En 2003, Steven
Wilson tuvo una curiosa idea. Era en aquel entonces el líder de Porcupine Tree
y participaba en varios proyectos más (No-Man y Bass Communion entre ellos) de
los que ya hemos hablado en muchas ocasiones aquí pero no había publicado nada bajo su propio nombre. Si hay
una característica notable en la obra de Wilson, al margen de su extraordinaria
capacidad para crear nueva música, esa es la enorme cantidad de influencias
diferentes que es capaz de asimilar; su capacidad para escuchar músicas de todo
tipo y su total ausencia de complejos a la hora de reconocerlo, incluso cuando
esas músicas no encajan en absoluto con lo que uno puede esperarse de una de
las grandes figuras del rock progresivo actual.
Retomando el
comienzo de la entrada, la idea de Wilson era grabar con cierta periodicidad
una versión de una canción que, por un motivo u otro, le hubiera influido en su
carrera o, sencillamente, le pareciese relevante en aquel momento. Esa canción
sería grabada sin ningún tipo de parafernalia (algunas, de hecho, se
registraron en habitaciones de hoteles con la única ayuda de un portátil) y
publicada en forma de single con otra composición propia del artista como “cara
B”. La “gracia” del invento radicaba en que el disco no tendría ningún
indicativo acerca de la canción interpretada ni del autor de la misma a modo de
juego con el oyente. En realidad, los CDs ni siquiera venían acompañados de un
“artwork” al uso. Como el propio Wilson explica en el disco que hoy comentamos,
la ambiciosa idea consistía en publicar un “single” cada pocos meses aunque por
diferentes circunstancias esto no pudo llevarse a cabo quedando la serie
reducida a seis “singles” aparecidos entre 2003 y 2010, fecha en que se editó
el último de ellos incluyendo, ahora sí, el correspondiente “artwork” y una
bonita caja en la que guardar los cinco volúmenes anteriores junto con el sexto
y último.
El seguidor de la
trayectoria de Wilson en sus distintos grupos podría hacerse la equivocada idea
de que las canciones escogidas por el artista para hacer su propia versión
procederían de nombres clásicos del rock progresivo, quizá algún grupo más
cercano al “heavy metal” o ¿por qué no? al “krautrock” o a la música
electrónica, géneros todos ellos cercanos a lo que Wilson había hecho con Karma,
Altamont, Porcupine Tree o I.E.M. Sin embargo, y ese es en nuestra opinión uno
de los atractivos del disco, los artistas y canciones elegidos no tienen nada
que ver con ninguno de esos estilos sino más bien, como indica el propio autor
en las notas del CD, con la música que cualquier joven que hubiera crecido en
los ochenta en el Reino Unido habría escuchado. El deseo de Wilson a la hora de
afrontar cada versión era dar una visión completamente diferente de la
original, desnuda, sin apenas producción adicional y que llegase a su público
casi inmediatamente después de ser grabada. Cada una de las “caras B”, al menos
en los primeros volúmenes, parecía una respuesta, una continuación escrita por
Wilson de la original lo que nos ofrece un interés adicional por la
confrontación de ideas y conceptos que se producía.
Hace unos meses, y para hacer más amena la espera antes del
anunciado nuevo disco de Wilson, apareció una recopilación de los seis
“singles” en un CD titulado, evidentemente, “Cover Version” lo que facilita al
seguidor la adquisición de un material que, en su momento, fue lanzado en
ediciones limitadas y que ahora sólo era accesible mediante el pago de
importantes sumas de dinero a vendedores en e-bay.
Los 6 singles de la serie junto con la caja en que podían guardarse. |
“Thank You” – La primera elección de Wilson para la serie
“Cover Version” era esta canción de Alanis Morissette que aparecía en el disco
de 1998 “Supposed Former Infatuation Junkie”. La versión de Wilson es
dramáticamente desnuda (como la propia aparición de Alanis en el videoclip de
la canción), con la voz del artista a punto de quebrarse en muchos momentos.
Los arreglos son escuetos y apenas incluyen una guitarra acústica, piano,
órgano y un par de coros interpretados por el propio Wilson. La elección del
tema fue un gran acierto y la versión es fantástica, tanto que el músico la
incorporó al repertorio en directo de Blackfield, su colaboración con Aviv
Geffen.
“Moment I Lost” – Un piano ligeramente distorsionado es el
primer acompañante de la voz de Steven en los instantes iniciales de la canción
hasta la aparición de la guitarra acústica. Se trata de una clásica balada de
esas con las que Wilson nos solía deleitar en los discos de Porcupine Tree
hasta la fecha. Aunque los arreglos e instrumentación son aquí mucho más
limitados, reconocemos ya al músico que hace no mucho nos regaló esa maravilla
titulada “The Raven that Refused to Sing”, especialmente cuando suena el
mellotron.
“The Day Before You Came” – Si la elección de Alanis podía
sorprender a los seguidores de Wilson, la de ABBA debió dejar a todos con la
boca abierta. La canción escogida fue una de las últimas grabadas por el
cuarteto sueco y, de hecho, apareció sólo como single y como tema inédito de
una recopilación de singles en 1982 a modo de despedida de la banda. A pesar de
la reputación “festivalera” del grupo, esta canción tiene una pátina de
tristeza que Wilson sabe amplificar para convertirla en una balada casi
dramática añadiéndole unos coros estremecedores.
“Please Come Home” – Para dar la réplica a ABBA, Wilson escribe una canción más alegre cuyos primeros acordes de piano recuerdan a otro mítico cuarteto como fueron los Beatles. Aunque en 2004, que fue cuando apareció “Cover Version II”, el “brit-pop” ya languidecía, hay algo de ese movimiento en la pieza, de la que destacamos el solo de guitarra eléctrica de la parte central y los arreglos de sintetizador que sirven de fondo para la mayor parte del tema.
“A Forest” – La tercera elección para la serie “Cover
Version” apareció en 2005 y tenía como protagonista este tema del disco “Seventeen
Seconds” de The Cure. Contrariamente a las dos primeras entregas, en esta
ocasión asistimos a un versión electrónica, cercana a la música industrial a
cargo de un Steven Wilson cuya voz pasa por diferentes filtros y efectos a lo
largo de casi toda la pieza. La transformación de uno de los primeros himnos de
la banda de Robert Smith es casi completa y cuesta mucho reconocer el tema aún
tras varias escuchas. El mérito de Wilson es que, desfigurando casi por
completo la canción, consigue crear otra también magnífica.
“Four Trees Down” – La canción propia del “Cover Version
III” era otra balada acústica de la “factoría Wilson” quien, está claro,
utilizaba estos singles para dar salida a muchas de esas canciones que, por su
formato y temática, no acababan de encajar bien en Porcupine Tree. Vistos con
la perspectiva de los años, muchos de los temas de la serie son excelentes
anticipos de la evolución del artista en sus discos como solista de los últimos
años.
“The Guitar Lesson” – La cuarta elección de la serie “Cover
Version” tenía como protagonista a un artista mucho menos popular que las tres
primeras: el músico escocés Nicholas Currie cuyo nombre artístico es Momus.
Escoge Wilson además una de sus canciones más controvertidas por lo peliagudo
de la temática que, por otra parte, tiene mucho que ver con los oscuros
personajes que pueblan el imaginario más reciente de nuestro artista y toca algunos
de sus temas más recurrentes como son la adolescencia y los protagonistas con
rasgos psicopáticos. En esta ocasión, Wilson no transforma en exceso el tema
original, respeta su estructura de vals y el ambiente onírico como de cuento
infantil, acaso reduciendo algo la instrumentación en algunos segmentos de la
canción y añadiendo algún efecto sonoro.
“The Unquiet Grave” – La réplica al tema de Momus la da otra
versión aunque en este caso lo es de una canción tradicional inglesa con
historia de fantasmas de por medio que muy bien podía servir como continuación
de la historia de “The Guitar Lesson”. La versión que aquí escuchamos toma la
forma de una balada llena de efectos sonoros electrónicos y distorsiones
vocales que consiguen crear un ambiente mágico e irreal, perfectamente adecuado
para la canción.
“Sign “O” the Times” – El lanzamiento de 2006 de la serie “Cover Version” se atrevía con uno de los temas más importantes de la carrera de un músico como Prince. Wilson se atreve con una canción memorable y muy original en la concepción de su autor que apenas utilizaba un par de arpegios electrónicos y una escueta línea de bajo para construir una canción inolvidable. Steven se las arregla para mantener a su manera ambos elementos pero su interpretación es lánguida, distante en un primer momento para ir ganando en intensidad conforme avanzamos en la canción. Los poderosos “riffs” casi de “heavy metal” que sustituyen la parte de bajo en la segunda mitad de la canción son un ejemplo perfecto de la transformación que sufre la pieza que termina por desarrollarse en medio de una tormenta de distorsión sonora que apenas deja escuchar nada más hasta el final.
“Well You’re Wrong” – Es inevitable acordarse del inicio de “Strawberry
Fields Forever” al escuchar los primeros acordes del tema, una canción
extrañamente optimista para los estándares de Wilson que contrasta enormemente
con el tema anterior. De nuevo nos tenemos que fijar en las texturas de mellotron
que adornan todo el tema como una de sus partes más destacadas aunque no es una
canción que vaya a dejar huella en los seguidores del lider de Porcupine Tree.
“Lord of the Reedy River” – En 2010 se cerraba la serie “Cover
Version” con el tema más antiguo de todos a los que en ella se rinde tributo.
La canción apareció en 1971 en el disco “H.M.S. Donovan” de, claro está,
Donovan. El “Dylan británico” como se le conocía en sus comienzos, es una
importante influencia para Wilson cuyo estilo, especialmente en este tipo de
baladas acústicas, tiene mucho que agradecerle al viejo trovador. Quizá sea
esta la canción en la que Wilson de muestra más cercano al original de toda la
serie lo que interpretamos como una señal de profundo respeto.
“An End to End” – Una serie de acordes electrónicos abre la
que es la última canción de la colección; una oscura pieza en la que el mellotrón
campa a sus anchas de nuevo y en la que nos parece reconocer una cierta
influencia del Bowie de “Space Oddity”. La magia se produce cuando escuchamos
los primeros coros y armonías vocales en las que Wilson es maestro. Sólo por
eso merecería ya la pena esta canción pero es que, además, se trata de un gran
tema directamente emparentado con algunos momentos del disco que en aquel
momento estaba por llegar: “Grace for Drowning”.
A estas alturas, recomendar cualquier trabajo de Steven
Wilson es un ejercicio de reiteración innecesario por cuanto cualquier seguidor
del blog habrá reparado ya en nuestra admiración por el artista británico. No
deja de ser atractivo, en todo caso, este acercamiento a un Wilson algo
diferente, que confronta su música con la de otros artistas aunque los
resultados puedan ser algo irregulares. De cualquier forma, y mientras
esperamos el siguiente disco de estudio de Steven, viene muy bien recordar estas
canciones aisladas que nos fue presentando a lo largo de la pasada década en
las que encontramos importantes pistas de lo que iba a llegar después. El disco
está disponible en los enlaces de costumbre:
amazon.es
burningshed.com
Nos despedimos con la versión de "Thank You" en directo a cargo de Blackfield:amazon.es
burningshed.com
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