Nuestra memoria
no nos alcanza para recordar si fue primero la gallina o el huevo pero aún
tenemos recuerdos de aquellos años ochenta y noventa en los que Radio3 era una
emisora en la que sonaba música diversa con un denominador común: la calidad.
Otra de las señas de identidad de aquellos años era la variedad de estilos
contenidos en la programación de la emisora. Nuestros gustos personales se
organizaban alrededor de Diálogos 3, Discópolis y el Ambigú, a pesar de los
estilos y las personalidades tan diferentes de sus respectivos directores.
Había un cuarto programa llamado Músicas Posibles presentado por Lara López y
que aún sigue en antena. A primera vista, la música que ahí sonaba tenía muchos
puntos en común con la de Diálogos 3, algo lógico si tenemos en cuenta que Lara
también llegó a presentar en momentos puntuales el programa de Trecet. Como
decíamos al principio, no recordamos si empezó antes el programa de Lara o el
de Ramón pero tampoco es relevante. Del primero, nos llama especialmente la
atención el nombre: “Músicas Posibles”. Como título resulta absolutamente
evocador, más por lo que no dice que por lo que revela. Para nosotros, “músicas
posibles” en aquel momento era una declaración de intenciones. Algo así como una
rebelión contra las radiofórmulas que programaban estilos monocordes y
estereotipados. ¿Es posible otra música? Si. ¿cuál? Ésta. Música posible.
Fue más tarde
cuando descubrimos que el origen del título estaba en un disco firmado a dúo
por Jon Hassell y Brian Eno. Hassell tuvo una formación musical que le podría
haber llevado a ser tan popular como Philip Glass, Steve Reich o cualquiera de
los iconos del minimalismo americano. Su admiración por la figura de Miles
Davis le llevó a la trompeta como instrumento pero su trayectoria académica le
acerca más a la música clásica contemporánea que al jazz. Tras estudiar en New
York se trasladó a Europa para profundizar en la música de Stockhausen y, de
regreso a los Estados Unidos, conoció a Terry Riley llegando a participar como
intérprete en la primera grabación de “In C”. En aquellos años formó parte del
“Theatre of Eternal Music” de LaMonte Young. Junto a ellos entró en contacto
con la música india y se desplazó a ese país para empaparse de las técnicas y
sonidos propios de su cultura y fue en ese momento en el que tomó un camino
divergente con respecto al de sus compañeros.
Hassell comenzó a
trabajar en modos y maneras de interpretar su trompeta de formas no usuales. A
primera vista, nadie pensaría en ese instrumento como uno apto para ejecutar
ragas pero Jon pensaba de otro modo y terminó confeccionando un estilo propio
que combinaba elementos de lo que más tarde se conocería como “world music”,
técnicas minimalistas e instrumentos electrónicos. A esa combinación la
denominó “Fourth World”. Tras un par de discos en solitario, Hassell se asocia
con Brian Eno y juntos conciben una serie de trabajos que llevarían,
precísamente, el título de “Fourth World”. Creemos que la presencia de Eno fue
fundamental para plantearse esos discos en términos de elementos de una
colección con perspectivas de alargarse en el tiempo ya que esa era una forma
de trabajar muy habitual en Eno. Sin ir más lejos, acababa de salir al mercado
el tercer volumen de su serie “Ambient” y años atrás había sido una pieza en “Obscure
Records”, concepto similar a este con lanzamientos de discos a cargo de
diferentes artistas con una concepción vagamente común. El primer volumen de la
serie “Fourth World” se convertiría en el disco que hoy comentamos y llevaba el
subtítulo de “Possible Musics”.
La mayor parte de
los instrumentos son interpretados por Hassell y Eno, que utilizan todo tipo de
tratamientos electrónicos aunque el primero se centra en su trompeta,
distorsionada hasta hacerse irreconocible en buena parte del disco. Nana
Vasconcelos y Aiyb Dieng son los percusionistas y en momentos puntuales
aparecen en la grabación el bajista Percy Jones, Michael Brook, también al
bajo, Paul Fitzgerald (tratamientos electrónicos), Jerome Harris (bajo) y otros
tres músicos tocando palmas en una de las piezas del disco. Aparecen también
acreditadas unas misteriosas “criaturas nocturnas de Altamira” cuya primera
referencia podemos encontrar en “Vernal Equinoxe”, disco de debut de Hassell
pero de quienes no sabemos nada más.
Eno y Hassell en el transcurso de una charla para la que, incluso, se vendían entradas. |
“Chemistry” – Una
percusión sumamente extraña e irreal abre el disco acompañada de un profundo
sonido que uno identificaría antes con un didjeridoo que con una trompeta, tal
es la transformación tímbrica que Hassell consigue en su instrumento.
Cualquiera que haya escuchado discos como la banda sonora de “La última
tentación de Cristo” de Peter Gabriel (en la que toca Hassell) o “My Life in
the Bush of Ghosts” de Eno con David Byrne encontrarán en esta pieza un claro
antecedente de alguno de los sonidos presentes en esos trabajos. El hecho de
que la composición sea una de las tres del disco firmadas por Hassell y Eno
justifica que ambos se aprovechasen del sonido logrado. Estamos ante una música
inclasificable, que suena ancestral pero también moderna. El resto del disco irá
por los mismos derroteros.
“Delta Rain Dream” – Los sonidos electrónicos que abren la pieza recuerdan inmediatamente al Eno que comenzaba a “estandarizar” su etiqueta “ambient”. Con ese fondo sonoro aparecen unas percusiones con un aire ligeramente africano y poco después entra la trompeta de Hassell sonando como un inexistente instrumento ancestral de viento, con algo que recuerda a algunas maderas pero completamente alejado de cualquier trompeta imaginable.
“Griot (over Contagious Magic)” – Una serie de palmadas
convenientemente tratadas electrónicamente forman la base del siguiente corte,
composición propia de Hassell, en el que queremos ver alguna influencia de
Steve Reich y su “Clapping Music” aunque es posible que ambos (Reich y Hassell)
beban de una fuente común en algún lugar de África en lugar de influirse el uno
al otro. La trompeta suena como un lamento de ultratumba en muchos instantes y
profundiza en la sensación de irrealidad que domina toda la escucha.
“Ba-Benzele” – El juego de loops y efectos de sonido es aquí
más notorio que en ninguna pieza anterior. Una breve frase repetida una y otra
vez es la base de todo el tema en el que se intercalan breves ráfagas de música
más verosímil, fragmentos con ritmos coherentes, con bajo y percusión colaborando
de un modo ortodoxo que se interrumpen abruptamente para volver segundos más
tarde.
“Rising Thermal 14º 16’ N; 32º 28’ E” – Último de los cortes firmados por Hassell & Eno y quizá el más deudor de la etapa minimalista del trompetista, construido a partir de un bucle de trompeta y efectos sonoros que se van añadiendo hasta construir capas y capas de sonido que acaban creando una atmósfera densa y opresiva.
“Charm (over Burundi Cloud)” – La cara B del viejo vinilo
está ocupada por una única composición de larga duración que, a su modo,
recopila todas las virtudes del disco. Se trata de una extensa pieza que gira
alrededor de una percusión constante y unas pocas notas electrónicas que
aparecen cada cierto tiempo. A su modo, el papel de esa breve melodía como
transición entre las diferentes variaciones del tema nos recuerda a los golpes
de piano (o marimba) en la música de Steve Reich y es que, con todo su
trasfondo étnico y tribal, esta pieza se podría catalogar sin problemas como
una obra minimalista más ya que cumple con todos los requisitos del género.
Hassell se mostró contrariado un tiempo después de la
aparición del disco con su colega Brian Eno. El trompetista consideraba que lo
que hizo Eno en su siguiente disco “My Life in the Bush of Ghosts”, firmado a
dúo con David Byrne, fue una copia de todas las ideas en las que ambos habían
trabajado en “Possible Musics” aunque la sangre nunca llegó al río y la pareja
volvió a colaborar en nuevos proyectos. Comenta una persona cercana a ambos
músicos en aquella época que Eno siempre le decía a Hassell que “estoy de
acuerdo en que mereces todo el reconocimiento que quieras pero el “pop” se
llama “pop” porque hay mucha gente a la que le gusta y tú no haces música que
pueda llegar a gustar a tanta gente”. El propio Brian Eno dijo un tiempo
después que “más que un compositor dotado, Hassell es un inventor de nuevas
formas de música, un artista con ideas novedosas de cómo puede sonar la música
en el futuro y cómo se puede llegar a alcanzar ese sonido. Lo más impresionante
de Hassell es cómo consigue que ese sonido sea natural. Muchos músicos
“intelectuales” hacen “música intelectual”, árida, gélida y sin alma, como si
tratasen de evitar lo misterioso de la intuición, la pasión... nada de eso
ocurre con Hassell.”
Aunque “Possible Musics” venga firmado por Hassell y Eno,
creemos que la obra tiene más del primero que del segundo, por mucho que el
sello de este sea patente e inconfundible. El disco tiene mucho más que ver con
los primeros trabajos del trompetista que con cualquier cosa previa publicada
por Eno (choca mucho que, siendo esto así, exista un single promocional de aquellos años y firmado por Brian Eno que contenía el tema "Ba Benzele" acompañado en la cara B por "Subterraneans", corte procedente del disco "Low" de David Bowie, trabajos ambos en los que el papel de Eno fue secundario en apariencia). Curiosamente, y a pesar de la presencia del nombre de Brian en la portada, "Possible Musics" no fue
un trabajo que alcanzase una gran relevancia comercial, pasando casi
desapercibido. Su influencia, por el contrario, fue grande y, según nuestro
criterio, formaría parte de una serie de trabajos rompedores aparecidos en un
breve espacio de tiempo y que comparten algunas características comunes e,
incluso, participantes. Pensamos en el citado “My Life in the Bush of Ghosts”
de Eno & Byrne, “Exposure” de Robert Fripp y “Lodger” de David Bowie. Todos
ellos muy diferentes a primera vista pero con similitudes notables en lo
conceptual. No es casual que Lara López (o quienquiera que fuese el responsable) escogieran el título del disco para un programa de radio de contenido tan ecléctico como era "Músicas Posibles".
La discografía de Hassell no es demasiado extensa y creemos
que éste es un buen punto de partida para aquellos interesados en entrar en su
mundo. Desgraciadamente, el disco es muy difícil de encontrar hoy en día a un precio razonable, al menos nuevo. Está disponible, en cualquier caso, en los siguientes enlaces:
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Aclarando la duda que te surge, Músicas Posibles, el programa de Lara López, es muy posterior a Diálogos 3. Lara comenzo en Diálogos 3 como colaboradora y sustituta en momentos puntuales de Trecet, como la época en que este estuvo de baja. Por cierto que añadiría a la lista de programas el que hacía Agustín Galán en la desaparecida Radio Cadena Pop, "El Bumerán", para mi cada uno de esos programas era un poema sonoro. Nada más, solo decirte que son estupendos los comentarios que haces de los álbumes en este blog y, como no, este de Hassell y Eno. Un saludo.
ResponderEliminarEso pensaba pero no lo tenía muy claro. Recordaba que hubo etapas de Diálogos 3 en las que se emitía de lunes a viernes pero también otras en las que lo hacía los fines de semana y lo solía presentar Lara. Si la memoria no me falla, también Músicas Posibles se emitió un tiempo en ese horario de fin de semana y desconocía cuál empezó antes (empecé a oir a Trecet alrededor de 1987 y lo hice con regularidad hasta 1996 más o menos).
ResponderEliminarGracias por el comentario en cualquier caso.
Un abrazo.
Bastante antes del programa de Lara López, el periodista musical Álvaro Feito realizó durante bastantes años en Onda Madrid el programa también titulado "Músicas posibles", donde, por citar solo un ejemplo, se pudo oír al grupo escocés Capercaillie bastante antes de que sonara en el programa de Ramón Trecet.
ResponderEliminarTe agradezco la información puesto que desconocía por completo ese dato.
ResponderEliminarUn saludo y gracias (también) por comentar.