Comentábamos
mucho tiempo atrás en el blog cómo el argentino Lito Vitale había pensado en
disolver su cuarteto tras la publicación de “La Excusa” o, al menos, la
suspensión de las actividades del mismo durante un tiempo más o menos
prolongado. La realidad, sin ser exactamente así, se le parecía bastante. De
hecho, Vitale había tomado la decisión de aparcar por un tiempo su banda, antes
incluso del citado disco. Ocurre que durante los ensayos anteriores, la banda
grabó una pieza sensacional, quizá la obra cumbre de una de las formaciones
punteras de las nuevas músicas en la década de los ochenta. No tenía sentido
que esa pieza quedase en el olvido o fuera grabada por músicos distintos de los
que la concibieron por lo que Vitale y compañía tuvieron así la “excusa”
perfecta para grabar un disco de despedida (aunque, como vimos en la mencionada
entrada, no fue definitiva).
“Una Excusa” se
titulaba el tema y “La Excusa” sería el nombre escogido para el álbum completo
conformado por escasamente cuatro composiciones de carácter fundamentalmente
improvisado en las que el excepcional combo formado por Vitale da lo mejor de
sí hasta el punto de que, tomado en su conjunto, quizá sea este el mejor disco
grabado por la banda, por encima incluso de iconos como “Ese Amigo del Alma”.
Aunque el disco
iba firmado por el cuarteto, el batería Jorge Araújo sólo participó en el tema
principal. Los tres restantes grabados como complemento de este contaron con
las flautas y saxos de Manuel Miranda, el bajo de Marcelo Torres y los teclados,
voces y percusiones del propio Lito Vitale que también interpreta la batería en
ausencia de Araujo.
Marcelo Torres. Protagonista destacado de los mejores momentos del disco. |
“Algo nuevo” –
Teclados y vientos abren las hostilidades en un comienzo de regusto minimalista
en el que no tarda en aparecer el saxofón como instrumento central encargado de
la melodía. Al comando de la batería, el resto de instrumentos se arremolinan
alrededor de la sinuosa melodía para dar paso súbitamente a un tema de teclado
a cargo del propio Vitale. Con ese pie, se inicia una combinación de dos
melodías de corte tradicional por parte de Miranda a las quenas en lo que
constituye la parte central de la composición en el clásico estilo del músico
que combina folk y jazz de modo magistral. Más o menos entonces comenzamos a
disfrutar de los primeros apuntes del bajo de Marcelo Torres antes de un
estupendo solo de Vitale a los sintetizadores , primero simulando el timbre de
una armónica y luego con un sonido más cercano al de su admirado Lyle Mays. Se
cierra así la primera mitad de la pieza para pasar a la segunda en la que
empieza a soltarse Torres creando una atmósfera fantástica para mayor
lucimiento del resto del trío (recordemos que Jorge Araújo sólo participa en el
último corte). Argentina se cuela de forma inevitable por todas las costuras de
la construcción de Vitale en el desbordante tramo final en el que se repasan
brevemente algunos fragmentos de toda la pieza.
“Opiniones encontradas” – De modo similar al corte anterior, éste comienza con un excitante fondo minimalista a cargo, principalmente, del bajo de un Marcelo Torres absolutamente fantástico. La pieza combina ritmos tremendamente variables en la batería con aires andinos en los vientos y una dupla bajo-teclados arrolladora. Le sumamos el saxo, la voz de Vitale y unos sonidos orquestales “marca Metheny” y tenemos otra maravilla a cargo de un artista como Lito que, en aquel momento, se encontraba en estado de gracia. Una pequeña transición a base de voces “sampleadas” nos lleva a un final en la línea más soñadora del Vitale de sus discos en solitario, al principio, que desemboca en una breve suite cercana al rock progresivo que el argentino practicó en sus inicios.
“Permiso, voy a
improvisar un poco” – Buena prueba de lo poco que tuvo de planeado el disco es
esta larga improvisación por parte de Lito Vitale a los teclados. Es esta una
faceta en la que el argentino es maestro consumado y cualquiera que haya tenido
la fortuna de asistir a uno de sus conciertos podrá dar fe de ello. En este
caso, Lito nos muestra sus capacidades en una sucesión de estilos que va desde
la música clásica hasta el tango saltando sin complejos de una a otro,
incluyendo una sorpresa en clave de flamenco en el segmento central del tema
que es uno de los grandes momentos de todo el disco. Tras esos momentos de
auténtica locura llega un final solemne que evoluciona en clave de jazz,
escuela Metheny-Mays, antes de un último solo aflamencado lleno de virtuosismo con
el que concluye una pieza extraordinaria.
“Una Excusa” – Llegamos
así al corte central del disco, el pretexto que sirvió para publicar un nuevo
LP del Lito Vitale Cuarteto y a fe nuestra que mereció la pena. Desde el primer
momento podemos disfrutar de las esencias de una formación hoy casi mítica,
exprimiendo lo mejor de la tradición musical de todo un país y combinándola como
nadie con todo tipo de influencias. Si hasta este momento, no había en el disco
temas en los que la melodía tuviese un peso fundamental, aquí esa tendencia se
rompe con temas de gran categoría pero lo mejor sucede a partir del primer
tercio de la pieza cuando Marcelo Torres empuña su bajo de seis cuerdas para
regalarnos un tema introspectivo que va creciendo compás a compás hasta
terminar reventando el traje por todas las costuras en una demostración de
facultades casi obscena que desemboca en un solo memorable. Los que vimos al
cuarteto en sus mejores años no podemos olvidar a un Marcelo desatado en
directo y colocándose las gafas apresuradamente en medio de la parte más
vertiginosa de su actuación con evidente riesgo para éstas y para la correcta
ejecución de la pieza. Ambas salieron airosas. El sólo flamenco al que nos
referimos sirve para cerrar la pieza y el disco en todo lo alto.
Aunque Lito Vitale es un músico irregular que salpica su discografía de obras maestras y trabajos algo más prescindibles, los títulos que lanzó bajo la denominación de cuarteto deberían estar en la discoteca de cualquier melómano que se precie. Trabajos como “Lito Vitale Cuarteto”, “Ese Amigo del Alma”, “La Senda Infinita”, “Viento Sur” y “La Excusa” (podemos añadir también a la lista el postrero “La Cruz del Sur” forman un legado difícil de superar y, por ello, los recomendamos encarecidamente. No es fácil, sin embargo, encontrar hoy esos discos (al menos no tanto como en los ochenta, cuando cualquier tienda o gran superficie estaba bien surtida de ellos). Dejamos un en enlace a la tienda oficial del músico en la que está disponible “La Excusa” a continuación.
litovitale.com
Os dejamos con un excepcional reportaje dedicado a Vitale:
¡Muchísimas gracias por el video!
ResponderEliminarGran disco. Personalmente prefiero "Viento Sur" y "La Cruz del Sur", me parecen mas completos o acabados, por así decirlo. Realmente la discografía de Lito es tan extensa que cuesta trabajo elegir. Mi impresión es que Lito, siendo un músico muy versátil, se expresa mucho mejor en bandas sonoras y composiciones largas. Aunque también puede ser que yo prefiera las bandas sonoras al jazz.
Por el contrario, yo me quedo con el Lito del cuarteto y sus distintas variantes. Tiene cosas muy interesantes en la faceta que tú destacas pero por una u otra razón, no me llegan tanto como su etapa con el cuarteto.
ResponderEliminarSaludos y gracias por comentar.