Tras el éxito de “Existir”, disco con el que la música de Madredeus llegó a países de lo más diverso, el grupo tuvo que cambiar el enfoque de su música que iba a dejar de ser un entretenimiento para convertirse en su profesión. Los meses siguientes a la publicación del disco iban a ser una aventura constante dando conciertos casi sin parar en una gira extensísima que ocuparía varios años. Desde septiembre de 1990 hasta final de año, se limitaron a pequeñas actuaciones en Portugal pero a partir de marzo de 1991, la cosa no paró. En ese més dieron seis conciertos en su país natal (los lisboetas dieron lugar a la publicación de “Lisboa”, disco doble en directo que apareció por aquellas fechas), en abril otros seis pero incluyendo Florencia o Barcelona en su itinerario, en mayo, combinaron tres conciertos más en Portugal con otros tres en Río de Janeiro, en junio llegaron a Macao tomandose un breve descanso antes de viajar a Bélgica en septiembre. Allí iban a convertirse en poco tiempo en una formación muy popular gracias a una exposición itinerante sobre la cultura portuguesa. El año 1992 supuso la confirmación de la banda con nuevos conciertos en Bélgica, Portugal, Francia, Holanda, Suiza, Grecia (donde eran muy conocidos a partir de la utilización de “O Pastor” en un anuncio de televisión) o España (actuaron durante la Expo’92 en Sevilla). En 1993 continuaron con los conciertos llegando a tocar en varias ocasiones en Japón, Alemania y Luxemburgo. En total fueron 152 conciertos tras los que el grupo se reveló como una formación extraordinariamente original y conjuntada a la perfección.
Casi cuatro años de conciertos y viajes dan para mucho y a la conclusión de las giras, tocaba ya la grabación de un disco nuevo. Aunque varios de los músicos tenían material compuesto, para el siguiente trabajo casi todo el material escogido iba a ser el escrito por Pedro Ayres Magalhaes quien se confirmaba así como el lider de Madredeus. Rodrigo Leao, la otra cabeza pensante había compuesto varios temas que fueron relegados en su mayoría para otro proyecto íntimamente relacionado con “O Espirito da Paz” que iba a ser el título que llevaría el nuevo disco. Al margen de ese proyecto, del que quizá hablemos más adelante, Rodrigo estaba preparando su lanzamiento en solitario y su abandono del grupo, quizá por el protagonismo que estaba ganando Pedro Ayres.
Sea como fuere, en 1994 el grupo se desplaza a Londres para grabar con todos los recursos de los más modernos estudios de la City el que sería su siguiente trabajo y, probablemente el mejor. El liderazgo de Pedro Ayres se vio reflejado también en la música por la importancia de su instrumento, la guitarra, que vería doblada su presencia en Madredeus con la incorporación de un nuevo miembro: Jose Peixoto.
Pedro Ayres Magalhaes con su guitarra. |
“Concertino” – Para comenzar el disco, nos encontramos con una “suite” en cuarto movimientos: “Minuete”, “Allegro”, “Destino” y “Silencio” escrita por Pedro Ayres. Este formato que imita las formas más clásicas es una declaración de intenciones acerca del rumbo que se intenta que tome la música del grupo en adelante. El primer movimiento está compuesto en su totalidad para guitarra y tiene aires más tradicionales que clasicistas. Para el “allegro” se incorporan ya el cello y el acordeón en una pieza llena de sabor tradicional que destila aromas portugueses por todos sus poros. No es hasta el tercer movimiento, “destino”, que escuchamos por primera vez los sintetizadores de Rodrigo Leao y la voz de Teresa Salgueiro cantando mejor que nunca una melodía llena de melancolía que no deja ninguna duda al respecto de su autoría porque sólo Madredeus pueden sonar así, convirtiendo así la pieza en la parte central de la “suite”. El último movimiento vuelve a sonar intimista con las guitarras como protagonistas, los teclados en un segundo plano y la voz, casi susurrante de Teresa dando buena cuenta de una cadenciosa melodía.
“Os Senhores da Guerra” – Si en “Existir” había una canción insignia por encima de las demás como era “O Pastor”, ese lugar lo ocupa en este disco este tema. Escrito por Francisco Ribeiro y Pedro Ayres, “Os Senhores da Guerra” es una canción perfecta. Superior, si eso es posible, a su predecesora en el disco anterior, combina la intensidad casi épica de un comienzo marcado por la pulsión rítimica del cello, subrayada con gravedad por los teclados y acentuada por las guitarras y el acordeón, que repite una melodía minimalista que no hace sino resaltar la tensión del conjunto, con una delicadeza y fragilidad en otros pasajes que la convierten en algo especial. No es necesario que Teresa Salgueiro haga ningún tipo de alarde vocal en esta ocasión para aumentar el dramatismo de la pieza. Nada más aparecer el disco, esta canción se convirtió en un clásico absoluto que llevó el nombre de Madredeus a lugares a los que aún no había llegado.
“Pregao” – Única composición en solitario de Francisco Ribeiro en el disco, nos recuerda inmediatamente a la que abría el disco “Existir”, también de su autoría, en la que, sobre un fondo de teclados, la voz de Ribeiro entona un profundo lamento. Sin embargo, en esta ocasión hay un cambio brusco a mitad de la pieza marcado por la entrada de unas rítmicas guitarras que anticipan la aparición de la voz de Teresa para mezclarse de forma magistral con la del celista en un momento de gran intensidad.
“O Mar” – Con el siguiente tema, Pedro Ayres vuelve a la versión más nostálgica de Madredeus en una canción lenta y llena de sensibilidad. En este tipo de registros es donde la banda se ha hecho fuerte y bastan unas pocas notas para reconocer de modo instantaneo su autoría.
“Os Moinhos” – Una de las escasas aportaciones como autor de Rodrigo Leao al disco es esta canción
escrita junto con Pedro Ayres. Se trata de un instrumental ciertamente bonito en el que todos los instrumentistas del grupo tienen su espacio aunque sean las guitarras las que ocupan el espacio más relevante. Cabe destacar aquí que Rodrigo Leao en su papel de teclista adopta siempre un papel secundario. No escucharemos nunca un solo espectácular ni una secuencia de notas vertiginosas sino ambientes y sonidos de fondo destinados principalmente a rellenar los espacios que dejan libres el resto de instrumentos.
“Tres Ilusoes” – Llegamos así a la segunda “suite” que encontramos en el disco, obra, como la primera, de Pedro Ayres. El primero de los movimientos, titulado “sentimiento” nos muestra de nuevo las raíces fadistas de Teresa Salgueiro, cada vez más diluídas dentro de la música de Madredeus pero a las que de vez en cuando dejan mostrarse a modo de recordatorio. La segunda parte, “culpa”, es una prolongación de la anterior con una de las melodías más bellas del disco en la misma linea tradicional del movimiento anterior. Como cierre de la “suite” tenemos “amargura” una especie de danza tradicional, casi instrumental y con un ligero aire clasico con una breve parte vocal.
“As Cores do Sol” – Una de las escasas aportaciones como autor de Gabriel Gomes, siempre en colaboración con Pedro Ayres. La canción no se desvía ni un ápice de las lineas marcadas profundamente en el ADN de Madredeus, pero aparecen, casi a título anécdota algunos sonidos electrónicos, como resplandores lejanos en la oscuridad que, sin ser para nada molestos, destacan sobre el resto por lo inhabitual de ese tipo de sonido en la música del grupo portugués.
“Ao Longe O Mar” – Pedro Ayres se guardaba aún alguna carta bajo la manga para el disco y ésta aparece ya cerca del final del mismo. De nuevo la voz de Teresa Salgueiro suena en su plenitud para dejarnos una interpretación magnífica de la que es una de las mejores canciones del grupo. Sin la fuerza emotiva de “Os Senhores da Guerra” pero con una emoción comparable a ésta.
“Vem” – Para completar la colección de grandes canciones que integran el disco, tenemos ésta pieza escrita por Pedro Ayres, Rodrigo Leao y Gabriel Gomes en colaboración. De nuevo tenemos la tradición combinada con el estilo propio de Madredeus, quienes se aprovechan y ponen a prueba la capacidad vocal de Teresa en uno de los momentos en que más exigida se ve en todo el disco.
“Ajuda” – Como cierre del trabajo, tenemos una nueva composición de Pedro Ayres en la que mantiene el listón tan elevado como en los temas anteriores del disco sin desviarse ni un poco del sonido que se ha convertido en seña de identidad inmutable del grupo.
La repercusión de “O Espirito da Paz” fue aún mayor, si cabe, que la de “Existir” aunque, desgraciadamente, marcó el final de una etapa en Madredeus con el abandono de su teclista Rodrigo Leao, quien iba a iniciar una exitosa carrera en solitario de la que probablemente no tardaremos en tener alguna muestra por aquí. Aún aparecería un disco más de la banda con Leao en sus filas y con varias composiciones de éste pero eran, en su práctica totalidad, descartes de las sesiones de grabación londinenses de “O Espirito da Paz”. Sin Rodrigo, Madredeus continuó existiendo con algunas incorporaciones pero en los últimos años, lo que queda del grupo tiene poco que ver con el nucleo original. Francisco Ribeiro y Gabriel Gomes abandonaron la formación en 1997 (el violoncellista falleció en 2010 víctima de un cáncer de hígado) y hoy en día, ni siquiera la voz de Teresa Salgueiro pertenece ya a Madredeus por lo que sólo Pedro Ayres Magalhaes sigue tirando del carro de este estandarte de la música portuguesa, el más internacional de sus grupos sin discusión.
Cada abandono supuso una merma importante en la calidad de los siguientes trabajos y, tristemente, en ningún momento se acercaron a los niveles de excelencia de la primera etapa de la banda. Afortuadamente, ese fue un tiempo que podemos revivir una y otra vez gracias a sus discos así que, al igual que hacemos habitualmente, os recomendamos un par de enlaces en los que encontrar “O Espirito da Paz”:
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fnac.es
Para terminar, os dejamos una curiosidad. La versión original de Madredeus de "Os Senhores da Guerra" y la interpretación en clave de Heavy Metal de la misma canción a cargo del grupo portugués Moonspell. Un contraste realmente llamativo:
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Para terminar, os dejamos una curiosidad. La versión original de Madredeus de "Os Senhores da Guerra" y la interpretación en clave de Heavy Metal de la misma canción a cargo del grupo portugués Moonspell. Un contraste realmente llamativo:
el disco ainda es lo mejor de madredeusla la pelicula y el cameo del grupo en ella tambien son una maravilla, se nota la mano de leao cuando se marcho el bajon creativo fue brutal con el se marcho la magia
ResponderEliminarCiertamente "Ainda" fue un gran disco. No en vano, procede de las mismas sesiones que "O Espirito da Paz". Si no recuerdo mal, de hecho podríamos considerar este último como los "descartes" de "Ainda" ya que Wenders escogió sus canciones favoritas para la banda sonora que se convirtió en "Ainda" y el grupo publicó las restantes como disco propio.
ResponderEliminarUn saludo.
http://jfdsbraga.blogspot.pt/
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