domingo, 31 de mayo de 2015

John Scofield & Pat Metheny - I Can See Your House from Here (1994)



La idea de hacer un disco a dúo con otro artista es una de las que siempre rondan la cabeza de muchos músicos de todos los tiempos. Bien pensado, ofrece una serie de ventajas teóricas que no hay que tomar a la ligera. Por un lado, el contacto, el intercambio de ideas y las sinergias que pueden surgir de esa llamada “química” que a veces se produce al poner en común dos talentos distintos constituyen una posibilidad que siempre merece la pena explotar. Por otra parte, y desde el punto de vista meramente comercial, supone para cada uno de los artista implicados la oportunidad de introducirse en el grupo de seguidores del otro con lo que eso conlleva de cara a las ventas de discos futuros.

En el otro lado de la balanza encontramos los problemas de ego tan habituales en las grandes estrellas o la simple incompatibilidad de caracteres que pueden arruinar cualquier opción de que la colaboración llegue a buen puerto o arroje algún resultado digno del nombre de sus autores. Ejemplos de ambos casos tenemos a montones aunque creemos que el disco del que hablamos hoy estaría en el primer grupo.

A primera vista, una colaboración entre dos músicos pertenecientes al mismo género y especialistas en el mismo instrumento tiene el riesgo de que surja algún tipo de rivalidad que haga del trabajo conjunto una especie de competición para ver quién es el más brillante de los dos, quién destaca sobre el otro o quién tiene mayor peso. Si hubo algo de eso en este disco, no se notó demasiado. La autoría de los temas que integran el trabajo se reparte de forma equitativa (todo lo que puede serlo con un número impar de composiciones). Si la balanza se inclina hacia uno de ellos por un ajustado 6 a 5 bien puede deberse a que éste jugaba en casa: el disco apareció en su sello discográfico y los músicos de acompañamiento formaron parte de su trío a comienzos de los años 80.

Hablamos de dos guitarristas imprescindibles en el jazz moderno que han trabajado junto a los mejores y se han labrado un nombre respetado en sus respectivas carreras en solitario. Tanto John Scofield como Pat Metheny son ya auténticas instituciones en su género musical aunque en el momento en que apareció el disco, el segundo se hallaba en medio de una gran controversia entre los seguidores del “Metheny ECM” y los del nuevo “Metheny Geffen”, de un sonido más dulcificado y comercial, algo que para parte de los aficionados fue considerado como una traición. Quizá por ahí sea más fácil encontrar una explicación a este trabajo junto a Scofield en el que podemos escuchar un jazz más próximo al de aquel primer Metheny y, por supuesto, al del propio Scofield que es quien, como decíamos antes, juega de local: El disco se publica en Verve, su sello por aquel entonces y tanto el bajista Steve Swallow como el batería Bill Stewart fueron miembros del John Scofield Trío (de hecho, Stewart había seguido colaborando con Scofield con regularidad desde entonces). El reparto de las intervenciones de cada guitarrista, de cara a la identificación por parte del oyente es muy curioso: cada uno de ellos ocupa uno de los canales del estéreo.

Metheny y Scofield en el Festival de Jazz de Vitoria


“I Can See Your House from Here” - Una melodía muy definida abre la pieza y se repite durante los primeros compases de la misma sin apenas variaciones salvo las procedentes de la incorporación del segundo guitarrista enriqueciendo algunos fragmentos. La pieza está firmada por Scofield pero no difiere en exceso del estilo de su “partenaire” por lo que ambos artistas encuentran en ella un excelente campo de expresión. Junto a ellos, la batería de Stewart raya a un nivel particularmente alto.

“The Red One” - Llega el turno para Metheny que nos ofrece una pieza electrificada con retazos rockeros que el artista explotaría más adelante en “Imaginary Day”. Junto a ellos, escuchamos el inconfusible sonido de la guitarra sintetizada de Pat en un largo solo pleno de energía y magistralmente apoyado por Scofield.

“No Matter What” – Volvemos con John como autor de esta pieza y la siguiente del disco. Escuchamos ahora sonidos más intimistas, las guitarras pierden toda agresividad y las baquetas se cambian por escobillas. El oyente aficionado al jazz más clásico que podría haber comenzado a hacerse cruces con los dos primeros cortes del trabajo, seguramente encontrará aquí un motivo para proseguir la escucha de un modo algo más relajado. Escuchamos una magnífica pieza llena de talento en la que nos parece apreciar por primera vez en el disco una mayor complicidad del bajista Steve Swallow con los dos protagonistas.

“Everybody's Party” - Sin salirnos de los estándares del jazz, asistimos a un ligero cambio hacia el blues con toques funk muy interesantes. La pieza se abre con un riff bastante sencillo a partir del cual Scofield y Metheny alternan diferentes solos realmente interesantes que demuestran un perfecto entendimiento entre ambos artistas.

“Message to My Friend” - Volvemos a Metheny que nos muestra una composición preciosa, desnuda, sin aditamentos superfluos y con un aroma a bossa nova que nos recuerda que estamos en la época inmediatamente posterior a esa obra maestra que fue “Secret Story”.

“No Way Jose” - Regresa ahora Scofield con una de las composiciones más animadas y complejas del disco en todos los aspectos, desde los ritmos hasta las propias melodías. El comienzo es abrumador pero no tardamos en entrar en una sección algo más tranquila en la que brilla con luz propia la sección rítmica. A partir de ahí encontramos una serie de duetos entre ambos guitarristas que se ajustan a las expectativas que suelen albergarse cuando se trata de un disco de estas características.



“Say the Brother's Name” - Entramos en un segmento dominado por Metheny, autor de las próximas tres piezas del disco. La primera sigue ahondando en los ritmos brasileños a los que se adaptan perfectamente las guitarras (acústicas en esta ocasión) de ambos músicos. De nuevo la referencia del “Secret Story” (de sus piezas más intimistas) es notable.

“S.C.O.” - La batería nos da la bienvenida a una pieza compleja en la que los ritmos varían continuamente de forma paralela al despliegue de una intrincada red de sonido por parte de los dos guitarristas. Pasada la introducción asistimos a un breve duelo entre bajo y batería que da paso al solo principal de Metheny. Jazz en estado puro que seguro que reconcilia de alguna forma a los detractores del guitarrista no del todo conformes con el enfoque que tomaba su carrera en solitario en aquel entonces.



“Quiet Rising” - A lo largo del trabajo comprobamos que Metheny no duda ni un instante en desnudarse artísticamente mostrandonos varias composiciones llenas de sentimiento en las que prescinde de todo adorno. Éste es otro ejemplo claro de esto que decimos. Junto a él, el trío de Scofield interpreta a la perfección el papel que le toca .

“One Way to Be” - La recta final la ocupan dos piezas de Scofield. La primera de ellas, veloz e intensa, sin apenas descanso para la guitarra principal en toda la extensión del tema nos muestra todo el talento improvisatorio del artista perfectamente secundado por sus compañeros.

“You Speak My Language” - Cerrando el disco escuchamos un tema que comienza como un blues improvisado a duo entre las dos guitaras que evoluciona enseguida hacia sonidos y formas más propiamente jazzísticos con un Scofield descomunal y un no menos acertado Metheny dando la réplica.


Cuando hablamos de músicos del corte de Metheny y Scofield o de un género como el jazz, un disco colaborativo tiene más sentido que en muchos otros casos en los que los artistas involucrados parecen metidos con calzador. Así, es fácil entender por qué en este caso no estamos ante un fiasco sino ante un disco magnifico muy disfrutable por los seguidores de cualquiera de los dos artistas y por los del jazz en general.

Os dejamos con una muestra de lo que ambos guitarristas son capaces de hacer en directo:

 

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