¿Qué ocurre
cuando la herramienta encuentra la madera? Depende, lógicamente, de la
herramienta y de la propia madera. Si hablamos de una sierra y un árbol, pocas
consecuencias distintas del derribo de éste puede tener la coincidencia de
ambos elementos. La herramienta, en cambio, puede ser mucho más delicada y la
madera tener un grado de refinamiento muy particular. Sería el caso del taller
de un luthier que construye un violín... o una flauta... o el armazón de un
piano de cola. Convendrá conmigo el lector en que, en éste último caso, la
confluencia de herramienta y madera nos brindará un resultado, parafraseando a
Arthur C. Clark, no indistinguible de la magia pero sí muy cercano a ésta.
Puntual a su
compromiso no escrito de brindarnos al menos un disco al año, en los últimos
días de noviembre nos llegó la noticia de la publicación, sólo en España, por
ahora, del último trabajo discográfico de uno de nuestros músicos predilectos:
Wim Mertens.
Tiene el
compositor belga un método de trabajo muy personal que le permite cumplir sin
muchos problemas con su periódica cita con el mercado musical y es que Mertens,
como muchos otros artistas, compone constantemente y también graba con cierta
regularidad pero esas grabaciones son archivadas a la espera del momento adecuado.
Hace años, comentaba en una entrevista con Ramón Trecet en Diálogos3 cómo a
veces le resultaba complicado hablar de su último disco porque lo normal era
que lo hubiese compuesto y grabado hasta cinco años antes de su publicación así
que las entrevistas siempre trataban de material antiguo, alejado, en muchos
casos, de lo que el músico hacía en el momento de la charla.
“When Tool Met
Wood” es el poético título de su último disco publicado y data realmente de
hace casi dos años cuando la ciudad portuguesa de Guimaraes encargó la obra a
nuestro compositor en el marco de las celebraciones por la capitalidad europea
de la cultura que la localidad ostentó en 2012 junto con la eslovena Maribor. A
la hora de escuchar el disco, hemos de reconocer que nos cogió muy despistados
por cuanto lo que habíamos leído de la obra original era que se trataba de una
composición para piano y orquesta por lo que nos habíamos hecho a la idea de
que escucharíamos un formato algo diferente del Mertens habitual y con un
sonido más cercano a trabajos como “Open Continuum” o “Partes Extra Partes” o,
a lo sumo, del estilo de “Father Damien”. Craso error en el que no habríamos
caído de haber reparado antes en los créditos del disco que no mostraban nada
parecido a una orquesta convencional y sí un grupo de músicos similar al Wim
Mertens Ensemble de toda la vida algo engordado, con una reducida sección de
cuerda de cuatro individuos, diez más a los vientos, arpa, guitarra, percusión
y piano. La relación completa de músicos entre los que encontramos varios
viejos conocidos es la siguiente: Eric Robberecht (violín), Liesbeth de
Lombaert (viola), Lude Vercampt (chelo), Ruben Appermont (contrabajo), Sabine
Warnier (flautas), Dirk Descheemaeker (clarinete), Katrien Noel (clarinetes),
Karel Schoofs (oboe), Bob Permentier (fagot), Ward Hoornaert (trompeta,
fliscornio), Marc Peremans (trompa), Dominique Vanhaegenberg (trombón), Tim
Vanmedagel (trombón bajo), Hugo Mathijssen (tuba), Hanna Grociak (arpa), Peter
Verbraken (guitarras), Evert Van Eynde (percusión) y Wim Mertens (piano,
teclados).
Wim Mertens. |
“Leeway” – Comienza el disco con el rítmico latido de unos
platillos que pronto se ven acompañados por el resto de la batería. Estamos
ante uno de esos extraños temas a base de percusiones que el Mertens reciente
tiene a bien incluir en varios de últimos trabajos. Afortunadamente para
nosotros, que no encontramos este tipo de piezas particularmente afortunadas,
el tema es breve y algo más inspirado que los que aparecían en discos
anteriores.
“Joy of Laughter” – Cuerdas y piano abren la siguiente
composición en la que la trompeta toma las riendas de la melodía central,
reforzada por la flauta y algo que parece un vibráfono. Las maderas se alternan
entonces en el acompañamiento sin llegar a tener ninguna de ellas un
protagonismo absoluto. Aparece el tambor marcando un ritmo constante que no
altera ni un ápice el desarrollo de una composición que se nos antoja bastante
más compleja de lo que aparenta su escueta melodía principal. Una de esas
piezas el que el Mertens de los últimos años es pródigo y que van ganando con
cada escucha.
“Cire Perdue” – Las cuerdas y el piano acaparan nuestra
atención en la siguiente composición, alegre y vital como gran parte de la
producción del compositor belga de los últimos tiempos. Seguir las evoluciones
de la composición es un auténtico placer en el que la melodía va saltando de
una línea esbozada por el violín al piano y de ahí al violonchelo en una
constante fiesta para el oyente que hará las delicias de los aficionados a la música
de Mertens. En los instantes finales hay un hueco para la flauta y algún otro
de los instrumentos de viento que se unen a la celebración con acierto.
“Sovereign Abandon” – Llegamos al tema más tenso y extraño
del disco pero que, a la vez, nos parece el más destacado e innovador con mucha
diferencia. Comenzamos escuchando un tambor que marca un ritmo casi marcial que
sirve de introducción para una melodía de piano repetitiva con un punto
inquietante, reforzada por el contrabajo.
Escuchamos entonces violín, viola y el violonchelo casi al unísono en un
lamento que tiene algo de flamenco (y no nos referimos a la Flandes natal de
Mertens sino a “nuestro” flamenco). La tensión y el drama son absolutos en una
pieza magistral que nos muestra a un Mertens que (parece mentira) no suena como
ninguna de sus versiones anteriores hasta hoy. Imprescindible.
“Initial Detachment” – Con un ritmo igualmente obstinado
pero tratado de un modo completamente opuesto llega el siguiente tema. De nuevo
el piano marca la pauta y las cuerdas se encargan de dar cuerpo y sabor a la
composición. Volvemos a escuchar esas maderas de antaño martilleando
constantemente para dotar de un ritmo desenfrenado a la pieza. En algún momento
encontramos familiaridades con “Jardin Clos”, el celebrado disco de 1996 del
músico en el que esta composición habría encajado sin complicaciones. No es
nuestra favorita del disco pero sigue siendo un tema interesante.
“Holes in Habit” – Por lo que hemos podido pulsar en la
opinión de los aficionados sobre el disco, éste es, sin duda, el tema que más
ha sorprendido y no es de extrañar. Comenzamos escuchando el familiar sonido de
un clave al que se une enseguida el oboe y la aparición del chelo interpretando
una especie de bajo continuo. Inesperado el giro barroco de Mertens que también
se hace presente en la melodía. Lo que viene a continuación es puro ensalmo ya
que Mertens comienza una evolución del barroco a su particular minimalismo para
terminar fusionando ambos estilos en una pieza soberbia que sólo un músico en
estado de gracia puede firmar. Con ésta pieza y “Sovereign Abandon” confesamos
que nos habríamos dado por satisfechos.
“Slinging” – Tras algo como lo anterior, es muy complicado
mantener el nivel pero Mertens lo intenta con una fórmula similar a la de la
segunda composición del disco: una música optimista con una melodía que se
fragmenta entre los diversos instrumentos provocándonos una sensación muy
placentera. No es un Mertens nuevo pero tampoco lo necesita para agradarnos.
“Affine Schemes” – La vieja fórmula de melodía directa al
piano vuelve a encontrar aquí su sitio. La pieza es convencional en el sentido
en que tenemos un instrumento principal y el resto que actúan complementándolo
pero respetando siempre el rol de éste. Hay instantes en los que el piano calla
y es el arpa quien toma el relevo pero la idea es la misma. Estamos ante un
tema lento con una melodía arrebatadora ante la que no es necesario mucho más:
el Mertens de siempre con todo lo que eso significa.
“Ahead of Itself” – Aún se guarda alguna sorpresa más
nuestro músico antes de terminar el disco. No es una novedad en su música la
aparición, de cuando en cuando, de la guitarra eléctrica pero, en nuestra
opinión, nunca se integraba del todo con el resto de instrumentos sonando un
poco forzada. No ocurre eso aquí según creemos. Con un sonido muy particular y
combinada hábilmente con la trompeta y las percusiones, protagoniza una pieza
no muy extensa pero de agradable escucha.
“Ode Devenu Episode” – Si el disco comenzaba con un solo de
batería, termina de modo parecido con otra exhibición, algo más larga, eso sí,
de percusiones. Una “frivolité” que tendremos que perdonar al viejo Mertens que
utiliza aquí tambores, gongs, tam-tams y todo tipo de parafernalia para
despedir un buen disco de un modo, digamos, original.
Quizá sea aún pronto para hacer una valoración sólida de un
disco que apenas lleva unos días en las tiendas pero lo cierto es que, sin
llegar al nivel de excelencia de otras obras de su autor, nos parece que “When
Tool Met Wood” es un disco notable con un par de momentos sobresalientes y un
nivel medio alto. Conseguir esto más de treinta años después del primer disco y
manteniendo un nivel de producción constante y regular, está al alcance de muy
pocos y Mertens lo consigue. El único “pero” que le ponemos al músico belga es
que se trata del séptimo disco consecutivo para “ensemble” quedando ya muy
lejos “Un Respiro”, su último trabajo pianístico publicado. Para los que
admiramos esa faceta del belga y, sobre todo, la alternancia entre discos de
uno y otro tipo que era una de las cosas que más nos admiraba (el no saber con
qué nos iba a sorprender la próxima vez) ha pasado mucho tiempo sin escuchar a
Mertens en solitario ante las 88 teclas.
La distribución de los últimos discos de Mertens es, cuando
menos, caótica. El músico belga pertenece a EMI Classical pero para España, su
catálogo lo distribuye Warner. Eso hizo que su disco “Zee Versus Zed”
apareciese en nuestro país semanas antes que en el resto del mundo, incluyendo Bélgica.
Con los siguientes trabajos ocurrió al contrario y tardamos más en tenerlo aquí
que en otros lugares. Con “When Tool Met Wood” vuelve a ocurrir lo primero. El
disco se publicó la semana pasada aquí y aún no hay fecha para su salida al
mercado en otros países. Aprovechemos, por tanto, esa oportunidad “exclusiva”
de disfrutar el disco antes que los propios compatriotas del autor. Como
siempre, sugerimos un par de enlaces para hacerlo:
amazon.es
fnac.es
En las páginas de itunes o amazon.es hay fragmentos disponibles de todos los cortes del disco para los que queráis darle una escucha previa.
Nos despedimos con un breve reportaje acerca del estreno de la obra en 2012. Es en portugués pero creemos que se comprende sin demasiada dificultad.
amazon.es
fnac.es
En las páginas de itunes o amazon.es hay fragmentos disponibles de todos los cortes del disco para los que queráis darle una escucha previa.
Nos despedimos con un breve reportaje acerca del estreno de la obra en 2012. Es en portugués pero creemos que se comprende sin demasiada dificultad.
Buen comentario del disco, sí señor. A mí me parece una obra notable, con un Mertens tan inspirado como en los últimos discos de ensemble, lúcido y suelto mezclando instrumentos y sonoridades. Después de su concierto en Zaragoza presentando "A starry wisdom" hace algo más de un año, le pregunté si no tenía algo por ahí de piano en plan más intimista, como "Poema" (para mí, una joya), y me dijo que no, que estaba muy concentrado en estos discos para grupo. De hecho, tenía ya grabado el disco que nos ocupa y solo tenía que mezclarlo; y, además, estaba a punto de grabar más piezas nuevas para una gran orquesta. ¿Cuándo las escucharemos...? Este hombre es un genio y no para...
ResponderEliminarRealmente un genio , en cada disco tiene alguna joya en forma de canción muy hermosas
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