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viernes, 31 de marzo de 2023

Hoenig · Göttsching - Early Water (1995)



Una de las características de los músicos de la llamada Escuela de Berlín era una exagerada productividad, cosa que llega al extremo con los casos de Tangerine Dream, Klaus Schulze o incluso Conrad Schnitzler, todos ellos con discografías extensísimas. Sin embargo, no todos los músicos de esa corriente eran así. De hecho, hoy tenemos un ejemplo de todo lo contrario ya que Michel Hoenig apenas ha publicado cuatro discos en solitario en toda su carrera, que empezó a principios de los años setenta. Hoenig empezó trabajando con los primeros sintetizadores y demás medios de manipulación electrónica del sonido pasando a ser miembro de Agitation Free, una de las bandas más importantes del “krautrock” que empezaba a desarrollarse en la Alemania de finales de los años sesenta. Además de Agitation Free, Michael llegó a ser miembro de Tangerine Dream durante una gira (aunque no llegó a grabar con ellos en estudio) y colaboró con el propio Klaus Schulze en otro proyecto efímero. Ya en 1976 se juntó con otra de las estrellas del sonido electrónico alemán, Manuel Göttsching, con quien grabó alguna sesión que tampoco fue publicada entonces.




El caso de Göttsching es diferente. Estuvo desde el inicio en el nacimiento de la Escuela de Berlín como miembro de Ash Ra Tempel compartiendo la parte electrónica de la banda con Schulze pese a que su instrumento principal era la guitarra eléctrica. Tras la disolución del grupo en 1975, dividió su producción entre discos firmados con su propio nombre y otros publicados como Ashra a secas. Justo en esa etapa es cuando grabó la mencionada sesión con Hoenig. Cuenta Göttsching cómo se conocieron a principio de los setenta. Manuel subió al autobús, la línea número 4, en Berlín y al pasar hacia la parte de atrás vio a un tipo sentado que sostenía en sus rodillas una voluminosa maleta que, en realidad, era el legendario sintetizador “Synthi A” de EMS. Hoenig se dirigía a los estudios Beat a grabar con Agitation Free. De aquella sesión, Göttsching recuerda como Michael interpretaba directamente sobre los controles del sintetizador, sin ayudarse de teclado alguno. Volvemos a 1976. Michel Hoenig estaba grabando el que sería su primer disco en solitario, “Departure from the Northern Wasteland” mientras que Göttsching empezaba a trabajar en su “New Age of Earth”, su primer disco firmado como Ashra. Aunque había trabajado con sintetizadores en el pasado, su instrumento principal siempre fue la guitarra eléctrica pero para su nuevo trabajo quería implicarse más en el uso de los teclados electrónicos así que pidió ayuda a Hoenig.




“New Age of Earth” se convirtió pronto en un éxito (siempre dentro de los parámetros de la música electrónica de los setenta) y Göttsching recibió ofertas para dar varios conciertos en Francia. Contactó con Hoenig para que le acompañase durante los mismos y se trasladó al estudio de Michael donde ambos ensayaron durante tres semanas para la gira. El día antes de viajar para empezar el “tour”, éste fue cancelado debido a la falta de confirmación de varias de las fechas programadas. Esa misma tarde, el dúo decidió hacer un último ensayo y grabarlo. Fue ahí donde surgió “Early Water”. En palabras de Göttsching, “el ensayo comenzó a fluir dando como resultado una pieza muy armónica que reflejaba a la perfección el espíritu optimista que teníamos en 1976”.




Michael Hoenig se trasladó a Los Angeles unos años después y allí montó un estudio en el que trabajaría como compositor de bandas sonoras al margen del mercado discográfico (su debut, curiosamente, fue aportando música “de relleno” a algunas escenas de “Koyaanisqatsi”). Durante mucho tiempo, Hoenig y Göttsching perdieron el contacto pero en 1994 coincidieron de nuevo y fue entonces cuando Manuel propuso publicar aquella vieja sesión. Michael se mostró de acuerdo y se llevó las cintas a su estudio californiano para pulirlas y darles forma. Unos meses después aparecía “Early Water”. Un disco que, a nuestro juicio, es una de las mejores obras de la música electrónica en general y de la Escuela de Berlín en particular y que podría haber quedado en el olvido para siempre si no se llega a haber dado el encuentro posterior entre sus dos autores. Se trata de una sola pista de tres cuartos de hora de duración en la que se suceden secuencias al más puro estilo “berlines” con lentas melodías que evolucionan tranquilamente durante toda la pieza. Junto a ellas, la guitarra de Götsching en un rol rítmico la mayor parte del tiempo pero muy brillante cada vez que le toca el papel de protagonista. La esencia de todo un género musical concentrada en 45 minutos. Un disco imprescindible para los seguidores del género que en su momento fue bastante complicado de conseguir. Como sucede en estos casos, el fallecimiento de Manuel Göttsching hace unos pocos meses propició que su discográfica reeditase buena parte de su catálogo incluyendo esta joya que ahora vuelve a estar accesible. Si no la conocéis, no dejéis pasar la oportunidad de haceros con ella.




Como dijimos antes, la discografía de Michael Hoenig es escasa. Pese a haber compuesto muchas bandas sonoras, solo un par de ellas se han publicado en disco, seguramente por la escasa relevancia de la mayoría de las películas a las que puso música. Por eso es más relevante el hecho de que dos de las obras maestras indiscutibles de la música electrónica de los setenta lleven su nombre. Desgraciadamente nos quedamos sin saber qué habría ocurrido con el dúo si "Early Water se hubiera publicado en su día pero probablemente, de haber tenido continuidad, podrían haber rivalizado con Tangerine Dream como la gran referencia del género.

miércoles, 1 de enero de 2020

Ashra - New Age of Earth (1976)



La escena alemana de finales de los años sesenta y primeros setenta reunió una cantidad de talento excepcional que tuvo la virtud de ser enfocado hacia la creación de nuevos estilos o, al menos, hacia la evolución radical de otros ya existentes. Todo ese movimiento que trascendió las fronteras germanas bajo el nombre de “krautrock” nos dejó un gran número de figuras de las que solo una pequeña parte ha aparecido por el blog en el pasado. Hoy queremos acercarnos a la figura de Manuel Göttsching, autor de varios discos clave y uno de los pilares fundamentales en las corrientes electrónicas de la época.

Como tantos artistas, comenzó tocando blues y rock en su juventud llegando a tener un grupo cuya mayor influencia era la de Cream. De aquella época surgió la camaradería con Hartmut Enke, bajista que integraría la primera formación “oficial” de Ash Ra Tempel junto con Klaus Schulze, entonces aún batería que acababa de abandonar Tangerine Dream. Tampoco duraría mucho el bueno de Klaus con la nueva banda. Göttsching, y no lo habíamos mencionado aún, tocaba la guitarra. Ash Ra Tempel existió durante unos pocos años, desde 1970 hasta 1973 que fue cuando Enke dejó el dúo. A partir de entonces Göttsching continuó trabajando en solitario publicando bajo su nombre el influyente “Inventions for Electric Guitar” y, poco después “New Age Of Earth”, su primer trabajo con teclados y sintetizadores y también el primero que firma como “Ashra”. Tras “Inventions...”, Göttsching quiso alejarse un poco de la guitarra, su instrumento de toda la vida, y adentrarse en los teclados usando órgano, sintetizadores, etc. El disco iba a ser diferente de lo que había hecho hasta entonces porque cambiaba del todo el punto de vista. La composición se hizo casi por completo desde los teclados en lugar de partir de la guitarra como hasta ahora. Eso iba a suponer también una novedad conceptual. En sus trabajos anteriores había mucho de improvisación al ser la guitarra un instrumento con el que Göttsching se había sentido cómodo toda su vida (había estudiado guitarra clásica). El uso de los teclados para componer obligaba a una tarea mucho más intelectual y menos espontanea. Como él mismo afirmaba, había mucho más de composición pura en el disco que en cualquiera de los anteriores.

Manuel Göttsching


“Sunrain” - El disco comienza con un corte muy rítmico basado en un “ostinato” a cargo de la guitarra al que se añade una linea de bajo en segundo plano. Sobre ambos va emergiendo una melodía electrónica a modo de cuerdas que evoluciona lentamente hasta llegar a la parte central de la pieza en la que aparece el tema principal, también muy repetitivo y ejecutado con sintetizadores. Aparentemente no es una música muy diferente de la que hacían en la época los miembros de Tangerine Dream o el propio Klaus Schulze, con una importante carga de secuenciadores. Sin embargo, en la música de Göttsching, esa función recae en la guitarra. Incluso en esa joya que grabó en compañía de Michael Hoenig en esta misma epoca (aunque no se publicaría hasta muchos años después) titulada “Early Water”, que pasa por ser uno de los grandes discos secuenciales de todos los tiempos, el peso de la guitarra era fundamental.




“Ocean of Tenderness” - Como el propio nombre sugiere, la siguiente pieza del disco cambia radicalmente de estilo entrando en territorios puramente atmosféricos, plagados de texturas electrónicas y efectos sonoros propios de la “escuela de Berlín”. El punto distintivo es que aquí hay un mayor interés en la melodía, lo que diferencia este trabajo de sus contemporáneos y le acerca más a lo que harían en años posteriores artistas como Kitaro, por poner un ejemplo.En el tramo final de la pieza, Göttsching ejecuta un precioso solo de guitarra en un estilo que muchos han emparentado con el del Oldfield, cosa con la que podemos estar de acuerdo.

“Deep Distance” - Aunque desde el comienzo ya se deslizan varias secuencias rítmicas por debajo de la pieza, el estilo de esta composición sigue siendo cercano al del corte anterior, con mucha atención a la melodía y a la construcción de ambientes placenteros y relajados. Todo el tema es una continua evolución desde un comienzo puramente atmosférico hacia un final secuencial muy logrado que termina justo cuando la cosa se iba poniendo más interesante.

“Nightdust” - La pieza más extensa del trabajo es la que más cosas tiene en común con lo que hacían los integrantes de Tangerine Dream y Schulze en su tiempo. Una paleta de sonidos más abstracta, onírica, largos pasajes de pura ensoñación y un escaso interés por la melodía que el oyente pueda tararear. Los primeros doce minutos son una maravilla y a partir de ahí la cosa aún mejora con la incorporación de las clásicas secuencias rítmicas, muy sutiles, alejadas del primer plano pero inevitablemente presentes. Los últimos minutos nos devuelven a los pasajes meditativos que se desarrollan sobre una nota pedal que parece respirar con una cadenciosa pulsación electrónica. Es con ese fondo con el que Göttsching vuelve a empuñar la guitarra para cerrar el disco con un nuevo solo en la linea del clásico “Shine on You Crazy Diamond” de Pink Floyd.




Como comentamos antes, Göttsching firma “New Age Of Earth” con el nombre de Ashra. El disco fue distribuído por Virgin, lo que le dio una gran presencia y propició una gran repercusión dentro de los parámetros de este tipo de música que nunca tuvo grandísimas cifras de venta. Gracias a esto, el músico hizo sus primeras giras importantes para lo que tuvo que formar una banda que, tras un disco más, grabado por Göttsching en solitario, se consolidó bajo el mismo nombre. Ni como Ashra ni en solitario, Göttsching ha sido un músico demasiado prolífico si hablamos de lanzamientos discográficos, algo que contrasta mucho con lo que hicieron otros compañeros de generación cuya producción es casi inabarcable. Eso hace que, inevitablemente, el nivel medio de calidad de sus discos sea elevado lo que convierte casi todos sus trabajos en muy recomendables, empezando por este “New Age Of Earth” que hoy, para muchos críticos, es un clásico en su género. Nosotros no podemos hacer otra cosa que recomendarlo encarecidamente a todos los lectores aficionados a la electrónica de los setenta que aún no lo conozcan. No decepcionará.