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jueves, 7 de abril de 2016

AIR - Moon Safari (1998)



Sin saberlo, habíamos escuchado el disco de debut del dúo francés AIR en repetidas ocasiones. En nuestra etapa universitaria acudíamos casi a diario a un acogedor bar de nuestra ciudad en el que pasábamos horas y horas de conversación, de juegos y hasta de lectura con varios amigos. El sitio, visto con la perspectiva de los años, no era nada especial pero, como se suele decir, era nuestro sitio.

La selección musical, para qué negarlo, tampoco era especialmente destacada. Sonaban a menudo Kiko Veneno, Andrés Calamaro, Antonio Flores, Manu Chao y todo tipo de recopilaciones de rock y pop nacional y extranjero. Nada fuera de lo que se solía oír en aquellos años pero de vez en cuando se colaba algún disco diferente que nos llamaba la atención. El trabajo que comentaremos hoy es uno de esos casos.

Se trataba de un disco difícil de clasificar. El sonido y el estilo en buena parte de los temas del mismo era antiguo, propio de los primeros tiempos del pop con sintetizadores. Sonaban allí primitivas cajas de ritmos, elegantes cuerdas sintéticas de esas que abundaban en los primeros discos de un Jean Michel Jarre (por citar un ejemplo conocido) y también poderosos sintetizadores y delicadas voces, deudoras del brillante pasado del pop francés más naïf de los años sesenta. Por si faltaba algo en la mezcla, algunas de las canciones estaban interpretadas a través del clásico “vocoder”. Nunca se nos ocurrió preguntar qué disco era aquel que sonaba pero no tardamos en recibir la recomendación de un amigo de escuchar a un grupo francés que acababa de publicar su disco de debut.

Se trataba de AIR y su “Moon Safari”. El dúo, que había publicado un EP poco antes, estuvo a punto de abandonar la música tras recibir varias respuestas negativas por parte de todas las discográficas a las que habían hecho llegar su trabajo. Quiso la fortuna que un amigo de Nicolas Godin, la mitad de AIR, empezase a trabajar por aquel entonces en un sello propiedad de Virgin Records, animándoles a hacer allí un último intento. La buena acogida de la música del dúo por parte de la discográfica les animó a tomarse la música en serio abandonando las que eran sus actividades hasta aquel entonces, no sin cierta incomprensión: Jean-Benoit Dunckel acababa de ser padre y el anuncio de que dejaba su trabajo para dedicarse a algo tan incierto como la música no fue del todo bien recibido por su familia.

El peso fundamental del disco lo llevan los dos integrantes del dúo aunque participan algunos músicos más. Jean-Benoit Dunckel toca teclados (órganos, sintetizadores, pianos...), flautas, glockenspiel y percusión. Nicolas Godin se encarga del bajo, teclados (todo tipo de ellos, igual que su compañero), guitarras, armónica, percusión y batería. Como complemento, intervienen Beth Hirsch (voz), Stephane Briat y Caroline L. (palmas), Marlon (batería), Eric Regert (órgano), Patrick  Woodcock (guitarra, tuba y trombón) y David Whitaker (arreglos de cuerda y dirección).

Amour. Imagination, Rêve: AIR


"La femme d'argent" – El disco se abre con un tema de ambiente retro, efectos electrónicos, una omnipresente linea de bajo a cargo de Godin y los inconfundibles sonidos del piano eléctrico Rhodes combinado con las cuerdas del Solina, el Korg MS20 y el Moog. Ruiditos  electrónicos de otro tiempo se juntan con un sonido jazzístico en un extraordinario instrumental con una producción modélica que cuida hasta el último detalle, desde la más ligera percusión al magnífico solo de Moog con el que concluye la pieza. Cualquier oyente que intente situar este tema en el tiempo tendría unas altas probabilidades de errar por varios años.

"Sexy Boy" – El primer single del disco era una canción verdaderamente poderosa. Con una base rítmica de gran solidez, Nicolas Godin canta una breve letra infecciosamente pegadiza. Maravillosos sonidos electrónicos se mezclan con progresiones pianísticas, guitarras eléctricas y teclados que dejan melodías por doquier, a cual más inspirada. Es pop electrónico pero de una factura impecable.




"All I Need" - Beth Hirsch canta y es la autora de la letra del que iba a ser el tercer single del trabajo. Pasamos ahora de las florituras electrónicas a una canción de formato acústico con guitarra, bajo y batería como componentes principales y los sintetizadores y teclados en un segundo plano, al menos en su comienzo ya que en la parte final del tema van ganando presencia. Es esta una balada preciosa en la que destaca especialmente la voz de Beth, cantante norteamericana con una escasa trayectoria antes de su aparición aquí, propiciada por una demo que la artista había dejado en casa de un productor al que frecuentaba Nicolas Godin quien, tras escucharla, ofreció a Beth participar en el disco.




"Kelly, Watch the Stars" – La primera canción en la que aparece el inconfundible “vocoder” sirvió también como segundo single. Algo más rápida que “Sexy Boy” es igualmente atractiva. Los sintetizadores sustituyen al bajo a la hora de dibujar poner las bases rítmicas y aparecen instrumentos como el glockenspiel o el piano enriqueciendo enormemente la pieza que termina por ser un catálogo de sintetizadores y sonidos analógicos sin caer en ninguno de los tópicos del género.

"Talisman" – Otro instrumento clásico de los primeros escarceos de la electrónica con la música popular como es el piano Wurlitzer es el elegido para ocupar los primeros minutos de la pieza en la que escuchamos también una primitiva caja de ritmos y una sección de cuerdas real que sirve para que cada tema tenga un sonido distinto al anterior, siendo capaces los miembros del dúo de mantener una unidad estilística a pesar de ello.

"Remember" – Uno de los pioneros de la música electrónica francesa, el veterano Jean-Jacques Perrey, firma esta pieza en compañía de Godin y Dunckel. Estamos ante otra canción interpretada con “vocoder” y llena de timbres añejos (esa guitarra eléctrica “à la” George Harrison...). La percusión tiene también un tratamiento exquisito que incide en ese sabor de décadas atrás. Nos cuesta decidirnos por uno u otro momento del disco a la hora de quedarnos con nuestros favoritos pero este sería uno de los mejores candidatos.

"You Make It Easy" - Tras grabar “Kelly Watch the Stars”, el dúo le propuso a Beth Hirsch participar en otra canción para la que también escribiría la letra. El comienzo, con una ola de ruido blanco y un ritmo que parece procedente de la famosa caja de ritmos Korg Mini Pops, remite inmediatamente al Jean Michel Jarre de “Oxygene (part 6)”, máxime cuando se une con unas cuerdas sintéticas exquisitas para completar la introducción. Luego, queda sólo la caja de ritmos como base de una canción excelente a la que vuelven a incorporarse unas cuerdas reales en una mezcla delicadísima con las electrónicas. La parte final con la armónica haciendo las veces de acordeón, la da al tema un exquisito tono parisino.

"Ce matin là" - Patrick Woodcock es co-autor de esta pieza en la que su interpretación del trombón y la tuba tiene un papel principal confiriendo a todo el tema un aire de sintonía de cabecera de serie de televisión de los años setenta. Una pieza encantadora de esas que nos arranca una sonrisa cada vez que la escuchamos.

"New Star in the Sky (Chanson pour Solal)" – Continuando con el aire de despedida que comenzaba a intuirse con el corte anterior, escuchamos esta suave balada en la que se revelan todas las señas de identidad de la banda como el inconfundible sonido del bajo, los teclados seleccionados con un buen gusto evidente y una serie de melodías que destilan elegancia. Faltaba por aparecer aquí otro instrumento clásico: el “mellotron” que aquí nos deleita con ese sonido etéreo de flautas que hicieron inmortal grupos como los Beatles o King Crimson.

"Le voyage de Pénélope" – La despedida la pone otro tema instrumental. Un tiempo medio en el que destacan los solos de “minimoog”, un instrumento rebelde en ocasiones que se muestra dócil como un gatito en las manos de los miembros de AIR.

Curiosamente, “Moon Safari” alcanzó puestos más altos en las listas británicas (top-10 en el Reino Unido y también en Irlanda) que en Francia (no llegó al top-20). Algo extraño cuando el disco tiene un innegable sonido francés. Muchas publicaciones escogieron este trabajo como el disco revelación del año y tiempo después, revistas como “Rolling Stone” lo mencionaban como uno de los mejores de la década. Si hay algo que rebosa este trabajo, en nuestra opinión, es personalidad. No es nada fácil sonar original y mucho menos aún utilizando elementos tan reconocibles y que remiten inmediatamente al oyente a una época muy determinada. AIR lo hacen y suenan frescos, diferentes a cualquier otra cosa que hayamos oído antes. Gracias al éxito de “Moon Safari”, la directora Sofia Coppola se fijó en la banda y les encargó la composición de la música de su película “Las Vírgenes Suicidas” lo que permitió a AIR llegar a un público aun más amplio y consolidar una carrera que llega hasta nuestros días y nos ha brindado un buen puñado de grandes discos. Si aún no habéis escuchado este “Moon Safari” es un buen momento para hacerlo. No os arrepentiréis.

Nos despedimos con el video-clip de "Kelly Watch the Stars". La versión de la canción es notablemente diferente a la del disco:


 

martes, 10 de abril de 2012

AIR - Le Voyage Dans la Lune (2012)



Existe una curiosa corriente en los últimos tiempos en la que diversos músicos de todo pelaje deciden poner música a clásicos del cine mudo. Sin salirnos del ámbito de los estilos que tocamos habitualmente en el blog se nos ocurren a vuelapluma una serie de piezas de piano que Wim Mertens escribió para sendos filmes franceses de principios del siglo pasado, la música de Philip Glass para el Drácula clásico de Tod Browning o la ópera La Belle et la Bete sobre el film de Cocteau o la música de Pet Shop Boys para el Acorazado Potemkin.

Tenemos hoy aquí un nuevo ejemplo de este tipo de obras. La película es, ni más ni menos que el “Viaje a la Luna” (1902) de Georges Méliès y los encargados de poner música al clásico, el dúo francés AIR. Formado por un estudiante de arquitectura, Nicholas Godin, y otro de matemáticas, Jean Benoit Dunckel, la bando grabó una serie de singles a mediados de los noventa poco antes de lanzar su disco de debut, “Moon Safari”, que alcanzaría una importante difusión en todo el mundo. El éxito del primer disco de AIR (acrónimo de Amour-Imagination-Rêve) se basa en una combinación de canciones pop y sonidos vintage con profusión de sintetizadores analógicos y antiguas cajas de ritmos en una encantadora fusión de elementos retro que recuerdan a los clásicos del género de los setenta, especialmente a su compatriota Jean Michel Jarre.

Con el motivo de la exhibición en cines de nuevo de la cinta de Méliès, gracias a la restauración de la única copia en color (coloreada a mano, fotograma a fotograma) que existe de la misma y que apareció recientemente en la Filmoteca de Catalunya, los miembros de AIR recibieron el encargo de elaborar una banda sonora completa que acompañase a la proyección del film. Y no se puede negar que la idea tenía sentido: Dos músicos franceses para un clásico francés, sonido electrónico retro para la primera película de ciencia ficción. Todo parecía encajar y los dos músicos se pusieron manos a la obra. La primera dificultad surge por la duración de la cinta: apenas 14 minutos. Debido a ello, la idea de AIR fue justo la contraria a lo que se suele hacer habitualmente. Es usual que las películas (y, por tanto, las bandas sonoras) tengan una duración muy superior a la de un disco comercial de música. Lo que suele hacerse es publicar una versión reducida de la música de la película. Con “Le Voyage Dans la Lune” ocurre lo contrario: AIR compusieron una serie de temas que luego serían “compactados” para encajar en el metraje del film. A pesar de ello, el disco apenas supera la media hora de duración.


El cañón que servirá para lanzar a los aventureros a nuestro satélite

Comentaban en una entrevista reciente los artistas que la mayor dificultad surgía a la hora de conseguir la espontaneidad necesaria para que la música no sonase demasiado “artificial” al sonar junto a las artesanales imágenes de la película. El modo en que solventaron este punto fue mediante la grabación de las canciones en absoluto directo, sin uso de secuenciadores y reduciendo al mínimo estrictamente necesario los retoques posteriores en el estudio. Como es habitual en estos casos, no toda la música que suena en la película aparece en el disco y, en cambio, el CD nos regala varios temas ajenos al film. La estructura del disco no respeta tampoco el orden cronológico de aparición de la música en la película sino que se ha organizado de forma independiente con el objeto de darle una cierta coherencia como objeto musical al margen de las imágenes.

“Astronomic Club” – Se abre el disco con sonido de timbales en un inicio de corte marcial con extrañas voces procesadas y ocasionales golpes de metales. Alrededor de la mitad del tema podemos escuchar unas guitarras en la linea de Pink Floyd y acercandonos al final, unos sonidos que nos recuerdan al “Warszawa” de Bowie / Eno. Dunckel toca el melotrón y el piano eléctrico quedando el resto de instrumentos (sintetizadores, guitarras y percusiones) para Nicolas Godin con la aparición especial de Vincent Taeger (batería) e Isabelle Vuarnesson (cello).

“Seven Stars” – Casi sin solución de continuidad entramos en el segundo corte, también con una introducción de timbales y mucho más reconocible como obra de AIR. Se trata de una composición que podía haber pertenecido sin ningún problema a su disco de debut, el citado anteriormente “Moon Safari” tanto por los efectos electrónicos como por el uso del piano y la voz principal, en este caso a cargo de Vitoria Legrand, líder del grupo Beach House y nieta de Michel Legrand. Junto a los teclados de Dunckel y el característico bajo de Godin (quen también toca los timbales y la guitarra) escuchamos de nuevo a Taeger a las baquetas. La canción no aparece en el montaje de la película.

“Retour Sur Terre” – Un breve interludio de piano interpretado por Nicolas Godin (quien también hace algunas voces) de apenas 45 segundos sirve como transición hacia uno de los puntos fuertes del disco.

“Parade” – Sin llegar a tener la fuerza de otros clásicos del grupo como su popular “Sexy Boy”, la música elegida por AIR para ilustrar el desfile de homenaje a los heroes tras el regreso de la luna es un buen instrumental pop de aires electrónicos, terreno en el que el dúo ha demostrado sobradamente su buen hacer. Algunas referencias al Vangelis más cósmico (circa Albedo 0.39) adornan la pieza y no serán las últimas del disco. Podeis ver el fragmento correspondiente de la película, cortesía del canal oficial en youtube de la banda:



“Moon Fever” – En contraste con el tema anterior, tenemos ahora una pieza cuasi-minimalista con una obsesiva melodía de piano aderezada con arreglos electrónicos en la linea de la producción habitual del grupo. Todos los instrumentos, como ocurría en “Return Sur Terre” están interpretados por Godin salvo algun aporte de Dunckel a los sintetizadores. Se trata de otro de los temas que no suenan en el montaje final de la película.

“Sonic Armada” – Hablabamos antes de las referencias a Vangelis, especialmente al del disco “Albedo 0.39”. Quizá sea éste el tema más controvertido del disco por el gran parecido de su melodía, nada menos que con el mítico “Pulstar” del músico griego. Queremos entender este hecho como la forma que tiene el dúo francés de declarar su admiración hacia el compositor de “Blade Runner” con un guiño a uno de sus temas más populares y, además, con inspiración claramente espacial. El batería Alex Thomas aparece como invitado especial en el tema en la que es su única aparición en el disco.

“Who Am I Now?” – Segunda canción del disco y de nuevo, un tema que no aparece en la película. Para la ocasión se cuenta con la colaboración de los miembros del grupo neoyorquino Au Revoir Simone a las voces en un tema de inconfundible corte francés con un cierto aire misterioso de película de David Lynch.

“Décollage” – El que quizá sea nuestro corte favorito del disco vuelve a insistir con los timbales creando un inquietante fondo sobre el que se desarrolla una veloz y breve melodía de piano. La pieza, de menos de dos minutos de duración, nos deja con ganas de oir más y es que eso precisamente, su escasa duración, lo peor del tema. Se trata de otro de los cortes sin intervención de artista invitados. De nuevo, podeis ver cómo encaja la música con las imágenes:



“Cosmic Trip” – Un nuevo tema casi instrumental de pop electrónico, muy rítmico y basado en un patrón invariable de bajo y batería al que suman ocasionales voces y efectos electrónicos. Continuando con las referencias al pasado, nos parece encontrar en la pieza bastantes influencias de otro dúo francés de cierto éxito en los setenta llamado Space Art, quienes lanzaron varios discos en la misma onda electrónico-espacial que domina todo el album de AIR. Es otro de los demas del disco que no pertenece a la banda sonora de la película.

“Homme Lune” – Un corte casi anecdótico por sus escasos 27 segundos de duración, con un fondo vocal interpretado por Dunckel al mellotron y cuato notas electrónicas desperdigadas. Perfectamente podría haberse integrado como parte del siguiente tema con el que enlaza a la perfección.

“Lava” – Partiendo de los cantos de sirena de “Homme Lune”, comienza el último tema del disco y otro de los puntos fuertes del mismo, especialmente en su segunda mitad en la que nos llevan a terrenos propios de alguno de los fragmentos más psicodélicos de la música de Pink Floyd.

Debemos confesar que las primeras críticas que leímos del disco nos pusieron en guardia ya que no eran demasiado favorables y acusaban a AIR de haber hecho una música en exceso simple y que no funciona separada de las imágenes (cosa, por cierto, nada rara en la música para cine). Sin embargo, nuestra opinión es justamente la contraria: la música resulta mejor escuchada como disco que acompañando a las imágenes de Méliès sin que esto signifique que el experimento resulte fallido. Los aficionados de AIR tienen motivos para estar contentos ya que “Voyage Dans la Lune” es un disco que tiene una buena dosis de todos los elementos que caracterizan al grupo sin sonar del todo repetitivo. Para aquellos que no conozcan la música del dúo, no deja de ser una buena iniciación con la que se pueden hacer una buena idea, a grandes rasgos, de por dónde van los tiros. Particularmente, en La Voz de los Vientos somos admiradores del grupo desde antes de conocerlos (lo explicamos: “Moon Safari” era un disco que sonaba insistentemente en una cafetería en la que pasabamos largas tardes años atrás pero hasta un tiempo después no supimos que cuál era aquel disco que tanto nos había llamado la atención). “Le Voyage Dans la Lune” es un disco que, sin llegar a los niveles de excelencia de aquel trabajo, sí puede pelear en igualdad de condiciones con el resto de la discografía de AIR.


La Luna de Méliès, más cercana al centro de la tierra de Verne que a la real.

Si os animais, el disco está disponible en edición simple o en la que recomendamos, una edición limitada que incluye un DVD con la edición restaurada de la película de Méliès en el montaje que incorpora la música del grupo. Lo podeis adquirir aquí:

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