Afirmar que
Sebastien Tellier nos conquistó con su participación en el festival de
Eurovisión de 2008 representando a Francia sería un poco exagerado pero lo
cierto es que su participación en el certamen hizo que superásemos la pereza y
durante unos minutos nos sentáramos frente al televisor para ver de qué iba
todo aquello. La canción y su puesta en escena nos convencieron definitivamente
de que Tellier era un tipo a seguir.
En su primer
disco, comentado aquí hace un tiempo, Tellier tuvo la influencia de los
miembros de Air, con los que había estado de gira en su momento. Para
“Sexuality”, el tercer disco del músico, cuenta con la participación del otro
dúo estelar de la música francesa: Daft Punk o, siendo más precisos, con
Guy-Manuel de Homem-Christo, el 50% de la afamada banda, quien se encarga de
producir un disco en el que Tellier, por su parte, toca todos los instrumentos.
Músico y productor en una de las imágenes del libreto del disco. |
Tellier entrega
un disco desenfadado, hedonista, lleno de canciones sencillas de un agradable
pop electrónico. Sin pretensiones pero muy elegante y eso es algo muy de
agradecer en estos tiempos.
“Roche” – Una
secuencia simple con un sonido decididamente ochentero, acompañado de
percusiones tan tópicas en aquella época como los “samples” de palmas conforman
el sencillo envoltorio que arropa la voz de Tellier en una canción
pretendidamente sensual. Queremos creer que afrontar el disco con una media
sonrisa en tono socarrón ayuda a asimilarlo adecuadamente, teniendo en cuenta
que hay más elementos paródicos en él que intenciones verdaderamente
erotizantes aunque podríamos estar equivocados en este punto.
“Kilometer” – Continuando
con la sonoridad de los ochenta, escuchamos los clásicos “samples” de metales y
una caja de ritmos deliciosamente vintage. Algunas notas de bajo por aquí y por
allí salpican un tema en el que no faltan los insinuantes suspiros y jadeos que
escandalizaron de la mano de Serge Gainsburg décadas atrás. La influencia de
Daft Punk se hace evidente en los efectos aplicados sobre la voz de Tellier en
buena parte de la canción.
“Look” – La
siguiente balada concentra todas las influencias del género de los años
cercanos a 1985 y ya desde los primeros compases nos recuerda a algún que otro “hit”
de la época. Tellier adopta un rol casi susurrante en la mayor parte de la
canción. Por lo demás, se trata de una pieza deliciosamente insustancial que
podríamos escuchar durante horas sin apenas darnos cuenta.
“Divine” –
Llegamos al tema con el que Tellier representó a Francia en Eurovisión el año
del infame “Chiki-Chiki” de Rodolfo Chikilicuatre (quien, por cierto, quedó
clasificado tres puestos por encima de Tellier). La canción es un cañonazo pop,
muy pegadizo, lleno de “samples” vocales que construyen la base rítmica
principal al margen de la consabida caja de ritmos. Se trata de una especie de
alocada mezcla entre el “Good Vibrations” de los Beach Boys y una producción a
lo Trevor Horn (circa “90125” con Yes). Impagable el video de Tellier y sus
barbudas acompañantes en el festival. No nos vemos capaces de hacer muchos
comentarios al respecto.
“Pomme” – Ritmos
cadenciosos, jadeos y gemidos se combinan en lo que bien podría pasar por la
banda sonora de una película de esas que todo el mundo sabe que existen porque
una vez vio un trozo haciendo zapping. Demasiado tópico todo en una de las
piezas más flojas del disco. Irrelevante.
“Une Heure” – En
su disco de debut había cosas que nos recordaban a Pink Floyd y algo de eso
persiste en esta canción, especialmente en las guitarras, aunque el resto, con
ritmos programados y bajos electrónicos no casa en absoluto con la banda de
Waters y compañía. En cualquier caso, es una de las piezas más interesantes de
todo el disco,
“Sexual
Sportswear” – Si prescindimos de “Divine”, la canción insignia del disco,
nuestras preferencias nos harían decantarnos por ésta como nuestra pieza
favorita de “Sexuality”. Una especie de homenaje a la música electrónica de los
setenta que comienza con una serie de acordes de cuerdas que bien podrían haber
firmado los miembros de Tangerine Dream o el compatriota de Sebastien, Jean
Michel Jarre. Aparece entonces una secuencia clásica que precede a la caja de
ritmos que marca una cadencia que bien pasaría por homenaje al Oxygene de éste último.
Combinando los sonidos planeadores de lo que podría ser un “Eminent” con ritmos
y secuencias, Tellier demuestra que sería capaz de hacer cosas interesantes en
el campo de lo puramente electrónico si se lo propusiera. Sería algo digno de
escucharse, sin duda.
“Elle” – Retomamos las baladas suaves y aterciopeladas mientras nos acercamos al final del disco. Una producción con un sabor muy americano con un aire cercano al de muchos cantantes de rhythm and blues pero sin mayor historia.
“Fingers of
Steel” – Opta ahora Tellier por unos sintetizadores más robustos para
acompañarse en una interesante canción tecno-pop que es otra de las piezas
destacadas de “Sexuality”. Es curioso como una ligera inyección de potencia le
da mucho más cuerpo y entidad a una canción cuya melodía bien podía haber
pasado desapercibida de haber tenido un tratamiento similar al de otras piezas
del disco. Se echan en falta más temas en esta línea en el CD, sin duda.
“Manty” – Y si
hablamos de pop electrónico en los años ochenta, no podía faltar lo que nos
parece un homenaje más en el disco, en este caso a The Art of Noise y su “Moments
in Love”. Los “samples” de voz femenina y el cadencioso ritmo que domina toda
la canción no pueden tener mejor referencia. Otro instante a recordar de este
disco que cuenta con un puñado de canciones magníficas acompañadas de varias
manifiestamente mejorables.
“L’Amour et la
Violence” – Para cerrar el disco, Tellier se sienta al frente de su piano eléctrico
para interpretar una pieza clasicista en su inicio, con toques de jazz.
Interviene entonces con la voz encogida, casi temblorosa en un final
emocionante en el que volvemos a escuchar los etéreos sintetizadores de inspiración
planeadora y una acertada secuencia rítmica herencia de la llamada “Escuela de
Berlín” que acaba inundando todo el tema en un final verdaderamente grandioso
que nos reconcilia definitivamente con los momentos más flojos del disco.
“Sexuality” cosechó críticas dispares. Unos medios lo consideraron un bajón tremendo en la carrera de su autor, casi un accidente, mientras que otros lo calificaron como su mejor disco hasta la fecha, partiendo siempre de un mismo punto de vista: sus dos discos anteriores eran muy buenos. Cuando sucede algo así con un trabajo, hay que indagar en él porque opiniones tan encontradas tienen que referirse a un disco muy complejo, que no es lo que aparenta en un principio. Después de un tiempo, tenemos claro que no es un disco redondo, refiriéndonos con eso a que tiene cortes mejorables o, directamente, prescindibles. Sin embargo, abundan también las piezas inspiradas que hacen que la nota media del disco sea cercana al notable. En cualquier caso, un artista tan original y variado estilísticamente como Tellier es siempre recomendable para todo aquel oyente que busque algo distinto, con referentes conocidos pero, a su modo, innovador. Como siempre, el lector interesado en adquirir el disco, lo encontrará en los siguientes enlaces:
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Nos despedimos con la actuación de Tellier en Eurovision'08:
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