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viernes, 20 de abril de 2018

David Bowie - The Buddha of Suburbia (1993)



Incluso en la discografía de estrellas de la talla de David Bowie hay trabajos que, por un motivo u otro, pasan desapercibidos hasta el punto de que, en ocasiones, ni siquiera son recordados cuando se trata de hacer una lista con las obras del artista en cuestión. Algo así sucede con el disco del que hablamos hoy aquí: una grabación realizada por Bowie poco después de publicar “Black Tie, White Noise”.

La historia del disco surge en una entrevista para una revista durante la promoción del citado “Black Tie, White Noise”. El entrevistador era el escritor Hanif Kureishi quien por aquel entonces trabajaba en la adaptación de su novela “The Buddha of Suburbia” para una mini serie de cuatro capítulos para la BBC. El escritor era un fan declarado de Bowie y se atrevió a pedirle permiso para incluir algunas de sus canciones antiguas en la banda sonora. Ante la respuesta favorable del artista, Kureishi fue más allá y le pidió una canción que serviría de sintonía a la serie, algo que Bowie aceptó de inmediato. Lo cierto es que la historia que narraba la novela tenía muchos puntos en común con la juventud del músico inglés y, de hecho, se desarrolla en el barrio de Bromley, el mismo en el que creció Bowie (y también el propio Kureishi).

Quizá fuera este ambiente lo que llevó a Bowie a realizar un trabajo retrospectivo en el que podemos encontrar muchos elementos de su obra pasada aunque todos ellos muy bien integrados en una obra que sonaba moderna en 1993 y que muchos tienen por el mejor disco de Bowie en toda la década de los noventa. Decíamos antes que Bowie aceptó hacer la canción central de la serie pero lo cierto es que hizo toda la banda sonora. Sin embargo, y aunque el disco se vendió como tal, la realidad es que la música que sonaba en la serie no aparecía en la grabación o lo hacía muy modificada. De hechom, sólo el tema central aparece en el disco tal y como sonaba en televisión. Todo el material restante que Bowie hizo para la serie se quedó allí y lo que se puede escuchar en el disco es material nuevo elaborado a partir de la banda sonora pero radicalmente distinto.

En palabras del propio Bowie, “The Buddha of Suburbia” (el disco) se compuso y grabó en apenas seis días lo que explica el hecho de que muy pocos de sus músicos habituales en aquel entonces participen en la grabación. Aparte de David Bowie, que canta y toca teclados, guitarras, percusión y saxofones, intervienen en el disco: Erdal Kizilçay (teclados, trompeta, bajo, guitarra, percusiones y batería) y en temas puntuales los miembros de 3D Echo, Rob Clydesdale y Paul Davidson a la sección rítmica y Mike Garson (piano). Como estrella invitada a la guitarra aparece Lenny Kravitz en la versión del tema central que cierra el disco.

Portada alternativa del disco para la reedición de 2007.


“Buddha of Suburbia” - El tema central de la banda sonora es una balada magnífica que está entre las mejores canciones de Bowie de toda esa etapa, con un ligero aire retrospectivo pero también una cierta mirada al futuro que vimos más tarde desplegada en un disco como “The Next Day”. Los arreglos son sobrios como corresponde a un trabajo grabado en tan poco tiempo pero esto no desmerece en nada su calidad.




“Sex and the Church” - Mucho menos convencional es el siguiente corte en el que se juntan ritmos electrónicos, voces procesadas, ráfagas de saxo y un texto, el del propio título del tema, que se repite incansablemente. Una pieza muy próxima en espíritu al entonces reciente “Black Tie, White Noise” pero que es un aún más claro anticipo de lo que escucharíamos años después en “1.Outside”.

“South Horizon” - Sorprende Bowie aquí con un instrumental jazzístico con un cuarteto de piano, batería, contrabajo y trompeta haciendo de las suyas sobre un fondo electrónico. Una rareza muy interesante que se corta abruptamente para dar paso a una caja de ritmos que nos sitúa en un escenario similar al del mítico “Hand on the Torch” del grupo US3 que revolucionó el jazz de la época, especialmente con su “Cantaloop” en el que actualizaban, y de qué forma, a Herbie Hancock. El disco de US3 apareció unos días más tarde que el de Bowie pero “Cantaloop” ya sonaba en las radios algunos meses antes con lo que la influencia no es nada descartable.

“The Mysteries” - El segundo instrumental consecutivo del disco es aún más interesante a nuestro juicio por cuanto que nos retrotrae a la etapa berlinesa de Bowie con sus maravillosos temas sin letra de “Heroes” y “Low”. Aquí regresa a esa atmósfera a base de sintetizadores, piano y guitarra dejandonos una joya “ambient” de gran magnitud.




“Bleed Like a Craze, Dad” - La siguiente canción comienza con una floritura de piano pero enseguida entra en terrenos más rockeros con un tema poderosísimo en el que hay algo de homenaje a otro disco de la misma época de la “trilogía berlinesa”: “The Idiot”, firmado por Iggy Pop pero creado junto con el propio Bowie. Otra gran canción digna de los mejores momentos del artista.

“Strangers When We Meet” - Sin apenas tiempo para respirar nos encontramos metidos de lleno en otro temazo que tenía todo para convertirse en un éxito, desde la melodía central al arrollador estribillo. No es de extrañar que Bowie decidiera reutilizar la canción en su siguiente disco, el anteriormente citado “1.Outside”, en una versión algo diferente.




“Dead Against It” - Dentro del viaje a través de sus propios recuerdos que es esta banda sonora, tenemos aquí una mirada a los primeros ochenta con un frenético tema a medio camino entre la “new wave” y el “tecno pop” y con toques de los padres de todo aquel movimiento electrónico: Kraftwerk. Otra joya a rescatar dentro de un disco magnífico.

“Untitled No.1” - Algo más convencional pero no carente de encanto es la siguiente canción del disco, una amable producción pop con algunos toques marcianos en algún momento. En la linea del alto nivel de todo el trabajo.

“Ian Fish, U.K. Heir” - Casi cerrando el mismo llegamos a la pieza más oscura de todo el trabajo. El último tema instrumental que está lleno de atmósferas opresivas y leves retazos melódicos a cargo de la guitarra acústica de Kizilçai recreando la melodía del tema central del disco. Una gran pieza a la altura de sus parientes de “Heroes” y “Low”.

“Buddha of Suburbia” - Para cerrar el disco escuchamos una nueva versión de la canción principal de la banda sonora con el aliciente de la participación de Lenny Kravitz a la guitarra. Por lo demás, no hay una gran diferencia con la versión que abría el trabajo.

En su momento y seguramente por la cercanía en el tiempo con “Black Tie, White Noise”, “The Buddha of Suburbia” fue bastante ignorado pese a que el propio Bowie dijo en alguna ocasión que era su mejor trabajo. En 2007, con el músico retirado por motivos de salud, se reeditó el disco con una nueva portada buscando, quizá, ese reconocimiento que no obtuvo en su tiempo. No podemos decir que lo consiguiera pero al menos consiguió que una pieza que había pasado a ser casi un objeto de coleccionista estuviera disponible de nuevo para todo el mundo. Si no habéis tenido ocasión de escucharlo, nunca es mal momento para hacerlo.

Así eran los anuncios de la serie en la BBC:

miércoles, 10 de febrero de 2016

David Bowie - Outside (1995)



En la boda de David Bowie con Iman no sólo sonó música del propio artista sino que también pudieron escucharse otras piezas escritas por un invitado muy especial: Brian Eno. De hecho, ambos artistas interpretaron piezas propias durante el baile. En aquel momento decidieron volver a trabajar juntos pero de un modo diferente a como lo habían hecho en el pasado. Ambos artistas habían oído hablar de una institución psiquiátrica en Viena varios de cuyos internos llevaban a cabo una intensa labor artística. Eno y Bowie viajaron allí y tomaron un buen número de fotografías de los cuadros y esculturas creados por aquellos. Con ese material ambos artistas crearon una obra de alrededor de tres horas de duración y que era en su práctica totalidad, dialogada. La obra se situaba en 1999 y mostraba un mundo distópico en el que algunas formas de asesinato se habían llegado a aceptar como arte y corría por cuenta de un comisario gubernamental, Nathan Adler, determinar qué formas de arte lo eran en realidad y cuáles no.

En la historia pululan gran cantidad de personajes localizados en distintos escenarios de Gran Bretaña y los EE.UU. y con esa única idea como punto de partida, Eno y Bowie entraron en el estudio de grabación junto con los músicos de la banda. Sin tener ni una sola nota escrita. Una vez allí, las famosas “estrategias oblicuas” diseñadas por Eno tuvieron mucho peso en el proceso creativo ya que cada miembro de la banda recibía una tarjeta cada día de grabación cuyas instrucciones debería seguir en toda la sesión.




El resultado de las sesiones fue un disco largo en el que se alternaban canciones más o menos convencionales con experimentos sonoros en la linea del propio Brian Eno y todo ello con pasajes dialogados intercalados. Al margen de Bowie (voz, saxo, guitarras y teclados) y el propio Eno (sintetizadores y tratamientos electrónicos) participan en el disco: Reeves Gabriels (guitarras), Erdal Kizilçai (bajo, teclados), Mike Garson (piano), Sterling Campbell (batería), Carlos Alomar (guitarra), Joey Baron (batería), Yossi Fine (bajo). Los cuatro primeros artistas del listado participan en la composición de buena parte de los temas del disco. Los restantes los firman Eno y Bowie o el propio cantante en solitario. En cortes puntuales también participaron los guitarristas Tom Frish y Kevin Armstrong.




La música del disco es compleja desde el comienzo, con pasajes instrumentales que recuerdan claramente a las partes más oscuras de la trilogía berlinesa. Las secciones rítmicas son intensas y nada sencillas, con continuas variaciones y cambios que nos llevan a través de un trabajo de difícil asimilación a primera escucha. El primer gran tema del disco es el corte 2, “Outside” que sirve como perfecta presentación para la acción que vendrá después. “The Hearts Filthy Lesson” con sus ritmos industriales y sus “riffs” abrasivos es una gran muestra del nuevo cambio de estilo e incorpora detalles insólitos como un piano de remoto aire jazzístico que destaca entre la maquinaria de un modo casi milagroso. Sería el primer “single” del disco. Abiertamente “jazzy” es el siguiente tema, “A Small Plot of Land”, especialmente en sus primeros minutos. Después se convierte en un torrente que lo arrastra todo hasta la siguiente sección del trabajo en la que destaca “Hello Spaceboy”, una brutal pieza sin concesiones en la que una percusión abrumadora lo llena todo llegando a eclipsar una buena melodía. A muchos les sonará a herejía pero la remezcla de esta canción realizada por los integrantes de Pet Shop Boys junto con el propio Bowie nos parece infinitamente superior a la versión del disco. “I Have Not Been to Oxford Town” es una canción que nos reúne de nuevo con la faceta más clásica del artista y sirve de perfecto preludio para “No Control”, una verdadera maravilla firmada, como la anterior, por Bowie y Eno. Otro de los temas imprescindibles del disco es “Wishful Beginnings”, con una atmósfera inigualable en la que la mano de Eno se nota, y mucho. Enlaza esta con la dinámica y, por momentos, divertida “We Prick You” que, tras un corte de transición, desemboca en otro de los grandes momentos del disco: “I'm Deranged”. El punto final lo pone la estupenda “Strangers When We Meet”, escrita originalmente para la banda sonora de “The Buddha of Suburbia” publicada en 1993 y regrabada para la ocasión.




El disco muchas veces es citado como “1. Outside” y es que parece que la intención inicial era que fuera el primero de una serie de cinco trabajos que irían apareciento a razón de uno por año hasta llegar a 1999, año en que se desarrolla la historia de Nathan Adler. Finalmente esa idea no se desarrolló y “Outside” quedó como un disco nada más. Con el reciente fallecimiento de Bowie hemos conocido que tenía planes para seguir lanzando discos con material antiguo durante bastante tiempo desde su muerte. Con temas seleccionados y organizados por él mismo. No nos extrañaría lo más mínimo que parte de la historia de Nathan Adler que falta por contar se encuentre entre ese material pendiente de publicar pero eso es algo que iremos descubriendo con el tiempo.

Como despedida os dejamos con la nueva mezcla de "Hallo Spaceboy" a cargo de Bowie y los Pet Shop Boys: