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viernes, 11 de julio de 2025

Pet Shop Boys - Relentless (1993)



En alguna ocasión hemos hablado aquí de discos “raros”. De esos trabajos que forman parte de la discografía de un artista determinado pero que, por uno u otro motivo, son muy difíciles de conseguir y buena parte de los seguidores, incluso, desconocen su existencia. Hoy, el auge de las ediciones extendidas, “deluxe” o comoquiera que la mercadotecnia decida bautizarlas ha hecho muy común la existencia de ese tipo de grabaciones pero hace unos años no era tan habitual. Toca hablar aquí de uno de esos discos: “Relentless”, de Pet Shop Boys.


El dúo formado por Neil Tennant y Chris Lowe destaca, entre otras muchas cosas, por tener una gran ética de trabajo lo que les lleva a escribir canciones continuamente. Muchas de ellas van saliendo en los discos que publican y otras quedan para un futuro o, sencillamente, se desechan. El caso es que siempre tienen a su disposición mucho material esperando la oportunidad de encajar en algún nuevo proyecto y eso exactamente es lo que ocurrió en 1993. La pareja se encontró con una serie de temas instrumentales con muy buena pinta pero para los que no había forma de encontrar una letra que les encajase. Además, se trataba de temas muy electrónicos, influidos por la cultura tecno de aquellos años en Gran Bretaña y no era fácil dotarles del toque “pop” tan característico del grupo por lo que optaron por una solución interesante: publicarían seis de esos cortes como CD extra dentro de una edición limitada de su disco “Very” que llevaría el título de “Very Relentless”. En aquel momento, “Very” estaba siendo un éxito mundial hasta el punto de convertirse en el disco más popular de una banda que muchos pensaban que había dado sus últimos pasos poco antes con la publicación del recopilatorio “Discography”. No es raro, por tanto, que aprovecharan el tirón para dar salida a un material que tenía un encaje muy complicado como disco independiente.


Durante muchos años, hacerse con esa edición en tiendas y webs musicales de segunda mano era la única opción que tenían los fans para conseguir un disco tan esquivo pero en 2023, coincidiendo con el trigésimo aniversario de su lanzamiento original, aparecería una edición de “Relentless” como disco independiente lo que nos parece un buen motivo para comentarlo por aquí. Dado el habitual reparto de tareas del dúo (Neil suele hacer las letras y las melodías vocales mientras que Chris se encarga de la parte instrumental y de la producción), y teniendo en cuenta que este era un disco sin apenas textos, muchos pensaron en su día que se trataba, en el fondo, de un trabajo esencialmente de Chris Lowe pero no fue del todo así y ambos artistas tuvieron su peso en el resultado final aunque la mayor parte de las ideas partieron de Chris.


“My Head is Spinning” - Como hemos comentado, los cortes son instrumentales en su mayor parte aunque cuentan con alguna pequeña parte vocal en la que suelen hacer referencia al título. En este caso la referencia es curiosa puesto que el título coincide con el primer verso de una canción que Nail había lanzado un año antes con el proyecto alternativo Electronic (junto a Johnny Marr de The Smiths y Bernard Sumner de Joy Division o New Order). El tema es una pieza bailable más bien repetitiva en la que es difícil encontrar el sello de Pet Shop Boys salvo por la voz de Neil.


“Forever in Love” - Continuamos con un tema muy rítmico salpicado de “samples” vocales de diferentes procedencias. El esquema es más cercano a una canción convencional del dúo con los inconfundibles teclados de Chris marcando ritmos “house” y Neil rapeando algún breve texto en segundo plano además de cantando el estribillo. Tiene partes con mucho potencial e incluso se barajó que fuera la cara b del single de “Go West” aunque finalmente quedó descartada esa opción.


“KDX 125” - El título, que puede parecer críptico a primera vista, hace referencia al modelo de motocicleta Kawasaki de motocross que Chris tenía en aquella época. Completamente instrumental, es un verdadero cañonazo tecno que contiene todos los tópicos del género: una secuencia inicial muy atractiva, un estribillo pegadizo y muchos de los patrones básicos de los Pet Shop Boys más bailables. Todo muy en consonancia con el renacido espíritu electrónico de las “raves” de los años noventa.




“We Came from Outer Space” - Es difícil calificar como instrumental un corte lleno de voces pero realmente se trata de “samples” de diferentes procedencias (incluso alguno del propio Chris Lowe) entrando en diálogo entre ellos y formando parte de un todo. Es un corte que nos encanta, con un toque de ciencia ficción muy presente y un ritmo contagioso que no abusa del clásico bombo machacón. Una pieza ciertamente experimental que funciona muy bien aquí.


“The Man Who Has Everything” - El siguiente corte tiene una base muy cercana a alguno de los más potentes de “Very” (particularmente “One in a Million”) lo que lo convierte en otro tema de baile bastante resultón aunque la parte melódica tiene más presencia que en el resto de cortes del disco.


“One Thing Leads to Another” - El disco concluye con nuestro tema favorito, una canción (por fín) muy inspirada que comienza con un ritmo “drum'n'bass” sobre el que Neil rapea un breve texto que nos lleva al estribillo que tiene la mejor melodía del trabajo. Ese esquema se repite en toda la pieza alterando rap con melodía hasta completar una gran canción que, en otro tipo de disco más orientado al público general, podría haber sido un éxito.




No es la primera vez que mencionamos la diversidad de proyectos que han ido lanzando Pet Shop Boys con muchas diferencias estilísticas entre ellos. Desde la saga de cuatro volúmenes “Disco” (que podrían ser cinco si consideramos que “Introspective” tenía un concepto muy similar) hasta sus obras para cine o ballet, pasando por el musical “Closer to Heaven”, a lo largo de sus cuarenta años de carrera, el dúo ha recorrido muchos caminos muy diferentes entre sí. Su lado más experimental siempre ha ido ligado a las “caras b” de sus singles (recopiladas en dos colecciones como fueron “Alternative” y “Format”). En el caso de “Relentless”, casi podríamos considerarlo como el “disco b” de “Very” en el que exploran su lado más experimental con mucho acierto. Es un disco destinado, eso sí, a los seguidores más acérrimos del dúo aunque no tiene por qué disgustar al oyente casual siempre que tenga cierta querencia por la electrónica de baile. El hecho de que ahora esté disponible tras muchos años en los que era un cotizado objeto de colección hace que aprovechemos para recomendarlo aquí.

domingo, 20 de abril de 2025

Pet Shop Boys - Fundamental (2006)



En muchos casos, la evolución del sonido de una banda viene dada por el cambio de miembros, ya sea por la salida de unos, por la llegada de otros o por el cambio de roles de algunos de ellos dentro del grupo. Eso ayuda mucho a ir adaptando el sonido y las propias canciones a los cambios de estilo inevitables con los nuevos tiempos. La cosa se complica cuando la banda es estable en el tiempo y más aún cuando se trata de un dúo como el que formaban Neil Tennant y Chris Lowe desde hacía más de veinte años. En su caso, esta búsqueda de un sonido diferente ha ido de la mano, en muchos casos, de un nuevo productor. Debutaron con la ayuda de Stephen Hague pero enseguida fueron incorporando a otros artistas a esas labores como fueron Julian Mendelsohn, J.J.Jeczalik (de Art of Noise), Stephen Lipson, Harold Faltermeyer, Chris Porter, Danny Tenaglia o Craig Armstrong. Prácticamente con cada disco de estudio cambiaban de productor o incorporaban uno nuevo al equipo, ya que hay varios que iban repitiendo de uno u otro modo. Siguiendo con esa tendencia, en 2005 decidieron que su próximo trabajo estaría producido ni más ni menos que por Trevor Horn.


Horn fue uno de los músicos que ayudó a definir el sonido de toda una década, la de los ochenta, no tanto en su faceta de instrumentista o compositor como en la de productor. Pese a formar parte de The Buggles (influencia clave en el sonido del pop electrónico con “Video Killed the Radio Star”) o The Art of Noise, su influencia principal fue en el ámbito de la producción estando detrás del éxito de ABC, Frankie Goes to Hollywood e incluso de la reconversión al pop de las leyendas del rock progresivo Yes con “Owner of a Lonely Heart”. Trevor Horn fue uno de los primeros poseedores de un Fairlight CMI, el aparato que cambió buena parte del sonido electrónico de los ochenta y alrededor de él, fue montando un equipo de productores que incluía al citado Jeczalik y también a Anne Dudley, ambos miembros de The Art of Noise y también colaboradores de los Pet Shop Boys en distintas etapas. El propio Horn había producido un par de singles del dúo anteriormente (“It's Alright” y “Left to My Own Devices”) pero nunca un disco completo como iba a suceder con “Fundamental”.


Tennant y Lowe se habían tomado con calma la grabación de un nuevo disco tras el no demasiado afortunado “Release” (2002). De hecho, nunca habían pasado tanto tiempo sin lanzar un trabajo con canciones nuevas como pasó con “Fundamental” (2006) pese a que en el trayecto sí que aparecieron  proyectos alternativos como el “Battleship Potemkin” del que hablamos recientemente, el tercer volumen de la serie “Disco” o un recopilatorio con un par de canciones nuevas. El enfoque, en todo caso, iba a ser muy diferente de “Release” volviendo a los temas electrónicos potentes y a una mezcla muy equilibrada entre temas descaradamente bailables y baladas más tranquilas. El sonido, además, iba a ser mucho más rico con el uso de orquesta, batería o guitarras pero sin renunciar a los sintetizadores que dominan casi por completo un disco fastuoso como, por otra parte, era habitual en las producciones de Horn. La lista de colaboradores en el trabajo también era extensa y en ella había muchos nombres de prestigio, varios de ellos del entorno del productor como la propia Anne Dudley (encargada de la orquestación), el teclista Jamie Muhoberac (que trabajó con Horn en los discos de Seal), el guitarrista Steve Lipson (Annie Lennox, Propaganda, Frankie Goes to Hollywood...), “Lol” Creme (de Godley and Creme), o el percusionista Frank Ricotti.


“Psychological” - El disco comienza con un corte extraño, muy ajeno al estilo habitual del dúo y más cercano al de grupos como Depeche Mode o, por extensión, a Kraftwerk. Basado en una línea de bajo insistente y una corta melodía sobre sonidos ambientales, a día de hoy sigue siendo uno de nuestros temas favoritos del disco.


“The Sodom and Gomorrah Show” - Sin más preámbulos nos encontramos con el primer bombazo del trabajo: una crítica a la cultura del espectáculo de hoy en día, especialmente en lo que se refiere a los “reality shows televisivos”. Desde el punto de vista musical es una canción espectacular con arreglos de teclado y guitarra recargados pero brillantísimos y con una batería real que suena fantásticamente bien. Si le sumamos a eso unas melodías muy inspiradas y unas letras agudas que se resumen en el demoledor estribillo: “Are you gonna go / to the Sodom and Gomorrah Show? / It's got everything you need / for your complete entertainment and instruction. / Sun, sex, sin, divine intervention death and destruction. / The Sodom and Gomorrah show / is a once-in-a-lifetime production”. Pet Shop Boys en su nivel más alto.




“I Made My Excuses and Left” - Indicamos antes el equilibrio entre temas potentes y baladas del disco y eso permite anticipar que ahora es el turno de un tema lento. Se trata de una balada que tarda en empezar, introducida por una secuencia ambiental que desemboca en el tema central con un texto basado en el relato de Cynthia Lennon cuando vio en una ocasión a su marido John y a Yoko Ono sentados juntos y hablando y se dio cuenta por todos los detalles de la situación de que su matrimonio estaba terminado. Un ritmo cadencioso y abundancia de cuerdas adornan esta pieza que cuenta con bastantes melodías inspiradas y que funciona muy bien.


“Minimal” - Otro de nuestros temas favoritos, esta vez en el estilo más clásico del dúo es esta crítica al arte y al diseño moderno basado en el “menos es más”. Una canción pegadiza, llena de ritmo y que el dúo había elegido como primer single aunque a sugerencia de la discográfica terminó por ser el segundo. A nuestro juicio, no solo es una de las grandes canciones del disco sino de toda la trayectoria de Pet Shop Boys lo cual es decir mucho.




“Numb” - Llegamos a una rareza en la discografía del dúo, no tanto por que sea una canción ajena (han hecho muchísimas versiones) sino porque fue un encargo directo de Neil y Chris a Diane Warren, artista norteamericana responsable de grandes éxitos a cargo de artistas tan diferentes como Cher, Ace of Base, Aerosmith, Starship o Celine Dion. Diane les envió tres temas y el dúo se quedó con esta balada.


“God Willing” - Sigue el disco con un tema tan extraño como breve. Se trata de un instrumental muy rítmico que va creciendo en intensidad poco a poco creando una muy razonable expectativa de que culminaría en una explosión bailable pero en lugar de eso se extingue dando paso al siguiente tema.


“Luna Park” - Lo que nos encontramos aquí es un medio tiempo de corte pop con mucha presencia de la orquesta y un par de melodías muy acertadas a las que se añade un toque de clavicordio que recuerda mucho a la introducción del “Lucy in the Sky With Diamonds” de los Beatles. Un tema muy elegante y de gran nivel.


“I'm With Stupid” - Es el turno ahora del que fue primer single del disco, una canción muy pegadiza con un título y una letra que hacen referencia al entonces Primer Ministro británico, Tony Blair, y especialmente a su relación con George W. Bush en tiempos de la Segunda Guerra del Golfo. Pese a que funcionó bastante bien en las listas, nos parece un single demasiado sencillo (si se nos permite el chiste), flojo y por debajo del nivel medio del disco.




“Casanova in Hell” - Una canción extraña centrada en la figura de Casanova, especialmente en sus últimos y ya decadentes años. No es nuestro tema favorito del trabajo, desde luego, aunque los exuberantes arreglos orquestales elevarían un poco la puntuación en un hipotético ranking.


“Twentieth Century” - Otra canción política en la que Neil hace un repaso de la historia del S.XX y todas sus revoluciones que terminaron, en muchos casos, por frustrarse y por pervertir toda expectativa como refleja la frase central del estribillo: “Sometimes the solution is worst than the problem”. Musicalmente es un tema electrónico muy pegadizo del que nos quedamos con una especie de coda final muy interesante que merecería un desarrollo más amplio.


“Indefinite Leave to Remain” - En un disco con abundantes baladas, la mejor de todas es esta última en la que todo el talento melódico del dúo sale a relucir alrededor de una frase (la del título) aburridamente burocrática (hace referencia al permiso de residencia que el gobierno inglés concedía a los que llevaban 5 años en el país) pero adaptada por los Pet Shop Boys como una petición de matrimonio.


“Integral” - Otra letra afiladísima para criticar los cambios legislativos en el Reino Unido en el mundo post 11-S, en especial ante los inmigrantes. Realmente todo se resume en el certero estribillo que se convierte en el que probablemente sea el puñado de versos más acertado escrito por los Pet Shop Boys: “If you've done nothing wrong / You've got nothing to fear / If you've something to hide / You shouldn't even be here / You've had your chance / Now we've got the mandate / If you've changed your mind / I'm afraid it's too late”. Todo esto acompañado de un armazón electrónico y orquestal espectacular que, siempre en nuestra opinión, convierte a “Integral” en una de las 5 o 6 mejores canciones de Pet Shop Boys de siempre.




“Fundamental” es, probablemente, el disco más político de Pet Shop Boys hasta aquel momento. En realidad este era un aspecto que no habían tocado demasiado anteriormente aunque ha ido apareciendo con cierto peso en discos posteriores. Este cambio probablemente viniera motivado por la decepción de Tennant (un activo votante laborista hasta entonces) con Tony Blair, en especial con su postura en la guerra del golfo y con decisiones como el establecimiento de carnets de identidad en el Reino Unido (derogado años más tarde). Centrándonos en la música, es posible que el conjunto sea un poco irregular, no tanto porque las canciones no sean buenas (lo son en su gran mayoría) sino porque la alternancia constante entre temas potentes y llenos de fuerza con baladas orquestales no termina de funcionar del todo bien. Con todo, y aunque suene contradictorio, “Fundamental” sigue siendo hoy en día uno de nuestros discos preferidos del dúo británico. Casi veinte años después de su publicación, sus letras siguen, por desgracia, muy vigentes y eso es un valor añadido para un trabajo que ya ha superado la prueba del tiempo.

lunes, 31 de marzo de 2025

Tennant / Lowe - Battleship Potemkin (2005)



Se dice que Sergei Eisenstein tenía la esperanza de que la banda sonora de su película “El Acorazado Potemkin” fuera reescrita cada veinte años para mantener la relevancia del film en el tiempo. Y lo cierto es que sus deseos se han venido cumpliendo y así, la partitura original de 1925 de Edmund Meisel tuvo su relevo en 1950 a cargo de Nilolai Kryukov y ya en los ochenta hubo algunas composiciones más tan variadas como una banda sonora para piano solo y otra para sintetizadores. Además, diferentes ediciones domésticas de la película han adaptado obras de Shostakovich para la misma.


Ya en este siglo, con el motivo de una exhibición pública de la película que tendría lugar en Trafalgar Square, el director del londinense Institute of Contemporary Arts, Philip Dodd, tuvo la idea de encargarle una nueva banda sonora del film, nada menos que a los Pet Shop Boys. Siendo tan conocido el interés de Neil Tennant por la historia y la cultura rusa, pocos artistas parecían más adecuados para un cometido así. El dúo aceptó el desafío y comenzaron pronto a escribir una partitura que combinaría sintetizadores y demás aparataje electrónico con orquesta. Aprovecharon para eso la relación que tenían con el compositor alemán Torsten Rasch, para que fuera el encargado de las orquestaciones. Habían conocido a Rasch poco tiempo antes cuando colaboraron con el grupo alemán Rammstein remezclando una de sus canciones en la misma época en la que Rasch estaba orquestando varias de ellas. Toda esa parte, digamos clásica, del disco de Pet Shop Boys (luego matizaremos esto) estaría interpretada por la Orquesta Sinfónica de Dresde dirigida por Jonathan Stockhammer mientras Neil Tennant y Chris Lowe se encargarían de la parte electrónica y de la vocal en las pocas canciones que aparecen en el trabajo. Hablabamos de un matiz que era necesario hacer y es que el disco aparece firmado con los apellidos de ambos artistas y no como Pet Shop Boys, que solo aparecen acreditados como intérpretes.


“Comrades!” - El disco comienza con una potente nota de sintetizador repetida que da paso a la orquesta que ejecuta una profunda melodía de corte minimalista. A partir de ahí comienza el tema central sobre los violines que ejecutan un ostinato muy marcado como entrada a los sintetizadores que repiten la melodía inicial y empiezan a dibujar un ritmo constante que acentúa el drama de las cuerdas. Un comienzo espectacular y muy prometedor.




“Men and Maggots” - Sin solución de continuidad enlazamos con la siguiente pieza, mucho más electrónica ya desde la potente introducción secuencial, reforzada por las percusiones que desemboca en la presentación de una nueva melodía lenta interrumpida abruptamente por un interludio de piano. Tras el, volvemos a los ritmos y sonidos iniciales que se van disolviendo en un final más caótico con una percusión desbocada que encaja muy bien con las imágenes de la película pero que no termina de funcionar en una escucha aislada.


“Our Daily Bread” - La acción se corta bruscamente para ofrecernos un breve tema de piano en el que Neil Tennant recita un fragmento del “Padre Nuestro” para enlazar con la siguiente pieza, la más larga del disco.


“Drama in the Harbour” - Comienza como un profundo tema electrónico introducido por un sonido de trompeta. Los sintetizadores nos llevan a través de una larga obertura secuencial sobre la que aparecen las cuerdas propulsadas de vez en cuando por toques de percusión. Empieza a desarrollarse entonces un tema que aparecerá más veces en el trabajo y a partir del cual se despliega una espectacular parte electrónica que suena como una actualización de los postulados de la Escuela de Berlín, a la manera de los modernos Tangerine Dream en lo que es uno de los mejores momentos del disco. Antes de terminar, volvemos al pulso inicial del disco que se repite con una cadencia sostenida y sobre el que volvemos a escuchar la oración de Tennant del corte anterior a la que añaden un pequeño texto adicional.


“Nyet” - Uno de los cortes más rítmicos del disco, que bien podría ser un “hit” discotequero aunque su factura, con las cuerdas dando la réplica a las cajas de ritmo, se aleja un poco de los tópicos de la música de baile. Una pieza muy potente que funciona de maravilla junto con la acción de la película.


“To the Shore” - En un gran contraste con el tema anterior, tenemos aquí una melodía lenta y llena de dramatismo a cargo de la orquesta a la que Tennant y Lowe añaden un tema de piano que recuerda claramente a su estilo de hacer canciones. Es una pieza grave y muy melódica que, pese a carecer de letra y voces, cualquier seguidor del dúo podría reconocer como suya sin mucho esfuerzo.


“Odessa” - Llegamos así a otro de los grandes momentos del disco con un piano repetitivo arropado por un denso colchón de cuerda y un ritmo cadencioso que nos preparan para el tema principal, ejecutado con sintetizador. Mediada la pieza entramos en una parte más secuencial en la que se repiten las melodías anteriores añadiendo cada vez más elementos hasta conformar un corte magnífico.




“No Time for Tears” - Como si fuera un descanso entre las dos partes del disco, nos encontramos aquí una tipica balada de Pet Shop Boys con Tennant acompañado principalmente de piano. Una canción que perfectamente podría haber formado parte de cualquiera de sus discos “convencionales” (de hecho apareció como cara B de un single posterior y también en un disco recopilatorio). Nos encanta la coda final, con un súbito cambio de ritmo que más parece un tema diferente que un final de éste.


“To the Battleship” - Seguimos con un tema relajado y solemne por momentos con unas cuerdas majestuosas que acompañan al piano y las percusiones. Un corte con cierta épica y una cadencia tranquila que denota claramente su subordinación a las imágenes en pantalla. En todo caso, como pieza musical aislada cumple también sin problema.


“After All (The Odessa Staircase)” - Otra de las canciones más o menos convencionales del disco pero con un enfoque muy interesante por parte del grupo que parte de una base de cierta inspiración “tecno” sobre la que escuchamos unas cuerdas y coros estáticos muy del estilo del Vangelis de los primeros setenta y una melodía muy lenta cantada por Tennant que contrasta con el ritmo que suena por debajo. No es precisamente una canción excesivamente comercial pero el dúo la ha llegado a interpretar en directo en alguno de sus conciertos más importantes.


“Stormy Meetings” - Otro corte breve en el que se recupera el tema de “Men and Maggots”, quizá con mayor énfasis en las secuencias electrónicas. Una buena transición hacia la parte final de la obra.


“Night Falls” - Esta comienza con un tema muy experimental y ambiental lleno de sonidos y ruidos metálicos que se combinan con “samples” acuáticos y de todo tipo formando distintos ritmos. Tras esa introducción entra una secuencia de percusión y una melodía electrónica llena de misterio que nos encanta. Más tarde aparece otro motivo similar y ambos se combinan en una pieza que hará las delicias de los más aficionados a la música electrónica de los setenta y primeros ochenta.




“Full Steam Ahead” - Enlazando con el tema anterior (no parecen dos cortes diferentes) tenemos esta pieza más corta que no es sino una prolongación de su precedente en todos los sentidos. Ambas comparten un mismo ritmo, una misma melodía y un mismo tono general. La única razón para que figuran como cortes separados es que pertenecen a escenas diferentes de la película.


“The Squadron” - Sin separación con el segmento previo llegamos a este tema electrónico en el que el ritmo va acelerándose de forma progresiva en lo que parece el clásico momento de “subidón” de una rave pero de repente todo cambia con la entrada de la orquesta y la aparición de una melodía extraordinaria que nos recuerda de algún modo al clásico tema de “Doctor Who” y que termina por convertirse en otro de nuestros cortes favoritos de toda la banda sonora. Un verdadero espectáculo auditivo.




“For Freedom” - Cierra la obra una nueva canción que es una especie de revisión de “No Time for Tears” rescatando también algunos versos de “Our Daily Bread”. La orquesta tiene una gran protagonismo en el comienzo con uno tono dramático muy cinematográfico y que se corresponde más con el tipo de partitura que uno esperaría para un drama de este calibre aunque en el segmento final todo se transforma de nuevo en una canción pop al uso.



Hoy la idea de una banda sonora compuesta para orquesta y sintetizadores suena hoy más normal de lo que era hace unos años, especialmente cuando los compositores proceden del ámbito electrónico y no del clásico. Ha habido ya varios iconos del género que han dejado ejemplos de esta combinación con resultados notables como Orbital (con la colaboración de Michael Kamen) en la banda sonora de “Event Horizon” (1997) o Daft Punk en la de “Tron: Legacy” (2010). A medio camino entre una y otra tenemos este excelente trabajo de Neil Tennant y Chris Lowe que, pese a estar alejado de su producción habitual, alcanza un nivel notabilísimo en general y con pocos momentos flojos. No hace falta que seáis seguidores de Pet Shop Boys para que os guste esta obra que, por otra parte, nos revela al dúo como una banda extremadamente dotada para afrontar registros diferentes al que les ha dado la fama.

sábado, 30 de noviembre de 2024

Pet Shop Boys - Nonetheless (2024)



Siguen apareciendo discos concebidos y gestados durante el periodo de confinamiento provocado por la pandemia de COVID-19. En el caso que hoy nos ocupa, se trata, nada menos, que del último del dúo de pop por excelencia, Pet Shop Boys, que regresaron a la actividad discográfica tras una ausencia de cuatro años. Esta afirmación requiere de algún matiz puesto que, si bien es cierto que su anterior disco, “Hotspot”, se publicó en 2020, en este intervalo de tiempo han recuperado un directo de 1994, han rescatado el disco “Relentless”, que acompañaba a una edición limitada de “Very” en su día, han lanzado un extenso recopilatorio y han publicado una serie de EP's y singles con mucho material a través de su club de fans. Que no estuvieron parados, vamos.


La cuestión es que, durante el confinamiento, el dúo perdió el contacto presencial habitual casi por primera vez en cuarenta años por lo que descubrieron a la fuerza una nueva forma de trabajar que consistía en que cada uno iba creando y grabando sus temas, se los enviaba al otro para que hiciera sus aportaciones y lo devolviera repitiendo el proceso las veces necesarias hasta que las canciones tomaban forma casi definitiva (luego vendría el trabajo del productor pero eso es ya otro tema). Con esta actividad casi como un “hobby”, ya que no había intención de hacer un disco ni presión por las fechas de entrega en unos días en los que el mundo estaba detenido, el dúo fue juntando un buen número de canciones hasta que un día Neil Tennant le envió a Chris Lowe una selección de diez canciones en forma de “tracklist” que empezaban a parecerse sospechosamente a un disco. Chris comenta que en ningún momento pensaron que estaban escribiendo un nuevo trabajo pero que, al ver la lista, todo empezó a cobrar sentido y decidieron seguir adelante con ello. Así llegó en abril “Nonetheless”, el decimoquinto disco del dúo según la wikipedia, en una decisión arriesgada porque es difícil decidir si recopilatorios, discos en directo, trabajos alternativos (musicales, discos de remezclas o bandas sonoras) deben o no formar parte de la cuenta. Como curiosidad, con “Nonetheless”, Pet Shop Boys regresan a Parlophone, su sello de toda la vida que habían abandonado en 2012.


El productor del disco iba a ser el renombrado James Ford, el mismo de, por ejemplo, los últimos trabajos de Depeche Mode que decidió añadir una orquesta a las demos del dúo en varios temas, lo que, en nuestra opinión, contribuye a acercar el sonido del disco al de “Fundamental” (2006), otro de sus grandes trabajos. Aparte de eso y de algunos coros, todo lo demás está hecho e interpretado por Tennant y Lowe.


“Loneliness” - El disco comienza con una canción que casi podríamos denominar como “estándar” en el dúo. Un tema bailable y desenfadado con cuerdas y metales aportando un toque “disco” muy atractivo. Un tema que podría haber formado parte de cualquier LP anterior ya que contiene la esencia de los singles del grupo. En la parte menos positiva, precisamente eso: no es una canción que tenga nada especial que la haga destacar sobre las demás.


“Feel” - El siguiente tema es el único que procede de un periodo anterior ya que fue escrito años atrás y ofrecido a Brandon Flowers, cantante de “The Killers” con quien los Pet Shop Boys tienen una gran relación. Sin embargo, no llegó a ser grabado por este. En lo musical, todo el armazón, especialmente la parte rítmica, es cien por cien Kraftwerk, incluyendo alguno de los efectos más característicos del grupo alemán, lo que no deja de llamarnos mucho la atención.




“Why Am I Dancing” - Una fanfarria de metales nos da la bienvenida a uno de los cortes más optimistas del disco pese a ser, en palabras de Neil, el único que trata directamente sobre el confinamiento en la pandemia. Una canción sencilla que nos deja con una gran sensación sin tener ningún elemento que se salga de lo normal en la trayectoria de la banda.


“New London Boy” - Lo que comienza como una balada más del grupo va sumando elementos y cambios, incluyendo un rapeado central al estilo de Grandmaster Flash (con referencias a Roxy Music o David Bowie, una de las influencias de la canción) que nos remite inevitablemente a “West End Girls”. Volvemos a encontrar sonidos que nos recuerdan a Kraftwerk a lo largo de toda la canción por lo que, conscientemente o no, creemos que su música estuvo presente de uno u otro modo en la fase de creación del disco.


“Dancing Star” - Una canción muy ochentera en sus arreglos y también en cuanto a los diálogos entre la voz principal y los coros. Dedicada a e inspirada en el bailarín soviético Rudolf Nureyev, es uno de los singles del disco aunque no parece, en principio, la elección más obvia.


“A New Bohemia” - Uno de los mejores cortes de todo el disco es esta balada con un gran peso de la orquesta y un potentísimo estribillo con todo el potencial para convertirse en un himno, a la manera de “I Get Along” o y otros similares que abundan en la carrera de Pet Shop Boys. De esas canciones que puedes escuchar una y otra vez sin cansarte.




“The Schlager Hit Parade” - Si en el tema anterior destacábamos el estribillo, tenemos que hacer lo mismo en este, con una frase pegadiza y una melodía muy inspirada que lo convierten inmediatamente en uno de nuetros preferidos del trabajo y, probablemente, en una de esas joyas que hay en cada disco de Pet Shop Boys pero que, por alguna razón, pasan muy desapercibidas.


“The Secret of Happiness” - La gran sorpresa llega con esta balada con ritmo de bossa nova y arreglos orquestales de película musical de los años cuarenta. El propio Tennant confirma que durante un tiempo estuvo obsesionado por las canciones de Irving Berlin y eso se nota mucho en esta canción que, por otro lado, sigue manteniendo conexiones con temas antiguos del dúo como “It Always Comes as a Surprise”.


“Bullet for Narcissus” - Una canción desenfadada que habla de un miembro del servicio secreto encargado de proteger a un personaje importante (e incluso de dar su vida por él) pese a ser una persona con suyas ideas no está de acuerdo en absoluto. Cuando habla de “recibir una bala en lugar de Narciso” es difícil no pensar en cierto presidente narcisista hasta el extremo, especialmente cuando poco después de salir el disco al mercado, ese mismo personaje fue el objetivo de un atentado de esas características. Curiosa coincidencia, en todo caso para una canción en la línea habitual de los temas bailables del dúo.


“Love is the Law” - Cierra el disco una balada de tono oscuro sobre la prostitución que Neil escribió muy influido por una biografía de Oscar Wilde que leyó durante el confinamiento. La canción es magnífica y tiene una enigmática coda final en la que suena un fragmento del “Miserere” del compositor Gregorio Allegri. Curiosamente, el dúo incluiye una versión de esa obra en el material adicional del disco que comentamos más abajo.




El lanzamiento de “Nonetheless” ha sido (está siendo) uno de los más completos de Pet Shop Boys. Aparte de la edición “normal” del disco, en su día salió una “deluxe” con un CD extra que contenía nuevas versiones de cuatro temas clásicos pero es que, además, acaba de aparecer una nueva edición expandida con cuatro canciones más (entre ellas el mencionado “Miserere” y las demos de todo el disco. A ello hay que sumarle los cinco “singles” extraídos del mismo, cada uno de ellos con sus correspondientes canciones inéditas en forma de “caras b” lo que nos habla bien a las claras de todo el material que el dúo escribió en los meses del confinamiento y revela que, tras cuarenta años de carrera, su ritmo de trabajo sigue siendo intenso, lo cual es muy de agradecer. Nuestra valoración del disco es bastante buena y lo encontramos muy similar en varios aspectos al anteriormente mencionado “Fundamental”, no solo por el peso de la orquesta sino también por el reparto de los temas entre baladas y temas más bailables, muy equilibrados aquí lo que probablemente decepcione un poco a la parte de los seguidores del dúo más inclinados hacia su lado discotequero.

martes, 14 de marzo de 2023

Pet Shop Boys - Very (1993)



De cara al público, hubo un momento crítico en la carrera de Pet Shop Boys. Acababan de lanzar “Behaviour”, un trabajo alabado por la crítica en general pero con unas ventas muy por debajo de lo que las opiniones especializadas presagiaban. La gira posterior tampoco fue un éxito rotundo y el lanzamiento de un recopilatorio como “Discography” tuvo para muchos fans sabor de despedida. Lo cierto es que esta sensación no se correspondía con la realidad. El dúo seguía trabajando y esta vez con la idea de dar un giro a su música que pasaría de la sobria elegancia de “Behaviour” a algo descaradamente bailable y destinado a recuperar los primeros puestos de las listas.


Así surgió “Very”. Un trabajo en el que el dúo decide tomar las riendas de la producción implicándose mucho más que en los anteriores aunque contando todavía con la ayuda de su colaborador habitual, Stephen Hague. En muchos sentidos fue un disco liberador en el que los Pet Shop Boys combinaron temas abiertamente bailables, letras bastante más explícitas que antes sobre el tema de la homosexualidad y baladas sumamente elegantes en la línea de su trabajo anterior. Al respecto, merece la pena comentar que poco después del lanzamiento del trabajo, Neil Tennant declaró públicamente su condición de homosexual, cosa que se había rumoreado e incluso se daba por hecha pero que nunca había sido confirmada por el cantante. En la nómina de músicos que participaron en la grabación del disco destacan Anne Dudley, J.J.Belle, Frank Ricotti o la vocalista Sylvia Mason James.


“Can You Forgive Her?” - Abre el trabajo el que fue también su primer single. Un cañonazo excesivo como casi todo en este disco, con abuso de los samples de orquesta que tanto habían utilizado los miembros del grupo en el pasado pero que, sorprendentemente, funciona de maravilla. Una de las grandes canciones del trabajo que llegó a lo más alto de las listas en un montón de países.




“I Wouldn't Normally Do This Kind of Thing” - El siguiente tema está dominado por un ritmo machacón que llega a cansar pero que, convenientemente adornado con unas cuerdas del estilo de Marvin Gaye, metales sintéticos y una buena melodía, lo convirtieron en un más que aceptable tercer single.




“Liberation” - El siguiente corte bien podría haber formado parte de “Behaviour” ya que mantiene los ritmos contenidos de aquel trabajo, los arreglos de guitarra de alguna de sus piezas y un tono sereno acentuado por los coros y las cuerdas, mucho más protagonistas en el disco de lo que pudiera parecer en una primera escucha. También fue single aunque el más discreto de todos.




“A Different Point of View” - Llegamos a uno de los cortes más potentes del trabajo que pasó más bien desapercibido. Con un ritmo frenético, golpes orquestales formando una melodía que permanece en segundo plano durante toda la canción, no hay un momento de reposo en toda la canción que es una perfecta mezcla entre los Pet Shop Boys más comerciales de “Actually” o “Please” y los ritmos más evolucionados de los noventa.


“Dreaming of the Queen” - Faltaba la clásica balada del dúo que llega aquí contrastando una melodía central lenta con una programación y una línea de bajo bastante aceleradas. Desde el punto de vista melódico, contiene alguno de los mejores momentos de todo el disco dentro de unos arreglos muy característicos de los dos primeros trabajos del dúo.


“Yesterday, When I Was Mad” - Quizá el corte más desenfrenado de todo el trabajo, con ritmos tecno absolutamente desatados casi desde el inicio y Neil Tennant casi rapeando a través de un vocoder. Todo ello desemboca de repente en un estribillo arrebatador que convierte al que fue quinto y último extracto de un disco especialmente pródigo en singles en uno de nuestros favoritos de toda su discografía.




“The Theatre” - En todos los discos de Pet Shop Boys hay una canción (a veces más) que no recibe la atención que debería. Este sería, en nuestra opinión, el caso de “The Theatre” que contiene en su estribillo una de las mejores melodías del dúo. Con arreglos que combinan una especie de drum'n'bass con sonidos de sintetizador que recuerdan el “I'm Going Slightly Mad” de Queen y unas cuerdas exquisitas, sigue siendo una canción que nos encanta treinta años después de su publicación.


“One And One Makes Five” - Llegados a este punto era inevitable que el nivel bajase un poco. Esta es una canción descaradamente bailable sin mayores pretensiones, siguiendo la estela de los temas más ligeros de sus primeros discos. Material de relleno con el sello inconfundible del dúo. 


“To Speak is a Sin” - Continuamos con una balada en la que, de nuevo, nos encontramos con una melodía central excelente, al nivel de otras de trabajos anteriores como “King's Cross”, “It Couldn't Happen Here” o “Jealousy”. Asumiendo que Pet Shop Boys son un grupo fundamentalmente de música de baile, hay que reconocerles que, cuando se ponen “serios” son capaces de componer verdaderas maravillas.


“Young Offender” - El tramo final del trabajo está centrado ya en los ritmos discotequeros comenzando con este corte que recupera la monotonía rítmica de “I Wouldn't Normally Do This Kind of Thing” pero sin llegar al nivel de aquel. La inclusión de sonidillos que parecen sacados de un arcade de los ochenta no ayuda mucho a disfrutar de la canción.


“One in a Million” - La verdad es que es complicado pensar en algún grupo con la capacidad de crear tantas canciones que combinen comercialidad y calidad como lo hacen Pet Shop Boys. “One in a Million” sería un tema que para muchos artistas supondría uno de sus mayores éxitos mientras que en el caso del dúo británico no pasa de ser casi uno más dentro del disco. 


“Go West” - Una de las facetas más destacadas de Neil Tennant y Chris Lowe es su habilidad para hacer versiones de otros y convertirlas en éxitos. Pasó con “Always on My Mind” y en menor medida con “Where the Streets Have No Name” pero seguramente el caso más abrumador fue esta versión de, nada menos que Village People. Curiosamente esta no había sido precisamente una de las canciones más exitosas de los neoyorquinos pero en manos de Pet Shop Boys alcanzó una segunda vida y se convirtió casi en un himno, siendo adoptada por las aficiones de varios equipos de fútbol de todo el mundo para animar a sus jugadores. En su versión, Pet Shop Boys juegan con muchos elementos como la inclusión de algunas notas del himno de la U.R.S.S. (en el videoclip, estas referencias soviéticas son aún más evidentes) o un coro masculino que da la réplica a Neil en toda la canción. “Go West”, segundo single de “Very” fue un éxito mundial además de uno de los cortes más desenfadados y gamberros del dúo británico. Como curiosidad, tras un par de minutos de silencio al final de la canción, aparece una extraña miniatura en forma de balada con arreglos de piano y armónica que no tiene absolutamente nada que ver con la pieza principal pero que ha quedado como una sorprendente coda final en el disco.





En muchos sentidos, “Very” fue un disco muy especial. Una de las cosas que más llamó la atención en su momento fue el precioso formato en el que salió a la venta la versión en CD y es que el disco venía en una caja opaca de color naranja con el nombre del grupo y el título del disco en una portada que estaba llena de círculos, todo ello en relieve (la portada-Lego se le llegó a llamar). En una época en la que los discos salían en el 99% de los casos en la clásica caja de plástico transparente con su bandeja negra, esto supuso una gran novedad estética que hacía del disco un objeto atractivo al margen de su contenido musical. De hecho, la caja de “Very” (un diseño del argentino Daniel Weil) llegó a formar parte de una exposición en 1995 en el MoMA. Además de eso, existió una edición especial titulada “Very Relentless” con un segundo CD compuesto por temas inéditos, principalmente instrumentales y orientados a la pista de baile que se convirtió pronto en objeto de colección.


En apenas unos días, “Very” alcanzó el número uno en las listas británicas consiguiendo además el hito de colocar sus cinco singles en el top-20 de las mismas. En el resto de Europa la repercusión fue similar y eso marcó también un gran cambio estético en los conciertos que pasaron a incorporar coloridos disfraces y cambios de vestuario muy relacionados con lo que se pudo ver en los videoclips del disco, llenos de efectos especiales y un rudimentario CGI que hoy resulta muy primitivo pero entonces funcionaba bastante bien. Hoy sigue siendo su disco más popular y, aunque nosotros tenemos varios que nos gustan más, tenemos que reconocer que también le hemos cogido cariño con el tiempo.

jueves, 12 de noviembre de 2020

Pet Shop Boys - Hotspot (2020)




No esperábamos gran cosa en 2020 de Pet Shop Boys, especialmente tras dos discos como “Electric” (2013) y “Super” (2016) que no nos entusiasmaron en exceso en su día y que llegaban detrás de un generalmente poco valorado “Elysium” (2012). Y es que en lo que se refiere al dúo británico no aprendemos. Nunca los enterramos del todo pero, como ya nos ocurrió en más de una ocasión en el pasado, el darlos por amortizados musicalmente hablando se reveló una vez más como un error en el momento en que escuchamos “Hotspot”, su último larga duración.


Y lo cierto es que teníamos que habernos puesto sobre aviso cuando escuchamos su “EP” titulado “Agenda” que había aparecido unos meses antes. En él, con una producción más bien sencilla que tenía aire de “demo” en muchos momentos, el dúo afilaba el colmillo con una punzante crítica política convertida en cuatro canciones notables que mejoraban a la mayoría de las contenidas en sus trabajos anteriores. Tras “Agenda” llegaría “Hotspot” para cerrar su particular “trilogía berlinesa” de la mano del productor Stuart Price aunque en nuestra opinión se trata de un trabajo que está tan por encima de los otros dos que casi da pena considerarlo como parte de una trilogía y no como un trabajo aislado. El título del disco iba a ser en un principio “Berlin” porque el dúo buscaba reflejar la importancia de esa ciudad en todo el proceso de creación pero fue descartado. Se buscó alguna palabra en alemán que pudiera tener un cierto tono universal pero no encontraron nada adecuado hasta que alguien leyó en un artículo periodístico que Berlín fue el “hotspot” de la guerra fría. Eso y otras connotaciones del término como su uso para denominar un punto de distribución de la señal WiFi o una gran concentración de gente les hizo quedarse con ese título.


El “secreto” de “Hotspot” en realidad no es tal porque es un disco que no hace sino reeditar la vieja fórmula del dúo de rebajar un poco el tono festivo mediante la inclusión de alguna balada más de las habituales. Esa proporción entre temas bailables y canciones más o menos lentas es la que nos dio trabajos como “Actually” (1987), “Behaviour” (1990) o más recientemente “Fundamental” (2006). No siempre les funciona, claro está, pero cuando lo hace estamos ante un disco que merece mucho la pena. Ese es el caso de “Hotspot”. En el apartado de colaboraciones, este es un trabajo con pocas pero muy acertadas, en especial la del trío Years and Years, protagonistas en el que fue el primer single del trabajo y, para muchos, una de las más sólidas candidaturas para tomar el relevo de Pet Shop Boys en el panorama del synth-pop británico. El otro invitado es Bernard Butler, guitarista y co-compositor de Suede en la primera etapa de la banda en la que firmaba todas las canciones junto con Brett Anderson.



“Will-O-The-Wisp” - El primer tema del disco es un verdadero cañonazo que empieza con un ritmo monótono que enseguida se desata con un riff ochentero contagioso antes de la que voz de Tennant nos lleve al estribillo y sus coros. Un comienzo abrumador que nos devuelve a los Pet Shop Boys imparables de sus mejores momentos. El texto gira alrededor de varias localizaciones en Berlín incluyendo la linea de metro U1.



“You Are the One” - La canción fue escrita en 2015 con la idea de incluirla en “Super” y originalmente era un tema bailable en la linea de aquel disco. Aquí no solo deciden recuperarla sino que lo hacen convirtiendola en una declaración de amor a Berlín en forma de balada con arreglos del estilo del controvertido “Release”.


“Happy People” - Volvemos a los ritmos bailables combinando sonoridades más modernas como las empleadas en “Super” o “Electric” con teclados y samples que nos remiten a trabajos mucho más antiguos del dúo como “I Want a Dog”. Buena parte del texto es rapeado por parte de Neil, algo que es ya habitual que aparezca de vez cuando en todos los trabajos del grupo. Dentro de “Hotspot” pasa por ser una de las piezas más convencionales.


“Dreamland” - El primer single extraido del trabajo fue el que contenía la colaboración con Years and Years. Un órgano que remite inevitablemente a “It's a Sin” nos recibe en el inicio y enseguida asistimos a un diálogo entre Neil y Olly Alexander que se mantiene durante toda la canción. Como curiosidad, este era un tema que Pet Shop Boys escribieron en 2017 con la idea de que fuera incluido en el siguiente disco de Years and Years (no es extraño que el dúo escriba para otros artistas eventualmente) pero por las razones que fueran, quedó descartado en su día lo que no fue óbice para que Neil y Chris invitasen a la banda a participar en la grabación. 



“Hoping for a Miracle” - Volvemos a las baladas y lo hacemos con una de las grandes. Una canción de desesperanza muy acorde con los tiempos que corren. Los arreglos electrónicos son magníficos y llenos de detalles que no se aprecian facilmente en una primera escucha. Probablemente una de los mejores tiempos lentos de Pet Shop Boys en toda su carrera.


“I Don't Wanna” - Otro de los singles del disco que destaca por la simplicidad y por lo directo de su propuesta (comienza ya atacando el estribillo). Los sonidos son muy “retro” pero no nos remiten como en otras canciones a etapas pretéritas de la banda sino a trabajos de otros grupos de los años dorados del tecno-pop con algún ramalazo incluso de la todavía cercana colaboración del dúo con Jean Michel Jarre para su proyecto “Electronica”. El resultado es fantástico y un gran ejemplo de como muchas veces menos es más.



“Monkey Business” - Llegamos a la aportación de Pet Shop Boys a la reciente ola de revival disco y funky que ha tenido lugar en los últimos años de la mano de gente como Daft Punk (Neil llega a utilizar un clásico vocoder en un momento determinado) o el propio Giorgio Moroder. Cuerdas sedosas, coros, ritmos irresistibles y unos teclados repitiendo una y otra vez un breve motivo son los ingredientes suficientes para que la banda elabore otra canción notable.



“Only the Dark” - Casi como si quisieran ofrecer un contraste optimista tras la anterior “Hoping for a Miracle”, en este tiempo medio eminentemente melódico Neil y Chris nos regalan una canción esperanzada en tiempos oscuros “don't be scared for only the dark can show you the stars” canta Tennant en el estribillo y ¿sabéis qué? Que seguramente tenga razón.


“Burning the Heather” - Con el importante sustento de la guitarra acústica de Bernard Butler nos metemos de lleno en una balada preciosa que nos hace pensar a estas alturas que, pese a que siempre llegan más fácilmente los temas bailables, en “Hotspot” la calidad de las canciones lentas es muy posible que supere a la de las otras siendo como hemos dicho el nivel de aquellas muy elevado. En este aspecto es un disco que nos recuerda mucho a “Actually” con esas dos maravillas que eran “King's Cross” y “It Couldn't Happen Here”.


“Wedding in Berlin” - El cierre adopta un tono decididamente desenfadado en el que el dúo británico convierte la marcha nupcial de Felix Mendelssohn en un tema discotequero que no aporta demasiado al disco. Para ser justos, lo cierto es que no se trata de una versión sino que el dúo se apropia de los compases más conocidos de la obra para incorporarlos en determinados momentos de la canción. Como curiosidad, la pieza fue compuesta en 2015 para la boda del pintor alemán Thilo Heinzmann, amigo del dúo. No será la última vez que aparezca en el blog algo relacionado con este artista ya que el disco póstumo de nuestro admirado Johann Johannsson estaba inspirado en una serie de conversaciones con él.


De modo que siguen aquí. Treinta y cinco años después de su disco de debut, Pet Shop Boys siguen publicando y, además, con plena vigencia. Diríamos que hay que disfrutarlos porque nada dura para siempre pero la verdad es que con discos como “Hotspot”, Neil Tennant y Chris Lowe nos hacen dudar de lo acertado de esa afirmación.

miércoles, 25 de abril de 2018

Pet Shop Boys - Release (2002)



Tarde o temprano, todo artista que acumula una cierta trayectoria a sus espaldas termina por publicar un disco controvertido. Uno que crea una fuerte división entre sus seguidores cuando no un abierto rechazo. En el caso de Pet Shop Boys, habrá pocos que duden a la hora de nombrar “Release” como ese trabajo que hizo plantearse a mucho si merecía la pena seguir prestandole atención al dúo.

Vaya por delante que comprendemos esa reacción porque se trataba de un disco que rompía por completo con la linea de un grupo que en el año 2000 estaba ya más que consolidado. A grandes rasgos, resulta que Pet Shop Boys iban a lanzar un disco pop con una formación convencional de guitarra, bajo y batería, dejando al margen los sintetizadores y los ritmos programados. Algo insólito y que buena parte de sus seguidores no iban a digerir bien. En cualquier caso, esa era la idea, la premisa inicial, que más tarde, como veremos, no fue tan radical. De hecho, seguía habiendo sintetizadores, seguía habiendo ritmos programados y muchas de las guitarras no eran tales sino que estaban recreadas de forma electrónica. En todo caso, y conceptualmente, “Release” podría verse como el disco “brit pop” de Pet Shop Boys lo que no dejaría de ser una curiosidad porque ya surgieron como una banda de pop electrónico cuando el pop electrónico daba sus últimos coletazos en términos de popularidad y ahora se acercaban al “brit pop” en un momento en que el género estaba prácticamente liquidado. Tampoco resulta tan sorprendente puesto que Tennant y Lowe habían colaborado en alguna ocasión con bandas como Blur o Suede, abanderadas de aquel movimiento.

Repasando un poco lo que habían hecho los Pet Shop Boys en los años anteriores podemos ver que ya existía un cierto vaivén por el que iban de discos muy bailables a otros más austeros y maduros para luego volver a su vertiente más hedonista. Pasó con “Behaviour”, un disco tranquilo que dió paso a uno de sus mayores éxitos en las discotecas, “Very” y tras el que llegó “Bilingual”, algo más relajado como para tomar aire antes de “Nightlife”. En ese continuo zigzag se entiende mejor la llegada de “Release” aunque, como ya dijimos, muchos no lo asimilaron bien. Uno de los grandes alicientes a priori era la presencia del guitarrista de los Smiths, Johnny Marr en siete de los temas. Junto a él, aparecen en el disco el batería Jody Linscott, músico de sesiones que ha grabado con la flor y nata del rock mundial además de acompañar en directo a artistas de la talla de Mike Oldfield, David Gilmour o The Who y el bajista Steve Walters. Como curiosidad, Neil Tennant toca también la guitarra acústica en muchos momentos.



“Home and Dry” - Pese al comienzo electrónico, enseguida aparece la batería confirmando el cambio de estilo de la banda en un comienzo de tema que recuerda a algún viejo éxito de The Police. Tras las primeras estrofas escuchamos la guitarra de Johnny Marr dando forma a una canción pop sin complejos aunque bastante diferente de lo que acostumbraban a ofrecer Tennant y Lowe hasta entonces. El uso de trucos vocales como el “auto tune” en muchos momentos terminó de desconcertar a muchos seguidores que no sabían cómo reaccionar ante el giro del dúo. La canción fue el primer single del disco y no tuvo, pese a todo, una mala acogida y ello a pesar del extraño videoclip con el que fue lanzada y que podemos ver a continuación.




“I Get Along” - La que creemos que es la mejor canción del disco es un auténtico himno con reminiscencias de los Beatles y un estribillo verdaderamente arrebatador. El piano tiene un gran peso, no sólo en el aspecto melódico sino también en el rítmico. La melodía central tiene muchos puntos en común con el gran éxito de 1989 de Tears for Fears, “Sowing the Seeds of Love” pero pese a ello nos sigue pareciendo una gran canción. Fue lanzada como segundo single del trabajo.




“Birthday Boy” - La guitarra acústica nos recibe en la introducción de una balada en la que no hay ni rastro de sintetizadores aunque, paradójicamente, encaja mejor en el repertorio de Pet Shop Boys (recordemos “King's Cross” por ejemplo) que cualquiera de las dos primeras. El sólo de Marr en el segundo tramo es de los más destacados de su participación en “Release” y, en su conjunto, tenemos que reconocer que estamos ante una gran canción.

“London” - El primer corte del disco sin invitados era este en el que Tennant empuña la guitarra acústica para cantar (con mucho “auto tune”) otra balada no demasiado inspirada en la que volvemos a escuchar sintetizadores y ritmos electrónicos aunque siempre en un contexto pop alejado de trabajos anteriores. Sólo destacamos algunos elementos ambientales que por algún motivo nos recuerdan ciertos trabajos de Underworld.




“E-Mail” - Una serie de sonidos electrónicos preceden a unos acordes cercanos a los del legendario “West End Girls” pero mucho más ralentizados. A partir de ahí, poco más en un tema insulso que, con otros arreglos, pasaría por un descarte de los primeros discos de la banda, obviando la referencia tecnológica del título que no encajaría con aquella época, claro está.

“The Samurai in Autumn” - Mucho más animada es la siguiente canción que también tiene un regusto a los discos de la banda en los ochenta, además de una introducción puramente electrónica y llena de vigor. Casi parece más una de las grandes “caras b” de los inicios del grupo o uno de los temas experimentales que aparecían en la serie “disco” que una canción creada como parte de un disco “normal”. En todo caso, es una de nuestras preferidas dentro del trabajo.

“Love is a Catastrophe” - Volvemos a las baladas con la siguiente canción en la que volvemos al formato de bajo, guitarra y batería. El tono melancólico domina los primeros compases pero va evolucionando hasta una especie de rabia contenida en una progresión realmente curiosa.

“Here” - El último tema completamente electrónico del disco procede originalmente del musical “Closer to Heaven” del que hablamos aquí no hace mucho tiempo. Entonces se decidió que quedase fuera del montaje y el dúo decidió que era un buen momento para recuperarlo. Es un tiempo medio muy digno al que quizá sólo le falte ese cambio que parece intuirse a cada momento de la escucha pero que no termina de llegar. Por encima del nivel medio del disco en todo caso.

“The Night I Fell in Love” - Aunque desde el punto de vista musical, la canción es bastante intrascendente, la historia detras del texto merece ser contada. Es conocida la afición del rapero Eminem por meterse con otros artistas e incluso ridiculizarles en sus videoclips. También las frecuentes acusaciones de homofobia vertidas contra él a lo largo de los años. En esta canción, los Pet Shop Boys hablan de un fan que tras un concierto de rap, entra en el camerino de la estrella de turno para felicitarla y terminan pasando la noche juntos. Aunque no se menciona a Eminem en nigún momento de forma explícita, hay pistas suficientes en la letra para asociarle inmeditamente con el rapero que desconocía su condición de homosexual del texto.

“You Choose” - Cerrando el disco encontramos una nueva balada en la linea de buena parte del trabajo. En este caso creemos que comienza muy bien pero el desarrollo hace que esa impresión inicial se diluya pronto. No es una mala canción pero la sensación que nos deja es pareja a la del resto del trabajo: podría haber sido mejor.

No nos engañemos: en general, la crítica despedazó al dúo por este disco. No fueron pocos los que aseguraban que “Release” era el primer clavo en el ataud de la banda y varios articulistas auguraron una rápida cuesta abajo para Pet Shop Boys. Pese a todo ello, el disco llegó a los primeros puestos de las listas británicas como todos sus discos anteriores aunque no pasó del séptimo lugar, el mismo que habían alcanzado con “Nightlife” tres años antes y que hasta el lanzamiento de “Elysium” en 2012, era el peor puesto de un disco de estudio del grupo en el Reino Unido. Nuestra valoración de “Release” como disco no es mala aunque creemos que dentro de la carrera de Pet Shop Boys es uno de sus trabajos más flojos pero si algo tiene este grupo es que, incluso en sus discos más intrascendentes hay una o varias joyitas que justifican el trabajo completo. También ocurre en el disco que nos ocupa. No será un tiempo perdido el invertido en buscarlas si el resultado es tan satisfactorio como creemos que puede ser.

Como despedida os dejamos una de las remezclas de "Here":


 

jueves, 15 de febrero de 2018

Pet Shop Boys - Closer to Heaven (Original Cast Recording) (2001)



En la última entrada que dedicamos a los Pet Shop Boys hablamos de “Nightlife”, un disco que surgió de forma paralela a lo que fue el primer musical escrito por el dúo en colaboración con el dramaturgo Jonathan Harvey. Hablamos de “Closer to Heaven”, obra estrenada en 2001 en Londres y que permaneció seis meses en cartel. Desde luego, no estamos hablando de una producción de gran éxito ya que la duración media de un musical en el West End londinense suele ser superior a esa y es probable que buena parte del público asistente a las representaciones lo hiciera más por el gancho de los propios Pet Shop Boys que por el interés de la obra en sí.

Desde aquel momento, la obra ha sido representada en contadas ocasiones incluyendo una en Australia en 2005, otra en Brighton, Inglaterra, en 2009 (a cargo de una compañía “amateur”) y una más en Dallas en 2010. Más recientemente, en 2015, “Closer to Heaven” volvió a los escenarios londinenses.

El primer intento de crear en un musical por parte de Neil Tennant y Chris Lowe tuvo lugar en 1994 cuando desde la BBC les propusieron crear uno para la televisión. Ya en aquellas conversaciones se sugirió la posibilidad de que Jonathan Harvey formara parte del proyecto pero por unas cosas u otras, la idea quedó en suspenso. En un principio el dúo pensó en adaptar la novela de Graham Greene, “Brighton Rock” pero sus derechos ya habian sido vendidos y no hubo forma de conseguirlos así que pasaron al “plan B” que consistió en un libreto original del propio Harvey. La historia reune a una vieja gloria de la música de baile que ahora trabaja como animadora en un club nocturno, al dueño de ese club y a un joven artista recién llegado a la gran ciudad que es contratado allí como camarero. Ahí comienzan a desarrollarse una serie de relaciones entre el chico nuevo y la hija del empresario pero también entré él y un productor musical que le quiere como miembro de una nueva “boy band” que está preparando. A lo largo de la obra suenan algunas canciones antiguas del dúo junto con otras compuestas para la misma pero publicadas ya un par de años antes en el disco “Nightlife”.

Aunque poco a poco han ido apareciendo varias de las “demos” grabadas por el dúo con las canciones del musical, la única versión íntegra del mismo que se ha publicado recoge las voces del “casting” original por lo que tenemos aquí un disco de Pet Shop Boys cantado por otros artistas lo que no deja de ser interesante.

Imagen de una de las interpretaciones de la obra.


“My Night” - El primer tema del disco hace las veces de presentación de los personajes a través de la voz de Billie Trix, la antigua estrella del pop. Tras su presentación, cada personaje canta su propia versión del estribillo. Es una canción muy potente aunque algo más floja que la versión que los propios Pet Shop Boys grabaron en forma de “demo”. Como introducción del musical, eso sí, se nos antoja impecable.




“Something Special” - El siguiente tema sirve para hablarnos de Straight Dave, el aspirante a artista recien llegado a la ciudad. Lo hace a través de una balada interesante y más entroncada en la tradición del teatro musical que en la de la música habitual de Pet Shop Boys. El comienzo tiene un ritmo muy marcado que paulatinamente se diluye en beneficio de la interpretación de Paul Keating.

“Closer to Heaven” - El que podría ser el “tema de amor” de la obra se repite en varias ocasiones. Es una de las canciones que ya formó parte del disco “Nightlife” aunque aquí suena en una versión más lenta. El arreglo, sin embargo, nos gusta mucho y nos parece muy elegante pese al hecho de que el tema original es uno de nuestros favoritos del dúo. Los teclados, muy sobrios, realzan una melodía que tiene el handicap de que parte del texto del estribillo del tema de 1999 desaparece aquí teniendo que ser reemplazado por el piano.

“In Denial” - El dueto que en “Nightlife” protagonizaban Neil Tennant y Kylie Minogue es aquí una conversación entre el dueño del club nocturno y su hija en la que varias de las lineas del original han sido modificadas. El arreglo es muy potente y nos parece más descaradamente bailable que la versión anterior, destacando una nueva linea de bajo que parece galopar sobre la caja de ritmo dandole una energía adicional.

“Call Me Old-Fashioned” - Una de nuestras piezas favoritas de todo el musical es la protagonizada por el personaje de Bob Saunders, el que podría ser el “malo” de la obra es un personaje cínico pero con un punto encantador que se muestra con una claridad meridiana en la canción. Una gran canción que merecería una buena grabación por parte de los propios Pet Shop Boys más allá de la “demo” que circuló en su momento.




“Nine Out of Ten” - Uno de los momentos más calientes del musical llega con esta conversación llena de dobles (y hasta triples) sentidos entre Straight Dave y Shell Christian, la hija del dueño del club. Una canción absolutamente teatral y llena de complicidad entre los dos intérpretes que quizá funcione mejor dentro de la obra que de forma aislada aunque en lo musical tiene todos los “tics” de las mejores baladas de Tennant y Lowe.

“It's Just My Little Tribute to Caligula, Darling” - Llegamos a otro de nuestros momentos favoritos de la obra en el que Billie Trix hace un particular homenaje a “Caligula” la controvertida película de Tinto Brass que contó con Malcolm McDowell y Peter O'Toole como protagonistas. En cierto sentido es un anticipo de temas como “The Sodom and Gomorrah Show” que aparecerían en discos posteriores del dúo.




“Hedonism” - A modo de interludio aparece aquí una pieza instrumental de esas que Chris Lowe nos deja de vez en cuando, habitualmente en forma de “cara b” de algún single. Es un tema bailable sin mucho más recorrido con una melodía muy escueta y alguna que otra mención del título separando las secciones de la composición.

“Friendly Fire” - Espectacular balada adornada aquí con un precioso envoltorio orquestal y un gran arreglo de piano. La canción fue escrita originalmente por Neil Tennant pensando en David Bowie para interpretarla pero aquello nunca llegó a buen puerto. Al margen de esta versión, los Pet Shop Boys inclurían la suya propia poco después como “cara b” de uno de los singles de su siguiente trabajo.

“Shameless” - Una de esas canciones que inexplicablemente nunca formaron parte de un disco “grande” quedando como mero acompañamiento de “Go West” en el correspondiente single de 1994. Probablemente sea una de nuestras canciones predilectas dentro de la linea más festiva y “petarda” del dúo. Esta versión coral, pese a conservar casi todos los arreglos instrumentales y la fuerza rítmica del original, no llega a la altura de la publicada en su momento por los propios Pet Shop Boys.

“Vampires” - Otra canción que ya escuchamos en “Nightlife” aunque la versión del musical es bastante diferente, algo sobreactuada por parte de David Burt, el vocalista sobre las tablas. Quizá por ello es una de las piezas que menos nos gustan de todo el montaje teatral.

“Closer to Heaven” - La segunda aparición de la canción en el disco es, en realidad, un diálogo entre Straight Dave y su “camello” con lo que el “tema de amor” cambia aquí de signo correspondiendo su presencia con una relación homosexual, juego que es uno de los puntos centrales de la trama. Musicalmente apenas el estribillo y alguna linea de piano nos recuerdan al original siendo el resto una conversación entre los dos personajes.

“Out of My System” - La siguiente canción tiene un extraño arreglo entre el “rhythm and blues” y el “hip-hop” lo que unido a la interpretación de Stacey Roca (Shell) hace que la canción sea difícil de distinguir de cualquier éxito de la época de artistas como Beyonce y similares. Neil Tennant canta en una versión que apareció como “demo” aunque, curiosamente, el resultado no es demasiado diferente. Una canción que, quizá por lo que tiene de extraña, nos gusta mucho.

“K-Hole” - Segundo instrumental del disco que tiene tintes más dramáticos que el anterior. El título hace referencia a los efectos de la ketamina e ilustra la escena en la que muere uno de los personajes de la obra: el amante de Straight Dave. El comienzo es lúgubre y en la parte central entra un enérgico ritmo en segundo plano que le da un tono muy inquietante al tema. Muy de fondo suena la voz de Billie Trix cantando el que en la obra era el gran éxito que tuvo en 1971 y que regrabó años después a modo de “revival”. Esa canción, titulada “Run Girl Run!” no aparece en la obra original pero sí que se vendía como “CD single” en las representaciones teatrales del estreno londinense.

“For All of Us” - Otra balada de una intensidad especial por cuanto en la obra la canta el protagonista al descubrir el cadáver de Lee. Aquí aparece con un acompañamiento orquestal y sin percusiones que le viene mucho mejor que el arreglo electrónico con el que el propio Neil Tennant se rodeó en la versión del tema que Pet Shop Boys publicarían más adelante.

“Closer to Heaven” - La tercera aparición del tema central en el disco comienza con un solo de violonchelo en el que los teclados sólo aparecen como fondo. En el fondo es un canto de esperanza que comienza con un Straight Dave abatido pero que termina con el protagonista mirando al futuro y enlazando sin solución de continuidad con el último corte del disco.

“Positive Role Model” - El álbum concluye con una canción electrónica muy potente en la linea más agresiva del dúo quienes, de hecho, la grabarían posteriormente para su recopilación “Disco 3” (también fue “cara B” de un single pero sólo en Alemania). El tema incluye un popular “sample” del éxito de Barry White, “You're My First, My Last, My Everything” que se respeta en posteriores versiones.

Enumerar la cantidad de veces que los Pet Shop Boys se la han jugado con algo alejado de sus registros daría por si mismo para una entrada independiente. Ya en sus primeros años arriesgaron componiendo un disco entero para una estrella como Liza Minelli y más tarde han grabado desde una nueva banda sonora para un clásico del cine como es “El Acorazado Potemkin” hasta la música para un ballet basado en un cuento de Hans Christian Andersen pasando por una serie de piezas para acompañar una obra de teatro infantil. Es sorprendente comprobar cómo han ido saliendo airosos de prácticamente todos esos retos con la única excepción, quizá, de “Closer to Heaven”. El musical no recibió buenas críticas por lo general aunque hubo excepciones con opiniones muy favorables (en su mayoría de colegas como Elton John o Marc Almond). Sin haber asistido a ninguna representación del mismo no podemos opinar sobre el resultado final pero sí sobre la música que, en nuestra opinión, está a la altura del dúo lo cual es decir mucho. Cierto es que en la mayor parte de los temas en los que hemos escuchado una versión de los propios Pet Shop Boys nos quedamos con ella en detrimento de la del reparto teatral original pero eso no es razón para despreciar este disco.

El único “pero” que le encontramos a esta grabación es su escasa tirada inicial que hace que hoy en día sea difícil de encontrar por un precio razonable. Para despedirnos os dejamos con una de las "demos" del musical interpretada por Neil Tennant.


 

lunes, 2 de octubre de 2017

Pet Shop Boys - Nightlife (1999)



No es un secreto que los miembros de Pet Shop Boys, en especial Neil Tennant, son admiradores desde siempre del teatro musical. De hecho, han grabado e interpretado en directo muchas versiones de temas de musicales a lo largo de su carrera, tanto procedentes de los escenarios como del cine. Así, hemos podido escuchar en la voz de Neil canciones de “Sonrisas y Lágrimas”, “La Cage aux Folles”, “Bitter Sweet”, “Follies”, “Ace of Clubs”, “The Threepenny Opera” o “West Side Story”.

Por ello no fue una gran sorpresa que en un momento determinado, el dúo tomase la decisión de escribir su propio musical, con la colaboración como libretista de Jonathan Harvey. El trabajo comenzó poco después de terminar una serie de conciertos que el grupo ofreció en Londres bajo el título de “Pet Shop Boys Somewhere”, alusión a la nueva canción que apareció sólo como single para promocionar las actuaciones y que no era sino una versión de la inmortal pieza de Leonard Bernstein y Stephen Sondheim para la citada “West Side Story”.

La cuestión es que una vez metidos de lleno en la composición del material para el musical (no querían hacerlo en plan “revival” a base de canciones ya existentes) se encontraron con un buen número de temas que tenían entidad más que suficiente para formar parte de un disco independiente. Como, además, se daba la circunstancia de que entre ellas había un cierto hilo conductor no necesariamente relacionado con el del propio musical, se decidió publicar un nuevo disco partiendo de ese material que no terminaba de encajar en la obra teatral (varias canciones, sin embargo, terminarían formando parte de ambos proyectos).

El concepto alrededor del que iba a girar el disco era la noche, más concretamente la vida nocturna, todo un universo en el que las reglas que lo rigen no son las mismas que por el día. “Nightlife” iba a ser un disco más electrónico que el anterior “Bilingual” y más centrado en las corrientes de baile del momento, prescidiendo de los toques étnicos de aquel. Entre la extensísima lista de participantes en el disco destacamos la presencia del compositor y arreglista Craig Armstrong, músico al que admiramos y que tiene mucho peso en el trabajo ya que, aparte de la encargarse de la orquestación, los coros y de tocar el piano y los teclados en el disco, es el co-productor de seis de las once canciones que integran el mismo. Su estilo, en el que las cuerdas y los sintetizadores se mezclan a la perfección con los ritmos electrónicos y los samples, marca la mayor parte del trabajo. No merece la pena citar a todos los músicos que aparecen en “Nightlife” ya que son decenas por lo que sólo citaremos a los más destacados o aquellos que han aparecido ya en otros momentos en el blog como son Kate St.John (oboe), la cantante Sylvia Mason-James o Kylie Minogue, quien canta junto a Neil Tennant en uno de los temas del disco.



“For Your Own Good” - Una de las canciones del disco que iba a formar parte del musical “Closer to Heaven” pero que finalmente se quedó fuera del mismo. Se trata de un tema muy potente marcado por una percusión llena de energía que sostiene una melodía muy esquemática y una secuencias realmente agresivas. Pese a no ser una canción especialmente melódica, es una de nuestras favoritas de todo el disco por la fuerza que desprende en todo momento.

“Closer to Heaven” - Aunque en el momento de aparecer el disco aún no se sabía, esta iba a ser la canción que daría título al musical que estaban preparando. Lo cierto es que es una de las mejores canciones del dúo, siempre en nuestra opinión. Es una balada que se esconde detrás de un poderoso ritmo bailable con una producción exquisita. Toda la elegancia y el saber hacer del dúo mezclada con ritmos contundentes en un excelente tema con una coda final instrumental muy destacable.

“I Don't Know What You Want But I Can't Give it Anymore” - El que fue el primer single del disco comienza con unas cuerdas que recuerdan al Bernard Hermann de “Psicosis” y que enseguida se transforman en el clásico sonido orquestal de tantos éxitos “disco” de los años setenta. El larguísimo título se repite varias veces en un estribillo muy logrado que ayuda a completar otra gran canción y cierra una secuencia inicial del disco, realmente impecable.




“Happiness is an Option” - Neil Tennant es un gran admirador de la cultura soviética en todas facetas. En sus letras hay citas literarias de clásicos rusos, el dúo puso música a una película como “El Acorazado Potemkin” y son varios los compositores de esa procedencia cuyas obras han sido tomadas a préstamo de una u otra manera por los Pet Shop Boys. Aquí le toca a la célebre “Vocalise” de Sergei Rachmaninov cuya melodía central aparece interpretada por el oboe y por la propia voz de Neil. La canción, por otra parte, es uno de esos particulares “rapeados” de Tennant que no tienen mucho más recorrido. Se incluye también un sample de George Clinton.

“You Only Tell Me You Love Me When You're Drunk” - Otro título kilométrico para el que fue el tercer single del disco. En principio iba a formar parte del musical pero en el montaje final fue eliminado el personaje que debía interpretarla y con él, la propia canción. Según el dúo, es una canción “country” aunque no terminamos de encontrar la relación. Se trata de una balada interesante en la que quizá se abusa un poco de las cuerdas. Un tema algo por debajo de la media habitual del dúo.




“Vampires” - El comienzo de la siguiente canción, otra de las que sonarían en “Closer to Heaven”, es muy electrónico y con un punto vanguardista. Luego va girando hacia terrenos más convencionales e incluso nos recuerda las sedosas producciones de los discos de la nigeriana Sade con un punto de trip hop muy elegante del que seguramente es responsable Craig Armstrong, quien había colaborado con anterioridad con los pioneros del género, Massive Attack.

“Radiophonic” - Una de las piezas más interesantes del disco es esta que rinde homenaje al “BBC Radiophonic Workshop”, el laboratorio de música electrónica de la radio británica responsable, entre otras obras, de la icónica banda sonora de Doctor Who. Tanto Neil como Chris son declarados admiradores de la serie hasta el punto que no se han atrevido a hacer su propia versión del tema dado el gran respeto que les inspira. Quizá es el corte más puramente electrónico del disco y, a nuestro juicio, uno de los mejores.

“The Only One” - Continúa el disco con una balada descartada del montaje de “Closer to Heaven”. En principio puede parecer un tema más sin demasiada trascendencia pero con el tiempo se nos antoja una canción muy agradable y con más interés del que nos provocaba en el momento en que apareció el disco. Lo cierto es que tiene el estilo de los primeros discos del dúo y sólo los arreglos de cuerda y algunas secuencias electrónicas lo diferencian de aquellos trabajos.

“Boy Strange” - Tanto Neil y Tennant como algunos críticos han dicho que esta es una de las canciones de Pet Shop Boys que más suena a David Bowie, con quien el dúo había trabajado tiempo antes en una remezcla de “Hello Spaceboy”. Chris señala que la influencia principal, al menos en la parte instrumental, fue el “krautrock” alemán lo que no descarta a Bowie que en una época muy importante de su carrera se mostró muy interesado en esa corriente. La canción, al margen de algunos sonidos del comienzo y ciertos efectos electrónicos, tiene un enfoque acústico lo que la diferencia notablemente del resto del trabajo.

“In Denial” - Con Kylie Minogue como invitada estrella, tenemos otra canción que formaría parte también de “Closer to Heaven”. De nuevo los arreglos orquestales (también corales) son protagonistas en una introducción muy solemne cuyo carácter es reforzado por los sintetizadores poco después. “In Denial” nos parece otra de las grandes canciones del disco y también del musical. Kylie Minogue ya había colaborado con Pet Shop Boys años antes cuando el dúo le escribió una canción para su disco de 1994.

“New York City Boy” - En 1993, Tennant y Lowe alcanzaron uno de sus mayores éxitos a nivel mundial con “Go West”, su versión del éxito de Village People que terminó sonando en todas partes e incluso siendo cantada por las aficiones de muchos equipos de fútbol adaptando su pegadizo estribillo. “New York City Boy”, segundo single de “Nightlife”, buscó repetir aquel éxito con una formula similar incluyendo el mismo tipo de voces en los coros. De hecho, años más tarde, Randy Jones, el “vaquero” de Village People grabó su propia versión del tema. Musicalmente es uno de esos temas de Pet Shop Boys que no nos gusta en absoluto por su descarada vena “petarda” aunque, igual que ocurrió con “Go West” (quizá en menor medida, eso sí), el tema fue un éxito.




“Footsteps” - El disco se cierra con una balada intrascendente cuyo mayor interés radica en que cierra de alguna forma la historia que se presentaba en el primer corte del disco. En ambos, Neil adopta un rol femenino en su papel de narrador.

En el blog tenemos un cariño especial a Pet Shop Boys. Quizá tenga que ver con razones de edad y es que el dúo dio sus primeros pasos justo cuando empezábamos a escuchar música de forma consciente pero el hecho es que hemos seguido toda su carrera con gran interés. Cuando apareció “Nightlife” no nos pareció un disco particularmente inspirado. Sin embargo, con el paso de los años es un trabajo que ha ganado muchos enteros a nuestros oídos hasta el punto de que hoy lo ponemos por delante de otros discos como “Very” que siempre han gozado de un mayor predicamento entre la crítica y los seguidores del grupo. Comoquiera que el musical “Closer to Heaven” fue publicado en disco en su momento con las versiones del casting original, recomendamos también ese trabajo como complemento de éste aunque quizá lo tratemos próximamente en una entrada dedicada específicamente a él.

Os dejamos con "Closer to Heaven" en directo en la gira posterior al lanzamiento del disco.