Estamos en 1975. Vangelis acaba de dar
el salto a Londres tras una fructífera etapa parisina y estrenaba su
contrato con la RCA, bajo el cual iba a publicar alguno de sus discos
más memorables. Sin embargo, y lejos de centrarse exclusivamente en
su disco de debut con el sello continuó con sus bandas sonoras,
colaboraciones con cantantes, etc.
Su relación con el director francés
de origen montenegrino Frederic Rossif había dado magníficos frutos
en los años anteriores, especialmente como compositor de bandas
sonoras para documentales sobre arte y naturaleza de entre las que
destacan las de: “L'Apocalpyse des Animaux”, quizá el primer
gran trabajo de Vangelis en solitario, al menos en lo que a música
para acompañar imágenes se refiere. En el momento en que el músico
griego se establecía en la capital británica, recibió en encargo
de otra banda sonora de Rossif, no para una serie sino para un
largometraje titulado “La Fête Sauvage”. Vangelis aceptó y, con
los míticos Estudios Nemo aún en construcción, grabó la música
de la pelicula apenas tres meses después de terminar su gran clásico
“Heaven and Hell”, primera entrega del músico para su nuevo
sello. Como es habitual en el artista, la película contenía mucha
música que no apareció en el disco de la banda sonora que, por su
parte, tenía algunos añadidos como la voz de Vana Veroutis (que
también aparecería en “Heaven and Hell”). Junto a ella,
participó en la grabación un grupo de seis músicos congoleños.
Como ingeniero de sonido aparece acreditado Keith Spencer Allen en la
que sería la primera de muchas colaboraciones entre músico e
ingeniero en los años siguientes. Vangelis había conocido a Allen
poco antes, durante la grabación del disco “Phos” del trío
griego Socrates en la que el teclista participó. Cuando daba los
últimos retoques a los Estudios Nemo, nuestro artista se puso en
contacto con él preguntandole si estaría interesado en trabajar en
ellos en el futuro a lo que Allen dijo que sí, incorporándose tras
la grabación del citado “Heaven and Hell”. A partir de entonces,
su nombre fue habitual en los créditos de los discos del músico
griego.
El disco gozó (es un decir y veremos
por qué) de varias ediciones diferentes con distintas portadas
dependiendo del país o la discográfica. El problema vino con las
caóticas ediciones en CD entre las que encontramos desastres de la
magnitud de la de CAM, quienes mezclaron la cara A del disco original
con la B de otra banda sonora del músico. En otros casos se publicó
la música en “mono” o con un estéreo artificial muy chapucero.
Nosotros comentamos hoy la de Barclay que opta por dejat toda la
música en un único corte, prescindiendo incluso de la división
entre las dos caras del viejo LP.
Imagen de Vangelis de la época. |
“La Fête Sauvage” - El disco
comienza con un animada melodía de sintetizador con aires “disco”
acompañada de percusiones africanas. El “riff” principal nos
suena como una versión acelerada de la célebre sintonía que Antón
García Abril compuso para “El Hombre y la Tierra”, serie de
documentales sobre naturaleza estrenada en España meses antes pero
creemos que la coincidencia no pasa de ser eso: una coincidencia.
Superada la sintonía inicial entramos de lleno en las partes más
ambientales de la banda sonora. Suenan cantos africanos y ruidos de
animales (elefantes, aves...) mientras los inconfundibles
sintetizadores de Vangelis se dejan oir en segundo plano acompañados
de una percusión muy básica. Es precisamente la percusión la gran
protagonista de estos minutos con los teclados ejerciendo una tarea
casi atmosférica. Tras varios minutos de diferentes ritmos
escuchamos los primeros apuntes de la melodía central de la
película: una preciosa secuencia sonora que apenas dura unos
instantes pero que sonará en más ocasiones. Toma el relevo el
sonido de una flauta interpretendo un tema muy sencillo que deja paso
a una canción africana con su correspondiente percusión. En el
siguiente tramo el ritmo baja de intensidad y suena el clásico
sonido de órgano de Vangelis en aquellos años aunque en la lejanía,
sin apenas presencia justo antes de la primera aparición en toda su
plenitud del tema principal, un bellísima melodía con el
inconfundible sello de su autor que bien podría haber sido un
descarte del “Heaven and Hell” por compartir muchas
características con los paisajes mas tranquilos y “cósmicos” de
aquel trabajo. Sin duda, uno de los momentos más inspirados de todo
el disco que da paso a un nuevo pasaje en el que los sintetizadores
reinan y que anticipa algunos sonidos y texturas de “Albedo 0.39”,
especialmente del tema del mismo nombre del disco del 76. Son estos
momentos del Vangelis más reconocible por quienes tengan presentes
sólo los trabajos más célebres del griego los más interesantes de
todo el disco. El tramo final lo ocupa una nueva variación del tema
central que hace las veces de transición hacia los últimos
instantes en los que Vangelis juega con los sintetizadores
arrancándoles sonidos siempre distintos de forma improvisada antes
de volver al “leitmotiv” como despedida.
Quizá por estar situada entre dos
discos de la magnitud de “Heaven and Hell” y “Albedo 0.39”
esta banda sonora no es tan recordada como otras obras del músico
griego. No ayuda lo que ya comentamos sobre sus defectuosas ediciones
en CD y el hecho de que, aunque se anunció en varias ocasiones, no
se ha reeditado como debería, con la supervisión y la revisión del
propio Vangelis como si lo han sido otros trabajos del mismo periodo.
En cualquier caso, si tenéis la ocasión de adquirirla, no la dejéis
pasar. Merece la pena y no debe faltar en la discoteca de ningún
seguidor del músico griego.
Una tontería ....
ResponderEliminarQueda taaaaaaanta música por comentar...
ResponderEliminarPero "See You Later" tendrá que aparecer por aquí, claro.
Un saludo y gracias por seguir pasando por aquí.