Cuando uno
hace su primer papel en el cine con tres años, hay que buscar alguna razón detrás de ese temprano debut. Si en tu
partida de nacimiento aparece que tus padres son Vincent Minelli y Judy
Garland, la cosa se explica sin necesidad de apellidarte Holmes.
A pesar de que suene a tópico, la vida de Liza Minelli
parece sacada de un guión de cine porque se pasea sin reparos por todos y cada
uno de los lugares comunes de muchas de las biografías de estrellas nacidas de
padres famosos: desde los comienzos en el teatro, los discos, las películas, el
divorcio de sus padres, el más que probable suicidio de su madre, el triunfo
con los mayores premios (Oscar incluido) y luego la caída a los infiernos, los
problemas de abuso de drogas, el alcoholismo (casi calcando los pasos de su
madre Judy), el olvido por parte del público, etc. Tras rodar “Cabaret”,
película con la que ganó el Oscar, comenzó una cuesta abajo en la que de sus
siguientes once papeles en la gran pantalla, en seis se interpretaba a sí
misma. En algunos casos, simplemente poniendo la voz como narradora llagando
incluso a recuperar una antigua película en la que daba vida al personaje que
hizo famosa a su madre, la pequeña Dorothy de “El Mago de Oz” para intentar
volver al primer plano.
En 1989, que es cuando aparece en el mercado el disco que
hoy nos ocupa, los dos últimos papeles en el cine de Liza le habían supuesto
ganar un premio “razzie”, paródico galardón en el que se “homenajea” a la peor
interpretación en cine del año anterior. En su faceta musical su último disco
se había publicado más de 12 años atrás y con no demasiado éxito. Si en 1988
alguien hubiera preguntado qué tenían en común Liza Minelli, los Pet Shop Boys
y Gene Simmons (el histriónico bajista de Kiss), todos habríamos adoptado una
actitud expectante por saber cómo terminaba el chiste. Nadie habría imaginado
que la “broma” iba a tener forma de disco y que se convertiría en un
superventas en el Reino Unido y varios países, incluyendo España. Resulta que
Simmons era uno de los mejores amigos de la diva y se empeñó en que esta tenía
que volver a grabar un disco pero no como los de sus años dorados sino con un
sonido actualizado. Cuando por fin la convenció, Liza pensó en una canción que
le había encantado: “Rent”, el éxito del disco “Actually” de Pet Shop Boys. Se
hicieron los trámites correspondientes y la cantante de “Cabaret” se vio con
los miembros del dúo para poner en marcha el proyecto. La versión oficial
difiere ligeramente de esta y señala que la colaboración fue idea de un directivo
americano de Epic Records pero, como románticos que somos en el fondo, nos
quedamos con la historia de Simmons. Liza Minelli dejó a criterio de Tennant y Lowe la
elección de los temas con la única condición de que las letras tuvieran
sentimiento. Neil era un buen aficionado a los musicales y pensó enseguida en
una canción de “Follies”, de Stephen Sondheim, titulada “Losing My Mind”. Cabe
señalar que, aunque el musical se estrenó en 1971, estuvo en cartel en el West
End londinense durante más de 600 noches entre 1987 y 1989 por lo que el
cantante de Pet Shop Boys, quien asistió a la última representación, lo tenía
muy fresco en aquel momento. De hecho, desde que escuchó la canción original le
rondaba la idea de adaptarla para Pet Shop Boys y fue cuando surgió todo el
proyecto con Liza que la opción de la diva como la intérprete de la canción
pareció la más natural.
El tema, en su versión original, era una balada muy lenta
pero lo que hicieron Pet Shop Boys para Liza fue una transformación radical de la
misma en un éxito destinado a las pistas de baile con un tratamiento muy
similar al que le dieron poco tiempo antes al “Always on My Mind” de Elvis
Presley en lo que fue uno de los mayores éxitos del dúo. Como curiosidad,
preguntado Stephen Sondheim sobre la nueva versión del tema, no se mostró muy
entusiasmado aunque sí con la repercusión en forma de “royalties” que le estaba
reportando. Tanto Liza como Neil y Chris, por el contrario, quedaron tan
entusiasmados con el resultado que decidieron extender la colaboración a un
disco entero de cuya producción, arreglos y composición (casi en su totalidad)
quedarían encargados los integrantes de Pet Shop Boys. La mayor parte del disco
se grabó aprovechando una serie de conciertos de Liza en Londres junto con Sammy
Davis Jr. y Frank Sinatra.
Hablando de Pet Shop Boys, en aquel entonces se encontraban
en un momento crítico, en el sentido en que se encontraban ante un desafío
importante: tras varios números uno en la listas, el último no había llegado al
“top-3” por lo que se estaban planteando que habían tocado techo y que ahora
sólo quedaba luchar por mantenerse ya que no podía crecer más. Esto suponía
ampliar horizontes, lo que se materializó en distintas colaboraciones:
escribieron varias canciones para Dusty Springfield, compusieron el gran éxito
de Patsy Kensit y sus Eighth Wonder (“I’m Not Scared”) y formaron parte de la
creación del “supergrupo” Electronic con el guitarrista y cantante de New
Order, Bernard Sumner y el guitarista de los Smiths, Johnny Marr a quienes se
sumaron David Palmer, teclista de ABC y Anne Dudley de Art of Noise. En este
contexto, la posibilidad de colaborar con Liza Minelli era una oportunidad más
de diversificarse sin quemar el nombre de Pet Shop Boys y, en todo caso,
reforzándolo como una banda de gran versatilidad.
El disco surgido de la colaboración entre Liza y nuestro
dúo, llevó el título de “Results” y fue publicado por Parlophone, la
discográfica que hasta hace muy poco tiempo editaba todos los trabajos de
Tennant y Lowe. La nómina de músicos es extensa e incluye a varios de los
colaboradores habituales de Pet Shop Boys en aquel entonces. Participan en
“Results”: Angelo Badalamenti (arreglos orquestales), J.J.Belle (guitarras),
Danny Cummings (percusión), Anne Dudley (arreglos y dirección orquestal),
Donald Johnson (rapeado), Julian Mendelsohn (teclados, coros), Courtney Pine
(saxo), Andy Richards (teclados) y Peter-John Vettese (teclados, piano). Neil
Tennant y Chris Lowe tocan teclados y el primero hace algunos coros.
Neil Tennant y Liza Minelli en un acto de la época del disco. |
“I Want You Now” – Comienza el disco sin medias tintas con
un tema electrónico y bailable muy directo aunque hay que destacar los
importantes arreglos de cuerdas de Angelo Badalamenti y Anne Dudley que
aparecen en todo el tema. En términos de sonido, el dúo anticipa algunas cosas
que aparecerían en su próximo álbum un tiempo después. La particular voz de
Liza encaja perfectamente en el tema y se revela como una interesante sorpresa
para los que dudaban.
“Losing My Mind” – El primer single y tema principal del disco
es la ya comentada versión de Sondheim, una canción que los Pet Shop Boys
convierten en un hit inmediato aplicando todo su oficio a la hora de componer
singles. Cualquiera que la escuchase en su momento sin tener ni idea de su
historia, identificaría sin el menor resquicio de duda al dúo como los artistas
detrás de la canción.
“If There Was Love” – Tras dos cortes destinados a la pista de baile llega uno de corte similar pero con unos arreglos que nos remiten a los primeros trabajos de Pet Shop Boys con un ligero toque “house”. Con esas lineas de bajo tan características de discos como “Please” y los envolventes teclados marca de la casa, es el ritmo, más mecánico y monótono que de costumbre, el que se desmarca ligeramente de la línea habitual del grupo. Como curiosidad, tras una pausa dramática muy cinematográfica en la que los violines llevan todo el peso, Liza recita el “soneto 94” de William Shakespeare acompañada de los sintetizadores y de un gran solo de saxo de Courtney Pine.
“So Sorry, I Said” – Cuando escribieron la canción, los
miembros de Pet Shop Boys pensaron en un dúo entre Liza y Frank Sinatra,
aprovechando la presencia de ambos en Londres pero ella no pareció entusiasmada
y sugirió que fuera Neil su “partenaire”, algo que finalmente fue descartado. De
este modo, es Liza la única intérprete de una preciosa balada que fue el tercer
single del disco. Se trata de una canción que continúa la tradición de grandes
temas lentos del dúo y que tiene mucho en común con “It Couldn’t Happen Here” o
“King’s Cross”, ambas de su disco “Actually” con las que comparte incluso
sonidos.
“Don’t Drop Bombs” – Continuamos con el tema que sirvió de segundo single del disco, un enérgico tema electrónico lleno de ritmo, con poderosas secuencias y un atractivo estribillo. Los sintetizadores se transforman en afilados órganos en un corte épico lleno de efectos, scratches, e incluso alguna intervención de Neil pasada por el vocoder. En su momento nos pareció el mejor corte de todo el disco y casi 25 años después seguimos pensando igual.
“Twist in My Sobriety” – La composición y grabación del disco fue algo precipitada por lo que Tennant y Lowe no pudieron preparar un extenso repertorio lo que se traduce en la aparición en el tramo final del mismo de algunas versiones de temas antiguos. Comienza la serie con un éxito reciente de la cantante Tanita Tikaram. Se trataba de una preciosa canción incluida en el disco de debut de la vocalista un año ante y que contaba con un inspirado solo de oboe muy característico. La versión de Pet Shop Boys para Liza Minelli pierde todo el encanto que tenía la original y es, en nuestra opinión, el gran fiasco del disco.
“Rent” – La siguiente versión era la del inevitable clásico
del dúo que tanto había gustado a Liza y gracias al cual se pensó en ellos para
acompañarla. Contrariamente a lo que ocurría en el tema anterior, el
sorprendente arreglo de la canción, que toma la forma de un tema clásico de
cualquier musical de Broadway o del West End, es magnífico y muy acertado para
la interpretación de Liza. No escuchamos sintetizadores ni ritmos electrónicos
sino sólo a la orquesta y la vocalista con algunas segundas voces ocasionales.
Un acierto con mayúsculas.
“Love Pains” – Recuperamos en este momento un viejo éxito
disco de Yvonne Elliman de 1979. Curiosamente, la cantante Hazell Dean publicó
su propia versión de la canción apenas unos días antes de que “Results” saliera
a la venta y también Viola Willis hizo lo propio con lo que por un tiempo
convivieron las tres interpretaciones en las listas, algo que no es muy
habitual. En la interpretación de Liza Minelli se respeta el espíritu
discotequero de la canción conservando los característicos coros en el
estribillo y las clásicas guitarras de la época aunque reforzadas
convenientemente con un robusto arsenal rítmico procedente de los
sintetizadores y secuenciadores. Sin ser uno de los mejores temas del disco,
fue elegido como cuarto y último single ya en 1990.
“Tonight is Forever” – Acercándonos al final del disco,
encontramos otra versión del propio dúo, en este caso de una de las canciones
que formaron parte del disco de debut de éstos: “Please”. Continuando con la
idea de realizar revisiones completamente diferentes de las originales, la
canción sigue un proceso paralelo al de “Rent” con un tratamiento completamente
orquestal y cercano al del musical .
“I Can’t Say Goodnight” – Cerrando el disco, Tennant y Lowe
deciden rescatar una de las primeras canciones que escribieron allá por 1982 y
que había permanecido en un cajón hasta ahora. Se trata de un tema cercano al
soul, con una clásica parte de saxo, guitarras ondulantes y una cadencia
parsimoniosa que, a pesar del formato pop, tiene también puntos en común con
los temas de los musicales de la época. Ignoramos si fue eso lo que provocó su
inclusión en el disco o fue adaptado de esta forma para la interpretación de
Liza.
Muchos críticos, así como los propios integrantes del dúo,
consideraron “Results” como un disco más de Pet Shop Boys con Liza Minelli como
vocalista, por más que quien apareciera en la portada fuera la actriz. En
cierto modo se produjo algo similar a lo que el cine de Quentin Tarantino
consiguió con determinados actores: devolver al primer plano a una vieja gloria
cuyos mejores días quedaban ya lejanos. Por un tiempo, Liza volvió al primer
plano aunque no llego a relanzar su carrera discográfica ya que sólo ha grabado
dos discos más desde entonces aunque probablemente nunca fuera la intención de
la diva relanzar su carrera sino, sencillamente, demostrar que aún podía hacer
grandes cosas si se lo proponía. “Results” fue un acierto y sirvió, además,
para ver que los Pet Shop Boys iban más allá del típico dúo pop siendo
versátiles para adaptarse a diferentes estilos y artistas, algo que iban a
utilizar en el futuro, tanto a la hora de enfrentarse a nuevas versiones ajenas
como a afrontar encargos de artistas de renombre para escribir alguna que otra
canción más. Como siempre, el lector interesado en hacerse con el disco tiene a
su disposición los siguientes enlaces:
amazon.co.uk
play.com
amazon.co.uk
play.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario