Ya hablamos en alguna ocasión del retraso con el que llegaron a España casi todas las tendencias musicales en las décadas de los sesenta y los setenta y hoy queremos hablar de otro de esos casos en los que una banda decidió abrazar un estilo que llevaba ya varios años dando que hablar fuera de nuestras fronteras. Una banda con una fuerte carga ideológica que llegó a causarles algún que otro problema en sus inicios que fueron de todo menos sencillos.
Hablamos de El Aviador Dro y Sus Obreros Especializados, más tarde acortados a Aviador Dro. La formación surge de las inquietudes de un grupo de amigos que coincidieron en el instituto y que comenzaron a reunirse alrededor de sus gustos comunes en los campos de la ciencia ficción y en las vanguardias artísticas de principios del S.XX. Editaban fancines, organizaban tertulias y alguno de ellos como Servando Carballar, comenzaba a hacer sus cositas en el mundo de la música. Primero optó por el punk, muy acorde con sus ideas antisistema pero al escuchar el sonido de los sintetizadores en gente como Devo o Kraftwerk, Servando no dudó en hacerse con un órgano eléctrico. Junto con Arturo Lanz, publicaron un anuncio buscando aficionados al “krautrock” con la idea de formar un grupo. A la convocatoria respondieron un par de personas que junto con otros amigos de Servando y Arturo formaron la primera alineación de Aviador Dro, aún con su nombre largo.
El grupo está muy verde y sus ideas están muy por delante de lo que su equipamiento les permite pero llegó una ayuda importantísima: el nacimiento de Radio 3. Antes de ser una emisora independiente con su propio dial, Radio 3 comenzó como una sección de un programa nocturno en Radio Nacional y era allí donde el locutor Xabier Moreno tenía un programa centrado en nuevos grupos nacionales. Fue invitado a un ensayo de Aviador Dro y quedó fascinado porque no existía ninguna propuesta similar en aquel momento en el país. Les invita a grabar una maqueta a la emisora y su posterior emisión, junto con la correspondiente entrevista coloca al grupo en el panorama de la época pero quedaba aún mucho camino por recorrer. Tanto que la única forma de publicar que encontraron fue la autoedición. Los miembros del grupo crearon DRO en 1982, la que fue la primera discográfica independiente del país, y cuyas siglas se correspondían con las de Discos Radioactivos Organizados. Así publicaron sus primeros singles y EPs con cuyas ventas fueron financiando (en cómodos plazos) el alquiler de un estudio para grabar el que sería su primer LP. Poco antes de eso se había producido la escisión de la banda con la salida de Arturo Lanz que junto con otros ex-integrantes de Aviador Dro formaría Esplendor Geométrico, grupo de culto dentro de la música electrónica e industrial especialmente fuera de las fronteras españolas.
Una de las características más curiosas de Aviador Dro era la adopción de pseudónimos por parte de todos sus integrantes, algo que iba en consonancia con las ideas futuristas de la banda. En su disco de debut, “Alas sobre el mundo”, la formación estaría integrada por Servando Carballar a los teclados y voz (Biovac N), Andrés García como cantante (Fox Cicloide), Alberto Florez a la batería y las cajas de ritmos (Derflex Tipo Iarr), Manuel Guío, teclados y vocoder (Placa Tumbler), José Antonio Gómez Sáenz como guitarrista (X) y Marta Cervera a los teclados (Arcoiris). Pese a no tocar ningún instrumento había otras dos personas que eran Alejandro Sacristán (Cta 102) y Mª Jesús Rodríguez (Metalina 2) y eran considerados integrantes de la banda de pleno derecho. En octubre de 1982 apareció el primer LP de el Aviador Dro.
“Brigada de demolición” - La música de Aviador Dro era sencilla y ahí residía buena parte de su encanto. En 1982 había fuera de España bandas con un sonido mucho más sofisticado pero pese a ello, el sonido de la banda era personalísimo y su música no carecía de algunos hallazgos verdaderamente curiosos como el empleo de la caja de ritmos en determinados momentos del tema inicial. Por lo demás, la canción está basada en una repetitiva linea de bajo aderezada con breves ráfagas de sonidos sintéticos.
“Ondina” - Algo más elaborada es la siguiente canción en la que se mezclan distintas lineas electrónicas con el uso del vocoder y una típica letra de la banda hablando de relaciones entre cybors, androides y demás personajes del universo fantacientífico construido por el grupo.
“La televisión es nutritiva” - Si excluímos los singles “Nuclear Sí” y “Programa en Espiral”, esta sería la primera gran canción del grupo, que tenía, además, una gran carga crítica con la sociedad de la época. Por algún motivo, la versión del LP nunca terminó de convencernos, especialmente si la comparamos con alguna de las interpretaciones en directo que ha hecho la banda en distintas épocas.
“Cita en el asteroide” - Con un ritmo que no deja de recordar al “Fade to Grey” de Visage, se va desarrollando la siguiente canción del disco en la que destacamos los coros con vocoder y una construcción mucho más cercana al tecno pop que se hacía en la época.
“Obsesión” - Muy diferente es el siguiente tema en el que un ritmo muy marcado va dejando escapar las distintas lineas del texto que se ven replicadas cada una de ellas por su versión distorsionada electrónicamente. Un experimento muy curioso que demuestra la ambición del grupo por hacer cosas nuevas.
“Sintonía de la moda estandarizada” - Uno de los temas más melódicos del disco, basado en una rápida secuencia electrónica sobre la que se despliega un curioso tema instrumental que se diría improvisado. Interesante aunque breve.
“El laberinto del nuevo minotauro” - Nos encontramos ahora con una canción que resulta más atractiva con la perspectiva de los años ya que la base, con una cantidad de juegos y cambios de ritmo constante no está muy lejos de lo que años más tarde haría gente como Aphex Twin. Además, nos muestra otra faceta que el grupo combinaba con su amor por la ciencia ficción como era la mirada hacia la mitología.
“Kraken” - Regresamos ahora a las canciones más o menos convencionales con un aire cercano a lo que por aquella época hacía gente como Gary Numan. Un tema de aire misterioso que tampoco destaca especialmente dentro del disco.
“Selector de frecuencias” - Otra de las canciones que se convirtieron en estandarte de la banda, especialmente tras su regrabación y su posterior publicación como single bajo la dirección musical de Julian Ruiz, productor de moda en aquel momento tras sus trabajos con Azul y Negro o Tino Casal, pilares ambos del pop electrónico español.
“La cicatriz en la fábrica roja” - El disco termina con esta pieza casi instrumental (el único texto es el título que se repite en varias ocasiones). Es un tema realmente bueno que recuerda a los mejores Visage o Ultravox.
Es probable que Aviador Dro nunca llegase a las cotas de popularidad que sí alcanzaron grupos como Azul y Negro, que siempre tuvieron un sonido mucho más estilizado, pero gran parte del atractivo de la banda era precisamente ese: una estética mucho más cruda que combinada con sus particulares textos, conseguía un producto único. Pese a que la banda ha permanecido activa todos estos años, su presencia en el panorama de la música nacional siempre ha sido marginal lo que no es óbice para que desde aquí recomendemos echar un vistazo a su obra, comenzando por su primer disco. Es posible que no sea la última vez que aparecen por aquí porque aún hay mucho que contar sobre el viejo Aviador.