Las reacciones de los músicos a la pandemia del COVID-19 han sido de lo más diversas. Unos aprovecharon los confinamientos para escribir o grabar grandes cantidades de material mientras que otros, por el contrario, desconectaron de la música a la espera de tiempos mejores. Todo ello sin hablar del descubrimiento de nuevas posibilidades de interacción con los aficionados a través de internet. En el caso de Depeche Mode se juntan varias circunstancias especiales. Por un lado, su cadencia de publicaciones no era demasiado elevada desde hacía ya mucho tiempo. Se había hecho habitual un intervalo de cuatro años entre discos y si unimos esto al parón global de la pandemia, nos encontramos en 2022 a una banda que apenas estaba empezando a trabajar en algunas demos y cuando hablamos de una banda lo hacemos en sentido figurado puesto que era Martin Gore el encargado de todo ese trabajo. Probablemente se centró en las nuevas canciones en 2021, después de publicar su EP en solitario “The Third Chimpanzee”. Entretanto, Dave Gahan no perdía el tiempo y lanzaba su tercera grabación con el dúo electrónico “Soulsavers”, en este caso, un disco de versiones de otros artistas. De Andy Fletcher no se conoce actividad en esa época aunque suponemos que ejercería de deejay como solía hacer en su ratos libres y jugaría al ajedrez, uno de sus hobbies más conocidos. En todo caso, la fortuna iba a jugarle una mala pasada ya que en mayo de 2022 fallecía a causa de un repentino problema circulatorio mientras se encontraba en su domicilio.
En aquel momento, el proyecto de un nuevo disco de Depeche Mode estaba aún en sus primeras etapas. Como dijo Gore, Fletcher ni siquiera había escuchado una sola demo del trabajo pero su presencia iba a sobrevolar todo el disco de forma inevitable. Lo cierto es que la muerte como concepto ya era central en “Memento Mori” antes del fallecimiento de Andy. Gore comentó que estuvo muy obsesionado con el tema durante la pandemia y toda esa idea se reafirmó con el comienzo de la guerra en Ucrania y la propia muerte de Fletcher. Falta un último elemento a comentar y es que a lo largo del confinamiento, Martin Gore estuvo trabajando con Richard Butler, cantante de The Psychedelic Furs, en varias canciones de cara a un posible proyecto conjunto. Butler le envió las letras y Gore compuso la música pero llegado un punto, Martin consideró que aquello era demasiado bueno para un proyecto menor y decidió incorporarlas al nuevo disco de Depeche Mode ante la sorpresa de Dave Gahan que no entendía por qué había otra persona cantando aquellas cuatro canciones en las demos que Gore le enseñó. La cosa tampoco tuvo mayor importancia ya que Butler no participaría en el disco más allá de haber hecho la letra de esas canciones que finalmente sería interpretadas por Gahan, como no podía ser de otro modo.
En la grabación, Gahan solo canta mientras que Martin Gore se encarga de los sintetizadores. El productor James Ford, quien ya había ejercido como tal en el anterior disco de la banda, tocaría aquí además, batería, percusiones, guitarras, piano y se encargaría de las programaciones electrónicas.
“My Cosmos is Mine” - El disco comienza siguiendo la línea de las últimas entregas de la banda con sonidos electrónicos analógicos, sucios, huyendo de la nitidez de otras épocas. Es una canción oscura, pesada y agobiante con Gahan cantando en un tono grave y el propio Gore haciendo coros en la parte central. Una puesta en escena muy efectiva que recuerda a las canciones más opresivas de discos como “Ultra”.
“Wagging Tongue” - La única canción escrita conjuntamente por los dos miembros del grupo es sorprendentemente alegre en su inicio con claras referencias a los Kraftwerk de “Electric Cafe” en lo sonoro y también a los grupos ingleses del inicio de los “nuevos románticos”. Una especie de sofisticada vuelta a los orígenes que suena muy fresca y contrasta con la trayectoria más reciente de la banda.
“Ghosts Again” - Entramos ahora en un tramo de tres canciones consecutivas con letra de Richard Butler. La primera de ellas es una animada pieza pop que perfectamente podrían haber firmado los mismísimos Pet Shop Boys. Quizá sea la canción de Depeche Mode más cercana en espíritu a las del dúo Tennant / Lowe de toda su discografía.
“Don't Say You Love Me” - De un “synthpop” con muchos componentes “retro” pasamos a una balada dominada por los melancólicos acordes de guitarra de Ford. Los arreglos, cuerdas, piano y sintetizadores principalmente, están entre los más trabajados del disco. Una canción que, al no ser single como las tres anteriores, puede pasar desapercibida pese a lo cual, es una de nuestras favoritas del disco.
“My Favourite Stranger” - El último single del disco a día de hoy es un medio tiempo en la línea de discos como “Playing the Angel”, es decir, otra vuelta a los orígenes adaptada al sonido más reciente de la banda. Interesante aunque no está entre nuestras favoritas.
“Soul With Me” - Tampoco nos emociona especialmente esta balada que Martin Gore se reserva para cantarla en solitario. Algo plana y sin la inspiración de otras canciones similares de la banda. Incluso en el aspecto formal no encontramos ninguna aportación distinta que nos llame la atención.
“Caroline's Monkey” - Es el turno ahora para la última canción con letra de Butler. Con una construcción muy elaborada en la que se van añadiendo nuevos elementos a cada compás, es una de las mejores del disco en nuestra opinión. Los sintetizadores suenan perfectos y los ritmos (de nuevo con mucho de Kraftwerk) encajan como un guante. Quizá el estribillo es lo que puede chocar más porque contrasta mucho con el tono de la canción pero una vez acostumbrados al cambio termina por gustarnos mucho.
“Before We Drawn” - Dave Gahan apenas aporta un par de canciones al disco y en esta primera se apoya en un par de músicos de los que acompañan a la banda en sus directos en los últimos años. Con todo, es un muy buen tema, con énfasis en los sintetizadores y las cajas de ritmo en las que volvemos a reconocer a Kraftwerk.
“People Are Good” - No queremos pecar de reiterativos pero es que la influencia de la banda alemana en el disco es notable. Mayor que nunca en un grupo como Depeche Mode que siempre la han reconocido como una de las más importantes a la hora de definir su estilo. En este caso estamos ante otra gran canción en la que el sonido de ambas bandas es claramente identificable. De lo mejor del trabajo.
“Always You” - Una elaborada base rítmica que combina sonidos de sintetizador con percusiones electrónicas sirve de introducción a una canción que enseguida transita por lugares más convencionales. Una elegante muestra de pop electrónico en la que destacan más los sofisticados interludios instrumentales que la parte cantada. Correcta pero sin llegar a entusiasmar.
“Never Let Me Go” - El toque ácido de las guitarras eléctricas es lo único que distingue a esta canción del “synthpop” ochentero que la banda realizaba en sus primeros discos. Eso y quizá la ausencia de un “riff” de teclado pegadizo lo que no es obstáculo para considerarlo un muy buen tema en el que también resuenan aires de “Playing the Angel”, quizá el mejor disco de la banda desde “Violator”.
“Speak to Me” - El trabajo se cierra con otra canción de Dave Gahan. Una balada lenta construida sobre fondos de sintetizador y cuerdas y con ausencia de percusiones. Una especie de despedida dramática en tono de réquiem que suena impresionante escuchada con la perspectiva de las circunstancias que rodearon la grabación del disco.
Las reacciones de Gahan y Gore en relación con la muerte de Fletcher fueron completamente diferentes. El cantante cuenta que asumió casi inmediatamente que aquello significaba el final de Depeche Mode. El teclista, en cambio, indica que no se le pasó por la cabeza y que pensaba que la banda seguiría con naturalidad en forma de dúo como había seguido tras las salidas de Vince Clarke o Alan Wilder en su momento. Lo cierto es que aquí están, con nuevo disco y gira de más de un año de duración que empezó el pasado mes de marzo. Es de esperar que Depeche Mode sigan activos ya que su ritmo de publicación no es demasiado exigente y la acogida de “Memento Mori”, en general, ha sido bastante buena. A nuestro juicio, mejora al anterior “Spirit” y es muy superior a “Delta Machine” lo que dibuja una línea ascendente cuya única objeción es que tres discos en diez años no dan como para establecer tendencias e uno u otro sentido. En el debe del trabajo tenemos que señalar la ausencia de una o dos canciones de esas que pasan inmediatamente a la lista de las diez o quince mejores de la banda y que se recuerdan durante mucho tiempo. En ese sentido, nos cuesta pensar que un fan incluya un tema de “Memento Mori” entre sus favoritos aunque también pensamos que el seguidor de Depeche Mode tiene muchos motivos para disfrutar de la escucha del disco. Como dijimos en una entrada anterior sobre el grupo, lo único que se les puede pedir a estas alturas es que cada nuevo lanzamiento conserve una cierta dignidad y respete el legado de una banda legendaria. Creemos que este trabajo cumple con ambas condiciones.