Philip Glass tuvo que recorrer un largo camino hasta obtener el reconocimiento del que goza hoy en día. La primera etapa de su obra, la que él no tiene problema en calificar como “minimalista”, llamó la atención de la crítica (no para bien en muchos casos) pero no llegó al gran público. En los tiempos del rock y el pop, un compositor cuyas obras eran interpretadas por su propio grupo y rara vez por otros artistas, necesitaba de la exposición que sólo los discos le podían dar para difundir sus composiciones más allá del público más erudito de Nueva York.
Ahí llegaba el primer problema que tenía mucho que ver con el formato de las obras de Glass. Lo más interesante de su producción inicial eran piezas de gran extensión, lo que las invalidaba para la emisión en radiofórmulas y limitaba su difusión a los programas más heterodoxos de las emisoras públicas y de las universidades. Por otro lado, la propia música era demasiado árida como para conseguir unas ventas aceptables para cualquier compañía. El resultado de todo ello fue una producción discográfica muy pobre y no del todo representativa en aquellos años. La cosa estaba clara: si quería grabar discos, Philip Glass tenía que optar por la autoedición. De ese modo a principio de los años setenta fundó Chatham Square Productions, su primer sello discográfico en el que en 1971 publicó un ambicioso doble LP con su obra “Music With Changing Parts” y un par de años después su secuela con “Music in Similar Motion” y “Music In Fifths” en un solo disco. Los medios de Chatham Square no eran muy grandes pero contaban con un estudio móvil que Kurt Munkacsi consiguió gracias a su relación con John Lennon. La historia surge cuando, con apenas 19 años, el ingeniero de sonido Munkacsi comienza a trabajar construyendo sistemas sonoros para los espectáculos de LaMonte Young. El músico tenía una buena relación con los miembros de Fluxus entre los que se encontraba una Yoko Ono recién casada con Lennon y gracias a ello pudo acceder al material necesario para realizar las primeras grabaciones profesionales con un cierto nivel técnico de la carrera de Glass.
Aparte de Glass, otros músicos como Arthur Russell, Richard Landry, Jon Gibsob y Michael Snow publicaron sin demasiado éxito en Chatham Square hasta que la discográfica se disolvió. A partir de ahí, Philip Glass publicó de forma aislada en sellos internacionales. Virgin editó su “North Star” en 1977 y el sello francés Shandar, “Solo Music” en 1978. Gracias a esto último, Glass vio sus obras en el catálogo de la misma compañía que ya contaba con nombres como los de Terry Riley, Steve Reich, LaMonte Young o Charlemagne Palestine entres sus filas. Todos ellos entre los nombres más rutilantes del minimalismo norteamericano. Por aquel entonces, sin embargo, Glass ya no se consideraba minimalista y estaba explorando formas musicales más “asequibles” siempre desde la fórmula repetitiva que era su marca de fábrica. En 1979, CBS publica su “Einstein on the Beach” y unos años después, “Glassworks”, que iba a ser una especie de disco al uso con composiciones creadas a tal fin en su gran mayoría. Una “concesión comercial” que le granjeó no pocas críticas pero que inauguró una nueva etapa de popularidad creciente que terminó por convertirle en el gran icono de la modernidad que es hoy en día a lo que también ayudó mucho su incursión en el género de las bandas sonoras para cine con “Koyaanisqatsi”, su secuela “Powaqqatsi” o “Mishima”, todas ellas ya en los ochenta.
En aquellos años Glass publicaba ya con diferentes sellos. La citada CBS lanzaba el grueso de sus trabajos pero también grabó para Warner, Island, Atlantic o Elektra/Nonesuch a través de la cual iba a recuperar buena parte de aquel catálogo inicial de Chatham Square o Shandar. Estamos ya en los noventa y parece que el público generalista está por fin preparado para el Glass más radical: el de sus inicios. La discográfica que se decidió a dar el paso fue, como decíamos, Elektra/Nonesuch y lo iba a hacer a lo grande. Entre 1993 y 1998 iba a reeditar en CD los primeros discos de Glass en Chandar y en Chatham Square así como a publicar nuevas grabaciones de “Einstein on the Beach”, “Music in Twelve Parts” y “Koyaanisqatsi” poniendo de este modo a disposición del gran público buena parte de las obras más difíciles de asimilar del compositor norteamericano. Nos queremos centrar hoy en el lanzamiento que recogía cuatro grabaciones seminales de Glass: “Two Pages”, “Contrary Motion”, “Music in Fifths” y “Music in Similar Motion”. Las dos primeras procedían del disco de 1975 “Solo Music” (Shandar) y las dos restantes de su segundo disco para Chatham Square. Todas estas piezas fueron interpretadas en muchas ocasiones por el músico y su banda en sus inicios en conciertos que “con suerte atraían a veinticinco personas de las que rara vez la mitad aguantaba hasta el final”.
“Two Pages” - Escrita en 1967, la versión que escuchamos aquí está interpretada por Glass en el órgano eléctrico y Michael Riesman al piano. Es un ejemplo de composición creada con un “proceso aditivo” muy influido por la música india que el músico conoció a través de Ravi Shankar, en especial por el concepto del tiempo musical, completamente diferente al que tenemos en la música clásica occidental. Es una de las composiciones más “duras” de su autor y en las que la repetición es más cruda y radical. Las variaciones son mínimas y, de algún modo, relacionarían esta obra con otras de Steve Reich (de hecho Glass le dedica la pieza) en las que éste desarrolla su concepto de “fase”, solo que aquí no hay “fase” alguna sino ligeros cambios a lo largo de 18 minutos.
“Contrary Motion” - Glass es el único intérprete de esta pieza de 1969 escrita en lo que él llama “forma abierta”, es decir, que no tiene un final propiamente dicho sino que, sencillamente, para cuando el intérprete decide terminar. Pese a su aridez, siempre nos ha parecido una de las obras más fascinantes de ese Glass primerizo, quizá por su cercanía con “A Rainbow in Curved Air” de Terry Riley escrita poco antes y que también es una de nuestras preferidas de ese autor.
“Music in Fifhts” - Del mismo año es esta especie de broma en la que Glass se “vengaba” de Nadia Boulanger, su profesora en París y una de las docentes más reconocidas de la historia de la música por su trabajo con decenas de compositores hoy legendarios. El título alude al hecho de que toda la pieza está escrita en quintas paralelas, algo que Boulanger (como muchos otros teóricos) consideraba un pecado. Glass toca el órgano eléctrico y se acompaña de los saxos soprano de Jon Gibson y Dickie Landry. Kurt Munkacsi es el ingeniero y el encargado de la electrónica. La mezcla suena cacofónica en un principio pero con el paso de los minutos comienza a mostrar un atractivo inesperado.
“Music in Similar Motion” - En el momento en que apareció el disco, esta pieza de 1969 era una de las más interpretadas por la Philip Glass Ensemble aunque hoy en día, todas las que aparecen en el disco han sido grabadas e interpretadas en muchas ocasiones por un buen número de grupos y artistas. En esta versión escuchamos hasta trés órganos (interpretados por Glass, Steve Chambers y Art Murphy) junto a los saxos de Gibson y Landry y la flaura de Robert Prado con Munkacsi de nuevo a los mandos de la parte técnica.
Probablemente este sería el último disco que le recomendaríamos a una persona que nos preguntase por dónde empezar a escuchar a Philip Glass si no has oído nada de él anteriormente. Paradójicamente, es aquí donde se encuentra la versión más pura del músico en sus primeros años pero eso es algo que el oyente apreciará más fácilmente si antes se acerca a sus trabajos más asequibles. Superado ese paso, es muy probable que llegue a disfrutar de discos como este. Tengamos en cuenta, además, que eso es exactamente lo que ocurrió con la carrera discográfica del músico: antes de atreverse con este trabajo, todas las discográficas trataron de ofrecer otras piezas más acordes con los gustos de un público generalista. Hecha esta advertencia, y a pesar de que hay muchas otras grabaciones de todo este material, la vigencia de este disco hoy en día es mayor que nunca: es minimalismo en toda su desnudez.
Nota: desgraciadamente, no hemos podido encontrar en youtube las versiones del disco que hoy hemos comentado así que, aun no siendo la mejor solución, hemos enlazado otras diferentes que sirven para hacerse a la idea de las características de cada pieza.