Resulta significativo el hecho de que en sus primeros cinco
años como banda, los integrantes de Orbital publicaron cuatro discos de estudio
más doce singles mientras que en los cinco siguientes, su producción se redujo
a un sólo disco y cuatro singles más. “The Altogether” llegó un par de años
después de “The Middle of Nowhere”, disco que, para muchos, supuso un paso
atrás en la carrera del grupo y, por ello, era esperado con especial interés
para comprobar si el anterior disco fue un bache aislado o, por el contrario,
el comienzo de la cuesta abajo del dúo. Quizá para aliviar esa presión, los
hermanos Hartnoll se hartaron de decir que el nuevo disco era un divertimento,
un trabajo sin una idea central, sin continuidad entre las distintas pistas,
etc.
En cuanto a la producción, se buscó una continuidad con
trabajos anteriores y prácticamente repitió el mismo equipo que en el disco
precedente. Se echa de menos la presencia de Alison Goldfrapp, vocalista
excelente que le dio una personalidad muy especial a todos los temas anteriores
del dúo en los que colaboró. Aunque el trabajo tuvo una edición doble con
remixes y algún corte nuevo en el disco adicional (que, para muchos seguidores
del grupo era superior al principal), nosotros nos vamos a centrar en el disco en
sí, obviando el segundo CD de las ediciones especiales.
“Tension” – El disco comienza a toda velocidad, sin
concesiones, con un ritmo frenético cuajado de efectos electrónicos y samples.
Un tema bailable y directo en el que cuesta encontrar por algún lado la
personalidad característica del grupo. Los hermanos Hartnoll fusilan melodías y
estribillos del “Surfin’ Bird” de los Bananamen sin piedad y terminan por
conformar un corte extrañísimo que deja al seguidor del grupo sumido en la
confusión.
“Funny Break (One is Enough)” – Tras un corte más o menos
brusco, continúa el disco con una composición más amable que la primera con un
aire pop inocente y la voz de Naomi Bedford como elemento principal.
Intervienen en el tema como músicos invitados: Michael Smith (saxo) y Dominic
Glover (trompeta) en una pieza en la que sí que está presente el estilo de
Orbital aunque no termina de enamorar.
“Oi!” – Volvemos a los ritmos más puramente bailables con el
siguiente tema, bastante oscuro también y construido alrededor de una línea de
bajo más bien simple que se ve envuelta en un ritmo tribal bastante machacón
con ocasionales samples vocales y del saxo de Ian Dury.
“Pay Per View” – Los hermanos Hartnoll introducen un ritmo
con lejanos elementos latinos en los teclados que supone un agradable cambio en
el disco. El bajista Andy James tiene una participación importante en un tema
que nos muestra bien a las claras los principales elementos que han definido el
estilo de Orbital: sonidos limpios, ritmos bien construidos y una gran
elegancia en todo lo que hacen. Con todo, nos parece un tema que no destacaría
especialmente en otros discos del dúo aunque en el contexto en que aquí se
encuentra, nos resulta bastante adecuado.
“Tootled” – El título hace referencia a un sample utilizado en la canción procedente del tema “Sober” de la banda de metal progresivo Tool. A partir del mismo, Orbital elaboran una pieza realmente simple con un ritmo monótono y poco elaborado. Incluso se echa en falta algo que suele estar presente en los trabajos de la banda como son efectos y arreglos interesantes.
“Last Thing” – Con este tema el album remonta el vuelo
acercándose al nivel que uno espera del grupo. Escuchamos por fin esos “leads”
tan característicos del dúo, con las particulares voces etéreas sobrevolando
por todo el tema y un ritmo inteligente. El tipo de tema que cualquier
aficionado al grupo esperaría encontrar en un nuevo disco.
“Doctor?” – Llegamos a nuestro corte favorito de todo el
trabajo. Probablemente diga poco en favor de “The Altogether” el hecho de que
éste sea una versión pero es que lo que consiguen los hermanos Hartnoll a
partir de un clasicazo como la sintonía de la serie “Doctor Who?” escrita en
1963 por Ron Granier y considerada como uno de los temas pioneros en el desarrollo
de la música electrónica. Su influencia fue enorme y, particularmente, siempre
hemos encontrado algunos retazos de su estilo en las piezas más cósmicas de
Vangelis, por ejemplo. El homenaje de Orbital actualizando la pieza es
fantástico y justifica la aparición del disco en el blog.
“Shadows” – Definitivamente la segunda mitad del disco es muy superior a la primera y este corte es un buen ejemplo de ello. Con una melodía que nos recuerda por momentos a algunos fragmentos de “In Sides” (nuestro disco favorito de Orbital hasta la fecha) y un ritmo vivo y constante, “Shadows” consigue que nos reconciliemos con el dúo.
“Waving Not Drowning” – Quizá la pieza más sorprendente de
todo el disco, con un comienzo guitarrero sobre el que se construye un “loop”
que sirve de base para todo el tema, vamos asistiendo paulatinamente a la
adición de continuos elementos que son, a su vez, replicados engrosando una
tupida red de sonidos realmente curiosa y con un punto desconcertante. Conocida
es la influencia de Kraftwerk en Orbital y desde ese punto de vista, podríamos
considerar este corte como el homenaje del dúo a la etapa inicial de la banda
de Düsseldorf, especialmente a sus dos primeros trabajos bajo el nombre de
Kraftwerk.
“Illuminate” – David Gray es el protagonista absoluto del
tema más convencional en un sentido pop de todo el disco. Una canción sin
demasiadas pretensiones que más parecería un tema de Gray en el que Orbital
ofician como invitados que lo contrario.
“Meltdown” – Terminando el disco encontramos el tema más
largo y ambicioso del mismo. Como corresponde a un corte de más de diez minutos
de duración, la evolución es constante aunque siempre dentro de un estilo
electrónico destinado a la pista de baile con fragmentos algo más
experimentales y ambientales intercalados entre los momentos más intensos. El
segmento final, el más rítmico de todos, es también uno de los puntos
culminantes del disco.
Las críticas a “The Altogether” fueron, en general, bastante
negativas. No en el sentido de considerarlo un mal disco pero sí como uno de un
nivel muy inferior al de los anteriores del dúo. El mayor pecado,
probablemente, radica en que no existe una idea detrás del proyecto sino un
conjunto de retazos sueltos que no llegan a formar un todo coherente. Hasta
este momento, cualquier disco de Orbital era tan reconocible como inconfundible
tras una sola escucha. Sin embargo, hay no menos de cinco cortes en este
trabajo que podrían haber sido firmados por cualquier otra banda electrónica y
eso, que es algo que se le podría perdonar a un grupo principiante, es un
lastre importante para un grupo de tanto peso como el que tenía Orbital en
aquel momento. Especialmente ácidas fueron las críticas a la inclusión de
“Illuminate”, canción que no encajaba en absoluto con el perfil del dúo y en la
que, además, el vocalista era el cuñado de los hermanos Hartnoll.
Afortunadamente, no todo en el disco es tan flojo y hay momentos verdaderamente
notables de entre los que destacamos, una vez más, la versión de la sintonía de
“Doctor Who”, absolutamente magnífica. Como siempre, podéis adquirir el disco
en los siguientes enlaces:
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Os dejamos con el videoclip de "Illuminate":
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