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lunes, 30 de mayo de 2011
Pink Floyd - The Piper at the Gates of Dawn (1967)
Antes de convertirse en el icono de todo un tiempo, una banda de conciertos monumentales y uno de los grupos más influyentes de la historia del rock, Pink Floyd eran una banda bien distinta. Para empezar, ni siquiera los miembros eran los mismos. Los comienzos de la formación se desarrollaron bajo el liderazgo creativo casi absoluto de Syd Barrett, guitarrista, letrista y compositor de todas las canciones del grupo en sus primeros tiempos con contadas excepciones. Junto a Barrett se encontraban los clásicos Roger Waters, Richard Wright y Nick Mason además de Bob Klose, quien dejaría la banda por presiones familiares en aquellos años. Los cuatro músicos tocaban juntos desde varios años antes pero fue en 1965 cuando se empezaron a presentar con el nombre con que pasaron a ser famosos. Tras años de conciertos en locales de variado pelaje, en febrero de 1967 firman con EMI con quienes lanzan un par de singles con buena acogida, especialmente el segundo, "See Emily Play".
En ese mismo año aparece el primer LP de la banda con once canciones escritas por Barrett a excepción del instumental "Interstellar Overdrive" y "Pow-R Toc-H", firmadas por la banda al completo y "Take Up Thy Stethoscope and Walk" compuesta por Waters. El disco, titulado "The Piper at the Gates of Dawn" en homenaje al libro infantil "El viento en los sauces", uno de los favoritos de Barrett, es considerado hoy como uno de los pilares del movimiento psicodélico y nos muestra, concentrado en apenas 40 minutos todo el universo de Barrett: canciones casi infantiles, otras surrealistas, pasajes instrumentales alucinogenos y toques más convencionales con recuerdos a los Beatles y otras bandas de éxito de la época.
Desgraciadamente, con la salida del disco, también se pusieron de manifiesto los graves problemas mentales de Syd Barrett ocasionados principalmente por su consumo de LSD. Poco tiempo después, la banda, ya con David Gilmour como un miembro más, decidió prescindir del concurso de su líder y miembro fundador, aunque el segundo disco, publicado el año siguiente, contaría aún con un tema de Syd.
Hay muy pocos puntos en común entre este disco y los otros de Pink Floyd que hemos venido tratando en La Voz de los Vientos en estas semanas pero nos parece un trabajo con la suficiente entidad para tener un hueco por aquí. No hay que buscar en "The Piper at the Gates of Dawn" la excelencia sonora de un "The Dark Side of the Moon" sino algo muy distinto: un orígen, un punto de partida necesario en la trayectoria de una de las pocas bandas que pueden presumir de haber hecho historia en un género como el rock, en el que esta expresión se usa con tanta frecuencia como poco rigor habitualmente.
A día de hoy se pueden encontrar varias versiones de este trabajo. Las mas recientes son la de dos discos que contiene las mezclas originales en mono y en stereo y que podeis encontrar en uno de los sitios habituales a buen precio: play.com 2 discos y la de tres CDs que añade un disco con los singles de la época y alguna toma alternativa de los temas del disco en una edición más lujosa. También en play: 3 discos. También es cierto que para finales de año se ha anunciado la reedición de todo el catálogo de Pink Floyd en distintas ediciones que prometen un sonido mejor que nunca. Será cuestión de comprobarlo. Mientras tanto, podeis disfrutar de un raro video de "Astronomy Domine", una de las piezas del disco:
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