La música
de Arvo Pärt se encuentra entre las más populares y también entre
las más interesantes de nuestro tiempo y buena parte del mérito se
la debemos al empeño de Manfred Eicher, fundador del sello ECM y una
de las personas que mayor interés se tomó en la difusión de la
obra del compositor estonio. En 1984, Eicher inauguraba la división
“ECM New Series” de su sello en la que iba a lanzar trabajos
relacionados con lo que podríamos llamar música culta, para
diferenciarse de la rama principal de la compañía, más centrada en
el “jazz” contemporáneo. El primer disco publicado en el nuevo
sub-sello fue “Tabula Rasa” de Arvo Pärt tras el cual Eicher y
el compositor asentaron una relación que llevó a que la mayor parte
de los estrenos de Pärt verían la luz en ECM, algo que se ha venido
manteniendo hasta nuestros días.
En 1996
apareció “Litany”, un disco que recogía tres obras recientes en
aquel momento (siendo estrictos, dos obras recientes y un arreglo de
otra pieza antigua). Participan en él la Hilliard Ensemble integrada
por David James (contratenor), Rogers Covey-Crump (tenor), John
Potter (tenor) y Gordon Jones (bajo), la Tallin Chamber Orchestra y
el Estonian Philharmonic Chamber Choir dirigidos ambos por Tönu
Kaljuste, interviniendo todos en la pieza central que dá título al
disco. Las dos obras e complemento son ejecutadas por la Lithuanian
Chamber Orchestra con Saulius Sondeckis a la batuta.
Arvo Pärt junto a Paul Hillier |
“Litany”
- Encargo del Oregon Bach Festival, esta pieza para coro, orquesta de
cámara y solistas se estrenó en 1994 y ocupa la parte principal del
disco. Las voces comienzan a sonar surgiendo de lo más profundo y
nos remiten a Perotin o Tomás Luis de Victoria, referencias,
especialmente la primera, muy presentes en la música coral de Pärt.
Cuerdas y coro emergen también poco a poco y todo sucede de un modo
extremadamente pausado, algo que requiere del oyente toda la atención
posible para disfrutar de los matices de la partitura en su justa
medida. Sólo las campanas tubulares y los metales se salen en algún
instante de la línea de extrema pausa pero sólo para volver a
quedar ocultas poco después hasta que, con una breve fanfarria
asistimos al primer cambio importante de la obra que pasa a estar
dominada por la orquesta en pleno y los coros, mucho más potentes
ahora que en los minutos iniciales. El ecuador de la obra lo marcan
los timbales que presentan de nuevo al coro, ahora junto con las
cuerdas en un discurso muy contemporáneo que nos reconcilia con el
mejor Pärt. El resto de la obra es un precioso “in crescendo”
que nos recuerda la intensidad de su “Cantus” en recuerdo de
Benjamin Britten, una de las composiciones más emocionantes del
repertorio del compositor estonio.
“Psalom”
- Revisión de 1995 de la composición de 1984. Siempre nos ha
encantado la música del Pärt estrictamente instrumental y esta
breve composición sigue la tradición de piezas como “Summa” (en
su versión para cuerdas). Con un material muy escueto, el compositor
construye una obra de gran belleza en la que demuestra que muchas
veces, en música, menos es más.
“Trisagion”
- Cierra la colección esta pieza orquestal de 1992 revisada en 1995
de cara a esta grabación. Se trata de una obra con muchos puntos en
común con la anterior aunque su duración sea más o menos el doble.
Pärt maneja las cuerdas con templanza en la primera parte de la
composición para redoblar su intensidad en la segunda en la que
reconocemos al autor del “Collage über B-A-C-H”. Un magnífico
ejemplo de la obra de Pärt que, no en vano, ha sido incluido en la
reciente recopilación de lo mejor de su obra, aparecida en ECM bajo
el título de “Musica Selecta”.
No es fácil para un compositor contemporáneo superar las barreras del círculo de la música “culta” y hacer que su obra sea conocida por parte de un público más general. Más complicado, si cabe, se nos antoja cuando hablamos de un músico profundamente religioso y cuya obra está muy relacionada con su fe. Sin embargo, Arvo Pärt lo ha conseguido de forma notable y su música llega hasta nosotros en las formas más diversas, incluida su presencia en multitud de bandas sonoras de películas de todo tipo, desde “Las Invasiones Bárbaras” hasta “Pozos de Ambición” pasando por auténticos “blockbusters” como la última entrega de “Los Vengadores”. En el blog siempre le guardaremos un lugar muy destacado entre nuestros compositores predilectos y no dejaremos de recomendar su obra.
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