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domingo, 2 de agosto de 2015

Lisa Moore - Mad Rush (2015)



Continúan apareciendo con una regularidad sorprendente nuevas grabaciones dedicadas a la música de Philip Glass en su sello Orange Mountain. A ese saludable ritmo de publicación se une un importante “revival” de la obra para piano del compositor del que dan buena fe la gran cantidad de discos aparecidos en los últimos meses que glosan esa faceta del músico norteamericano.

En el disco que comentamos hoy se dan las dos circunstancias. Se trata de una de las últimas referencias de la discográfica del músico en la que la pianista australiana Lisa Moore repasa algunas de las composiciones más conocidas para piano de Glass. Este hecho es el que más puede llamar la atención al seguidor de la obra de Philip y es que no parece necesaria una nueva grabación de piezas de las que existen decenas de registros a cargo de todo tipo de pianistas, especialmente cuando hay una buena remesa de piezas más recientes que justificarían con más facilidad su lanzamiento hoy por hoy.

El principal factor que defiende por si solo esta reciente referencia es el nombre de la intérprete: Lisa Moore. Aclamada en los últimos tiempos por la crítica (especialmente por la norteamericana) que la considera uno de los mayores estandartes del piano contemporáneo a lo que ha contribuído su pertenencia a Bang on a Can o sus diversas actuaciones junto a la American Composers Orchestra, la Steve Reich Ensemble, So Percusion o el Ensemble Signal entre otras formaciones de renombre dentro de la música de vanguardia. Su repertorio en solitario abarca desde Rzewski o Janacek hasta David Lang o Julia Wolfe, además de, claro está, Philip Glass.

En las notas del disco se destaca la recepción por parte de la crítica de las interpretaciones de Moore de la música de Glass incidiendo en el hecho de que la grabación aparece ahora porque es en este momento cuando la pianista se encuentra en el estado adecuado para afrontar estas piezas. Desde Orange Mountain se muestran orgullosos de haber sabido esperar hasta ahora (ésta es la referencia número 99 del catálogo de la discográfica) para lanzar una grabación de estas composiciones que se cuentan entre las más populares de su autor. Esta paciencia ha dado sus frutos con este disco que, probablemente, pase a ser el estándar en la interpretación de obras como “Mad Rush” o “Metamorphosis” a la altura de las grabadas por el propio autor.

Lisa Moore en directo


“Mad Rush” - Es esta una pieza solemne que en casi todas las versiones que hemos conocido se afronta con este hecho en mente. Lisa Moore parece enfocarla desde otro punto de vista, de un modo casi romántico que gana en musicalidad, especialmente en la parte que vas hasta el primer “fortissimo”. Aquí se transforma dotando a la pieza de una mayor velocidad y energía, algo que acaba contagiandose al resto de la composición. Cuando se repite la parte inicial, lo hace con un tempo más acelerado que en el comienzo. En su conjunto, la versión de Moore es elegante, impecable y muy sólida. No podemos afirmar que sea la mejor pero podría ser una gran candidata.

“Metamorphosis I-V” - Continúa el ciclo con los cinco movimientos de la “Metamorphosis” de Glass, quizá la obra más interpretada de las creadas expresamente para piano a lo largo de su carrera. Sin llegar al enfoque extremadamente lento de intérpretes como Bojan Gorisek, Lisa Moore opta por un arranque pausado en el primer movimiento que luego va acercándose al ritmo que el propio compositor imprimió a la obra en su primer registro grabado. En la segunda parte de la obra, la pianista nos brinda una interpretación luminosa con una sonoridad bellísima que no hemos escuchado en ninguna otra de las versiones que hemos tenido la ocasión de disfrutar en estos años. El tercer movimiento nos muestra una ejecución nítida, más próxima a las habituales que las anteriores pero llena de expresividad para volver a marcar las diferencias en una cuarta parte en la que Moore consigue dotar a la pieza de una unidad, una fluidez que en otras interpretaciones no siempre se lograba, especialmente en las del propio compositor que suele recrearse en algunas pausas dramáticas no siempre necesarias. El quinto y último movimiento, emparentado con el primero, es algo más cercano a las versiones habituales que aquel pero conserva ese toque indescriptible que Lisa Moore ha conseguido imprimir a todas sus interpretaciones.



“Etude No.2” - Lisa Moore, quizá por mantener una coherencia temporal en toda la obra, escoge el segundo de los estudios para piano de Glass, procedente, como ya dijimos aquí, de un arreglo de piezas anteriores de principios de los noventa. La versión de Moore es enérgica y firme, transmitiendo a la perfección toda la fuerza de la partitura.



“Satyagraha Conclusion, Act 3” - La magistral adaptación al piano que Michael Riesman realizó de este fragmento de la ópera “Satyagraha” es defendida con gran acierto por Lisa Moore en una versión algo más breve de lo que es habitual por parte de otros intérpretes. Se apunta en las notas del disco que la pianista australiana consigue acercar la obra de Glass al canon clásico y estamos de acuerdo.

“Closing” - Es casi obligado que un disco dedicado a la obra de piano de Glass arranque con “Opening” o se cierre con “Closing” como lo hacía el clásico “Glassworks”. En este caso se opta por la segunda alternativa poniendo así un magnífico broche a la selección.


Tenemos que reconocer que la noticia de la aparición de un nuevo disco de música de piano de Philip Glass, especialmente con un repertorio tan trillado, no nos resultaba demasiado atractiva pese a lo cual, decidimos darle una oportunidad, cosa de la que no nos hemos arrepentido. Para todo aquel que quiera acercarse al compositor norteamericano, esta es una oportunidad inmejorable. A los más reticentes, que podrían ser aquellos que ya disponen de alguna de las muchas grabaciones existentes de estas piezas, sólo podemos recomendarles que hagan el esfuerzo de escuchar alguna de las nuevas versiones. Es más que probable que encuentren en ellas algo diferente de lo que ya conocían.

lunes, 24 de marzo de 2014

Bang On a Can - Terry Riley In C (2001)



Existen varias formaciones dedicadas en exclusiva a la interpretación de música contemporánea y hemos hablado de varias de ellas aquí en anteriores entradas. Hoy nos centramos en Bang on a Can, agrupación con sede en Nueva York compuesta por compositores e intérpretes que ha impulsado como pocas la difusión de la música de nuestro tiempo.

La historia de Bang on a Can comenzó con la unión de tres compositores: el matrimonio formado por Michael Gordon y Julia Wolfe y David Lang en 1987. El acto fundacional de la agrupación fue un concierto en una galería del SoHo. Durante el espectáculo, de 12 horas de duración, se interpretó música de autores contemporáneos desconocidos en su mayoría. Aún hoy se sigue celebrando un concierto anual de similares características pero Bang on a Can han crecido llegando a patrocinar composiciones de nuevos artistas y a grabar discos con una de las extensiones surgidas del proyecto denominada Bang on a Can All Stars, una engrasada maquinaria de precisión formada por seis intérpretes cuyos integrantes van cambiando con el tiempo. Nosotros los conocimos hace años gracias a una fantástica grabación en la que los miembros de Bang on a Can interpretaban de principio a fin uno de esos discos seminales como fue el “Music for Airports” de Brian Eno. Después, han ido viniendo otras grabaciones, tanto de piezas ya existentes (pensamos en algunos trabajos sobre obras de Philip Glass) como compuestas específicamente para ellos (como “2x5” de Steve Reich).

David Lang, Julia Wolfe y Michael Gordon, los tres fundadores de Bang on a Can

Nos centramos hoy en una de las revisiones más impresionantes llevadas a cabo por los integrantes de Bang on a Can. Nada menos que el clásico “In C” de Terry Riley, obra que bien podría ser considerada el momento fundacional del minimalismo. Intervienen en la grabación los siguientes músicos: Steve Gilewski (bajo), Mark Stewart (guitarra eléctrica), Scott Kuney (mandolina), Wu Man (pipa), Lisa Moore (piano), Danny Tunick (percusión, marimba), Evan Zyporyn (clarinete), Todd Reynolds (violin), Maya Beiser (violonchelo), Michael Lowenstern (saxo soprano) y David Cossin (glockenspiel, vibráfono) con la participación del propio Terry Riley que aparece acreditado como intérprete aunque no se especifica de qué intrumentos.

La grabación (en directo) de Bang on a Can es tremendamente fresca y muestra una visión revitalizada y optimista de la obra. Por momentos, parecería que el espíritu de la Penguin Cafe Orchestra se ha adueñado de los intérpretes que parecen imbuidos de una alegría desbordante. La fascinación que sigue ejerciendo la obra de Riley cincuenta años (¡cincuenta!) después de su estreno justifica cualquier revisión y esta nos parece de las más destacadas que hemos escuchado (si no hemos perdido la cuenta, es la cuarta “In C” que aparece por aquí).

Sin embargo, no era el principal objetivo de la entrada hablar de “In C” sino centrar el foco del lector en Bang on a Can, formación de la que seguiremos hablando en el futuro con seguridad ya que su trabajo lo justifica sobradamente.

Podéis encontrar la grabación en los siguientes enlaces:
Nos despedimos con un extracto con los primeros minutos de la obra: