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sábado, 24 de septiembre de 2022

Johann Johannsson - Drone Mass (2022)



Tiempo después de su fallecimiento, siguen apareciendo grabaciones nuevas del islandés Johann Johannsson lo que siempre es motivo de alegría para nosotros. En esta ocasión no se trata de música que anduviera perdida en el estudio entre papeles y material descartado de otras obras sino de una pieza que el compositor llegó a estrenar en vida en el año 2015: “Drone Mass”. Es, en palabras de su autor “una especie de oratorio contemporáneo” basado en textos coptos y que fue estrenada muy oportunamente en el Templo de Dendur, en Nueva York. La composición está escrita para cuarteto de cuerda y voces y en la grabación participan cuatro de los integrantes de la American Conteporary Music Ensemble (ACME) y los miembros del Theatre of Voices dirigido por Paul Hillier, formaciones ambas que ya habían trabajado con Johannsson y que, como veremos más adelante, son particularmente apropiadas para una obra como esta, especialmente el coro, especialistas en obras de Arvo Pärt de quien grabaron varias obras para el Harmonia Mundi.


Estamos acostumbrados a escuchar a Johannsson asociado a las imágenes de una película pero muy pocas veces hemos disfrutado de sus obras puramente musicales ya que la mayor parte de su discografía son bandas sonoras. Ahora tenemos la oportunidad de escuchar algo realmente diferente y que vale mucho la pena. Publica, como es habitual en los últimos lanzamientos del islandés, el sello Deutsche Grammophon.


“One is True” - La introducción de la misa tiene como protagonistas principales las voces utilizadas de un modo que nos recuerda en parte al “Tehillim” de Steve Reich. Es una pieza emocionante en la que los juegos corales son extraordinarios y encajan de maravilla con el cuarteto de cuerda.




“Two is Apocryphal” - Siguiendo en la onda minimalista, Johannsson se acerca más en esta ocasión al Philip Glass de “Another Look at Harmony” y otras piezas vocales de su primera etapa. Hay un magnífico contraste entre las voces graves, que hacen de “drone” y las femeninas que van apareciendo en diferentes capas sonoras junto con las cuerdas. Es precisamente en estas últimas donde empezamos a apreciar el estilo de Johannsson más claramente.


“Triptych in Mass” - El tercer movimiento es mucho más profundo si cabe que los anteriores. Las cuerdas están continuamente en tensión y la parte coral es muy inquietante. Aquí resulta imposible no pensar en la música de Arvo Pärt como una influencia indudable. En el segmento central escuchamos una frase repetitiva a cargo de los violines que firmaría sin sonrojo el propio Glass en una curiosísima combinación entre el violín al estilo “Einstein on the Beach” y el “tintinnabuli” clásico de Pärt.


“To Fold & Remain Dormant” - Un turbio comienzo electrónico de corte atmosférico y muy ambiental va dejando paso a afilados coros en una composición francamente interesante en la que reconocemos inmediatamente al Johannsson de “Arrival” y de otras bandas sonoras. Puro ambiente, con escasa importancia de la melodía para una gran pieza.


“Divine Objects” - Llegamos a uno de los mejores momentos del disco, con una preciosa intervención del cuarteto de cuerda, los violines repitiendo una melodía en ostinato y el violonchelo por debajo evolucionando lentamente. Una especie de cruce entre el Johannsson de sus mejores momentos y el Philip Glass de “Koyaanisqatsi”. En la segunda mitad del tema, tras una pausa, se repite el esquema con la entrada del coro acompañando al violonchelo para cerrar lentamente la que puede ser nuestra parte favorita de la obra.




“The Low Drone of Circulating Blood, Diminishes With Time” - Johannsson vuelve aquí a donde lo había dejado antes del movimiento anterior. De hecho, esta podría ser una continuación de “To Fold & Remain Dormant”, muy ambiental y llena de texturas extrañas y repetitivas.


“Moral Vacuums” - Otra de las grandes composiciones del trabajo, con una melodía que ya es recurrente en la trayectoria del autor y que aparece en diferentes variaciones en más de una obra anterior pero que, lejos de cansar, nos parece fascinante siempre que la escuchamos. Una preciosidad.




“Take the Night Air” - Regresamos por última vez a los pasajes más ambientales con electrónica y coros sintéticos aliandose para dibujar una escena onírica en la que las voces reales aparecen como destellos, aquí y allá, tejiendo una red cristalina, apenas tupida, llena de misterio y con una gran capacidad de evocación.


“The Mountain View, the Majesty of the Snow-Clad Peaks, from a Place of Contemplation and Reflection” - Cierra la obra una larga pieza, aunque no tanto como su kilométrico título. Es una pieza muy estática, quizá la que más justifica el “drone” del título de la obra, con voces, electrónica y cuerdas mezclándose en prolongadas notas y largos glissandi. El cierre es oscuro y vuelve a recordar a Pärt, en especial en la parte coral.



Es habitual que los compositores cuya carrera se centra en las bandas sonoras dejen un poco al margen la escritura de música independiente de las imágenes aunque lo cierto es que la mayoría de ellos componen obras de este tipo que no suelen salir a la luz en forma de grabaciones ni tampoco son material habitual de concierto. En todo caso, nunca suelen contarse entre lo más conocido de su producción y es una pena porque, en el fondo, es su música más personal, aquella que surge sin plazos de entrega, sin presiones externas y sin las indicaciones de directores y demás personal del mundo del cine que, por fuerza, tienen que terminar condicionando el resultado salvo en los casos de los músicos más consagrados (y hablamos de tres o cuatro a lo sumo) que pueden permitirse una total independencia al respecto.


“Drone Mass” es una obra magnífica, a la altura de lo mejor de Johannsson aunque encierra un problema que es común a la mayoría de músicos de su generación, en especial a los que abrazan una especie de neo-minimalismo. Tanto Johannsson como Max Richter, Olafur Arnalds o Nils Frahm, por poner solo unos pocos ejemplos (en buena medida a Einaudi o Tiersen les pasa algo similar aun siendo algo anteriores), dejan ver muy claramente sus influencias. Hay fragmentos en las obras de todos ellos que facilmente podrían pasar por piezas de Glass, Reich, Pärt, Nyman o Mertens, cosa que no pasaba en su día con estos últimos que crearon un lenguaje propio en el que no era tan fácil establecer sus influencias pese a que, indudablemente, estas existían también. En “Drone Mass” encontramos algunos momentos que, como hemos dicho, recuerdan mucho a otros autores. La voz propia de Johannsson está presente a lo largo de toda la obra, de eso no hay duda, y es, como decimos, una composición muy interesante que merece toda la atención del mundo pero hay momentos en que las influencias distraen del resultado final. Con todo, no podemos sino recomendar su “Drone Mass” y esperar que sorpresas nos quedan por escuchar de un compositor que nos dejó demasiado pronto. Os dejamos con el "trailer" del disco publicado en el canal del autor:




domingo, 6 de marzo de 2016

John Cage - Litany for the Whale (2002)



Existe una interesante relación entre la música antigua, desde la polifonía medieval, la música renacentista e incluso el barroco y algunas tendencias contemporáneas. Son conocidas las declaraciones que hizo en su momento Steve Reich indicando que sólo tenía interés en la música de Johann Sebastian Bach y en la anterior a él por un lado y en producida del tramo final del siglo XIX hasta nuestros días.

No es el único en comparar períodos tan distintos. Otra figura, esta perteneciente al ámbito de la interpretación, como es Paul Hillier, también se dedica especialmente a esos periodos tan alejados en el tiempo. De hecho, fundó su Hilliard Ensemble con la intención de explorar el repertorio antiguo por un lado y de interpretar música compuesta expresamente para su agrupación por compositores contemporáneos, especialmente por Arvo Pärt.

La música de Pärt no es difícil de asimilar a la renacentista pero algo menos previsible es la aparición de un disco del Hilliard Ensemble dedicado a la música de John Cage. Como añadido, además, se suma la curiosidad de escuchar al invitado especial que se une en la grabación que hoy comentamos a la agrupación de Paul Hillier: nada menos que Terry Riley que aporta su voz en alguna de las composiciones del disco.

La relación de Hillier con la música de John Cage viene de lejos y, de hecho, uno de los primeros conciertos de su agrupación estuvo íntegramente dedicado a la música de éste compositor. Sin embargo, el disco que hoy tenemos aquí tardó más en llegar y fue propiciado por el contacto de Paul con Shabda Owens, compositor, músico, cantante y productor, especialista en música electrónica y en afinaciones diferentes de las habituales. Owens trabajaba habitualmente con Terry Riley y gracias a ello, a las pistas electrónicas que Shabda estaba realizando para ser utilizadas por la Hilliard Ensemble en sus conciertos, se pudo añadir la grabación de la voz de Riley ejecutando piezas del propio John Cage. Esa fue la base para la grabación que de la que hablamos hoy, publicada por Harmonia Mundi.

Paul Hillier


“Litany for the Whale” - Alan Bennett y Paul Elliott son los intérpretes de esta letanía que Cage escribió en 1980. Consiste realmente en la repetición constante de cinco notas separadas por un intervalo de tiempo variable. Conforme avanza la interpretación, se intercala una respuesta en cada intervalo de forma que entre los dos cantantes se establece una suerte de diálogo. El efecto es hipnótico y es muy probable que cualquier oyente que se enfrente a la obra desconociendo el nombre de su autor piense en una procedencia remota, quizá cercana al “canto llano” de la liturgia católica. Estamos ante una pieza que sorprenderá a todo aquel que se acerque a John Cage con los prejuicios habituales con que todos lo hemos hecho al principio. Su belleza está muy por encima de teorías musicales y fórmulas matemáticas.




“Aria No.2” - Interpretada por el propio Paul Hillier sobre una serie de sonidos grabados en cinta magnetofónica. Forma parte de los “Songbooks” de John Cage que fueron publicados en 1970 en los que aparece numerada como “Solo for Voice 52”. El “texto” consiste en una sucesión de vocales, consonantes y palabras sueltas procedentes de cinco idiomas diferentes. Sobre ruidos de truenos, efectos acuáticos y diferentes sonidos de diversa procedencia, Hillier canta una serie de melodías de lo más perturbador. En ciertos momentos encontramos similitudes entre esta pieza y algunas otras de George Crumb, contemporáneo de Cage.

“Five” - Las composiciones de título “numérico” de Cage suelen aludir a las partes que la integran y, en este caso, también al número de intérpretes que en la grabación son: Andrea Fullington, Allison Zelles, Alan Bennett, Paul Elliott y Shabda Owens. Cada una de las cinco partes contiene un determinado número de notas a cantar en un espacio de tiempo prefijado. En la práctica, lo que escuchamos son notas que nacen y van decayendo poco a poco consiguiendo un efecto verdaderamente singular.

“The Wonderful Widow of Eighteen Springs” - Paul Hillier cantando y Alan Bennett al piano (cerrado) son los ejecutantes de esta pieza basada en un fragmento de “Finnegans Wake”, de James Joyce. El piano es utilizado como instrumento de percusión golpeando sobre la caja. La melodía vocal consta exclusivamente de tres notas lo que hace de la interpretación algo muy similar a la conversación normal con las inflexiones propias de la misma.

“Solo for Voice 22” - Segunda pieza extraida de los “Songbooks”. Andrea Fullington y Paul Hillier son los intérpretes que actúan de nuevo sobre una grabación en cinta. Decimos “actúan” en lugar de “cantan” porque lo que hacen es combinar diferentes tipos de respiración de acuerdo a lo indicado por Cage en la partitura. En ella se señala cuándo han de respirar de modo regular, cuándo no, cuándo han de hacerlo por la nariz o por la boca, etc.

“Experiences No.2” - Escrita en 1948 para un ballet de Merce Cunningham, esta pieza para voz (ejecutada aquí por Andrea Fullington) es una de las más bellas del disco. La vocalista canta un texto de E.E. Cummings intercalándolo con pasajes tarareados. La melodía tiene un cierto aire tradicional, próximo al de folclores como el celta.




“36 Mesostics re and Not re Marcel Duchamp” - Paul Hillier canta una serie de “mesósticos” (versos en los que se forman palabras que pueden leerse de forma vertical tomando una letra del verso inicial y juntándola con las que se encuentran justo debajo de ella). Aquí, las dos palabras que forman son “Marcel” y “Duchamp” en distintas combinaciones. A una estrofa cantada por Hillier (con sólo tres notas, al igual que ocurría en una de las piezas ya comentadas) le sigue otra recitada por Terry Riley. La secuencia se repite a lo largo de toda la obra que también forma parte de los “Songbooks”.

“Aria” - Hillier considera esta composición de 1958 como una de las piezas fundamentales para cualquier cantante interesado en la música de nuestro tiempo puesto que en ella se repasan un gran número de estilos vocales diferentes. Tantos, que, a pesar de que la pieza se concibió para un cantante sólo, Hillier la adapta para las siete voces que aparecen en el disco. La “partitura” consiste en una serie de lineas ondulantes junto a las que se sitúa el texto a cantar. Cada linea está sombreada en un color diferente que indica el estilo (azul oscuro significa “en estilo jazzístico”, marrón significa “nasal”, violeta significa “al estilo de Marlene Dietrich” y así con muchos otros tonos).

“The Year Begins to Be Ripe” - Cerrando el disco encontramos una miniatura para voz y piano cerrado (como ya sucedía con “the Wonderful Widow of Eighteen Springs”) y adapta un texto de Henry David Thoreau. Pertenece también a los “Songbooks”.

Distintas publicaciones de prestigio se deshicieron en elogios con esta grabación que nos mostraba a un Cage diferente al más conocido, al de las obras para piano y piano preparado, al extravagante teórico que hace saltar por los aires cualquier límite establecido hasta aquel momento. La obra vocal del compositor norteamericano, aún teniendo su sello indeleble muy marcado, es, probablemente, la parte más accesible de su producción para el público menos familiarizado con las vanguardias. Conste aquí que nosotros estamos convencidos de que Cage es un músico más cercano de lo que nos han hecho creer y que, con un poco de interés, cualquier oyente puede disfrutar de muchas horas de música si se acerca a él dejando de un lado las ideas previas que puede haberse hecho al respecto. En ese sentido, esta grabación podría ser un buen comienzo.


 

domingo, 2 de diciembre de 2012

Arvo Pärt - Creator Spiritus (2012)



La conjunción del nombre de Arvo Pärt, el de Paul Hillier y el logotipo de Harmonia Mundi en la portada de un disco es señal inequívoca de que la grabación que contiene el estuche va a ser se una calidad superlativa. Por ello, cuando hace unos meses nos encontramos con el lanzamiento de “Creator Spiritus”, nuestra reacción no podía ser otra que la de alegrarnos profundamente.

Al repasar los textos del disco nos encontramos nombres que ya son indisociables de los anteriormente citados y de los que ya hemos dado cuenta en el blog tiempo atrás como son el del organista Christopher Bowers Broadbent y el del Theatre of Voices pero también encontramos formaciones desconocidas y que van a tener una gran importancia en el disco como el coro Ars Nova Copenhaguen y el NYYD Quartet como veremos en unos instantes.

El programa, por su parte, combina obras de un periodo muy amplio de la carrera del compositor estonio pero limitándose a obras posteriores a 1984. La intención de Hillier era brindarnos un trabajo de música de cámara y coral prescindiendo de algunas de las composiciones más conocidas del músico y con especial atención en piezas recientes, muchas de ellas grabadas aquí por primera vez y guardándonos alguna sorpresa relacionada con composiciones antiguas que creíamos conocer bien.

“Veni Creator” – Abre el disco un breve “introito” coral a cargo del Theatre of Voices y el coro Ars Nova con el apoyo puntual del órgano. Escrita en 2006, forma parte del repertorio más reciente de Pärt y podría pasar perfectamente por una composición de música antigua, como ocurre con buena parte de las piezas vocales del compositor. La luminosidad que irradia desde las primeras notas pone de manifiesto la habilidad de Pärt para crear música de una belleza excepcional (en el sentido más literal del término: el que lo señala como la excepción de la norma hoy en día).

“The Deer’s Cry” – Basada en un texto atribuido a San Patricio según el cual, cuando él y sus seguidores eran perseguidos a través del bosque, comenzaron a imitar el sonido de ciervos convirtiendose todos ellos en ese animal y pasando así desapercibidos para sus atacantes. Pärt compuso la canción en 2007 y aquí escuchamos la versión de Ars Nova Copenhaguen. Manteniendo el espíritu que domina toda la producción coral del músico estonio, encontramos este lamento que su característico estilo “tintinnabuli” gana en presencia con respecto a la composición que abría el disco. Las voces, especialmente las masculinas, juegan un papel mucho más poderoso de lo habitual ganando en presencia en una pieza mucho más enérgica de lo habitual en Pärt.

“Psalom” – Continuamos con otra breve pieza escrita en 1985 y de la que escuchamos su última revisión, de 1997, para cuarteto de cuerda a cargo del NYYD Quartet, sección del NYYD Ensemble, formado por los más destacados músicos estonios cuyo repertorio abarca autores contemporáneos de toda procedencia al igual que jóvenes talentos de la ex-república soviética. Suele afirmarse que para interpretar bien a un músico hay que entenderle y, si esa afirmación es cierta, creemos que la elección de esta formación para el disco es inmejorable. “Psalom” forma parte de las obras más reflexivas de Pärt, compartiendo muchas de las características de su “Fratres” o su“Tabula Rasa”. Es una música estática en la que los elementos utilizados para su construcción son mínimos haciendo gala de una austeridad que llega a conmover al oyente.

“Most Holy Mother of God” – Volvemos a los temas corales, de nuevo a cargo del Ars Nova Copenhaguen. Esta vez, para interpretar este motete basado en un texto del rito ortodoxo. La pieza fue escrita en 2003 y se basa en la repetición continua de una sóla frase (“Mother of God, save us”), unas veces por parte de un solista, otras por el coro al unísono (a veces como un lejano murmullo, deudor de la tradición de los grandes coros rusos) y otras en un contrapunto realmente bello que nos vuelve a remitir a los comienzos de la música religiosa siglos atrás.

“Solfeggio” – Llegamos así a la primera sorpresa del disco. “Solfeggio” es una composición bien conocida por el seguidor de Pärt, además de una de las más antiguas de su repertorio. Escrita en 1964, fue grabada por primera vez por Paul Hillier y el Theatre of Voices para Harmonia Mundi en 1997, en el disco “De Profundis” por lo que llamaba la atención volver a encontrarla aquí. No es hasta que revisamos el libreto del CD que nos damos cuenta de que se trata de una nueva versión revisada en 2008 y adaptada para cuarteto de cuerda con lo que la pieza cobra nueva vida convirtiéndose en una obra completamente diferente. La intensidad de la nueva versión es comparable a la de obras maestras de Pärt como el “Cantus in Memory of Benjamin Britten”, con una tensión que se mantiene a lo largo de toda la pieza manteniéndonos en vilo hasta la conclusión.

“My Heart is in the Highlands” – De las obras más recientes de Pärt (se escribió en 2000) esta canción para órgano y soprano es una de las que más se interpreta habitualmente. Curiosamente, la primera grabación existente, en el sello Hyperion, tenía también a Christopher Bowers Broadbent como intérprete del órgano pero la voz era la del contratenor David James. Aquí la escuchamos interpretada por la soprano Else Torp, integrante del Theatre of Voices. El texto está adaptado de un poema del escocés Robert Burns, lo que lo convierte en una rareza dentro de la obra del compositor quien suele escoger textos religiosos para su música.

“Peace Upon You, Jerusalem” – Volvemos a escuchar a los miembros de Ars Nova Copenhaguen en esta canción de 2002. Señala Hillier en las notas del programa que con esta pieza en concreto se tomaron una libertad inusual al incorporar tenores en algunos fragmentos de una partitura concebida por el compositor para voces exclusivamente femeninas. En cualquier caso, su papel no ensombrece en modo alguno la composición. De no aparecer el comentario del director del coro en el disco, no creemos que nadie hubiera advertido nada raro en la obra. Por lo demás, es un ejemplo más de la música  para voces de Pärt, quizá el más cercano formalmente a la obra de otro contemporáneo (y viejo conocido de los lectores del blog) con el que muchas veces se le relaciona: John Tavener.

“Ein Wallfahrtslied” – Escrita en 1984, escuchamos aquí la pieza en su revisión de 1996. Existe una revisión posterior de 2001 para coro masculino y orquesta de cámara que apareció en el disco “Orient & Occident” publicado por ECM pero en esta versión, más desnuda, sólo escuchamos las voces de Chris Watson (tenor) y el propio Paul Hillier (barítono) acompañadas del NYYD Quartet. La “canción de peregrino” que es la traducción del título al castellano, es una de las obras más interesantes de Pärt. Mientras que las partes vocales siguen los parámetros habituales del autor, los acompañamientos instrumentales de las mismas, especialmente en esta versión de cuarteto, se alejan de los pasajes contemplativos acostumbrados, registrando una mayor actividad. Se combinan aquí inquietantes pizzicati con nerviosas ráfagas en las que se dibujan breves melodías descendentes con distintas velocidades en cada instrumento creando un efecto realmente desasosegante. En nuestra opinión, esta versión es uno de los puntos fuertes de todo el disco.

“Morning Star” – Otro breve motete escrito en 2007 e interpretado por los Ars Nova Copenhaguen. Al igual que ocurría con “The Deer’s Cry”, Pärt combina su clásico “tintinnabulli” con elementos contrapuntísticos y una bella mezcla de voces masculinas y femeninas para crear una miniatura arrebatadora.

“Stabat Mater” – Para cerrar el disco, tenemos una de las obras clave de la trayectoria de Pärt y de la que ya hablamos en alguna reseña anterior. Señala Hillier en los comentarios del disco que, a pesar de ser una de las piezas más importantes de su autor, no es habitual su interpretación en directo por lo particular de su formato: tres vocalistas y trío de cuerdas. La versión del disco está interpretada por Else Torp (soprano), William Purefoy (contratenor) y Chris Watson (tenor) con el cuarteto NYYD en las cuerdas.


Miembros del Ars Nova Copenhaguen

La calidad de la música de Arvo Pärt y de las interpretaciones del Theatre of Voices de Paul Hillier es ya bien conocida por los seguidores de este blog. Es esta, en cambio, la primera vez que aparecen por aquí los miembros del Ars Nova Copenhaguen y, en menor medida, los del NYYD Quartet y tenemos que indicar que ambas formaciones nos han maravillado en todas sus intervenciones haciendo que pongamos atención a su trabajo en un futuro. Queremos destacar la extraordinaria calidad de la grabación fruto del esfuerzo del sello Harmonia Mundi, que se ha convertido por méritos propios en uno de los más destacados precisamente en lo que a calidad de interpretaciones y grabaciones se refiere, siendo una de nuestras referencias fundamentales en su campo. “Creator Spiritus”, además, está editado en formato Hybrid SACD con lo que los aficionados que dispongan del equipo adecuado, podrán disfrutar de un plus sonoro que no todos los sellos brindan a sus compradores. Si queréis haceros con la obra, os sugerimos un par de enlaces:




Nos despedimos con un pequeño montaje encontrado en youtube con tres de las composiciones del disco:

domingo, 29 de enero de 2012

Arvo Pärt - De Profundis (1997)



Las obras del compositor estonio Arvo Pärt se pueden encontrar hoy en día en el catálogo de las más importantes discográficas. Sin embargo, nuestras grabaciones favoritas se concentran en dos sellos principalmente: ECM y Harmonia Mundi. El disco que os comentamos hoy, pertenece al segundo de los sellos y cuenta con una interpretación realmente excepcional a cargo de una de las formaciones vocales más brillantes que podemos encontrar en la actualidad: el Theatre of Voices dirigido por Paul Hillier. La formación se suele centrar en un repertorio de música antigua (Josquin, Lassus, Tallis o Byrd) y, quizá por ello, sus características encajan a la perfección con el estilo de Arvo Pärt, quien mantiene una estrecha amistad con el propio Hillier, autor, a su vez, de un extraordinario ensayo sobre el compositor años atrás. El disco reúne nueve obras vocales en su mayor parte, aunque con un cierto apoyo del órgano de Christopher Bowers-Broadbent en varios momentos.

Paul Hillier


“De Profundis” – Completada en 1980, se trata de una pieza para coro, órgano y percusión (interpretada aquí por Dan Kennedy), basada en el texto del salmo 129 escrita por Pärt poco después de llegar a Berlín tras dejar su país natal. Escribe Hillier de la pieza que es una de las más apasionadas de las escritas por el músico para voces.

“Missa Sillabica” – Tuvimos otra versión de esta obra por aquí tiempo atrás pero la que contiene este CD es la primera grabación que se hizo de la última revisión misa, escrita en 1977 y remodelada por su autor en 1996 mientras preparaba la grabación mano a mano con Paul Hillier. La misa es fruto de un curioso experimento por el que la música se adapta a la forma del texto escrito mimetizandose con él hasta extremos sorprendentes. No se tratra simplemente de la división de la melodía en notas que se corresponden con las sílabas del texto sino que el propio tono está determinado por la longitud da cada palabra. Los ritmos y las pausas entre las distintas frases melódicas también se ajustan al texto respetando, incluso, los signos de puntuación de éste.

“Solfeggio” – Para muchos críticos, esta pieza de 1964 es una de las obras claves en la trayectoria de Pärt puesto que marca el comienzo de la transición entre la etapa atonal con sus “collages” musicales y el advenimiento del “tintinnabuli”. Podemos considerar su “solfeggio” como un paso, no definitivo aún, hacia el estilo que ha convertido a Pärt en uno de los músicos de referencia en la actualidad. La grabación es otro de los estrenos mundiales contenidos en el disco, lo que supone un punto añadido a favor del mismo.

“And One of the Pharisees” – Composición de 1990 escrita precisamente para el Theatre of Voices de Paul Hillier sobre un texto del Evangelio de San Lucas. Utilizando una técnica procedente del renacimiento en la que se combina la polifonía con los cantos solistas, Pärt nos deja una de las dos únicas piezas del disco cantadas en inglés. Como curiosidad, una de las voces solistas en la grabación es la del propio Paul Hillier en la tesitura de bajo.

“Cantate Domino” – Datada en 1977, es una de las composiciones más melódicas de Pärt en la que dos pares de voces desplazandose de forma paralela a una octava de distancia recitan un texto del salmo 95. Toda la breve pieza tiene un aire folklorico que quizá delata uno de los posibles orígenes de la melodía, muy marcada y rápida, cosa que no es del todo habitual en la obra del músico. La grabación es el tercer estreno mundial que nos deja el disco.

“Summa” – Seguimos en 1977, en este caso con una de nuestras obras favoritas del compositor estonio con base en el credo latino. Esta bellísima pieza ya aparecía en varios de los discos anteriormente comentados de Pärt, tanto en su versión original para coro, como la que nos ocupa, como en su versión para cuerdas.

“Seven Magnificat Antiphons” – En su momento (la pieza se escribió en 1988) se trataba de la primera composición importante de Pärt cantada en alemán. Las “antífonas” son composiciones breves inicialmente destinadas a preceder a la ejecución del “Magníficat” en cada uno de los siete días que preceden la llegada de la Navidad a razón de una por día. La obra del compositor estonio, sin embargo, está concebida como una pieza de concierto. Ya tuvimos la ocasión de hablar de la composición en otro momento ya que es habitual en los repertorios corales interesandos por la música contemporanea.

“The Beatitudes” – Una de las piezas más destacadas del disco son estas “beatitudes”, organizadas como un intenso crescendo vocal que va ganando en intensidad poco a poco hasta un final en el que las voces, de repente, se apagan, dejando al órgano en solitario en un precioso final.

“Magnificat” – Como cierre del disco, tenemos este breve “magnificat” que es, a su vez una de las piezas más bellas del trabajo y, quizá, la más interpretada por formaciones corales de todo el mundo desde su estreno en 1989. La obra pasa por ser uno de los mayores exponentes del estilo de su autor.



Al margen de la música de Arvo Pärt, si hay algo por lo que destaca sobremanera este disco es la excelsa calidad de las interpretaciones lo que le convirtió en uno de los discos más valorados por la crítica en el momento de su publicación. Por nuestra parte, cuando las obras comentadas son tan impecables como las que integran el CD, todo lo que se pueda añadir es superfluo. Al inicio de la entrada hablamos de los sellos ECM y Harmonia Mundi como los más reincidentes a la hora de publicar obras de Arvo Pärt. Otra cosa que tienen en común es la exquisita calidad de las grabaciones y el cuidado extremo del sonido que hacen de la experiencia de escuchar uno de sus discos, algo incomparable.

Aquí os sugerimos un par de sitios para adquirir el disco si os parece conveniente:


cduniverse.com

Nos despedimos por hoy con un extraño video con la música de fondo del "De Profundis" que abre el disco:

jueves, 14 de julio de 2011

Arvo Pärt - Passio (1988)




Volvemos sobre Arvo Pärt un tiempo después de la última entrada que le dedicamos y lo hacemos en esta ocasión metiendonos de lleno en la que muchos consideran su obra maestra: "Passio". La versión del estonio de la pasión de Cristo según el Evangelio de San Juan.

Sobre el tema, poco hay que añadir puesto que es de todos conocido. En lo musical, estamos ante uno de los primeros ejemplos de "tintinabuli", que es la forma en que Pärt describe una particular forma de componer que recuerda el sonido de las campanas, con repeticiones de pequeñas células musicales simultaneas. En palabras del propio autor, "tintinabuli es una regla compositiva en la que la melodía y el acompañamiento son uno. Uno más uno, en este caso es igual a uno, no a dos. Ese es el secreto de esta técnica". Combinando esa técnica y con la afinidad del compositor por las formas de la música antigua, Pärt conforma una de sus obras más conocidas e intepretadas.

Como corresponde a un tema de la magnitud de la Pasión de Cristo, la obra es de gran formato y se extiende a lo largo de más de una hora. La interpretación del texto en latín corre por cuenta de la Hilliard Ensemble, formación especializada tanto en música antigua y renacentista como en repertorios contemporaneos como John Cage, Gavin Bryars o el propio Pärt. A los integrantes de la formación vocal: John Potter (tenor, Pilatos en la grabación), Lynne Dawson (soprano), David James (contratenor), Rogers Covey-Crump (tenor) y Gordon Jones (barítono), se une el bajo Michael George en el papel de Jesucristo y un pequeño apoyo instrumental a cargo de Elizabeth Layton (violin), Melinda Maxwell (oboe), Elisabeth Wilson (cello), Catherine Duckett (fagot) y Christopher Bowers-Broadbent (órgano) y el Western Wind Chamber Choir con la dirección de Paul Hillier.

Viendo la buena acogida que han tenido en La Voz de los Vientos anteriores obras de Pärt o de John Tavener, estamos seguros se que esta Pasión según San Juan será bien recibida por vosotros.

La obra, publicada por el prestigioso sello ECM en un sólo corte de 70 minutos, se puede encontrar sin mucha dificultad. Dejamos un par de sitios para adquirirla:

amazon.com

play.com