Bajo la apariencia de una joven muchacha que podría pasar por una aspirante a cantautora de esas que recorren los bares y pubs californianos buscando un sitio en el que tocar una noche con la esperanza de que algún productor despistado apure allí la última cerveza del día, se esconde una artista fascinante. De qué otro modo si no podemos calificar a alguien que basa su primer disco en una obra de Eurípides, lanza un segundo que comparte similar inspiración clásica y un tercero inspirado en una novela de Colette.
Las literarias no son, sin embargo, las únicas influencias poco convencionales. La música de Julia Holter le ha hecho acreedora de comparaciones con artistas de la talla de Laurie Anderson o Meredith Monk sin tener realmente mucho en común con ellas a primera vista. Tras un periodo formativo que no se sale de lo común, la cantante se planteó su futuro como profesora hasta que un día se sentó a componer y le salió una canción. A partir de ese momento todo pareció más sencillo. Gracias a las facilidades que ofrece la tecnología actual, Julia grabó sus primeras canciones que aparecieron en distintos recopilatorios de distribución local y poco después, reunió suficiente material para un primer disco. Todo ello, como quien dice, sin salir de una habitación de su casa. En aquel tiempo, además, conoció a Linda Perhacs, todo un fenómeno paranormal de esos que a veces ocurren en la música. Se trata de una cantautora que publicó un disco en 1970 que pasó desapercibido hasta que fue redescubierto a comienzos de la década pasada por el movimiento “new weird america”. Se trata de una corriente compuesta por artistas que buscaban su inspiración en discos olvidados de aquellos años, preferentemente con componentes de psicodelia y folk. Julia tocó en varios conciertos con Linda antes de lanzar su disco de debut.
Vamos a centrarnos hoy en su trabajo más reciente, aparecido el año pasado y para el que contó con una serie de músicos de acompañamiento con los que pudo reducir la carga de electrónica de anteriores trabajos. Se trata de los percusionistas Corey Fogel y Kenny Gilmore, el bajista Devin Hoff, Danny Meyer (saxo y clarinete), Chris Speed (saxo), Andrew Tholl (violín) y Christopher Votek (violonchelo). Julia canta y se encarga de los teclados.
Julia Holter. |
“Feel You” - Con un sonido de clavicordio comienza un tema encantador en el que escuchamos la voz de Julia en forma de “sample” como parte de la estructura rítmica de la que se encarga la batería mientras que el contrabajo ocupa un papel más melódico. Las cuerdas están muy equilibradas y acompañan a la perfección a la voz de Julia que canta con una extraña alegría inocente.
“Silhouette” - La elección de los sonidos y la combinación de los mismos es una de las características más originales del sonido de Julia Holter. El uso de la voz como un instrumento más también lo es aunque en este sentido puede recordar a otras figuras como la de Kate Bush. En este corte podemos disfrutar de la versión de la artista más cercana a la de la intérprete de “Wuthering Heights”, siempre en un tono más comedido. La coda final con las cuerdas interactuando con la voz tratada electrónicamente de la artista es, sencillamente, magistral.
“How Long?” - Holter se transforma explorando los registros más graves de su voz en el comienzo de esta pieza para luego ofrecernos un precioso despliegue vocal en lo que podríamos llamar el estribillo de la pieza. Es como si en medio de una canción de Suzanne Vega apareciera Laurie Anderson sin previo aviso interpretando una balada sacada de un musical. Absurdo en apariencia pero extraordinario una vez que lo escuchas.
“Lucette Stranded on the Island” - Una serie de raras percusiones es la forma con la que Julia comienza la siguiente canción en la que hace su entrada casi susurrando una serie de notas al estilo de Björk o Stina Nordenstam. La melodía tiene un regusto impresionista, como sacada de un cuaderno de notas olvidado de Erik Satie y todo ello combinado conforma un conjunto verdaderamente original. Una de las grandes canciones del disco.
“Sea Calls Me Home” - Volvemos al clavicordio usado de forma rítmica para abrir una canción de sabor “retro” en un primer momento que se ve acentuado por el uso de silbidos y los arreglos de batería en la sección central. Es entonces cuando escuchamos un solo de saxo acompañado de cierta distorsión electrónica en un tramo final que nos recuerda lejanamente (de nuevo) a Björk.
“Night Song” - Basta una frase como la inicial para ponernos en alerta. La canción comienza de un modo prometedor en todos los sentidos: melodía, arreglos e interpretación son soberbios e inquietantes al mismo tiempo. Si Badalamenti no hubiera estado disponible para hacer la banda sonora de Twin Peaks en su momento, una música como esta habría podido ocupar su sitio sin desmerecer en absoluto a la de aquel. En la parte final las cuerdas se atreven a sonar casi minimalistas para dibujar una coda extraordinaria que termina bruscamente, como muchas de las canciones del disco.
“Everytime Boots” - Nada que ver el corte anterior con la animada canción que le sucede en el orden del disco. Con una percusión sencilla pero impecable, Julia nos arrastra a través de un ritmo infeccioso (con pinceladas de “country”) a lo largo de una montaña rusa de acelerones y pausas que nos desconciertan en un principio y nos enamoran una vez que entramos en su juego.
“Betsy on the Roof” - No parece sencillo hacer que una balada con piano suene diferente pero Julia Holter lo logra aquí aprovechando para demostrar que tampoco se desenvuelve mal con las teclas al margen de sus recursos vocales que son mucho mas vastos de lo que parece indicar su aspecto (si es que este puede dar una idea de las capacidades de una intérprete).
“Vasquez” - Cambio de registro con giro inesperado hacia el jazz en el corte más vanguardista del disco que también es uno de nuestros favoritos. Hay un aire nostálgico y una mirada a medio camino entre el Herbie Hancock de la etapa “Mwandishi” y los AIR de “Moon Safari” para dar forma a una canción indescriptible y maravillosa al mismo tiempo.
“Have You in My Wilderness” - Si cerramos los ojos podemos imaginarnos sin problemas a Laurie Anderson recitando el texto que abre la canción. Paulatinamente, con la adición de nuevos instrumentos y melodías, el tema se separa del estilo de Laurie y va entrando en el territorio propio de Julia y adoptando una cadenciosa forma repetitiva que encaja perfectamente como despedida
Hasta el día de hoy, la crítica ha sido unánime en sus elogios hacia Julia Holter y cada disco ha sido acogido con mayores loas que el anterior. En cierto modo, se ha convertido en la musa de toda una generación de oyentes a los que muchos calificarán inmediatamente de “hipsters” pero ni siquiera ese pretendido encasillamiento puede ocultar el hecho de que Julia es una artista llena de talento que ha sabido encontrar la vía adecuada para dejarlo salir.
Por nuestra parte, tenemos claro que es una artista que va a seguir creciendo en el futuro y, por lo tanto, a la que vamos a seguir con mucha atención. Como despedida, uno de los cortes del disco interpretado en directo: