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miércoles, 15 de octubre de 2014

Pierre Moerlen's Gong - Downwind (1979)



Aunque Mike Oldfield es uno de los músicos con una mayor personalidad y posee una obra en la que una de las características más importantes es la originalidad, especialmente en sus primeros trabajos, la participación de un instrumentista como Pierre Moerlen en su cuarto disco en solitario, “Incantations”, cambió por completo la fisonomía del mismo y su presencia se hizo tan notoria como la del propio Oldfield.

El trabajo de Moerlen, especialmente al vibráfono, protagoniza por completo la cuarta parte de la obra eclipsando todo lo demás y algo así no está al alcance de cualquiera. Nuestro músico había formado parte de la banda francesa Gong y tras colaborar con Oldfield por primera vez, lideró su propia variante del grupo denominada “Pierre Moerlen’s Gong” en la que sus percusiones eran el centro de la música. La banda grabó un par de discos de modo simultaneo a las giras de Pierre con el grupo de Mike Oldfield  y las colaboraciones entre ambos se hicieron tan estrechas que ocurrió lo que tenía que ocurrir, con el multi-instrumentista británico devolviendo las atenciones prestadas y colaborando en el que quizá sea el mejor disco del grupo de Moerlen.

“Downwind” sería el primer disco de la banda en aparecer bajo la denominación de “Pierre Moerlen’s Gong” para evitar confusiones con el grupo “matriz” que seguía activo simultáneamente aunque los estilos de ambos eran a estas alturas muy diferentes. La banda de nuestro percusionista hacía una fusión de jazz y rock muy atractiva con el elemento distintivo del vibráfono que se convirtió pronto en la seña de identidad del grupo. Los Gong de Moerlen estaban integrados por Hansford Rowe (bajo), Ross Record (guitarras, voz), Benoit Moerlen (vibráfono), François Causse (percusión) y el propio Pierre (batería, vibráfono, marimba, timbales, teclados y voz). Participan además en el disco, en calidad de invitados Didier Lockwood (violín), Mick Taylor (guitarra) y la pequeña banda formada por Didier Malherbe (saxo), Mike Oldfield (guitarra, teclados, bajo y percusión), Steve Winwood (teclados) y Terry Oldfield (flautas) que interviene sólo en el corte que da título al disco. Casi todo el trabajo, a excepción de la pieza central, se grabó en el estudio según recuerda Hansford Rowe “prácticamente en directo”. Sólo el tema en el que intervienen Oldfield y compañía se hizo en varias fases, una inicial en el estudio de Mike con Pierre Moerlen y otra posterior en la que se registró la parte de los restantes miembros de Gong.

Pierre Moerlen

“Aeroplane” – Un clásico sonido de órgano “setentero” nos da la bienvenida al disco en una de las dos canciones con textos del saxofonista y teclista Ruan O’Lochlain que aparecen en el trabajo. La pieza no destaca especialmente y podría pasar por un tema más de cualquier grupo de los que abundaban en aquellos años salvo por la batería, algo por encima de la media. Nada, sin embargo, denotaba la excepcional calidad del grupo.

“Crosscurrents” – Esa impresión inicial cambia en cuanto empezamos a escuchar la segunda pieza del disco; una sensacional demostración de jazz-fusión dominada por las marimbas de Pierre Moerlen que se elevan por encima de una batería inmisericorde que martillea con precisión de metrónomo cambiando continuamente de signatura rítmica. Rowe comienza a hacer diabluras al bajo y el violín eléctrico del miembro de Magma Didier Lockwood nos lleva a territorios de la Mahavishnu Orchestra. Es en esta pieza en la que empezamos a apreciar el potencial de la banda que explotará por completo en el siguiente corte.

“Downwind” – El tema más largo del trabajo, con diferencia, es también el más interesante y no sólo por la presencia de Oldfield sino por el extraordinario trabajo de todos los músicos, comenzando por los vibráfonos de los hermanos Moerlen, perfectamente secundados por saxofón y batería en los inicios del tema. De pronto, comienzan a sonar, desatados, los dos hermanos repitiendo una serie de notas de modo hipnótico que anuncian la llegada de algo muy grande. Efectivamente, cuando irrumpe Oldfield a la guitarra (y también al bodhran, percusión irlandesa de importancia capital en esta parte de la pieza) tenemos la sensación de encontrarnos en medio de algo muy grande. Decir que podríamos estar escuchando cualquier sesión de las grabaciones de “Incantations” sería muy injusto para Moerlen pero así como su participación en aquella joya de Oldfield consiguió eclipsar en cierto modo al autor de “Tubular Bells”, Mike (y su hermano Terry a las flautas) se toman la revancha en esta suite absolutamente arrebatadora en la que también la batería raya a un nivel estratosférico. El final, de corte jazzistico, con un gran saxofón es también más que destacable.



“Jin-go-lo-ba” – La siguiente pieza del disco es una versión del archiconocido tema del percusionista nigeriano Babatunde Olatunji popularizado por Carlos Santana en su disco de debut en 1969. Lo cierto es que la versión de Moerlen tiene mucho más en común con la de Santana que con la original e incluso se aprecia cierta imitación del estilo del mexicano en las partes de guitarra. La inclusión de un tema como este puede ser influencia de Weather Report quienes también jugaban en la época con piezas de origen africano y latino. No es lo mejor del disco pero se deja escuchar.

“What You Know” – Segundo tema con textos de O’Lochlain que pasa sin pena ni gloria y del que únicamente destacamos el trabajo de Pierre al clavinet amenizando las partes en las que la percusión no es suficiente atractivo.

“Emotions” – Regresa el vibráfono y con él algunos de los mejores momentos del disco en diálogo directo con el violín eléctrico. En este tranquilo corte escuchamos en plenitud el característico sonido del violín eléctrico que tanto éxito tuvo en aquellos años a cargo de intérpretes como Jerry Goodman o Jean Luc Ponty.



“Xtasea” – Cerrando el disco nos encontramos con una prolongación del corte anterior en cuanto a estilo y atmósfera aunque con la incorporación de bajo y batería al conjunto con lo que la pieza gana en expresividad y se convierte en un excelente final, sin estridencias y lleno de elegancia.


Dentro de la plétora de bandas y músicos que aparecieron en la década de los setenta dentro de las difusas fronteras del rock con pretensiones más artísticas, los Gong de Pierre Moerlen no llegaron a la categoría de superestrellas pero alcanzaron cierta relevancia dejándonos un puñado de discos nada desdeñables. Intentaremos ir dándoles cabida aquí en la medida de lo posible comenzando por la próxima entrada que también estará centrada en un trabajo de la banda. Por ahora, y si queréis haceros con “Downwind”, está disponible una reciente edición por parte del sello Esoteric quienes están haciendo un excelente trabajo de recuperación de este tipo de discos muy difíciles de encontrar hoy en día en sus ediciones originales. Está disponible en los enlaces de siempre:

amazon.es

play.com

Nos despedimos con un exrtacto de una versión en directo de "Downwind" (sin Oldfield):

 

lunes, 4 de marzo de 2013

Mike Oldfield - Exposed (1980)



Puede sonar raro pero lo cierto es que hasta hace poco tiempo, sólo existía un disco en directo publicado por Mike Oldfield. Ignoramos los motivos pero no será ni por falta de giras (el músico hizo varias, especialmente a comienzos de los ochenta) ni de acogida comercial del posible lanzamiento (“Exposed” agotó pronto la primera edición).

Ya comentamos en alguna ocasión cómo a finales de los años setenta, Oldfield experimentó un importante cambio convirtiéndose en una persona mucho más abierta y expansiva. Quizá por ello, el lanzamiento de “Incantations” se vio secundado por la primera gran gira del músico por varios países europeos. Siempre que hablamos de grandes giras de figuras del rock progresivo nos encontramos una serie de lugares comunes que se repiten en el caso del tour de Oldfield y compañía: éxito absoluto en términos artísticos, llenos casi continuos y descalabro económico como resultado final de todo el invento. Cuesta creer que todos los managers y promotores de conciertos de la época tuvieran problemas con las matemáticas más básicas pero si hemos de fiarnos de las leyendas, todos y cada uno de los grandes del progresivo se dieron algún batacazo económico tras conciertos o giras en los que se agotaban los billetes. La lista es larga y abarca desde Rick Wakeman y su concierto en una pista de hielo con ocasión del lanzamiento de su disco sobre los mitos artúricos en 1975 hasta la deficitaria gira de Pink Floyd centrada en “The Wall”. Raro es el grupo que no cuente con una gira ruinosa en su haber.

Sea como fuere, Oldfield no reparó en gastos para la gira buscando siempre conseguir un sonido lo más cercano al del disco sin recurrir a partes pregrabadas como empezaba a ser habitual en los conciertos de la época. De este modo, se reunió una banda formada por el propio Oldfield (bajo, guitarras), Nico Ramsden (bajo, guitarras), Phil Beer (guitarra y voces), Pierre Moerlen (batería, percusiones), Mike Frye (percusión), Benoit Moerlen (percusión), David Bedford (percusión), Ringo McDonough (bodhran), Pete Lemer (teclados), Tim Cross (teclados), Maddy Prior (voz) además de una sección de cuerda de 18 músicos, un coro de 16 cantantes (habituales colaboradores de David Bedford), cuatro trompetistas y dos flautistas. El repertorio iba a estar centrado en “Incantations” y se completaría con la interpretación íntegra, ¿cómo no? De “Tubular Bells”. De regalo, el single “Guilty” aparecido en las fechas previas al comienzo de la gira que dio inicio en Madrid, continuó en Barcelona y de ahí partió hacia Bélgica, Francia, Holanda y Alemania (si hacemos caso a las notas de la edición en CD del disco del año 2000) aunque también pasaría por Dinamarca y el Reino Unido. Sospechamos que el hecho de que no se mencionen estos dos últimos países puede tener que ver con que no se utilizara ninguno de los conciertos celebrados en ellos para la confección del doble LP.


Escena de uno de los conciertos de la gira.

“Incantations (Parts 1 & 2)” – Por algún motivo, en el disco se decidió “unir” estas dos partes así como las dos siguientes en sendas piezas únicas, en lugar de respetar su separación original. Como suele ser común en los discos en directo, las versiones en ellos incluidas son extractos editados de los conciertos originales, habitualmente de mucha menor duración. Así, nos encontramos las dos primeras partes de “Incantations” reducidas a una longitud apenas superior a los 25 minutos en contraste con los casi 40 del original. Sin embargo, la grabación no se resiente y es que la versión ofrecida por Oldfield y su banda de un disco tan complicado de trasladar al directo, es extremadamente fiel a la vez que incorpora hallazgos notables, especialmente en forma de arreglos de piano al final de una primera parte, por todo lo demás, muy dinámica y con un ritmo mucho más vivo que el disco original. Lo que en los primeros minutos suena como una versión “acelerada”, termina por mostrarse como una revisión muy acertada. La segunda parte de “Incantations” vuelve al ritmo reposado de un disco al que respeta enormemente aunque incorpora alguna novedad brillante como las cuerdas que acompañan a la luminosa progresión de la flauta que aparece en la parte central. Los últimos instantes del corte nos muestran la magnífica voz de Maddy Prior interpretando la preciosa canción con la que concluye el primero de los discos que componían “Incantations” y la primera cara de este doble disco que era “Exposed”.

“Incantations (Parts 3 & 4)” – Si se le puede poner algún “pero” a la versión en directo de “Incantations”, tendríamos que situarlo justo en la que es, a nuestro juicio, la parte más brillante del disco original: la fanfarria que abre la “parte 3”. En su revisión en directo pierde buena parte de la energía que mostraba en el disco y el sonido de piano eléctrico utilizado en la gira no le hace ningún favor. Hecho este comentario, lo cierto es que a partir de ese instante, la cosa gana muchos enteros y los arreglos de la siguiente sección se cuentan entre los más interesantes de todo el disco con una guitarra mucho más dura y momentos que se acercan al rock duro, destacando la intervención de Moerlen a la batería, justo antes de llegar a la sección de cuerda que anticipa su paso al vibráfono, instrumento en el que el malogrado Moerlen era un consumado maestro, para hacer una breve intervención, preludio de lo que llegará después. Oldfield decide aquí hacer un salto eliminando de “Exposed” una de las secciones más largas del disco original con buen criterio ya que podría resultar algo pesada en directo por las continuas repeticiones y su aire minimalista para pasar directamente a la parte final de “Incantations”, la más hipnótica y hechizante (valga la redundancia) de todo el disco y aquella en la que el vibráfono tiene un papel más destacado marcando un ritmo continuo sobre el que bajo, guitarra y demás instrumentos preparan el canto final a cargo del coro.

“Tubular Bells (part 1)” – La gran sorpresa de los conciertos iba a ser la interpretación de “Tubular Bells” por lo de rompedora y original que tenía la nueva versión del clásico. El inicio era todo lo convencional y ajustado a la versión conocida por todos que podía esperarse pero enseguida escuchamos unos primeros arabescos de guitarra que nos ponen sobre aviso de que algo distinto estaba a punto de pasar. Y así era, la aparición de la batería y el bajo acompañándonos durante varios minutos con un ritmo casi funk con gotas de música disco anticipaban esta novedad. Los violines y la flauta se encargarían del segmento melódico que sigue a la introducción, lo que no es anecdótico si tenemos en cuenta que ninguno de esos instrumentos aparecía en el disco de 1973. La siguiente etapa tiene muchos más elementos rockeros que el original y la conjunción de guitarra y batería no tiene mucho que envidiar a los momentos más clásicos del rock progresivo, género al que esta adaptación al directo se acerca más si cabe que cualquiera de las revisiones anteriores o posteriores del disco. Desde aquí hasta los momentos finales, no hay muchas novedades pero llegando al final de esta parte encontramos los momentos más memorables del disco con unos arreglos absolutamente fastuosos y la banda tocando mejor que nunca. A falta de narrador que introduzca los distintos instrumentos, tenemos un guitarra absolutamente funky marcando un ritmo continuo como el que suele acompañar a la presentación de los músicos en un concierto pero sin una voz que haga las veces de maestro de ceremonias. A partir de ahí, tenemos un final apoteósico con los metales y las percusiones acompañando la aparición estelar de las campanas tubulares.

“Tubular Bells (part 2)” – La segunda parte de “Tubular Bells” es recortada de forma dramática de manera que comienza en la conocida parte del “hombre de las cavernas”. Sin embargo, igual que los minutos finales de la parte anterior revelaban la ausencia de narrador, aquí tampoco habría troglodita alguno. La sorpresa es que, para suplirlo, Oldfield recurre al bonito arreglo que Bedford hizo de ese fragmento concreto para la versión orquestal de “Tubular Bells” y que era uno de los momentos más destacados de aquella adaptación. Tras este fragmento, tenemos una larga pieza rock muy diferente de lo que sonaba en el disco del 73 pero que merece mucho la pena. Cerrando este breve fragmento en el que se condensa la cara B de “Tubular Bells” tenemos una encantadora versión de “The Sailor’s Hornpipe” con las tradicionales cucharas irlandesas como percusión y desenfrenados solos de violín en un acertado final. Podeis ver un fragmento del concierto de Londres, distinto del recogido en el doble CD.



“Guilty” – El último corte de “Exposed” es la versión en directo de “Guilty”, el single discotequero que apareció poco antes del inicio de la gira y que se revela perfecto para que los músicos puedan explayarse a sus anchas. Una vez más, Pierre Moerlen da una auténtica lección al vibráfono y el propio Oldfield se guarda un buen sólo de guitarra cerca del final, que llega enlazando la rítmica pieza con la melodía del final de la cara B de “Tubular Bells” a ritmo disco poniendo un simpático broche final al trabajo.

“Exposed” fue durante mucho tiempo el único disco en directo publicado por Oldfield. Muchos años después se publicó un segundo con el concierto del milenio en Berlín pero desde un punto de vista artístico, no hay comparación posible entre ambos. También existe un DVD con el mismo título de “Exposed” con la diferencia de que el contenido no procedía de distintos momentos de la gira del 79 sino que recogía un concierto concreto. Los incondicionales de Oldfield deberían tenerlo en sus estanterías al igual que el doble CD. Para ponerles las cosas más fáciles, dejamos los siguientes enlaces:




"Guilty" en directo en el Wembley Conference Center, 1979.


jueves, 13 de octubre de 2011

Pierre Moerlen's Gong - Second Wind (1988)


Gong fue una banda multinacional surgida a finales de los años sesenta dentro de lo que se conoce como sonido Canterbury. Dentro de esa escena aparecieron artistas como Robert Wyatt, Caravan o Soft Machine y, en cierto modo, fueron el germen de multitud de grupos y estilos relacionados con el rock progresivo, el jazz-fusión y las nuevas músicas.

La curiosidad alrededor de Gong es que el grupo sufrió varias escisiones, reencarnaciones y renacimientos bajo nombres como Planet Gong, Mother Gong, New York Gong, Gongmaison y, especialmente, la que más nos interesa aquí: Pierre Moerlen's Gong. Pierre Moerlen, extraordinario percusionista, se incorporó a los Gong originales en 1973 entrando y saliendo varias veces de la banda a la vez que realizaba colaboraciones en los discos de Mike Oldfield de la época y le acompañaba en las giras. En 1978, tras colaborar en "Incantations", disco en el que su intepretación alcanza un protagonismo al nivel casi del mismo Oldfield, abandona Virgin y crea su propia banda a la que llama Pierre Moerlen's Gong debutando con un disco espectacular titulado "Downwind" con colaboradores de la talla de los hermanos Oldfield (Mike y su hermano Terry), Steve Winwood o Mick Taylor.

La música de Gong, como corresponde a un grupo liderado por Moerlen tiene un claro protagonismo de las percusiones, especialmente de los vibráfonos y las marimbas. Su sonido se alejó desde el principio de su grupo matriz y supieron hacerse un hueco en el difícil ambiente progresivo de finales de los setenta. El disco que os dejamos hoy pertenece a una etapa tardía de la banda y es el penúltimo grabado por la formación antes del fallecimiento de Moerlen en 2005. Os vais a encontrar un elegante ejercicio de jazz fusión con tintes rockeros, realmente agradable y sin estridencias. Quizá no sea el disco más reconocido de la banda pero tiempo habrá para encargarnos de sus trabajos más populars. La formación del grupo en este disco estaba compuesta por Pierre y Benoit Moerlen (vibráfonos, marimbas, batería y teclados), Frank Fischer (piano y sintetizadores), Hansford Rowe (bajo), Stefan Traub (vibráfono, sintetizadores) y Ake Zieden (guitarra).

Los buenos tiempos de la banda quedan atrás y encontrar a buen precio este disco resulta realmente difícil. Os dejamos el único enlace que hemos encontrado en una tienda de cierta relevancia:

amazon.com

Aquí teneis un ejemplo del disco en forma del tema que le da título: