miércoles, 3 de julio de 2013

Depeche Mode - Delta Machine (2013)



¿Es justo pedirle a una banda que mantenga el nivel más alto treinta años después de que comenzaran su carrera? Seguramente no. Es importante tener esto en mente a la hora de hablar del último disco de Depeche Mode. Habría muchos matices que hacer y no es menor el hecho de que, realmente, tampoco el grupo es ahora el mismo que comenzó a publicar discos allá por 1982 aunque los tres miembros actuales ya estuvieran presentes en aquel disco de debut y hayan permanecido en la banda de modo ininterrumpido hasta hoy. No creemos que haya mucha discusión acerca del hecho de que la etapa dorada de la banda fue aquella en la que fueron un cuarteto con la presencia de Alan Wilder (siempre habrá algún admirador de Vince Clarke que discrepe con nosotros pero serán los menos) y no es descabellado afirmar que, desde su salida, la obra de Depeche Mode ha bajado unos cuantos escalones en cuanto a calidad.

El realidad, la banda prácticamente desapareció en 1995 con el abandono de Wilder y los graves problemas de Gahan con las drogas y sólo el empeño de Gore (y un programa de rehabilitación al que fue obligado el vocalista por un tribunal) consiguió mantener unido al trío que quedaba. Fletcher, como siempre, estaba ahí aunque, como ocurría con el personaje de Chandler Bing en la serie “Friends”, nadie sabe muy bien a qué se dedicaba. Grabaron “Ultra”, disco que fue un éxito a pesar de no ir acompañado de gira alguna y, años más tarde, “Exciter” tras el que la actividad de la banda volvió a parecerse a la de un grupo normal.

“Delta Machine” ha sido considerado como la tercera parte de una trilogía que se inició justo tras “Exciter” y que contó en todos los casos con la producción de Ben Hillier. Además, cuenta con la participación en las mezclas de un viejo colaborador como Flood. Con sólo tres excepciones, todos los temas son obra de Martin Gore. Aunque el resultado final tiene mucho trabajo de estudio, la intención de la banda era grabar los temas a la vieja usanza, con todos los músicos tocando y en una única toma. Ese trabajo más "artesanal" sí que se nota en la producción final, más visceral y orgánica, más cercana al rock de toda la vida que a la supuestamente aséptica música electrónica.



“Welcome to My World” – Se abren las hostilidades con profundos sonidos electrónicos procedentes de sintetizadores analógicos, crudos, sin depurar, bastos en suma sobre los que aparece la voz de Dave Gahan un punto más desgarrada de lo habitual. Un breve apunte rítmico sirve para introducir las cuerdas y los coros y para llegar de su mano a la parte central, con secuencias y efectos electrónicos clásicos. Un buen tema para abrir el disco con cierto regusto a discos anteriores de la banda como “Songs of Faith and Devotion”

“Angel” – De nuevo los sucios sonidos analógicos nos dan la bienvenida al corte, un blues electrónico a ritmo lento con la impronta de Depeche Mode bien presente. La base rítmica da la impresión de ir a su aire en algunos momentos pero el efecto que provoca es muy interesante.

“Heaven” – Un ritmo monótono como de antigua caja de ritmo abre la siguiente canción hasta que suenan los primeros acordes que se nos antojan una versión ralentizada de los del célebre “Seven Seconds” de Neneh Cherry. Se unen a los ya habituales sintetizadores guitarras distorsionadas y efectos que le dan a la pieza un toque “vintage” muy atractivo. Destacan además, las magníficas segundas voces a cargo de un Martin Gore cada vez más inspirado en esa faceta.




“Secret to the End” – La electrónica secuencial tiene su momento en el disco especialmente en el comienzo de este corte, lleno de fuerza aportada, precisamente, por los sonidos analógicos del comienzo. A partir de ahí el grupo vuelve a explotar la conjunción de las voces de Gahan y Gore en un estribillo dialogado realmente bien construido. Probablemente sea esta una de las mejores canciones de todo el disco. Es interesante señalar que la canción está escrita por Dave Gahan (a duo con Kurt Uenala) quien no suele firmar los mejores temas de los discos de Depeche Mode siendo este Delta Machine el primero en que, a nuestro juicio, se rompe esa regla.

“My Little Universe” – Como si quisieran rendir un pequeño homenaje a las inocentes cajas de ritmos de los años en los que comenzaron en esto de la música, escuchamos en el comienzo ese tipo de efectos aunque enseguida comprobamos que la canción transita por otros derroteros. Quizá sea la más austera en términos sonoros de todo el trabajo ya que apenas hay un ritmo constante y unos efectos muy limitados que ejercen como apoyo a las voces. Hacia el final, la paleta sonora se enriquece algo más con guiños a la electrónica cosmico-planeadora de los setenta en un tramo instrumental muy curioso.

“Slow” – Si el título del disco, “Delta Machine”, parecía sugerir para algunos un acercamiento al “blues”, precisamente, del delta del Mississippi, los primeros acordes de este corte confirman plenamente esa suposición y es que, a pesar de su envoltura electrónica, Depeche Mode siempre han tenido un trasfondo que abarca muchas más músicas y en este disco aprovechan para profundizar en su relación con el “blues” consiguiendo un resultado extraño pero atractivo en algunos momentos.

“Broken” – Cambiando completamente de registro respecto al corte anterior, llegamos ahora a una canción de pop electrónico que, sin estar del todo mal, no termina de encajar en el contexto del disco. Hecha esta matización, no podemos negar que “Broken” es una canción que podría haber formado parte de cualquiera de los discos más populares de la banda aunque habría encajado mejor en “Playing the Angel”, por ejemplo, que en este “Delta Machine. Es también la segunda canción de Gahan en el trabajo.

“The Child Inside” – Martin Gore toma las riendas ocupando el puesto de vocalista en esta balada electrónica tan característica de su repertorio, repleta de teclados etereos y sonidos ambientales a medio camino entre el ambient de Brian Eno y las atmósferas mas oscuras de Tangerine Dream. Otro de los puntos fuertes del disco aunque tenemos la impresión de que es el clásico tema que pasa desapercibido durante mucho tiempo antes de que alguien repare en él.

“Soft Touch / Raw Nerve” – Si los sintetizadores del comienzo de la canción fueran guitarras, estaríamos, sin dudarlo, ante una canción “punk”, tal es la energía y violencia de la descarga recibida. Repuestos de la sorpresa inicial, sin embargo, constatamos que no hay mucho más en una canción que, en una primera escucha puede resultar atractiva pero que se revela vacía con las sucesivas audiciones aunque, ¿no es eso lo que ocurre habitualmente con el punk?

“Should Be Higher” – Llegamos a otro de los grandes temas del disco. Lo apreciamos ya desde el comienzo, mucho más elaborado que el de la mayoría de las canciones que lo acompañan, con teclados construyendo una atmósfera densa sólo rasgada por el ritmo electrónico que aparece a continuación. La producción quizá es la más cuidada y, sobre todo, acertada, de todo el disco, con un sonido equilibrado entre la deliberada suciedad de los sintetizadores analógicos y la pulcritud de algunos “leads” escogidos para la ocasión como el que aparece constantemente a lo largo de la canción acompañando el estribillo y que es uno de los grandes aciertos. Un gran tema que nos acerca a los Depeche Mode que todos admiramos en algún momento aunque también a los trabajos de Dave Gahan en solitario y es que el vocalista es también el autor de la canción.

“Alone” – Con el siguiente corte volvemos a la que es la tónica general del disco en una canción cuyo sonido, a poco que hubiera sido algo más depurado, nos habría deparado un resultado mucho más atractivo. Por lo demás, es una canción construida con oficio, de esas que te dejan con la impresión de que ha sido escrita casi sin esfuerzo por sus autores. A pesar de ello, hacemos hincapié una vez más en la magnífica conjunción entre las voces de Gahan y Gore, lo mejor de la pieza a nuestro juicio.

“Soothe My Soul” – Probablemente es este un tema construido específicamente para servir de banderín de enganche para los fans, con una base rítmica muy cercana a la de “Personal Jesus” y un estribillo agresivo y pegadizo. A pesar de la evidente comercialidad y los interesantes arreglos, hay algo de impostado que no nos acaba de dejar disfrutarlo como debería.




“Goodbye” – La despedida de disco es un tema más cuya introducción revela bien a las claras su herencia “blues”. Quizá sea la canción más intrascendente de toda la colección pero sirve para poner un colofón digno al trabajo.

El disco tuvo una acogida positiva aunque sin alcanzar en ningún momento el reconocimiento de trabajos como “Music for the Masses” o “Violator”. La opinión general, con la que podemos coincidir en buena parte, sitúa “Delta Machine” por encima de su predecesor “Songs of the Universe”. Volviendo a la cuestión con la que empezábamos la entrada, creemos que lo único que se le puede exigir a una banda de la trayectoria de Depeche Mode en 2013 es que respete su legado y que, si sienten la necesidad de grabar un nuevo disco, éste sea digno de su nombre. Si nos olvidamos por un momento de los mejores discos de la banda y contextualizamos este trabajo en el momento actual, es muy posible que lo disfrutemos más que comparándolo con los de otras épocas ante los que, por fuerza, va a salir derrotado con estrépito. Nosotros hemos optado por ese tipo de acercamiento y así conseguimos pasar buenos momentos con la escucha de “Delta Machine”. De otro modo, no aconsejamos especialmente su audición. Confesamos también que este punto de vista no ha sido intencionado: en las primera audiciones del disco, cuando apareció en las tiendas, no nos entusiasmó lo más mínimo; sin embargo, cuando lo escuchamos más recientemente pensando en esta entrada, nuestra percepción cambió bastante. Por ello sugerimos darle más de una oportunidad. Puede haber sorpresas.

Como siempre, os facilitamos un par de enlaces en los que adquirir el trabajo que, como es habitual en estos tiempos, cuenta con una edición normal y otra ampliada con varios temas más. Nosotros nos hemos centrado en el disco en sí, sin prestar atención a los extras.

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Os dejamos con una actuación del grupo en el programa de David Letterman:


 

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