave” podemos sumar sus composiciones para kora, para flauta tradicional india o, rizando el rizo, para didjeridoo. Pese a lo poco habitual de las composiciones para contrabajo solo, el disco se hace mucho más ameno de lo que cabría esperar, algo probablemente favorecido por el intercalado de textos recitados. Al margen de la curiosidad, que siempre es un buen motor para descubrir cosas nuevas, esta “Partita para contrabajo” de Glass es un trabajo sumamente interesante por sí mismo y una obra a descubrir.
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