A cada año que pasa parece más lejana la posibilidad de escuchar un nuevo disco del Pat Metheny Group, la banda del guitarrista norteamericano que nos regaló un buen puñado de grandes discos en los que el músico fue mucho más allá de las fronteras del jazz tradicional fusionandolo con todo tipo de músicas y estilos distintos. Afortunadamente, en ausencia de grabaciones con su banda, Metheny nos ha regalado en los últimos años un buen montón de discos en solitario y en colaboración con distintos musicos junto a los cuales ha seguido desarrollando nuevas e interesantes propuestas.
La última de ellas, de reciente aparición, lleva el título de “Unity Band” y en ella, Metheny se hace acompañar por el bajista Ben Williams, el batería mejicano Antonio Sánchez (incorporado al Pat Metheny Group en 2002) y el saxofonista Chris Potter. Es precisamente la presencia de este último el hecho más destacable por lo que tiene de novedad en la música de nuestro guitarrista la presencia de un saxofonista. Sonará extraño pero lo cierto es que desde el disco “80/81”, no se había vuelto a escuchar un saxo en un proyecto de Pat Metheny (obviando discos en colaboración con otros músicos como el legendario “Song X” con Ornette Coleman). Ésta novedad no es meramente anecdótica sino que tiene mucha importancia. Comenta el propio músico al respecto en una entrevista en su propia web (www.patmetheny.com) que “he disfrutado enormemente de mis colaboraciones y proyectos con un puñado de grandes saxofonistas en el pasado. A partir de “80/81” participé en cinco grabaciones consecutivas con Mike Brecker, participé en “Wish” de Joshua Redman con quien hize un montón de conciertos, con Kenny Garrett hicimos el homenaje a Coltrane… también he tocado en alguna ocasión con David Liebman y Gary Thomas además de haber hecho conciertos puntuales con David Sanchez o Donald Harrison. Y, por supuesto, está “Song X” con Ornette Coleman. Sin embargo, para mi propia música parecía que nunca era capaz de encontrar un punto de partida desde el cual encaminarme a algún sitio en compañía de un saxofonista. En muchas ocasiones hablamos de rescatar la vieja banda del “80/81” pero nunca lo hicimos y ahora con los dos saxofonistas fallecidos (Michael Brecker lo hizo en 2007 y Dewey Redman un año antes) me arrepiento de no haberlo hecho”.
Interrogado por el motivo de volver a usar saxo precisamente ahora, Metheny es claro: “La respuesta es sencilla: ¡Chris Potter! Desde el punto de vista del aficionado, en los últimos tiempos le he visto crecer y convertirse en uno de los mejores músicos de nuestra época. Cuando ambos fuimos invitados a participar en el disco de debut de Antonio Sánchez nos dimos cuenta de que teníamos una forma de tocar que encajaba a la perfección y comenzamos a plantearnos un nuevo proyecto para aprovechar ese entendimiento”.
La famosa guitarra Pikasso. El nombre le viene al pelo. |
Para completar la banda necesitaban una sección rítmica. La elección del batería era fácil ya que ambos músicos colaboraban habitualmente con Antonio Sánchez. Como la formación más habitual con la que estaba grabando Metheny en los últimos años incluía al propio Antonio Sánchez y a Christian McBride en el bajo, se diría que no habría mucho que buscar pero no iba a ser él el elegido sino un protegido suyo. McBride había invitado en alguna ocasión a Metheny a sus clases en la Juilliard School y allí le habia presentado a uno de sus alumnos más destacados: Ben Williams. Pat había contado con Williams en momentos puntuales para sustituir a McBride y su forma de tocar el bajo, con su especial sensibilidad para la melodía (algo que Metheny sólo había oído antes en Jaco Pastorius) le encandiló. Con el bajista enrolado en el grupo, nuestro músico completó por fin su nueva formación: la “unity band”.
“New Year” – El disco comienza en una linea similar a los últimos lanzamientos de Metheny en solitario con un precioso sólo de guitarra acústica con influencias del sur. Contrariamente a lo habitual en Metheny, habitualmente inspirado en la música brasileña, en esta ocasión desvía un poco la vista hacia el Río de la Plata en una melodía de aires porteños en la que Piazzolla está muy presente, especialmente tras la entrada del saxo y el bajo. Un Metheny sonando a Piazzolla tiene que recordar por fuerza a Lito Vitale, músico argentino fuertemente influído por ambos músicos y así es. Lo que en cierto modo completa el círculo de las influencias.
“Roofdogs” – No tarda el guitarrista en volver a sus registros más habituales. En ausencia de su teclista de toda la vida, Lyle Mays, todos los sonidos electrónicos, muy presentes en la pieza, los interpreta él mismo a través de su guitarra-sintetizador. La composición nos muestra una gran demostración de facultades por parte de Antonio Sánchez y a un Chris Potter excepcional con el saxo soprano en una composición con el sello de su autor presente en cada nota.
“Come and See” – Primera aparición en el disco de la guitarra Pikasso de Metheny, espectacular artefacto híbrido en el que se combinan un montón de mástiles y cuerdas entrecruzadas. Potter deja los saxos y se arranca con un solo de clarinete bajo en una pieza de jazz más clásico con una participación fundamental de Ben Williams al contrabajo, quien sostiene la composición en todo momento.
“This Belongs to You” – Otra introducción acústica para una de las piezas más tranquilas del disco que vuelve a dejarnos aires del Plata y al Pat Metheny más íntimo y personal de discos como su “Beyond the Missoury Sky” con Charlie Haden o el más reciente “What’s It All About?”.
“Leaving Town” – A pesar de su estilo personal, en ocasiones criticado por su apertura a muchas otras músicas que no son jazz, Metheny se desenvuelve a la perfección en los estandares más clásicos del género. Dentro de ese tipo de piezas más “convencionales” podríamos encuadrar esta composición que contiene un incesante guiño a Coltrane en el contabajo que repite casi como un mantra las cuatro notas principales de “A Love Supreme” como base rítimica de toda la composición.
“Interval Waltz” – Continuando con el jazz más clásico tenemos el siguiente tema, pieza que se mueve dentro de los parámetros habituales del género en todo momento lo que la hace más interesante, si cabe, por cuanto podemos apreciar en toda su magnitud la calidad de cada uno de los intérpretes que tienen su pequeño espacio de lucimento personal a lo largo del tema.
“Signals (Orchestrion Sketch)” – La faceta más inconformista de Metheny queda puesta de manifiesto en esta composición. El “orchestrion” es un invento del músico con el que Metheny puede “controlar” desde su guitarra o a través de pedales y artilugios similares un gran número de instrumentos. Direis que eso suena a controlador MIDI y que lleva mucho tiempo inventado pero de lo que se trata aquí es de una gran máquina que acciona los instrumentos reales de modo que el intérprete se convierte en un auténtico hombre-orquesta que puede intrepretar todo tipo de instrumentos sobre el escenario. Habrá tiempo para hablar de ello más adelante ya que el músico grabó todo un disco con este sistema. La pieza que utiliza el “orchestrion” en el disco es, sin duda, la más ambiciosa de la grabación rozando en muchos momentos las músicas más vanguardistas, especialmente la de Steve Reich, compositor minimalista admirado por Metheny y con el que ha colaborado en el pasado.
“Then and Now” – En la recta final del disco, el músico vuelve a los temas tranquilos y sin sobresaltos de ningún tipo. En esta ocasión se trata de una composición sin demasiada trascendencia de esas que podemos oir de forma habitual en muchas películas y series americanas sin darle mayor importancia. Lo más destacado, la interpretación de Chris Potter, sin duda alguna.
“Breakdealer” – Como cierre, Metheny adopta una postura más agresiva y recurre a elementos propios del jazz-fusión con toques latinos. Ben Williams se luce a conciencia en el contrabajo y su media naranja en la sección rítmica, Antonio Sánchez, le complementa a la perfección. Sin resultar especialmente sorprendente ni innovadora, nos parece una de las piezas más destacadas de todo el disco sin discusión.
Creemos que debe ser muy difícil resumir la carrera de un músico como Metheny en uno o varios discos recopilatorios por la gran variedad de estilos y registros en los que se ha movido. Éste “Unity Band”, sin ser un disco de grandes éxitos al uso, sí que nos muestra, a lo largo de sus nueve composiciones originales, una panorámica bastante completa de lo que ha hecho el músico en estos años con piezas que podrían encajar en distintos momentos de su carrera a la perfección. Por ello, sin ser un recopilatorio, insistimos, nos parece una magnífica puerta de entrada en el “universo Metheny” para el aficionado que no esté aún familiarizado con la música del guitarrista estadounidense a la vez que un trabajo perfectamente disfrutable por el seguidor veterano. Habitualmente, Metheny siempre se ha rodeado de músicos excelentes pero en esta ocasión, la calidad va acompañada de juventud lo que le da un plus de frescura e entusiasmo a la grabación. Os dejamos los habituales enlaces para haceros con ella:
amazon.es
fnac.es
Nos despedimos con una muestra de lo que puede hacer la "Unity Band" en directo:
amazon.es
fnac.es
Nos despedimos con una muestra de lo que puede hacer la "Unity Band" en directo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario