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domingo, 19 de octubre de 2014

Pierre Moerlen's Gong - Leave it Open (1980)



Los últimos coletazos de la década de los setenta fueron un periodo de enorme efervescencia creativa para Pierre Moerlen. Así, unos cuantos meses después de “Downwind”, sus Gong lanzaban al mercado el disco que comentamos hoy: “Leave It Open”. Lo excepcional es que entre uno y otro la banda sufrió una pequeña desbandada de miembros que la redujo a un trío. Éste grabó otro disco en estudio y uno más en directo que quedarían situados entre el recientemente comentado “Downwind” y el que hoy nos ocupa.

En esa primera remodelación, sólo el propio Moerlen y el bajista Hansford Rowe permanecían con respecto a la formación de “Downwind” añadiéndose a ellos el guitarrista Bon Lozaga siendo los tres músicos los firmantes de “Time is the Key”. Apenas unos meses más tarde, y con el objeto de grabar un nuevo disco, la banda se amplió con el regreso de François Causse y la incorporación de Demelza a las percusiones, Brian Holloway (guitarras) y Charlie Mariano (saxofón). Con esas incorporaciones todo hacía pensar que el sonido de la banda evolucionaría aún más hacia el jazz-fusión perdiendo lo que aún le quedaba de rock progresivo y, en cierto modo así fue.

Pierre Moerlen en acción.


“Leave it Open” – La estructura del disco es similar a la de muchos otros trabajos que hemos comentado aquí: una larga suite en una de las caras del disco y varios temas cortos en la otra. El comienzo lo ocupa, en este caso, el tema más extenso. No hay secretos, los vibráfonos van creando la atmósfera adecuada para el resto de la pieza en la que enseguida se hace notar la presencia del saxofón. También los sintetizadores tienen un papel más relevante que en otros trabajos de la banda lo cual no es necesariamente bueno en este caso. El sonido se resiente por la excesiva relación del sonido de los mismos con una época muy concreta de la música popular. Dicho de otro modo: suenan excesivamente “ochenteros” hoy en día. Otro tanto ocurre con las guitarras pero en este caso no lastran en demasía el resultado final. Hay en todo caso un cierto aire conservador que contrasta con la audacia demostrada por Moerlen en otros discos y los vibráfonos no terminan de vibrar con la intensidad y brillantez habituales, afirmación que se podría extender a la batería. Sólo una serie de progresiones en la parte final del tema nos rescatan de la monotonía que caracteriza el desarrollo de la suite.

“How Much Better it Has Become” – Partiendo de las mismas premisas que el tema anterior, la adición de una guitarra y una batería llenas de espíritu rockero parece hacer despertar al propio Moerlen cuya interpretación al vibráfono gana una barbaridad con respecto a la suite inicial. Sin duda alguna, el título de la pieza (“cuánto ha mejorado”) le viene que ni pintado a una composición que mejora mucho a la precedente ganando en dinamismo, energía e intensidad.

“I Woke Up this Morning Felt Like Playing Guitar” – De nuevo el título de la composición es la mejor de las pistas para saber a qué atenernos en la escucha. La guitarra eléctrica es la protagonista principal apoyada por una sección rítmica de bajo y batería discreta pero efectiva. El resultado es un instrumental rock bastante convencional pero que se deja escuchar.

“It’s About Time” – El regreso al jazz-fusión se produce con este tema en el que el bajo sirve como pie para una serie de diabluras a la percusión que anticipan un tema de ritmo funk sorprendente pero muy acertado (no en vano es la única pieza del disco firmada por Hansford Rowe). No deja de llamar la atención que Moerlen aparque sus vibráfonos durante dos cortes consecutivos aunque sea para centrarse en el resto de percusiones, algo que realiza de un modo notable. Sin ser esta una pieza representativa del estilo del Pierre Moerlen’s Gong, tenemos que reconocer que es notable en líneas generales. Al margen de la percusión, destacamos especialmente el trabajo de Mariano al saxo que consigue transformar el sonido de la banda por completo.



“Stok Stok Stok Sto-Gak” – Un cierto toque latino asoma en la siguiente pieza en la que regresa el vibráfono para apoyar a una banda más equilibrada entre todos sus miembros en esta ocasión. Aunque seguimos navegando por aguas del jazz-fusión, algunos fragmentos de guitarra y de los teclados nos ponen sobre aviso del advenimiento del AOR, esa corriente en la que muchos de los supervivientes de los mejores años del rock progresivo se refugiaron en los años ochenta para tratar de sobrevivir en el negocio.

“Adrien” – Cerrando el disco escuchamos una pieza que vuelve a los ambientes truculentos que siempre consigue crear el vibráfono, acompañados en esta ocasión de sonidos electrónicos. El tema tiene un aire misterioso muy logrado y, a pesar de su aparente modestia (uso de pocos instrumentos, ausencia total de épica...) nos deja una de las mejores impresiones de todo el trabajo.


Como suele ocurrir con los músicos cuyo instrumento principal no es uno de los más habituales dentro de las corrientes principales de la música popular, la propuesta de Pierre Moerlen’s Gong tiene un sonido tremendamente particular y original. Sin embargo, en la época en que salió al mercado “Leave it Open”, la fórmula empezaba a mostrar síntomas de agotamiento (recordamos que en apenas año y pico lanzaron 3 discos de estudio y uno más en directo). No sorprende entonces que tras la aparición de este trabajo, Moerlen dejase reposar a la banda durante unos años en los que no publicaron nada nuevo. En cualquier caso, el regreso no consiguió las cotas de calidad de la mejor etapa de la banda aunque eso sería materia a tratar en una hipotética futura entrada. Por ahora, aquellos interesados en adquirir “Leave it Open” lo pueden hacer en los enlaces habituales.

amazon.es

play.com

Como despedida os dejamos un ejemplo de cómo sonaba "Leave it Open" en vivo:

 

miércoles, 15 de octubre de 2014

Pierre Moerlen's Gong - Downwind (1979)



Aunque Mike Oldfield es uno de los músicos con una mayor personalidad y posee una obra en la que una de las características más importantes es la originalidad, especialmente en sus primeros trabajos, la participación de un instrumentista como Pierre Moerlen en su cuarto disco en solitario, “Incantations”, cambió por completo la fisonomía del mismo y su presencia se hizo tan notoria como la del propio Oldfield.

El trabajo de Moerlen, especialmente al vibráfono, protagoniza por completo la cuarta parte de la obra eclipsando todo lo demás y algo así no está al alcance de cualquiera. Nuestro músico había formado parte de la banda francesa Gong y tras colaborar con Oldfield por primera vez, lideró su propia variante del grupo denominada “Pierre Moerlen’s Gong” en la que sus percusiones eran el centro de la música. La banda grabó un par de discos de modo simultaneo a las giras de Pierre con el grupo de Mike Oldfield  y las colaboraciones entre ambos se hicieron tan estrechas que ocurrió lo que tenía que ocurrir, con el multi-instrumentista británico devolviendo las atenciones prestadas y colaborando en el que quizá sea el mejor disco del grupo de Moerlen.

“Downwind” sería el primer disco de la banda en aparecer bajo la denominación de “Pierre Moerlen’s Gong” para evitar confusiones con el grupo “matriz” que seguía activo simultáneamente aunque los estilos de ambos eran a estas alturas muy diferentes. La banda de nuestro percusionista hacía una fusión de jazz y rock muy atractiva con el elemento distintivo del vibráfono que se convirtió pronto en la seña de identidad del grupo. Los Gong de Moerlen estaban integrados por Hansford Rowe (bajo), Ross Record (guitarras, voz), Benoit Moerlen (vibráfono), François Causse (percusión) y el propio Pierre (batería, vibráfono, marimba, timbales, teclados y voz). Participan además en el disco, en calidad de invitados Didier Lockwood (violín), Mick Taylor (guitarra) y la pequeña banda formada por Didier Malherbe (saxo), Mike Oldfield (guitarra, teclados, bajo y percusión), Steve Winwood (teclados) y Terry Oldfield (flautas) que interviene sólo en el corte que da título al disco. Casi todo el trabajo, a excepción de la pieza central, se grabó en el estudio según recuerda Hansford Rowe “prácticamente en directo”. Sólo el tema en el que intervienen Oldfield y compañía se hizo en varias fases, una inicial en el estudio de Mike con Pierre Moerlen y otra posterior en la que se registró la parte de los restantes miembros de Gong.

Pierre Moerlen

“Aeroplane” – Un clásico sonido de órgano “setentero” nos da la bienvenida al disco en una de las dos canciones con textos del saxofonista y teclista Ruan O’Lochlain que aparecen en el trabajo. La pieza no destaca especialmente y podría pasar por un tema más de cualquier grupo de los que abundaban en aquellos años salvo por la batería, algo por encima de la media. Nada, sin embargo, denotaba la excepcional calidad del grupo.

“Crosscurrents” – Esa impresión inicial cambia en cuanto empezamos a escuchar la segunda pieza del disco; una sensacional demostración de jazz-fusión dominada por las marimbas de Pierre Moerlen que se elevan por encima de una batería inmisericorde que martillea con precisión de metrónomo cambiando continuamente de signatura rítmica. Rowe comienza a hacer diabluras al bajo y el violín eléctrico del miembro de Magma Didier Lockwood nos lleva a territorios de la Mahavishnu Orchestra. Es en esta pieza en la que empezamos a apreciar el potencial de la banda que explotará por completo en el siguiente corte.

“Downwind” – El tema más largo del trabajo, con diferencia, es también el más interesante y no sólo por la presencia de Oldfield sino por el extraordinario trabajo de todos los músicos, comenzando por los vibráfonos de los hermanos Moerlen, perfectamente secundados por saxofón y batería en los inicios del tema. De pronto, comienzan a sonar, desatados, los dos hermanos repitiendo una serie de notas de modo hipnótico que anuncian la llegada de algo muy grande. Efectivamente, cuando irrumpe Oldfield a la guitarra (y también al bodhran, percusión irlandesa de importancia capital en esta parte de la pieza) tenemos la sensación de encontrarnos en medio de algo muy grande. Decir que podríamos estar escuchando cualquier sesión de las grabaciones de “Incantations” sería muy injusto para Moerlen pero así como su participación en aquella joya de Oldfield consiguió eclipsar en cierto modo al autor de “Tubular Bells”, Mike (y su hermano Terry a las flautas) se toman la revancha en esta suite absolutamente arrebatadora en la que también la batería raya a un nivel estratosférico. El final, de corte jazzistico, con un gran saxofón es también más que destacable.



“Jin-go-lo-ba” – La siguiente pieza del disco es una versión del archiconocido tema del percusionista nigeriano Babatunde Olatunji popularizado por Carlos Santana en su disco de debut en 1969. Lo cierto es que la versión de Moerlen tiene mucho más en común con la de Santana que con la original e incluso se aprecia cierta imitación del estilo del mexicano en las partes de guitarra. La inclusión de un tema como este puede ser influencia de Weather Report quienes también jugaban en la época con piezas de origen africano y latino. No es lo mejor del disco pero se deja escuchar.

“What You Know” – Segundo tema con textos de O’Lochlain que pasa sin pena ni gloria y del que únicamente destacamos el trabajo de Pierre al clavinet amenizando las partes en las que la percusión no es suficiente atractivo.

“Emotions” – Regresa el vibráfono y con él algunos de los mejores momentos del disco en diálogo directo con el violín eléctrico. En este tranquilo corte escuchamos en plenitud el característico sonido del violín eléctrico que tanto éxito tuvo en aquellos años a cargo de intérpretes como Jerry Goodman o Jean Luc Ponty.



“Xtasea” – Cerrando el disco nos encontramos con una prolongación del corte anterior en cuanto a estilo y atmósfera aunque con la incorporación de bajo y batería al conjunto con lo que la pieza gana en expresividad y se convierte en un excelente final, sin estridencias y lleno de elegancia.


Dentro de la plétora de bandas y músicos que aparecieron en la década de los setenta dentro de las difusas fronteras del rock con pretensiones más artísticas, los Gong de Pierre Moerlen no llegaron a la categoría de superestrellas pero alcanzaron cierta relevancia dejándonos un puñado de discos nada desdeñables. Intentaremos ir dándoles cabida aquí en la medida de lo posible comenzando por la próxima entrada que también estará centrada en un trabajo de la banda. Por ahora, y si queréis haceros con “Downwind”, está disponible una reciente edición por parte del sello Esoteric quienes están haciendo un excelente trabajo de recuperación de este tipo de discos muy difíciles de encontrar hoy en día en sus ediciones originales. Está disponible en los enlaces de siempre:

amazon.es

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Nos despedimos con un exrtacto de una versión en directo de "Downwind" (sin Oldfield):