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lunes, 4 de mayo de 2015

Arvo Pärt - Piano Music (2011)



La música para piano no es la más conocida dentro de la obra de Arvo Pärt y tampoco ocupa un lugar destacado en cuanto a volumen en su producción. Sin embargo, las pocas piezas escritas por el compositor estonio para ese instrumento tienen la virtud de ser muy representativas de los cambios experimentados en su estilo y de la evolución en el modo de afrontar la tarea compositiva a lo largo de los años.

A pesar de ese papel secundario dentro de su obra, y como ocurre en un gran número de músicos, las primeras composiciones de Pärt son para piano y reflejan mucho más las influencias de otros autores que una voz propia que aún está por llegar. En el caso de nuestro compositor, ese salto se produce años más tarde con un par de obras más para piano, tras una larga serie de piezas para otros instrumentos. El disco que hoy tenemos aquí apareció en 2011 en el sello Naxos y, aunque el título puede llevar a engaño, no es una colección exclusiva de piezas para piano sólo y que la mayor parte del mismo está ocupada por una obra orquestal en la que el piano tiene gran importancia pero no es el único protagonista. Poco después apareció otra grabación en Brilliant Classics con una vocación más enciclopédica en cuanto a su dedicación exlusiva a la obra de piano de Pärt de la que hablaremos en su momento.

Nos centramos ahora en este “Piano Music” grabado por el pianista holandés Ralph Van Raat quien ya ha aparecido en varias ocasiones en el blog con interpretaciones de obras de Gavin Bryars, John Adams o John Tavener, siempre para el sello Naxos. Van Raat es uno de los intépretesa más notables de su generación y desde hace más de 10 años es uno de los artistas oficiales del fabricante de pianos Steinway.

“Zwei Sonatinen für Klavier, Op.1, Nr.1” - Aunque hay alguna pieza para piano anterior a estas dos sonatinas, son éstas las que aparecen catalogadas con el número de “opus” 1 en la obra de Pärt. Se trata de dos obras breves en las que, a decir de los entendidos, se refleja una fuerte influencia de Prokofiev y Shostakovich con algunas técnicas dodecafónicas presentes en algún momento. La primera de ella data de 1958 (el autor tenía 23 años entonces) y está dividida en dos movimientos. El “allegro” es de gran vivacidad y muestra, al margen de las influencias citadas, algún rasgo de la música repetitiva y un cierto mecanicismo en la ejecución. El segundo movimiento comienza con un “larghetto” de carácter evocador y un cierto aire impresionista para cambiar de nuevo a “allegro” rememorando el tema inicial tras una serie de solemnes “ostinati” y una suave danza interpretada “pianissimo” por Van Raat.

“Zwei Sonatinen für Klavier, Op.1, Nr.2” - La segunda sonatina, de 1959, consta de tres movimientos. El “adagio energico” nos muestra a un Pärt sorprendente para aquellos oyentes acostumbrados a la parte más conocida de su obra, un músico rítmico, expresivoy vigoroso que exige cierto nivel de virtuosismo a su intérprete. El “largo” deja translucir algunas trazas de jazz combinadas con técnicas vanguardistas en aquel momento. Cierra la sonatina un breve “allegro” lleno de fuerza, casi rabioso en algunos instantes y muy cercano formalmente a sus equivalentes de la primera sonatina.

“Partita, Op.2” - Aunque fechada en el mismo año que la pieza anterior, la presencia del serialismo es mayor, aunque también se empiezan a apreciar reminiscencias de las que años más tarde, serán señas de identidad de la música de Pärt: la música medieval y la barroca. Está dividida en cuatro movimientos de muy corta duración los dos primeros y algo más extensos los dos restantes. Se repite el juego que ya aparecía en las dos sonatinas entre los momentos de ritmo casi frenético y los más tranquilos, casi estáticos, especialmente en el “larghetto”.



“Variationen zur Gesundung von Arinuschka” - Van Raat rompe aquí el orden cronológico del discurso introduciendo una pieza de 1977, posterior a la que la sigue en el disco. Tiene sentido esta alteración ya que aquí apreciamos claramente las influencias de la música antigua en plena transición hacia el paso siguiente que, en realidad, había comenzado poco antes con obras como la que suena en el corte siguiente del disco. Se trata de seis variaciones sobre una pieza muy simple compuesta por diversas triadas que van evolucionando muy lentamente. Cada variación es un pequeño estudio de ritmo y cadencia a partir de ese motivo.

“Für Alina” - Una de las piezas clásicas del repertorio de Pärt es esta composición de 1976, claro ejemplo del “tintinnabuli”, técnica clave en la música del estonio en la parte central de su carrera. El desarrollo melódico es mínimo, casi críptico pero esta economía de medios termina por ser la seña de identidad de una composición fascinante en su simplicidad.

“”Für Anna Maria” - La composición más breve del disco es también la más reciente (data de 2006) y rompe con cualquier tentación de atonalidad (está escrita en Sol mayor). Se trata de una bagatella desenfadada en la que es difícil reconocer a Pärt pero quizá no haya otra forma de homenajear a una niña de 10 años como aquella a la que estaba dedicada la pieza.

Imagen de "Marsyas", la obra que inspira la última composición del disco.


“Lamentate” - La obra central del disco es esta composición en diez movimientos para piano y orquesta escrita por Pärt en 2002. Está inspirada en “Marsyas”, una monumental escultura de Anish Kapoor de 150 metros de longitud que se exhibió durante 2003 en la Tate Modern de Londres. Comienza con unas solemnes notas a cargo de los metales que actúan como heraldos del resto de instrumentos que aparecerán después, precedidos de un rumor de timbales y una nueva intervención de los vientos. Cuando aparece la orquesta en pleno, lo hace recordándonos al Ligeti más oscuro y dando la entrada perfecta para el piano en un segmento que se acerca a lo que sería una sinfonía concertante. Tras un breve interludio el piano toma el protagonismo ayudado por unas delicadas maderas y por los violines. Estamos en los pasajes más bellos de la obra, con momentos llenos de clasicismo en los que Pärt se muestra inspirado como en sus mejores momentos. Continúa desarrollándose la composición y nos sumimos en un estado de completa quietud y tranquilidad de la mano del piano de Van Raat que evoluciona lentamente hacia una precisa y fugaz melodía que nos conduce al terreno de las flautas por unos instantes. Más tarde, la contundencia de los timbales, el resto de percusiones y los metales aumenta la tensión de forma notable y nos muestran al piano sorteando todo tipo de obstáculos para llegar a la siguiente etapa, reflexiva, con predominio de maderas y violines antes de afrontar los dos últimos movimientos. El primero es un intenso “in crescendo” que culmina en un poderoso duelo entre el piano y la orquesta cuyo desenlace queda aplazado para la última etapa de la obra. Comienza con un motivo de aire procesional que queda suspendido al aparecer de nuevo Van Raat lanzando notas leves, etéreas, que flotan alrededor del oyente por unos instantes antes de desvanecerse. El resto de la pieza transcurre por similares derroteros poniendo así fin a una de las más impresionantes obras del Arvo Pärt más reciente.


Os dejamos una versión diferente de la del disco que hoy comentamos, de uno de los movimientos de la obra, popularizado al aparecer en la serie Boardwalk Empire.


Sin ser, como ya hemos dicho, lo más destacado dentro de la obra de Pärt, sus trabajos para piano no dejan de tener interés. En ese contexto, este disco del sello Naxos ofrece una oportunidad inmejorable para introducirse en ese aspecto del repertorio del compositor estonio con algún guiño a su vertiente sinfónica. Tendremos que volver al Pärt pianístico más adelante ampliando la visión del mismo pero como primera toma de contacto, recomendamos encarecidamente este trabajo a los visitantes del blog.

domingo, 3 de agosto de 2014

Jacob TV - Complete Solo Piano Music (2014)



Rock, pop, música electrónica, y televisión son los puntos de partida de la obra musical del holandés Jacob Ter Veldhuis ¿qué forma adopta el resultado de tan insólita mezcla? la de algo que ha sido calificado como post-minimalismo y neo-romanticismo pero que admitiría casi cualquier término que se os pueda ocurrir, siempre que incluya un punto de provocación. Ter Veldhuis ha provocado escándalos de todo tipo: Un museo romano censuró una de sus obras por contener fragmentos de un informativo en el que se detallaban todos los problemas con la justicia de Silvio Berlusconi. Una conferencia suya en Washington en el marco de un simposio sobre el saxofón fue interrumpida por un alto funcionario cuando Jacob hablaba de su composición “Believer”, basada en la guerra de Irak y en George W. Bush. La Comisión Federal para las Comunicaciones intervino en un programa de una emisora neoyorquina en el que se radiaba la obra “Grab It!” por el uso de lenguaje inadecuado (en realidad, contenía fragmentos de entrevistas a condenados a muerte). Incluso ha llegado a ser acusado de “terrorismo musical antiamericano” por el estreno de una obra para arpa en la que el instrumento se combinaba con monólogos inconexos de una drogadicta en pleno síndrome de abstinencia grabados en las calles de Nueva York.

Con todo, su música ha alcanzado una cierta popularidad, especialmente por el uso de elementos tan ajenos a las formas clásicas como reproductores portátiles de cassettes (los boomboxes, popularmente conocidos como “loros”). La dificultad para pronunciar correctamente su nombre hizo que en los círculos musicales neoyorquinos se le empezase a conocer como Jacob TV, algo que, dado el importante contenido que su música tiene de composiciones creadas a partir de “samples” de programas televisivos de todo tipo, hizo que el propio artista adoptase el apelativo como nombre artístico. Los elementos de los que toma gran parte de su inspiración (esas muestras de programas televisivos o de discursos de importantes figuras de la cultura “pop” norteamericana) han hecho que se le haya calificado como el Andy Warhol de la música contemporánea. Como punto de partida podría parecer similar al de otros músicos que han aparecido en el blog como el Steve Reich de “Different Trains” y “WTC 9/11” o trabajos que hemos tratado muy recientemente como “My Life in the Bush of Ghosts” de Eno y Byrne y, de hecho, Ter Veldhuis llegó a escribir una carta de agradecimiento a Reich por alumbrar técnicas compositivas de las que luego él mismo se valió a lo que el propio Reich respondió que, aunque el proceso creativo podía ser básicamente el mismo, los resultados eran completamente diferentes.

Los discos que hoy comentamos son el fruto del interés de un viejo conocido nuestro como Jeroen Van Veen quien se mostró muy interesado en el repertorio para piano del compositor de cara a grabar un CD con él. Puestos ambos artistas en contacto, el material disponible excedía la duración de un sólo disco por lo que se optó por grabar dos que son los contenidos en este “Complete Solo Piano Music” en el que, como veremos, no sólo hay piezas para piano solo como reza el título.

Jacob Ter Veldhuis (Jacob TV para los que tienen problemas con su apellido).


CD 1:

“Saudade” – Comienza el disco con un encargo de Van Veen a Ter Veldhuis estrenado hace poco más de un año. El propio compositor explica el título como una palabra galaico-portuguesa intraducible a otros idiomas. Esa melancolía más conocida como “morriña” en Galicia impregna toda la pieza que tiene un aire distraído muy personal.

“Klarsichtdose Mozartkugeln” – El segundo tema es una miniatura escrita en 2008, nuevamente por encargo de Van Veen. Se utilizó en una competición para jóvenes pianistas ese mismo año.

“Sound” – Brevísima composición para piano y “boom box” (el clásico radiocassette equipado con dos grandes altavoces) estrenada en 2012. En ella escuchamos fragmentos de una entrevista a John Cage sobre los cuales el pianista interpreta breves secuencias de notas que replican de algún modo las cadencias de la voz del compositor norteamericano.

“Merry Xmas” – Volvemos al piano solo, en esta ocasión con una composición muy lenta y reflexiva escrita por Ter Veldhuis en 1997. En ella no podemos evitar ver un reflejo de la influencia del propio Cage en la música del compositor holandés. Las notas se van sucediendo de un modo parsimonioso casi sin llegar a desarrollar una relación melódica. Sin embargo, el efecto que causa en el oyente es de una profunda melancolía.

“Postnuclear Winterscenario No.1” – Cuenta el compositor que durante el desarrollo de la primera Guerra del Golfo, en 1991, pasó por una especie de bloqueo perdiendo la capacidad de hablar a causa del sinsentido de aquellos acontecimientos. Mientras veía las noticias en las que alguien hablaba de la situación en que quedaría el planeta en caso de que el conflicto se extendiera y diera lugar a un enfrentamiento con armas nucleares, surgió el concepto del invierno nuclear que inspiró esta pieza, en palabras del propio compositor “probablemente la pieza más simple que jamás he escrito”. Consiste en la repetición continua de una misma nota (Mi) acompañada de un escueto armazón armónico formado por otras cuatro notas (Si, La, Sol y Fa sostenido).

“Where the Heart Is” – Una composición que nos recuerda mucho a las obras de La Monte Young que consistían en simples instrucciones para el ejecutante que debía salir al escenario con un saco de alfalfa (por ejemplo) con el que alimentar al piano. En este caso, el mandato es simple: el intérprete debe llevar consigo un martillo y situarlo sobre el instrumento en un lugar visible para el público y de fácil acceso para él mismo desde su asiento. Poco antes de concluir la pieza debe hacerse con él, elevarlo sobre su cabeza como si fuera a golpear el piano y dejarlo caer a su espalda. Al margen de golpes de efecto escénicos imposibles de trasladar al CD (salvo por el sonido del martillo cayendo al suelo) y centrándonos en la música, la obra es similar en cierto modo a la anterior “Merry Xmas” en cuanto a la lenta cadencia con que se va desarrollando toda ella durante los primeros minutos. Luego hay un giro en el que el ritmo se incrementa notablemente dando paso a interesantes secuencias mucho más interesantes. La segunda mitad de la composición combina súbitos “acelerones” y momentos más tranquilos para terminar conformando una de las piezas más atractivas del disco.

“Toccata” – Explica el músico en el libreto del disco la procedencia de la inspiración para la pieza que explica la teatral puesta en escena de parte de la misma. Cuenta que hace varios años se encontraba en España, en el campo cuando por la noche escuchó un extraño sonido que no fue capaz de reconocer: una especie de sucesión de tonos cortos y agudos que se repetían con una regularidad casi matemática. Pensó que se trataría de algún tipo de transmisor de señales y no le dio más importancia hasta que volvió a escuchar lo mismo un año después en Italia. Tras investigarlo descubrió que el extraño sonido procedía de una especie concreta de lechuza. Pensó entonces en tratar de emular ese sonido, como ya hiciera en su momento Olivier Messiaen. En la pieza, que comienza como una simple serie de notas enfrentadas, éstas van multiplicándose hasta alcanzar un densidad y complejidad tal que obliga al intérprete, en un momento determinado, a tocar una nota (el Re central del piano) con su nariz mientras ejecuta el resto de ellas con ambos brazos extendidos resultando así la posición del ejecutante una imitación perfecta de la lechuza en vuelo. Lo cierto es que, anécdotas al margen, obra es otro magnífico ejemplo de piano contemporáneo con notables influencias, una vez más, de John Cage.

“Honky Tonk Blues” – Cambiamos de estilo con un breve blues escrito en 1999 para el pianista Marcel Worms. Una pieza muy refrescante tras la complejidad de las anteriores.

“Views from a Dutch Train” – En su primera versión, esta pieza fue escrita para dos acordeones pero más tarde se adaptó para dos pianos. Aquí está interpretada por Jeroen y su esposa Sandra. Emula las vistas del paisaje holandés desde un tren (cada piano representaría el panorama desde cada uno de los lados del vagón). Quizá sea esta la primera pieza de todo el disco que podría calificarse abiertamente como minimalista.

“The Body of Your Dreams” – Llegamos ahora a una de las piezas que ejemplifica más fielmente el tipo de obras que han dado fama al compositor. Ter Veldhuis parte de un típico anuncio de teletienda en el que ofrecen un maravilloso cinturón que permite al usuario perder peso sin esfuerzo gracias a unas supuestas propiedades vibratorias. El músico utiliza “samples” del video comercial, los manipula, hace bucles con ellos, los mezcla entre sí y construye melodías para el piano a partir de la propia cadencia de las voces. En este sentido, la proximidad con la obra de Reich es evidente pero la adición de percusiones programadas, sintetizadores y demás instrumentación acerca más la obra a un pop de vanguardia que a la del pionero del minimalismo. Creemos que el lector habitual del blog encontrará muy interesante esta pieza en particular.



“Off & On Situation Blues” – En la misma línea que la pieza anterior pero con un resultado mucho más cercano a Reich se encuentra esta breve pieza en la que los samples vocales proceden de entrevistas a prostitutas cocainómanas en el programa de Jerry Springer. Una composición fantástica aunque quizá demasiado corta.



CD 2:

“Piano Concerto No.2, Sky Falling” – El segundo disco se centra en composiciones formalmente más convencionales. La primera es este concierto para piano interpretado por la Netherlands Radio Chamber Philharmonic bajo la dirección de Thierry Fischer. El pianista no es Jeroen Van Veen por una vez sino Ronald Brautigan. El título del mismo hace referencia a una frase de un reportero especializado en economía que decía desde Wall Street en 2008, en pleno comienzo de la crisis actual, que “el cielo no se estaba cayendo” quitando importancia a la gravedad de la situación. Ter Veldhuis subtituló sarcásticamente su concierto como “el cielo cayendo” cuando lo escribió un año después a la vista de los acontecimientos. La obra es una de las más “convencionales” de su autor quien lo explica  de la siguiente manera: “cuando escucho una orquesta sinfónica, inmediatamente se apodera de mí una sensación de nostalgia; probablemente porque lo normal es que su repertorio proceda de un tiempo muy anterior y porque la propia orquesta no ha cambiado demasiado en los últimos 200 años. Así, cuando escribo para orquesta, trato de no forzarla demasiado hacia lo contemporaneo y trato de “preservar” lo que tiene de sublime su sonido”. En nuestra opinión, el manejo de la orquesta por parte del compositor es notable y este concierto es un magnífico ejemplo de ello.

“Pianoboek 1” – El primero de los dos libros de piano incluidos en el disco está fechado en 1979 y el músico lo escribió para su primera novia que estudió con él en el conservatorio. Aparentemente faltarían al menos dos piezas ya que las nueve aquí contenidas están numeradas del 1 al 11 faltando las que ocuparían el número 5 y el 10 respectivamente. Todas las piezas son muy breves (alrededor del minuto de duración) y funcionan como una especie de estudios minimalistas, por llamarlas de algún modo.

“Pianoboek 2” – El segundo libro es de 1986 y las piezas son algo más largas (no demasiado) y complejas en palabras de su autor. El libro comprende nueve composiciones que, a grandes rasgos, siguen una línea muy similar a las que integraban el primer libro.

“Intervallen” – Cerrando la obra encontramos en un sólo corte, 12 estudios escritos para pianistas aficionados basados en sendos intervalos clásicos: segunda menor, segunda mayor, tercera menor, tercera mayor, cuarta perfecta, quinta disminuida, quinta perfecta, sexta menor, sexta mayor, séptima menor, séptima mayor y octava perfecta. Fueron escritos en 1988 como divertimento personal y en ellos encontramos trazas de Satie.




Los lectores que tengan cierta afinidad hacia la corriente minimalista entendida en un sentido amplio, pueden disfrutar mucho con este disco de Jacob Ter Veldhuis aunque, con un par de excepciones, no tiene mucho que ver con su faceta más experimental y conocida. Trataremos de profundizar en ella más adelante aunque sus grabaciones no son fáciles de encontrar a buenos precios. Quizá esta iniciativa de Van Veen sea sólo la primera de una serie de grabaciones en las que podamos ir descubriendo el resto de la obra de Jacob. En tal caso, estaremos de enhorabuena. Podéis adquirir el disco hoy comentado en los enlaces habituales:

klassiekshop.nl

vanveenproductions.com

Nos despedimos con un "trailer" del disco:

 

domingo, 27 de noviembre de 2011

Gavin Bryars - Piano Concerto (The Solway Canal) (2011)



El caso de Gavin Bryars es bastante peculiar. Con un aspecto que nos recuerda más al de un viejo boxeador al que nos podríamos encontrar en cualquier pub irlandés detrás de una pinta de cerveza a medio terminar, estamos hablando, por contra, de uno de los más brillantes compositores ingleses de la actualidad y que empezó como contrabajista de un conjunto de jazz pero que pronto optó por la formación académica e, incluso, se desplazó a EE.UU. donde trabajó con John Cage entre otros. Tras eso, volvió al Reino Unido donde se dedicó a enseñar música en Portsmouth donde fundó la legendaria, si es que se puede llamar así, Portsmouth Sinfonía, autodenominada como “la peor orquesta del mundo”. Para entrar en la orquesta había que cumplir un único requisito: no ser músico o, en su defecto, si eras músico tenías que tocar un instrumento ajeno a aquel que dominabas. No se trataba de tocar mal ya que, por el contrario, se exigía a los “músicos” hacerlo lo mejor que pudieran. Esta curiosa congregación de “no músicos” llegó a grabar un LP y varios singles de cierto éxito en su tiempo. Como curiosidad, Brian Eno llegó a formar parte de la Portsmouth Sinfonía en su juventud. La colaboración entre Bryars y Eno tuvo más episodios entre los que destacan los arreglos que hizo para el disco “Discreet Music” del segundo.


Gavin Bryars

A finales de los sesenta escribió la que quizá sea su obra más conocida: “The Sinking of Titanic” (1969) seguida poco después por la no menos popular “Jesus Blood Never Failed Me Yet” (1971). Ambas obtuvieron un grán éxito mucho más tarde, vaya usted a saber por qué, tras sendas reediciones ya en los años noventa cuando la categoría de las dos obras era realmente notable y habría merecido un reconocimiento mucho antes, aunque ese fenómeno no es ajeno a muchos compositores contemporaneos, y pienso en Henryk Gorecki y su 3ª sinfonía sin ir más lejos. La mayor parte de la obra de Bryars está escrita para pequeñas formaciones de cámara, especialmente para su propia banda, la Gavin Bryars Ensemble. Aunque su obra tuvo momentos que le acercaron al minimalismo, lo cierto es que su estilo mezcla varias corrientes, reflejando un gran interés en la música antigua y, en general, en toda la música de los siglos pasados. Algo parecido a lo que ocurre con otros músicos habituales en el blog como Arvo Pärt o John Tavener pero con resultados muy diferentes. En cualquier caso, nos encontramos ante uno de los más asequibles compositores contemporaneos sin que el término "asequible" signifique una merma en ningún caso de la calidad de su música.

El disco que nos ocupa hoy, es una selección de piezas enfocadas en el piano, recientemente publicada por el sello Naxos. La primera de ellas, titulada “After Haendel’s Vesper” data de 1995 y fue escrita originalmente para clavicembalo. En el momento de la escritura de la pieza, Bryars atravesaba una etapa de inspiración en la música del periodo barroco y en este caso, es una obra de Haendel la que sirve de punto de partida para nuestro compositor. La pieza de Bryars combina materiales contemporaneos, especialmente minimalistas, con puntuales adornos barrocos e incluso, ciertos aires jazzisticos. Comienza de forma solemne y pausada, muy lenta y ceremonial hasta que llegamos a la parte central en la que la música fluye con ese estilo típico de su autor en el que las notas nos van llegando de forma casi ondulante y que ha hecho de Bryars uno de los músicos contemporaneos más reconocibles. Por algún motivo, cuando escuchamos esta pieza nos viene siempre a la cabeza la obra de otro gran maestro como fue Claude Debussy en cuya música encontramos las mismas características evocadoras que, más que melodías concretas que todos podemos tararear, nos dejan ambientes y sensaciones dispersas más difíciles de recordar en cualquier momento pero igualmente valiosas.

“Ramble on Cortona” se escribió el pasado año 2010 y está especialmente dedicada al intérprete de la grabación, Ralph Van Raat, de cuyas habilidades ya hemos dado cuenta en anteriores entradas. Se trata de una adaptación de varios temas pertenecientes a “Laude”, obra vocal escrita por Bryars recientemente a partir de unos manuscritos del S.XIII hallados en Cortona, Italia y es una de las escasísimas piezas para piano sólo de la producción de su autor. A pesar de los años transcurridos entre ambas piezas, tanto ésta como la anterior obra del disco comparten las mismas características y espíritu.

“Piano Concerto (The Solway Canal)” es la pieza central del disco. Como la anterior, está dedicada al pianista Van Raat y también se escribió el año pasado. Escrita para piano, coro y orquesta, no se trata del típico concierto en el que el piano se enfrenta cara a cara con la orquesta en una lucha de virtuosismo sino que cumple un papel, casi introductorio, como un guía que nos transporta de un pasaje a otro de los interpretados por el resto de los músicos y cantantes. En esta función, el piano suena tremendamente lírico y colorista, al modo de los maestros del impresionismo francés. El papel del coro es bastante extraño. El texto que cantan está basado en dos sonetos del poeta escocés Edwin Morgan, el primero de los cuales dá título al concierto. Sin embargo, en muchos momentos de la obra, el texto es apenas audible y hay que esforzarse para entender los versos. Los poemas de Morgan nos hablan de paisajes en la niebla, con barcos que navegan sin ser vistos a más de unos pocos metros de distancia y, probablemente esa es la idea que se quiere evocar con ese papel, casi furtivo, del coro en muchas ocasiones. En nuestra opinión, se trata de una obra sobresaliente a la altura de las mejores de su autor.


Extracto del concierto para piano


Aparte de la comentada aportación del pianista Ralph Van Raat, único intérprete en las dos primeras piezas del disco, participan en la grabación del concierto para piano la Netherlands Radio Chamber Philharmonic y el coro Capella Amsterdam bajo la dirección de Otto Tausk.

Os dejamos los habituales enlaces para adquirir el disco:

amazon.es

fnac.es

En el siguiente video, en inglés, podeis ver a Van Raat y Bryars hablando del proceso de composición del concierto: