Hay sellos
discográficos cuya sola presencia en la contraportada de un disco te da una
idea muy clara de su contenido, tanto en cuanto al estilo de la música en él
contenida como en lo que se refiere al nivel de calidad de la misma. Si uno lee
“ECM” sabe perfectamente qué va a encontrar en la grabación y algo parecido
sucede con Windham Hill, 4AD, Warp y tantos otros ejemplos de música de calidad.
Con poco más de 10 años de vida, Burning Shed se ha convertido ya en uno de
esos sellos. Lo que comenzó como una pequeña aventura de un sello menor que
publicaba CD-R bajo demanda, fue creciendo de modo que hoy en día ya tienen una
nómina de artistas no demasiado conocidos en su mayoría pero que han sabido
contribuir a crear una imagen del sello que ya es referencia en el pop y rock más
vanguardista, elegante y arriesgado. Se recogen en los discos del sello
tendencias cercanas también al rock progresivo, al ambient y al jazz con lo que
la panorámica que nos muestra es una de las más ricas del mercado discográfico
actual.
Neil Campbell es
un guitarrista escocés no demasiado conocido pero que tiene en su haber una
extensísima discografía en la caben todo tipo de proyectos ya sean en solitario
o como miembro de distintas bandas. Intentar referirnos a todas las bandas con
las que ha colaborado y a los discos que ha publicado sería una tarea vana ya
que éstos formarían un listado con decenas de referencias.
Carlo Bowry, por
su parte, es otro guitarrista de trayectoria más humilde en cuanto a los grupos
y discos en los que ha participado pero de similar calidad técnica. Miembro de
los Wizzards of Twiddly, grupo de tendencias progresivas cercano al llamado “sonido
Canterbury” (han colaborado con Viv Stanshal o Kevin Ayers, por citar dos
puntales de dicho estilo).
Que dos
guitarristas de esta talla se junten para publicar un disco juntos no debería
tener nada de especial pero hubo algo que nos sorprendió desde que recibimos el
“newsletter” de Burning Shed hace unos meses: el repertorio. La música que había
reunido a Campbell y Bowry no era la habitual en sus trabajos anteriores sino
dos obras minimalistas de dos de los compositores más representativos de esa
corriente, viejos conocidos de los lectores del blog: Philip Glass y Steve
Reich.
Campbell y Bowry en acción |
La primera de las
dos piezas es “Metamorphosis”, una composición en cinco movimientos que Glass
escribió a mediados de los años ochenta para piano basada en la famosa novela
de Franz Kafka. En su momento, fue el primer ciclo importante de piezas para
piano del compositor norteamericano y es probable que, hoy en día, sea su obra
más grabada por parte de otros artistas. Además, “Metamorphosis” ha conocido
adaptaciones a otros intrumentos, ya sea de la obra completa o de alguno de sus
cinco movimientos. Las más numerosas han sido las adaptaciones al arpa pero
también hemos escuchado alguna versión orquestal de la obra e incluso para violonchelo.
Neil Campbell realiza una trascripción para dos guitarras, la eléctrica que
interpreta Carlo Bowry y la clásica de la que se encarga él mismo, siguiendo básicamente
una regla: la guitarra clásica interpreta la parte encargada a la mano
izquierda del pianista y la eléctrica la de la mano derecha aunque no hablamos,
naturalmente, de una regla estricta. La versatilidad de la guitarra eléctrica
es aprovechada en varios momentos para introducir otro tipo de arreglos en los
que ésta suena de forma parecida a un chelo, con notas más sostenidas y que
encajan de un modo fantástico en la composición. No es Glass un compositor en cuyo
repertorio encontremos demasiados ejemplos de música para guitarra (quizá el más
notable se encuentre en la ópera “The Fall of the House of Usher”) aunque sí que hemos escuchado alguna que otra
adaptación notable para ese instrumento (pensamos en la versión de David
Leisner del cuarto “knee play” de la ópera “Einstein on the Beach, por ejemplo).
La interpretación de Campbell y Bowry de las “Metamorphosis” glassianas es
fascinante por momentos y nos descubre nuevos matices en una partitura que, de
tanto escucharla, teníamos ya por perfectamente conocida.
Capítulo aparte merece la segunda obra del disco. Contrariamente a Glass, Reich sí que tiene un cierto número de obras para guitarra en su repertorio lo que hace que, si bien la elección de una concreta para incluirla en el disco sea algo más sencillo que en el caso de Glass, la comparación con otras versiones sea inevitable y tenga mucho de desafío, especialmente si hablamos de una obra cuya primera grabación a cargo, nada menos que de Pat Metheny, estableció unos niveles de calidad que la convirtieron inmediatamente en un estándar. Hablamos aquí tiempo atrás de “Electric Counterpoint” por lo que nos ahorraremos la descripción de la pieza. No es del todo habitual que el productor de un disco aparezca en la portada junto con el de los intérpretes del mismo y eso es algo que sucede aquí. Gordon Ross, uno de los principales impulsores de Creative Universe es un productor de Liverpool no demasiado conocido por el gran público pero que ha hecho ya algunos trabajos interesantes con bandas de pop y rock, aunque también organiza eventos tales como bailes al clásico estilo vienés para la alta sociedad británica. Ross era un enamorado del disco de Reich y Metheny y su interés en la música del compositor le llevó a producir algunas grabaciones de la misma y a encargar la composición del una obra al propio Reich para la celebración de la Capitalidad Europea de la Cultura de la ciudad de Liverpool en 2008. Unos años después, Ross propuso a Neil Campbell la grabación de una nueva versión de “Electric Counterpoint” para guitarra acústica (lo que justifica el nuevo título de “Acoustic Counterpoint” que la obra lleva en el disco que hoy comentamos). Neil recogió el metafórico guante y ambos se pusieron manos a la obra con la grabación de la pieza para guitarra clásica y baja. El resultado lo podemos escuchar en el disco que hoy comentamos y, ciertamente, está a la altura de las expectativas convirtiéndose en una alternativa muy válida a la versión del mismísimo Pat Metheny. En palabras de uno de los artistas más representativos del sello, el vocalista de No-Man Tim Bowness, “resiste cualquier comparación con la interpretación original de Pat Metheny lo cual constituye un logro muy significativo en sí mismo”.
En La Voz de los Vientos creemos que este
disco es uno de los grandes lanzamientos de este 2013 que ya termina y, aunque
no aparecerá en ninguna lista de “lo mejor de...” no podemos dejar de
recomendarlo. Por sus especiales características, estamos seguros de que gustará
a nuestros lectores habituales. Si os decidís por haceros con él, está
disponible en los siguientes enlaces:
amazon.es
burningshed.com
Nos despedimos con el segundo movimiento de "Acoustic Counterpoint" a cargo de Neil Campbell en directo:
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burningshed.com
Nos despedimos con el segundo movimiento de "Acoustic Counterpoint" a cargo de Neil Campbell en directo:
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