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miércoles, 10 de julio de 2013

The Beatles - Abbey Road (1969)



El final de los Beatles como grupo estuvo lleno de paradojas. La más curiosa es que, cuando sus miembros apenas se podían ver, grabaron más música que nunca. Producto de ello fue un disco como “Let it Be” que, prácticamente concluído se guardó en un cajón durante unos meses mientras que los cuatro músicos volvían a entrar en el estudio para grabar las que serían sus últimas canciones juntos (aunque serían publicadas antes, quedando “Let it Be” como disco de despedida).

Lo que sucedió en las sesiones de “Let it Be” dejó el futuro de la banda visto para sentencia, como se suele decir. Sin embargo, McCartney (probablemente el único que aún creía en los Beatles) se empeñó en tirar del carro y en reunir de nuevo al cuarteto para grabar a la vieja usanza, tocando en directo y prescindiendo en la medida de lo posible de tomas adicionales posteriores. Muchas de las canciones del disco fueron compuestas en la época del “White Album” que, a pesar de ser doble, dejó mucho material fuera que se aprovechó en este trabajo.

Uno de tantos homenajes a la icónica portada del disco.


“Come Together” – Abriendo el disco tenemos una de las canciones más celebradas de los Beatles. Escrita por Lennon, el juego entre la batería y el bajo del comienzo es magnífico y se convierte en la base de la canción hasta que aparece el riff de guitarra del estribillo. Los teclados tienen también su protagonismo y la guitarra de Harrison nos brinda alguno de sus mejores momentos cuando llega su turno.





“Something” – George Harrison no tuvo un papel tan importante en el grupo como el dúo principal que formaban Lennon y McCartney pero eso no puede ensombrecer el hecho de que muchas de sus aportaciones son tan magníficas como las de sus compañeros. Sus dos canciones de este disco son un perfecto ejemplo de lo que decimos y ambas son una muestra de una sensibilidad muy especial. La categoría de “Something” es tal que para Lennon se trataba de la mejor canción del disco y es, sin duda, una de las mejores del propio Harrison. Por ponerle algún pero, encontramos que los arreglos de cuerda, muy típicos de la época, no han envejecido del todo bien y eso lastra en algún momento el tema (aunque no tanto como otros del disco “Let it Be”, por ejemplo).

“Maxwell’s Silver Hammer” – Llega el momento de McCartney en el disco y su primera aportación cambia completamente el tono del mismo con una canción alegre de aire intrascendente en la que lo más destacado es la aparición de un sintetizador Moog que tiene un importante papel en la primera parte de la canción. Tanto Lennon como Harrison mostraron sin complejos su disconformidad con la canción pero con el tiempo ha quedado como una pieza simpática.

“Oh Darling” – Segundo tema de McCartney, ahora en una onda completamente diferente disfrazada de “blues” clásico. No pasará a la historia como una de las mejores canciones de los Beatles aunque Lennon creía que era un tema más que interesante (tanto, que quiso cantarlo al pensar que su voz le iba mucho mejor que la de su compañero).

“Octopus’s Garden” – La única canción de Ringo Starr del disco es un inocente canción escrita durante unas vacaciones en el yate de Peter Sellers. Deliciosamente intrascendente, contiene algunos guiños al rock’n’roll de los 50 aunque no pasa de ser una anécdota.

“I Want You (She’s so Heavy)” – Aunque no suele ser incluida entre las listas de canciones favoritas cuando hablamos de los Beatles, esta canción de Lennon es una de las más interesantes y complejas del disco. Comienza bajo la apariencia de un blues pero los continuos cambios de ritmo y de estilo (la parte central podría haber aparecido en cualquier disco posterior de Santana) y muchos han visto en esta canción la incursión más seria de la banda en los terrenos del rock progresivo, especialmente por la larga coda final en la que aparece de nuevo un Moog haciendo efectos de ruido blanco.

“Here Comes the Sun” – De nuevo Harrison y de nuevo con una canción maravillosa, simple pero encantadora. Armado de una guitarra acústica envuelta con delicados arreglos electrónicos al principio y por el resto de la banda más tarde, el guitarrista escribe una gran pieza en la que pone de manifiesto sus cualidades. De nuevo sorprende oír la importante presencia del sintetizador en los minutos finales.




“Because” – El impacto que tuvo en su momento el disco el disco “Switched on Bach” de versiones del maestro alemán por parte de Walter Carlos con el sintetizador Moog queda patente en esta canción en la que es éste el único instrumento que acompaña a las voces de Lennon, McCartney y Harrison. Además, igual que Carlos se basó en Bach, los Beatles lo hicieron aquí en Beethoven aunque de un modo distinto. Se cuenta que estando en el estudio, Yoko Ono comenzó a tocar la sonata “Claro de Luna” al piano y Lennon le pidió que tocase los mismos acordes pero al revés. Esa fue la base de otra canción inmortal en la que disfrutamos como nunca de la perfecta interacción vocal del grupo (con truco, ya que hubo un gran trabajo en estudio duplicando voces para incrementar la sensación de coro).

“You Never Give Me Your Money” – El disco iba a terminar con un largo “medley” de ocho canciones enlazadas sin solución de continuidad. La primera de ellas, escrita por McCartney es esta bonita balada que se transforma pronto en un rock más tradicional antes de desembocar en la siguiente pieza resultando en realidad un pequeño “medley” dentro del “medley”.

“Sun King” – Guitarra, bajo y batería marcan los primeros momentos de una canción que siempre nos ha parecido que tiene un aire crimsoniano muy marcado aunque según Harrison, la influencia habría que buscarla en temas como “Albatross” de Fleetwood Mac.

“Mean Mr.Mustard” – Continúa el “set” con una brevísima canción típica de Lennon que habría encajado a la perfección en el “White Album”.

“Polythene Pam” – Siguendo con Lennon tenemos esta animada pieza con un sonido muy americano, especialmente en la parte de la batería que no tiene mayor importancia en el contexto del disco.

“She Came in Through the Bathroom Window” – Pasamos de dos canciones de Lennon a dos más de McCartney de similar trascendencia: todas ellas nos parecen apuntes de lo que podrían haber sido canciones más elaboradas pero que tratadas de este modo, quedan como un simple muestrario de un cierto potencial que no llega a realizarse del todo.

“Golden Slumbers” – Lo mejor del tema es lo bien que encaja con la canción posterior y los arreglos de cuerda de George Martin que arropan una canción que, de otro modo pasaría desapercibida.

“Carry That Weight” – Todo el grupo canta este himno que casi cierra el disco y en el que se repasan otras melodías, especialmente la de la canción que abría el “medley” minutos atrás. Quizá residiera en la pieza una intención inconsciente de hacer otro “Hey Jude” (especialmente, la coda de aquella inmortal canción) pero no se llega a alcanzar la intensidad del clásico.

“The End” – Cerrando el “set” y, por tanto, el disco, iba a estar un vigoroso “rock” en el que se combinan potentes guitarras con exquisitos coros y algún que otro piano poniendo un punto final muy adecuado al disco pero algo cambió en el estudio.

“Her Majesty” – Resulta que había una canción más grabada pero cuyo encaje con el resto no acababa de ser del agrado de su autor, Paul McCartney, de modo que recortó ese fragmento de la cinta. El montador, acostumbrado a no tirar nada de lo que grababa, pensó que ese trozo final iba a ser el cierre del disco y lo empalmó unos segundos después de “The End” tras un espacio en blanco inventando así uno de los primeros “temas ocultos” de la historia discográfica (en las primera ediciones del disco, ni siquiera venía acreditada esta pieza).

En su momento las críticas no fueron demasiado entusiastas acerca del disco pero, como tantas veces ocurre, hoy en día muchos de aquellos que no apreciaron “Abbey Road” lo tienen por uno de los mejores trabajos de los Beatles cuando no el mejor. Lo cierto es que hoy en día nos parece casi un sacrilegio pretender hacer una crítica a algo tan grande como fue el cuarteto de Liverpool. Baste decir que, en nuestra opinión, cualquiera de sus discos a partir de “Help!” son obras maestras incontestables que resisten la comparación con cualquier trabajo de cualquier otra banda de cualquier estilo y momento y eso no lo consiguen todos los grupos. Para adquirir este clásico, os dejamos los habituales enlaces:

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domingo, 9 de octubre de 2011

The Beatles - Let it Be (1970)


Aunque cronológicamente, "Let it Be" se grabó antes que "Abbey Road", en la práctica fue el último disco publicado por los Beatles. Para encontrar la explicación de esta curiosidad, tenemos que remontarnos a las sesiones de grabación del "White Album". Paul McCartney salió muy decepcionado porque creía que los cuatro músicos habían perdido la conexión que les hizo funcionar como un grupo en el pasado. Esta falta de "feeling" la achacaba a la decisión de abandonar los conciertos que tomaron unos años antes. Para solucionarlo, pensó que lo mejor sería un regreso al estudio para grabar como hacían antiguamente, olvidandose de las complicadas producciones y efectos sonoros de los últimos discos y tocando como habían hecho siempre.

La respuesta del resto de la banda no fue demasiado entusiasta pero se pusieron manos a la obra. El disco iba a llamarse "Get Back" en referencia a ese regreso a los orígenes que intentaban. El LP estaba grabado cuando comenzaron a grabar el siguiente disco, que llevaría por título "Abbey Road" pero distintos problemas fueron haciendo que el material fuera apartado  mientras iban grabando las canciones que aparecerían bajo éste último título. Fue John Lennon el que rescató las canciones de lo que finalmente fue "Let it Be", entregandole el material al afamado productor Phil Spector para que las "terminase" con su particular visión de la música. En nuestra opinión, el trabajo de Spector es absolutamente prescindible y recargado y llega a destrozar alguna de las canciones como "The Long and Winding Road" con una sobreproducción innecesaria. Tiempo después, los otros tres miembros de la banda mostraron su disconformidad con el resultado del trabajo de productor, especialmente McCartney.

En cualquier caso, "Let it Be" quedó como el epílogo musical a la carrera de una banda que puso patas arriba el mundo del pop y el rock y lo hizo en sólo siete años, el tiempo en que muchas bandas de nuestros días sólo alcanzan a lanzar un par de trabajos o tres. Repasar la música que se hacía en 1963 y compararla con la de 1970 y seguir esta evolución escuchando los discos de los Beatles resulta un ejercicio realmente clarificador.

Os dejamos un par de enlaces en los que comprar el disco:

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Y un enlace a "Get Back" en la mítica inerpretación en el tejado de los estudios:


miércoles, 5 de octubre de 2011

The Beatles - Sgt.Pepper's Lonely Hearts Club Band (1967)


¿Qué se puede decir del que muchos consideran el mejor disco que jamás grabó el mejor grupo de la historia del pop sin caer en elogios desmedidos, tópicos mil veces utilizados y largas retahilas de adjetivos laudatorios?

Realmente no se nos ocurre una buena respuesta a esa pregunta y esta entrada va a ser una buena prueba de lo cierto de esta afirmación. En 1966, los miembros de los Beatles estaban realmente cansados de girara continuamente de concierto en concierto con escasas pausas que aprovechaban para componer y grabar nuevo material. Llegados a este punto, decidieron tomarse un descanso y dedicar tiempo a sus vidas fuera de la banda. Probablemente este parón se convirtió en la fuerza renovadora que iba a inspirar la mayoría de las canciones del nuevo trabajo. Resulta curioso que el que es considerado por muchos como el primer album "conceptual" de la historia del rock, no lo era tanto. Cierto es que la idea, probablemente de Paul McCartney, era la de "crear" una banda imaginaria a la que alude el título, que se encargaría de hacer en adelante los conciertos del grupo pero sólo un puñado de canciones del disco puede encajar en esa idea.

En lo musical, lo primero que destaca es la proliferación de teclados a lo largo de toda la grabación: pianos, órganos, clavicembalos e incluso mellotrones tienen una presencia casi constante y, desde luego, muy novedosa en la banda. Anecdotas al margen, y aunque nosotros preferimos su anterior "Revolver", el "Sgt.Pepper" reune alguna de las mejores canciones que salieron de la pluma del cuarteto como "With a Little Help from My Friends" o "Lucy in the Sky With Diamonds" sin olvidarnos de la que en alguna ocasión ha sido elegida la mejor canción de la historia del pop: "A Day in the Life".

Un par de lugares donde adquirir el disco:

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Os dejamos con un enlace en el que disfrutar de "A Day in the Life":


domingo, 2 de octubre de 2011

The Beatles (1968)


Así, sin ningún título y con una portada en blanco en la que sólo se veía un escueto "The Beatles" escorado hacia la esquina inferior derecha se presentaba el primer disco de la banda tras su aclamado "Sgt.Pepper's Lonely Hearts Club Band. El doble LP, conocido por los aficionados como el "álbum blanco" en referencia a la portada del mismo iba a ser uno de los más complicados que grabó nunca el mítico grupo.

Durante las sesiones de grabación, cada uno de los miembros fue por libre, apenas se hablaban e incluso durante unos días "Ringo" Starr abandonó la banda (al parecer, la batería en algunos cortes la toca Paul McCartney) que estuvo a un paso de la separación. También fue el disco en el que pasaron de las cuatro pistas a las ocho, el primero que editaron con su propio sello, "Apple", y el primero en tener un músico invitado en uno de los instrumentos que los miembros de la banda sabían tocar como fue Eric Clapton en uno de los cortes. Otro detalle anecdótico pero significativo es que fue el primero en el que una persona ajena a la banda estuvo presente en la mayoría de las sesiones de grabación: Yoko Ono.

En lo musical "The Beatles" fue un disco que quizá sólo esta banda se pudo permitir el lujo de publicar ya que encontramos canciones/homenaje a casi todos los estilos imaginables. Desde el comienzo surfero en la más pura linea de los Beach Boys que era "Back in the USSR" nos encontramos homenajes a los bailes de salón de los años 30 ("Honey Pie"), temas de aire folk ("Blackbird", "Mother Nature Song"), blues clásicos ("Why Don't We Do it on the Road?", "Yer Blues"), anticipos del "hard rock" aún por llegar ("Helter Skelter"), música de cámara ("Piggies"), vanguardia ("Revolution 9"), country ("Don't Pass me By"), canciones que podrían haber sonado en cualquier "saloon" del oeste ("Rocky Racoon"), hasta alguna nana ("Good Night"). El disco, en definitiva, que sólo una banda como los Beatles podían publicar sin que nadie les dijera que no.

Practicamente todas las canciones se escribieron durante la visita de los miembros de la banda al gurú indio Maharishi Mahesh Yogi, donde los únicos instrumentos occidentales de los que disponían eran guitarras, lo que explica el hecho de que gran parte de los temas tengan una instrumentación mayoritariamente acústica.

Para haceros con el disco:

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Os dejamos con "While My Guitar Gently Weeps" escrita por George Harrison y con Eric Clapton como invitado:

viernes, 23 de septiembre de 2011

The Beatles - Revolver (1966)


Aunque habitualmente suele citarse el "Sgt.Pepper's Lonely Hearts Club Band" como la obra maestra del cuarteto de Liverpool, la mayoría de votaciones y encuestas realizadas en los últimos años sitúa en ese puesto de privilegio al disco anterior de la banda: "Revolver". Cuando dos publicaciones tan diferentes como la revista Rolling Stone (en votación de sus lectores) y el periódico oficial del Vaticano, "L'Osservatore Romano", coinciden en nombrar el disco como el mejor de todos los tiempos, deben existir poderosas razones. En este caso no podemos hacer otra cosa que apoyar ese resultado.

El hecho de que fuera el disco para el que más tiempo transcurrió antes de meterse en el estudio de grabación desde la finalización de las sesiones del anterior (8 meses) y de que las propias sesiones fueran también las más largas, nos da una idea de que lo que se estaba cociendo era realmente importante. No se trataba sólo de que la colección de canciones fuera notable, que lo era (cómo calificar de otra forma una lista que incluye "Taxman", "Eleanor Rigby", "Good Day Sunshine" o "Tomorrow Never Knows") sino del paso adelante que se éstaba dando en el terreno de la propia técnica de grabación con todo tipo de nuevas ideas y experimentos sucediendose ininterrumpidamente durante las sesiones.

Estilísticamente, el disco suena mucho más rockero que el anterior "Rubber Soul" y nos muestra sorpresas como la de la citada "Eleanor Rigby" en la que ninguno de los músicos toca una sóla nota quedando toda la parte instrumental a cargo de un octeto de cuerda (en realidad, dos cuartetos de cuerda convencionales), el uso de cintas manipuladas, efectos vocales, guitarras invertidas y demás trucos de ingeniería de sonido en "Tomorrow Never Knows" o "I'm Only Sleeping" o el protagonismo absoluto del sitar y otros instrumentos hindúes en "Love You To" que anticipaban la llegada de la psicodelia como género emergente en el rock de los últimos sesenta.

Por todas estas razones entendemos que "Revolver" debía aparecer en La Voz de los Vientos más tarde o más temprano. La grandeza de los Beatles hace que estén por encima de clasificaciones y géneros así que seguirán acompañandonos con frecuencia.

Si os animais a comprar este "Revolver", os dejamos un par de sugerencias:

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Os dejamos con "Eleanor Rigby"


sábado, 10 de septiembre de 2011

The Beatles - Magical Mystery Tour (1967)


Tenemos que confesar que a muchos de los miembros de nuestra generación, los Beatles siempre nos sonaban a música de viejos y realmente nunca les prestamos demasiada atención. Nosotros teníamos a nuestros grupos de los ochenta que eran lo que molaba. Afortunadamente, la tontería se acaba pasando en la mayoría de los casos e incluso los más pertinaces terminamos por darle una oportunidad a los Beatles y, como Saulo, acabamos rendidos ante una obra sin desperdicio.

En el año 1967 en el que se publicó este trabajo, los Beatles eran ídolos de masas y sus últimos discos eran joyas imperecederas como "Revolver" y "Sgt.Pepper's Lonely Hearts Club Band". La fama les había llevado a protagonizar varias películas y "Magical Mystery Tour" era otra de ellas. Se concibió como un telefilme animado a emitir en la TV inglesa y se grabaron seis canciones como parte de la banda sonora: "Magical Mystery Tour", "The Fool on the Hill", "Flying", "Blue Jay Way", "Your Mother Should Know" y "I Am the Walrus". No estaba previsto que se hiciera ningún LP y simplemente se incluyeron las canciones en un doble EP. Sin embargo, en el mercado norteamericano, el formato EP estaba en desuso y se decidió publicar un LP con las canciones de la película acompañadas por otros cinco títulos pertenecientes a singles de la época: "Hello Goodbye", "Strawberry Fields Forever", "Penny Lane", "Baby You're a Rich Man" y "All You Need is Love".

Así configurado, el LP recopila una de las más impresionantes colecciones de canciones de los de Liverpool y, desde luego, uno de nuestros favoritos dentro de la discografía de la banda. Realmente, poco más se nos ocurre decir de una formación que es un auténtico mito de la historia de la música desde que esta comenzó a grabarse y sobre la que cualquier comentario no será más que una reiteración de otros que podeis encontrar por toda la red y que seguro tienen más fundamento.

Para comprar el disco:

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Os dejamos con una de las canciones de la película, "I Am the Walrus" y otra de las añadidas al LP, "Penny Lane":