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lunes, 21 de octubre de 2024

Philip Glass - A Descent into the Maelstrom (2002)



El músico al que hemos dedicado más entradas en el blog es, con diferencia, Philip Glass pero a pesar de este hecho, hay una etapa suya en la que no hemos entrado demasiado y no tenemos claro del todo el motivo. Quizá el momento más controvertido de su carrera de cara a la crítica llegó a mediados de los años ochenta. Ya con la publicación de “Glassworks” y su “fichaje” por una multinacional como Sony, los medios más académicos empezaron a dar la espalda a un músico que parecía buscar lo “comercial” por encima de la experimentación y la vanguardia, En aquellos años, Glass mostró un interés más que notable por los sintetizadores y los sonidos más electrónicos. Es cierto que en obras como “North Star” (1977) ya los había utilizado pero ahora hablamos de aparatos digitales, mucho más sencillos de usar y con una mayor facilidad para encontrar sonidos adecuados para su música. Eso terminó reflejandose en varios discos dentro de una línea que podemos llamar electrónica con un sonido, quizá demasiado artificial a veces, pero con el que Glass desarrolló un estilo muy reconocible que nos dio obras como “1000 Airplanes on the Roof”, determinados momentos de otras como “The Witches of Venice” o su ciclo de canciones “Songs from Liquid Days” y el disco del que vamos a hablar hoy: “A Descent into the Maelstrom”, obra de 1986 que no fue publicada hasta 2002 como uno de los primeros lanzamientos del sello Orange Mountain Music.




La obra surge como un encargo de una compañía de ballet australiana al propio Glass, quien decide inspirarse en un cuento de Edgar Allan Poe para su partitura. La música sería interpretada en directo durante las representaciones de la obra por el Philip Glass Ensemble y durante mucho tiempo estuvo en el olvido quedando limitada su repercusión a los asistentes al ballet durante la semana que estuvo en cartel. Cuando los miembros del grupo regresaron a los Estados Unidos, la productora del documental que se estaba rodando sobre la compañía de ballet le pidió a Glass una grabación de la obra para utilizarla en el mismo y fue ahí cuando descubrieron que las cintas que registraron en las actuaciones australianas no estaban en buen estado así que tuvieron que regrabar gran parte de ellas ya en casa. El resultado de ésto más las partes que sí se pudieron rescatar de los conciertos originales es lo que apareció publicado, como dijimos antes, en 2002. Los miembros del Philip Glass Ensemble que participan en la grabación son: Michael Riesman, Martin Goldray y el propio Glass a los teclados, Dora Ohrenstein como cantante, Jon Gibson (saxos y flauta), Jack Kripl (saxo y clarinete) y Richard Peck (saxos). Todos ellos bajo la dirección de Riesman y con Kurt Munkacsi en la parte técnica.




La obra comienza con “Vertigo”, una pieza llena de dinamismo y ritmo con protagonismo absoluto de los teclados y donde los habituales arpegios de Glass dejan espacio también a una cierta construcción melódica. “He is Coerced to Look”, más lenta, cuenta con el clarinete y las flautas en papeles principales en una transición que nos lleva a “Engagement”, en el más puro estilo del Glass de los ochenta con la voz de Dora Ohrenstein reclamando su sitio. Es esta una pieza extensa con varias partes en las que se intercalan los fragmentos más acústicos (con voz e instrumentos de viento principalmente) con otros casi exclusivamente de teclados. Sigue teniendo elementos claramente minimalistas pero ahora organizados en secciones más cortas al estilo de lo que podemos escuchar en determinados momentos de “Glassworks” o de “Koyaanisqatsi” lo que lo convierte en un Glass más accesible. Tras una transición como “The Naming” llegamos a “Tranquility” con un reduccionismo que tiene mucho que ver con lo que el músico empezaba a mostrarnos en sus cuartetos de cuerda o en bandas sonoras como la de “Mishima”. “The Beggin” es otro breve interludio de teclado con una alegre coda de maderas que da paso a “The Stratagem”, regreso al repetitivismo habitual del autor antes de coger velocidad de nuevo y perdernos en las rítmicas “On My Watch and Caught” y “The Hurricane and Recognition of Death”, ambas enlazadas sin solución de continuidad y siguiendo de nuevo la línea estilística de “Koyaanisqatsi”. Con “The Entrance of the Moon” hay un cierto cambio más operístico, entendiendo por tal, la visión de la ópera del Glass de los ochenta, es decir, el de “Akhnaten” o “Satyagraha”. La conclusión es frenética y empalma con “The Sighting”, una de las mayores locuras de toda la obra con la locomotora glassiana a toda máquina. Y lo de la locomotora no es tan figurado como parece porque en el comienzo de “They Enter the Stream” hasta parecen sonar las sirenas de una de ellas entrando en la estación. Hay algo de pausa (no demasiada) en “Abandonment”, uno de los momentos de mayor inspiración de la obra que coincide con el uso más limitado de instrumentos (un par de teclados y las flautas en su mayor parte). “The Brother Becomes a Maniac” nos devuelve al Glass más intenso de las escenas más aceleradas de “Koyaanisqatsi” antes de frenarse en seco y regalarnos un momento de pausa que nos lleva a esa nueva locura que es “The First Mad Rush”, sin relación alguna con el “Mad Rush” clásico del repertorio del músico, amen de ser posterior a éste. Enlazada con la anterior está “Second Perception of Light, Moon, Mist, and Rainbow” que prorroga los ritmos desenfrenados aunque, en esta ocasión, salpicados con solemnes pausas en las que escuchamos una fanfarria con cierta similitud a la que el músico escribió para los JJ.OO. de Los Ángeles'84. Llegamos así al que podría ser el tema central de la obra: “The Maelström”, protagonizado por una línea de bajo potente, las maderas y el órgano en su inicio pero que va evolucionando en una progresión característica de su autor con profusión de teclados y la importante presencia de las flautas. Cerrando la obra encontramos “Hour of the Slack and Escape”, mucho más meditativa, que pone un gran broche a una obra que ha pasado muy desapercibida en el repertorio glassiano pero que encontramos del máximo interés.




Algo así debió pensar el director de cine Jan Vardoen cuando preparaba su película de 2019 basada en el cuento de Poe y descubrió la partitura de Glass. Decidió utilizarla como banda sonora pero en una nueva versión orquestal que también fue publicada en su día por Orange Mountain. Es un ejercicio muy interesante el de comparar ambas grabaciones de una obra que merece mucho la pena, en especial si eres seguidor del Glass de los ochenta.




miércoles, 12 de octubre de 2011

Jon Gibson - In Good Company (1992)


Siempre que aparece alguna referencia a la música minimalista en cualquier publicación se hace referencia a Steve Reich, Philip Glass, Terry Riley y LaMonte Young como sus principales figuras así como los máximos impulsores de la corriente. Como se suele decir, en la lista son todos los que están pero no están todos los que son. El propio Glass suele añadir algunos nombres más a la relación, incluyendo a Terry Jennings, Charlemagne Palestine y a Jon Gibson.

Jon Gibson es un intérprete de instrumentos de viento, especialmente de saxofón, cuya presencia en los libros de música suele quedar reducida a ésta faceta de intéprete en detrimento de su labor como compositor. Este hecho se ve justificado, en nuestra opinión, por su presencia en labores intepretativas en los estrenos y grabaciones de alguna de las obras y grabaciones más representativas del minimalismo. Entre 1964 y 1966 fue intérprete habitual en los conciertos de Terry Riley, entre 1963 y 1972 formó parte de la banda de Steve Reich y también a partir de 1968 es miembro regular de la Philip Glass Ensemble. Sus particulares capacidades como intéprete hicieron que todos estos compositores, en uno u otro momento, escribieran piezas pensadas especialmente para que Gibson las ejecutara.

En el disco que hoy tratamos, "In Good Company", publicado en el sello Point Music, regentado por Philip Glass a principio de los noventa, tenemos muestras realmente variopintas de composiciones de todos estos autores ya clásicos en La Voz de los Vientos junto con otras del propio Gibson.

Los temas propios del autor son "Waltz" (1982), "Song 3" (1976) y "Extensions II" (1981). Junto a ellos tenemos "Pat's Aria", extraída de la ópera de John Adams, "Nixon in China" de 1987. La relación entre ambos músicos se remonta a la época en la que Adams dirigía la New Music Ensemble de San Francisco cuando Gibson le pidió que dirigiera su "ensemble" en una serie de conciertos. El propio Adams sugirió la inclusión de "Pat's Aria" en el disco e incluso la instrumentación a utilizar ya que en la ópera es una pieza para soprano y orquesta. "Reed Phase" es una composición de Steve Reich de 1967 y es un ejemplo de lo que afirmabamos anteriormente al ser una pieza compuesta específicamente para Gibson, además de ser la primera obra de Reich que requería de un intérprete, tras sus experimentos con cintas de los que ya tuvimos noticias aquí hace unos meses.

Una de las curiosidades del disco es "Terry's G Dorian Blues" ya que es la primera grabación y quizá la única disponible de una obra de Terry Jennings, su compositor, fallecido en 1981 cuando sólo contaba con 41 años. Al margen de esa circunstancia, hay otro detalle que nos hace destacar esta pieza y es que uno de los intérpretes es LaMonte Young a los teclados, figura clave del minimalismo, defensor de la obra de Jennings con quien colaboró intensamente en los sesenta y músico realmente poco inclinado a la grabación de sus obras y menos aún a participar en grabaciones de otros artistas.

La aportación de Terry Riley al disco es "Tread on the Trail", obra escrita poco antes de su archiconocido "In C" y con una partitura tan parca en instrucciones que entre Gibson y Michael Riesman (teclista en la pieza) tuvieron que decidir practicamente todo en cuanto su intepretación a partir de los cinco grupos de melodías que la componen. Las dos obras restantes del disco son ambas de Philip Glass. "Bed" es un fragmento de su ópera "Einstein on the Beach" (1976) con el saxo de Gibson en el rol de la soprano original y "Gradus", con dedicatoria al intérprete en el título original, que es una pieza para sólo saxo escrita por Glass especificamente para nuestro intéprete poco después de establecerse en Nueva York tras su etapa formativa en París.

Tenemos hoy, por lo tanto, una interesante colección de piezas minimalistas intepretadas por un músico que, en muchos casos, estuvo acompañando a los autores en el momento en que compusieron las obras lo que hace la interpretación realmente recomendable. Los músicos participantes en la grabación al margen del propio Gibson (saxos, percusión y teclados), son Martin Goldray (piano), Michael Riesman (teclados), Bill Ruyle (percusión), John Snyder (percusión) y LaMonte Young (piano eléctrico).

Otro capítulo es el de encontrar a buen precio esta grabación, cosa que no es sencilla. Hemos encontrado algún enlace en el que comprar el disco aunque no tan económico como suelen ser los que adjuntamos habitualmente:

amazon.com

play.com

Os dejamos con "Tread on the Trail" de Terry Riley en la interpretación de Jon Gibson:


domingo, 22 de mayo de 2011

Philip Glass - Music in Twelve Parts (1971-74)


Estamos en los primeros años 70. Philip Glass no era aún tan conocido como hoy en día pero estaba construyendo concienzudamente el método compositivo que le ha hecho famoso. Las obras del Glass de estos años son de difícil escucha. Se componen de interminables repeticiones de grupos de notas, rítmos frenéticos con mínimas variaciones y todo ello con una duración desacostumbradamente larga. El compositor en estos años estaba empeñado en el desarrollo y perfeccionamiento del método y, para ello, creía necesario disponer de un grupo de músicos más o menos estable. Este objetivo sólo sería posible mediante la profesionalización y para ganar dinero, era necesario dar conciertos con regularidad. Por ello, Glass estaba enfrascado en la composición de nuevas piezas que enriquecieran su repertorio. Por aquel entonces su obra más interpretada era "Music With Changing Parts", extensa pieza de duración variable que podía desarrollarse a lo largo de una o dos horas pero era necesario disponer de más material.

En este contexto, Glass le presentó a un amigo una pieza llamada "Music in Twelve Parts", una especie de estudio en el que se recopilan la mayoría de las técnicas de escritura del músico. Tras la escucha, Glass recibió la siguiente pregunta: "La obra está muy bien. ¿Cómo suenan las otras once partes?". El compositor se vio sorprendido por la cuestión, ya que no había más partes. Las doce partes se referían a las 12 lineas de contrapunto de la propia pieza (6 lineas las desarrollaban los teclados, 3 más los vientos y las otras 3 estaba previsto que las desarrollasen otros instrumentistas). Con esta anécdota como punto de partida, Glass compuso otras once piezas a lo largo de los siguientes meses, culminando la obra en 1974.

Con ese material (entre 3 y 4 horas de música, dependiendo de la interpretación), Glass pudo empezar a mandar cartas a teatros de todo el país para ofrecerse a tocar con la Philip Glass Ensemble. Tras unos duros comienzos (de 300 o 400 cartas sólo 6 fueron respondidas), el grupo pudo establecerse y Glass tuvo la formación que buscaba para trabajar con ella.

La versión que vamos a disfrutar aquí es la primera que se grabó. Hay que tener en cuenta que en aquellos años, lanzar discográficamente un trabajo que ocuparía entre 4 y 6 discos de vinilo no era viable por lo que sólo se registraron las 6 primeras partes, grabadas en 1975 y publicadas por Venture, subsello de Virgin. En 1987, con Glass ya establecido como un icono de la música de nuestro tiempo, se pudieron grabar las 6 restantes y publicar la obra completa por primera vez. La formación del Philip Glass Ensemble en la grabación del 75 era: Philip Glass y Michael Riesman (teclados), Richard Landry y Jon Gibson (flauta, saxo soprano), Richard Peck (saxo alto y tenor) y Joan LaBarbara (voz). En la grabación del 87 no participaban ya el propio Glass, sustituido por Martin Goldray, Richard Landry, cuyo puesto lo ocupaba Jack Kripl y Joan LaBarbara, reemplazada por Dora Ohrenstein. La grabación estaba supervisada por Kurt Munkacsi, el colaborador más estrecho de Glass en estos años junto con el inseparable Riesman.

Es realmente complicado hoy en día encontrar una copia de esta edición a la venta, ya que las principales tiendas tienen en su stock la grabación de 1996 para Elektra o la más reciente de 2008 para Orange Mountain aunque en webs de subastas y segunda mano como ebay.com suelen aparecer de vez en cuando algunas copias.

Aquí podeis escuchar una muestra de la primera parte: