El Pat Metheny Group nació como cuarteto y esa fue la formación en sus dos primeros discos. Guitarra, bajo, teclados y batería eran los instrumentos principales de la banda pero coincidiendo con la salida del bajista Mark Egan y la entrada de Steve Rodby en su sustitución, el grupo sumó un percusionista quedando durante mucho años constituido en un quinteto (ocasionalmente se añadían o no algunos vocalistas). Fue ya en 1984, con “First Circle”, cuando se estableció el considerado como núcleo clásico del grupo con la entrada del batería Paul Wertico reemplazando al fundador Danny Gottlieb. Así, Rodby y Wertico, junto con los imprescindibles Lyle Mays y el propio Pat Metheny fueron los miembros fijos durante casi década y media variando siempre el percusionista y los vocalistas que no llegaron a consolidarse. En 1996, tras más de un año de gira, se diría que quisieron hacer una especie de pausa volviendo al cuarteto de sus orígenes e incluso yendo un poco más allá adoptando un formato prácticamente acústico. La idea era juntarse a grabar con unas pocas ideas y ver lo que salía de ahí. El disco resultante se llamaría, claro está, “Quartet”. Tenemos, por tanto, a Metheny a las guitarras, Lyle Mays a los teclados, Steve Rodby al bajo y Paul Wertico a la batería en un formato principalmente acústico Un trabajo sin demasiadas pretensiones, con muy pocos ensayos y, en algún caso, con piezas completamente improvisadas. Como dice el propio Metheny en las notas del disco, eran músicos que llevaba más de veinte años tocando juntos y querían divertirse sin las complicaciones de un disco “normal”.
El disco comienza con “Introduction”, un breve corte en una línea muy clásica que enlaza rápidamente con “When We Were Free”, temazo que sigue la estela de las piezas más reconocibles del Pat Metheny Group en los años anteriores.
“Montevideo” (firmada por todos los miembros a diferencia de las dos piezas iniciales que eran obra de Metheny) tiene un sabor más latino destacando la percusión de Wertico. “Take Me There” nos trae la versión más virtuosa del guitarrista en un tema veloz en el que la sección rítmica está también a un gran nivel. Con “Seven Days” escuchamos al Metheny más relajado en una lenta pieza de sabor añejo en la que el contrabajo y la batería acompañan con una delicadeza al alcance de muy pocos. En la misma línea pero con Rodby como protagonista está “Oceania”, precioso tema escrito por Mays en el que contrabajo y piano dialogan de forma deliciosa y uno de los pocos en los que Metheny toca su famoso sintetizador de guitarra.
“Dismantling Utopia” es muy diferente desde el comienzo. Una serie de guitarras pulsantes a alta velocidad nos acompañan durante una larga introducción repetitiva que se ve interrumpida súbitamente para entrar en una extrañísima sección muy caótica, especialmente en cuanto a las percusiones. Una rareza no carente de interés y firmada por todo el grupo pero que nos deja muy desubicados. Con “Double Blind”, otra composición de Mays, retornamos a los sonidos más convencionales con la única excepción de la guitarra Pikasso de Metheny que acompaña al teclista con su particular paleta tímbrica. En una línea similar estarían “Second Thought” o “Mojave” que nos llevan hasta “Badland”. Según el guitarrista, es una pieza completamente improvisada y nos parece de lo más interesante del disco. Comienza con un tono misterioso que enseguida gira hacia sonoridades de apariencia oriental, con Metheny tirando de su colección de guitarras en busca de los sonidos más exóticos. Luego asistimos a una suerte de exploración por parte de todo el grupo que nos deja momentos interesantes y otros más desconcertantes. En sus siete minutos hay ideas que, convenientemente desarrolladas, podrían dar para mucho.
Tras “Glacier”, breve composición de Mays, volvemos a los ritmos vivos y al sonido más habitual de la banda en “Language of Time”. Es otra pieza más bien larga en la que el cuarteto brilla como de costumbre. Extrañamente tiene un toque a vieja serie televisiva de los setenta en algún momento pero enseguida se disuelve, especialmente con el solo de Metheny a la guitarra-sintetizador. Ya en el tramo final nos encontramos con la tranquila “Sometimes I See” para concluir con “As I Am” que comparte el mismo espíritu.
Desde su propio planteamiento, ya queda claro que “Quartet” es un disco particular. Una especie de marca de lectura que los músicos quisieron dejar en un momento determinado antes de dar un salto adelante con “Imaginary Day”, el que fuera el siguiente disco del grupo y uno de los mejores y, en nuestra opinión, más revolucionarios de toda su discografía. Hay un detalle que parece incidir en este hecho y es que solamente una de las quince composiciones del disco pasó al repertorio de concierto de la banda en los años siguientes e incluso sería regrabada por el propio Metheny en algún disco posterior. Como ocurre muchas veces con artistas tan prolíficos como Pat, en su discografía encontramos trabajo correctos, sin temas especialmente brillantes pero con un nivel general medio-alto. Este sería el caso de este “Quartet”: un disco perfecto para los seguidores más fieles del músico pero que quizá no le diga demasiado al resto. En nuestro caso, nos ocurre algo así. No nombraríamos a “Quartet” en una hipotética lista de las mejores grabaciones de Metheny pero no tenemos ningún problema en escucharlo con cierta frecuencia porque es un muy buen disco. ¿Lo mejor para salir de dudas? Escucharlo y decidir por vosotros mismos.
De acuerdo con todo lo escrito, es un muy buen disco y tiene momentos muy buenos, Badland, Language of time, Montevideo, recomendable volver a él de vez en cuando
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